Búsqueda Personalizada

lunes, mayo 31, 2010

EL IMPERIO Y LA DROGA

Tomado de Cubadebate

Cuando fui detenido en México por la Policía Federal de Seguridad, a la que por puro azar se le hicieron sospechosos algunos movimientos nuestros, a pesar de que los hacíamos con el máximo de cuidado para evitar el zarpazo de la mano asesina de Batista –como hizo Machado en México cuando el 10 de enero de 1929 sus agentes asesinaron a Julio Antonio Mella en la capital de ese país–, aquella pensó que se trataba de una de las organizaciones de contrabandistas que actuaban ilegalmente en la frontera de ese país pobre en sus intercambios comerciales con la poderosa potencia vecina, industrializada y rica.

No existía prácticamente en México el problema de la droga que se desató más tarde de forma abrumadora con su enorme carga de daños no sólo en ese país, sino también en el resto del continente.

Los países de Centro y Suramérica invierten incontables energías en la lucha contra la invasión del cultivo de la hoja de coca, dedicada a la producción de cocaína, una sustancia que se obtiene a través de componentes químicos muy agresivos y resulta tan dañina a la salud y a la mente humana.

Los gobiernos revolucionarios como los de la República Bolivariana de Venezuela y Bolivia se esfuerzan especialmente para frenar su avance, como lo hizo oportunamente Cuba.

Evo Morales hacía ya rato había proclamado el derecho de su pueblo a consumir té de coca, una excelente infusión tradicional de la milenaria cultura aymara-quechua. Prohibírsela es como decirles a los ingleses que no consuman el té, una sana costumbre importada por el Reino Unido desde el Asia, conquistada y colonizada por éste durante cientos de años.

“Coca no es cocaína”, fue la consigna de Evo.

Es curioso que el opio, sustancia que se extrae de la amapola lo mismo que la morfina, fruto de la conquista y el coloniaje extranjero en países como Afganistán, y que es sumamente dañino consumido directamente, fuera utilizado por los colonialistas ingleses como moneda que otro país de milenaria cultura, como China, debía aceptar a la fuerza en forma de pago por los sofisticados productos que Europa recibía de China y hasta entonces pagaba con monedas de plata. Suele citarse como ejemplo de aquella injusticia en las primeras décadas del siglo XIX que “un obrero chino que se volvía adicto gastaba dos tercios de su sueldo en opio y dejaba a su familia en la miseria”.

En el año 1839 el opio ya estaba al alcance de los obreros y campesinos chinos. La Reina Victoria I, del Reino Unido, impuso ese mismo año la Primera Guerra del Opio.

Comerciantes ingleses y norteamericanos con fuerte apoyo de la Corona inglesa, vieron la posibilidad de importantes intercambios y ganancias. Para esa fecha muchas de las grandes fortunas de Estados Unidos fueron basadas en aquel narcotráfico.

Hay que pedirle a la gran potencia apoyada en casi mil bases militares y siete flotas acompañadas de portaaviones nucleares y miles de aviones de combate con las cuales tiraniza al mundo, que nos explique cómo va a resolver el problema de las drogas.

Fidel Castro Ruz
Mayo 30 de 2010
3 y 36 p.m.

sábado, mayo 29, 2010

GENERO Y ORIENTACION SEXUAL EN LA SANTERIA

Por Tomás Fernández Robaina
Tomado del sitio de la UNEAC

La lucha de la mujer por sus derechos también se manifiesta entre las practicantes de la Santería, el Candomblé, Regla de Osha o Culto a los Orishas, cuatro diferentes nombres para denominar la creencia o religión legada por esclavos africanos de origen yorubá, traídos a varios países de América, principalmente a Cuba y Brasil.

Las insatisfacciones o quejas de las santeras o iyalochas nunca alcanzaron un nivel de visibilidad que las pusieran en una actitud de total desacato, al menos en Cuba, de la tradición heredada. Tampoco fue una preocupación intelectual que se reflejara entre las demandas feministas enarboladas en nuestra Isla. Uno de los primeros debates acerca del papel de la mujer en la Santería, desde el punto de vista intelectual, se manifestó durante una mesa redonda celebrada en 1990 en el seno de la primera conferencia de estudios afrocubanos convocada por la Casa de África “Fernando Ortiz”, de Santiago de Cuba.(1)

Es muy probable que con anterioridad se hubiera analizado de manera formal, o no, dicho asunto, pero no tengo referencias concretas en ese sentido. Parto de dicha mesa por haber sido uno de los participantes de tal discusión. Recuerdo de modo muy nítido que las interrogantes más agudas fueron planteadas por la santera boricua Ángela Jorge. Ella se quejó de la subordinación en la cual se encontraban las iyalochas en la santería, pues no se les permitía realizar determinados rituales, a pesar de que tuvieran el conocimiento requerido; señaló de modo enfático que tampoco se les facilitaba adquirirlo de forma sistematizada. Daisy Rubiera, en aquel entonces directora de la Casa ya mencionada, dijo de manera tajante que esa era una forma abierta de discriminación femenina.

Obviamente, los babalaos y babalochas (santeros) presentes no estuvieron de acuerdo con esas críticas. Hubo santeras cubanas que aclararon que no se consideraban víctimas de la discriminación aludida, porque ese era el papel asignado a las mujeres en la Regla de Osha, así era la tradición, y desde que el mundo había sido mundo, había sido de tal forma. A partir de aquel momento comencé a llevar anotaciones sobre el tema, recordando, sobre todo, el rol que había visto asumir a las santeras desde mi niñez.

No mucho tiempo después de esa discusión, tuve que acercarme al problema genérico en las creencias religiosas afrocubanas. Me vi obligado a esa reflexión por la lectura de la investigación de Ian Lumsden(2) sobre la homosexualidad contemporánea en nuestro país. Escribí unas notas para dar a conocer panorámicamente como se visualizaban los valores sexuales en las religiones afrocubanas, con el simple deseo de que él tomara las ideas básicas y las incluyera en los incisos donde abordaba dicho tema. Para mi sorpresa, reprodujo mi texto en uno de los apéndices de su pesquisa, ya editada como libro.(3)

En aquellas notas comencé por la Sociedad Secreta Abakuá, en la cual la más ligera sospecha o comentario sobre la duda de la masculinidad de un aspirante a integrarla le impide la incorporación. En segundo lugar apunté que en la Regla de Palo la participación de las mujeres era más abierta y aunque tenían determinadas limitaciones, contaban con más espacios que los homosexuales. Pero hoy en día se observan cambios notables, y ya se comenta la existencia de paleros homosexuales, aunque la crítica es muy fuerte ante esta trasgresión de una norma que prohíbe a los homosexuales oficiar. Y concluí señalando que, aunque de modo muy esporádico, se había comenzado a debatir la situación de la mujer en la Regla de Osha, situación que se encontraba en desventaja abierta en comparación con los hombres homosexuales, como bien se apreciará más adelante.

Ahora retomo el tema, pero con una visión más amplia, sin agotar todas las fuentes disponibles, teniendo en cuenta algunas limitaciones que no podrán ser pasadas por alto durante la fase final de la pesquisa de la cual esta contribución forma parte. La primera de ellas es la carencia de una bibliografía consultable en nuestros centros de información y bibliotecas. Otra es la ausencia de una perspectiva histórica en los pocos estudios publicados en Cuba que abordan dicho fenómeno.

No cabe duda de que se debe ahondar en este punto, sobre todo hurgando y valorando el papel del género y la sexualidad en la antigua cultura yorubá y en la actual; además, es necesario, en un futuro, realizar estudios comparativos de este fenómeno en Brasil y en otras sociedades donde aún se practica el Culto a los Orishas. Por lo tanto, adentrémonos en el asunto, comenzando desde el punto de vista del género.

GÉNERO

La pertenencia a un género, como se ha expresado, aporta posibilidades y limitaciones en las prácticas religiosas de los iyalochas, babalochas y babalaos. Por lo general, los hombres y las mujeres pueden ser iyalochas y babalochas. Ambos están facultados para ser padrinos y madrinas, es decir, ser los padres religiosos de los que se inician, pueden realizar omieros, consultas con caracoles y con el coco, acheses, ebbó, mayubar, matar animales de plumas. Están aptos para recibir el cuchillo de Ogún, llamado también pinado, pero las mujeres no pueden usarlo en su función sacrificatoria, para matar animales de cuatro patas.

Sólo los hombres pueden convertirse en oriatés, italeros, babalaos, tocadores de tambores batá, matadores de animales de cuatro patas, osainistas. El ser apetebí es la única función particular de la mujer en la Regla de Ifá. Como bien se aprecia, hay categorías que excluyen completamente a la mujer de prácticas muy jerarquizantes y que brindan mucho prestigio a los que evidencian tener aché, talento para actuar en tales rituales.

En la reunión ya señalada en Santiago de Cuba, se evidenció la ausencia, al menos hasta ese momento entre las santeras cubanas, de un criterio enjuiciador de que la marginación de la mujer era el resultado de la existencia de una política machista, veladora y mantenedora de los privilegios y del poder de los hombres en la Regla de Osha.

Por supuesto, santeros y babalaos siempre han respondido ante tales acusaciones de forma negativa; han argumentado que simplemente se trata de un problema de tradición, de respeto a las costumbres establecidas, al riguroso cumplimiento de lo que se aconseja en los oddun, que son leyes o códigos que todo creyente, iniciado o no, debe cumplir.

La vida de los santeros está regida totalmente, o muy influida, por las normas de conducta que debe seguir, de acuerdo con el itá leído en el ritual que se efectúa una vez ya iniciado en la Regla de Osha el hombre o la mujer. La prohibición a las mujeres de hacer determinados rituales en sus períodos menstruantes se ha criticado por no pocas de ellas, como reflejan algunas de las entrevistadas por mí o algunas de las citadas por Daisy Rubiera.(4)

Pero no nos llevemos a engaños: la mayoría de las practicantes de la santería aceptan disciplinadamente la tradición heredada. Sin embargo, ya se pueden percibir cambios que apuntan en una dirección contraria, y que son acciones muy concretas, aunque no muy visibles por el momento.

En el texto de la investigadora Rubiera hay testimonios que son elocuentes y que demuestran que la realidad y las condiciones contextuales imponen, en primera y en última instancia, las medidas que como solución se han de tomar ante problemas imprevistos. En uno de ellos(5) se cuenta cómo se le presentó la menstruación a la informante estando ya en el trono, es decir, en el proceso de ser iniciada. Ella pensó que el ritual sería pospuesto, pero se realizó con la aquiescencia de su padrino y del oriaté que la debía iniciar.

Esa determinación llevó a la iniciada, de modo muy lógico, a no tener en cuenta su “período” para reverenciar a sus orishas. Ese hecho y otros que pueden estar ocurriendo a diario, en diferentes niveles de las prácticas santeras, son expresiones de la dialéctica, de los cambios que la vida impone sobre dogmas y tradiciones. No hay duda de que estamos viviendo tiempos de rompimientos, de grandes cambios en todos los aspectos y niveles de nuestra sociedad, enlazados de modo coherente a los que se operan a nivel mundial.

Sólo el futuro dirá cuales prevalecerán. La menstruación en la mujer tiene un origen punitivo, de acuerdo con uno de los oddun de Ifá narrados por babalaos y santeros. En dicho oddun, la curiosidad, considerada cómo algo innato en la mujer, es la causa de su eterno castigo. La protagonista del oddun, extrañada de que su marido, Ochosi, traía sin sangre los animales para comer, lo siguió cuando éste fue a cazar. Vio cómo, una vez terminada su faena, los llevaba a una choza en el monte y los dejaba allí. Se acercó entonces muy sigilosamente y vio como Olofi les chupaba la sangre. Pero fue descubierta y entonces el más poderoso de todos los orishas la condenó a expulsar cada mes sangre de su cuerpo.

Hurgando sobre ese asunto, el babalao Agustín Martínez(6) me dio una interpretación diferente. Considera que la mujer no debe acercarse a los orishas, ni oficiar durante ese período, porque la eliminación de impurezas que se está operando en ella, para poder concebir una criatura, al menos potencialmente, disminuye la energía positiva que emana de los otanes que simbolizan la fuerza de los orishas. Fuera de esos días, estima que no debe haber limitaciones. También relata que era una mujer la que conducía al cuarto de consagración al futuro babalao, pero que por prejuicios machistas, y la tradición surgida a partir de ese hecho, ya no se efectúa así.

También pueden hallarse afirmaciones, algunas avaladas por testimonios, que explican la liberación de la mujer de ese tabú, una vez que ha pasado la menopausia. Yrmino Valdés incluye, en el primer apéndice de su libro Diloggún, los nombres de los primeros oriatés famosos en Cuba, considerados grandes conocedores de las letras de los caracoles. De un total de catorce nombres, sólo cuatro son de hombres, porque parece indicar que en sus inicios predominaban las mujeres en la función de oriaté.(7) No puede dudarse de lo anterior, pero realmente no es frecuente encontrar santeras realizando prácticas que sólo su nueva condición les posibilita hacer.

Lo narrado por el babalao Agustín me hizo recordar un fragmento leído en la magnífica investigación sobre los abakuá, realizada por el profesor Ivor Miller.(8) En ese texto, Miller recoge un testimonio que relata cómo la participación de la mujer fue eliminada en los inicios fundacionales de la Sociedad Secreta Abakuá en Cuba. Detalla que cuando los primeros negros de nación carabalí decidieron fundar su sociedad o agrupación, como un modo de mantener vivas sus tradiciones, había una plaza que era desempeñada por una mujer, pero que los primeros negros criollos que la integraron decidieron eliminarla.

También el investigador Heriberto Feraudy Espino, en su importante libro Yoruba: un acercamiento a las raíces,(9) apunta, al comentar un texto de Abimbola(10) sobre Ifá en África, que hay algunas sacerdotisas, pero en número muy reducido. Pero no aclara si ese fenómeno se produce después de la menopausia.

Este relato, de ser cierto, evidencia, como el contado por el babalao Agustín, que la participación o no de la mujer en determinados rituales de las religiones africanas asentadas en Cuba ha estado sujeta a un proceso similar de desconstrucción y construcción de tradiciones. Proceso que se observa también hoy en diferentes niveles de las prácticas rituales afrocubanas. No pocos de ellos se han perdido, olvidados por no practicarse, y otros más recientes tratan de imponerse. ¿Por qué no pensar que la participación de la mujer en un futuro, largo o corto, será más visible en aquellos rituales de los que ha sido excluida tradicionalmente?

ORIENTACIÓN SEXUAL

El homosexual hombre tiene más espacios que la mujer homosexual en la Regla de Osha. Sin embargo, es discriminado para pasar a babalao, o para ser tocador de tambores batá, o para ser un verdadero osainista. La mujer homosexual, por su condición de mujer, sufre la marginación en importantes rituales, pero no, de manera tan directa, por su orientación sexual, aunque en el ámbito social también sufre de prejuicios, tal vez no tan abiertos como el homosexual hombre, pero no por eso menos dolorosos.

Me parece sumamente interesante la información que nos ofrece Rómulo Lachatañeré,(11) quien, al visitar una casa de santos, observó que las mujeres iniciadas en el culto a Obatalá eran lesbianas. Lydia Cabrera(12) en su ya clásico El monte, al referirse a la presencia de las lesbianas en la Regla de Osha, nos relata que ellas tenían como orisha a Inle,(13) al que sincretizaban con el San Rafael de la Iglesia Católica. Este santo se veneraba en la Iglesia del Ángel y, en particular, el 24 de octubre, fecha de su fiesta anual.

Cabrera destaca que dicha festividad era muy concurrida por los addodis y alacuattás (homosexuales masculinos y femeninos respectivamente). Subraya la presencia de la iyalocha llamada la Zumbao, como la capataza del santo, así como la existencia de una supuesta sociedad religiosa de alacuattás.(14)

No he encontrado otras referencias a lo apuntado por Lydia Cabrera, pero sería muy importante indagar por mayor información sobre esa sociedad. De haber existido, reflejaría aspectos notables, como la visibilidad de las lesbianas en la santería a un nivel tal que habrían tenido necesidad de organizarse. Me llama la atención que el año que Cabrera da como referencia es el de 1887. Justamente durante la década de los 80 del siglo XIX, circuló La Cebolla,(15) una publicación que se autoproclamaba órgano oficial de las meretrices de La Habana. Resulta interesante lo anterior para contextualizar la posibilidad de que la llamada organización de las lesbianas pudiera ser algo más creíble.

Una de mis testimoniantes me aseveró no haber escuchado en su niñez, ni en los cuentos de sus mayores, referencias a tal organización. Pero destacó que en la fecha señalada, las lesbianas, santeras o no, se colocaban una cinta en la cabeza. Ese detalle les permitía identificarse entre ellas. También me habló de la existencia de cabildos, según las historias oídas, dedicados a un santo.(16) Pudiera ser que la existencia de una casa en particular, donde se adorara a San Rafael, fuera frecuentada por muchas devotas de ese santo, y se mostrara la imagen de tal templo popular como la sede de una posible organización religiosa de mujeres lesbianas.

Mis investigaciones de terreno señalan que casi todos los santeros y babalaos expresan que no hay un oddun específico que explique, de igual modo que el origen de la mestruación, la causa de la homosexualidad, pero se argumenta que en el oddun Offun Obbe(17) nace la homosexualidad. En él se narra una historia en la cual Oyá maldice a una mujer, pronosticándole que su hijo será un addodi, homosexual. Hay quienes aseguran que la homosexualidad se crea en Oddi Meyi,(18) pues en este oddun surgen todos los aspectos que pueden apartar de una vida correcta a los hombres y mujeres. Los que tienen esta letra en su Itá deben no tener contacto con manifestaciones y vicios que puedan dominarlos y sumirlos en costumbres y hábitos dañinos, como ser alcohólico, drogadicto, ladrón.

A los que se inician o se consultan y les sale este oddun, se les aconseja apartarse de los homosexuales, para evitar las influencias que ellos pueden ejercer en sus vidas, sobre todo a aquellos propensos a la homosexualidad, conscientes o no. En no todas las fuentes testimoniales publicadas se reproduce el texto de la letra con amplitud y claridad. En uno de ellos, con un gran nivel de síntesis, se expresa que: Oddi Meyi, formación del género, las nalgas y la vagina de la mujer. Oddun femenino. Nacen los órganos femeninos, la célula, el color negro y el rojo. Los colores abigarrados para las mujeres, el mar. El vicio del sexo oral y la malicia. Los granos.

Nace el Ariku Bamboyú. Los muñecos, hablan los monos; es la resistencia en persona; es hija de Orumbila y Oloborá. Aquí se estableció el principio de la monarquía. En ella se practica el espiritismo; habla de perversión; la persona quien marca este oddun está predispuesta al homosexualismo y los varones igual. La muerte llega por un viejo que aparecerá al oscurecer. Señala la prisión, la caridad pública, la autoridad, la jefatura, las comidas. Mujeres jóvenes embarazadas. El poder(19).

En Des Dieux et des Signes, Erwan Dianteill(20) plantea también que los heterosexuales practicantes deben apartarse de los homosexuales. No fundamenta tal acción con el oddun citado, sino a partir de su reflexión sobre la feminización de la santería y del espiritismo cubanos, como resultado de la compleja estructura religiosa afrocubana. Enfatiza que en la medida en que hay religiones reservadas ritualmente a los hombres, las otras tienden a la feminización. Afirma que un hombre que se mantenga en la santería o en el espiritismo corre el riesgo de ser asimilado al grupo de los homosexuales, los que no tienen acceso al culto de Ifá y al Palo Monte. Subraya la significación de la pertenencia a Ifá y al Palo Monte como un sello de heterosexualidad, de masculinidad, aspecto muy importante, según él, en un país donde el machismo tiene un valor dominante.

Me llama la atención que no incluya en este rango a los abakuás, que también son practicantes de un culto donde la masculinidad es el factor principal. Concluye su idea con el criterio de que: “la santería está afeminada porque existe un grupo complementario exclusivamente masculino”.(21)

Dianteill hace algunas consideraciones relacionadas con las parejas homosexuales, y adopta una posición muy dogmática para calificar al que hace de activo y al que hace de pasivo. Es muy confusa la parte final de su enjuiciamiento: “El que asume el rol masculino en la relación sexual es llamado bugarrón, no tiene ninguna afiliación particular en la santería”. ¿Quiere decir que aunque haga el papel de hombre sigue considerado homosexual?(22)

Asimismo, emite una valoración, que me parece muy controversial, y que obviamente evidencia que analiza estas relaciones desde una posición externa. De modo categórico asegura que los hombres homosexuales, que son muy afeminados y no bugarrones, pueden encontrar en la santería una actividad religiosa en la cual asumir sus preferencias femeninas. La realidad evidencia la dialéctica de esos roles, y que el mayor o menor amaneramiento no es señal obligatoria de la preferencia de una función pasiva o activa. Tampoco el adoptar la posición de activo libera al homosexual del estigma para desempeñarse como babalao.

No son pocos los homosexuales que se identifican plenamente con Shangó. Lydia Cabrera(23) cuenta la relación de un famoso addodi con el orisha más mujeriego de la Regla de Osha. Sin embargo, la tendencia popular que vincula a este orisha con los homosexuales está dada por la existencia de una historia que narra como Oyá le prestó su ropa a Shangó para evitar una batalla con Ogún. El travestismo momentáneo de Shangó lo hace atrayente a los homosexuales. En su texto, Dianteill narra una versión de tal historia contada a él por un omogún. Realmente, era una versión que estaba en función de una obra literaria, de una ficción. En esa versión, no surgida de la imaginería popular, al vestirse de mujer, Shangó se sintió bien y realizó el acto sexual con Ogún.(24)

El propio autor, al conversar con otro omogún y un omoshangó, se convenció de lo inadecuado de tal propuesta. De eso hace ya más de treinta años y el relato final que aparece en la novela, aún no publicada, respeta la historia tal como se reproduce en la versión original y se mantiene en el conocimiento de todos los santeros.(25)

Hace ya algún tiempo tuve la oportunidad de leer un tratado vinculado con el oddun Ogundaketé, en el cual se describe lo que debe hacerse para que un homosexual abandone sus prácticas sexuales.(26) Llama la atención que este ritual no haya sido utilizado con esa finalidad por padres santeros con hijos que presentan esa orientación sexual, ni recomendado por los babalaos con ese fin. A muchos de los entrevistados para esta pesquisa les he formulado esa pregunta y no he obtenido una respuesta lógica.

En Ogundaketé, uno de los oddun de Ifá, se narra que Yemayá se enamoró locamente de un joven homosexual que no le prestaba atención a sus requerimientos, pero ante la insistencia de ella, el joven le puso como condición que convenciera a Orula para que él fuera iniciado como babalao. Después de muchos ruegos, Orula accedió. Se le hizo un ritual que, metafóricamente, implicaba cerrar la vía sexual clásica de los homosexuales, ya que el joven tenía que abandonar sus prácticas homosexuales. Sin embargo, él no cumplió los caprichos de Yemayá. Una vez convertido en babalao, se negó a hacer el amor con ella, porque hacerlo era traicionar a Orula, puesto que Yemayá era su mujer. Como venganza, Yemayá comenzó a difamar de la hombría del joven. Una versión diferente de la relación de Yemayá con los homosexuales se halla en el ya citado El monte. Uno de los informantes de Lydia Cabrera le narró que Yemayá se enamoró y vivió con uno de ellos. Que eso ocurrió en el país Addo, donde todos los habitantes eran mitad hombres, mitad mujer. Yemayá los protegía porque Addo era tierra suya.

Esta historia explicaría la cantidad de homosexuales vinculados con Yemayá y con Oshún. Con esta última se ha de tener en cuenta sus peculiaridades más populares, su feminidad, su culto al amor.(27)

También El monte nos relata que los orishas masculinos, Shangó, Ogún, Eleggua, Ochosí, Orula y Obatalá, no ven con buenos ojos a los addodis, homosexuales en lengua yorubá,(28) como ya se ha dicho. Pero es muy significativo que, a pesar de la marginación que sufren los hombres homosexuales, en determinados niveles del Culto a los Orishas tienen un gran espacio, y en la Regla de Ifá, de tantos valores machistas, se les concede la mano de Orula.

Lo anterior se fundamenta en un patakí que nos habla de cómo, en cierta ocasión, Orula fue atacado por sus enemigos y lanzado medio muerto a un río. Pudo asirse a un tronco que flotaba y, sin conocimiento, fue rescatado de las aguas por unos hombres y llevado a una isla donde sólo vivían hombres que convivían sexualmente entre ellos. Orula fue respetado, curado. En virtud de esta buena acción, Orula decidió demostrar su agradecimiento, otorgándoles su ildé para no dejarlos desamparados ante los peligros y la muerte.(29)

Otro aspecto vital para los creyentes es la pertenencia a un orisha femenino o masculino. Obviamente, no significa que los hombres actúen y vivan de una forma contraria a su género y a la sexualidad inherente a él, pero en el saludo, por ejemplo, el hombre debe hacerlo como se saludan a las orishas hembras, ladeándose a la izquierda y a la derecha, una vez que están tirados a la larga sobre la estera, alfombra de pajilla que se usa para dormir y sentarse los iyawos durante el ritual de iniciación. Algo similar ocurre cuando un orisha monta un caballo, es decir, cuando la energía espiritual de Shangó o de Yemayá o de cualquier otro orisha baja y posee a uno de sus hijos, y habla a través de ellos, sus caballos en la tierra. Un hombre montado con un orisha masculino no ha de presentar grandes problemas en la asunción de esa energía. Tampoco una mujer cuando es poseída por la energía de una orisha, pero cuando el género del orisha es el contrario del caballo podría haber una contradicción, aunque no pocos argumentan la ausencia de esa posible contradicción, puesto que la energía posee a la persona y la hace actuar como lo que esa energía está representando.

Sin embargo, el análisis de los casos estudiados refleja una tendencia interesante: las mujeres, sin ser propiamente lesbianas, asumen las energías de los orishas masculinos, y también de forma coherente las personalidades de las orishas femeninas, acentuando las características propias de cada una de ellas. Los hombres montados con las energías de los orishas masculinos acentúan la masculinidad de los orishas que hablan a través de ellos, no importa si son homosexuales. Desde hace algún tiempo comencé a frecuentar fiestas de santos, y nunca he visto, en los últimos años, a un hombre denominado heterosexual montado con un orisha femenino, a pesar de que la tradición oral sí recoge tales casos. La homosexualidad es aceptada como un hecho objetivo en las prácticas de las versiones del Culto a los Orishas en Cuba, en los Estados Unidos y en Brasil, pues también en el candomblé, nombre que toma en ese país, se visualiza la participación extraordinaria de los homosexuales, tanto masculinos como femeninos, pero los primeros parecen ser también mayoritarios.

Esta aceptación puede estar dada desde el punto de vista religioso por los oddun ya señalados, la probable existencia de otros, o de la propia historia de los pueblos yorubás, como se expresa en el título, limitado a las prácticas religiosas en Oyo, Sex and the Empire Is No More, de James Lorand Matory,(30) También se ha dicho en escritos cubanos y extranjeros, no siempre relacionados con los homosexuales, que no pocos van a la santería u otras religiones de origen afrocubano como un modo de realización social y personal, pues llegan a ocupar puestos notables en la práctica de dichas creencias personas que no hubieran podido lograr en otras actividades sociales.

Son numerosos los babalochas, iyalochas y los oddi, homosexuales santeros, que han alcanzado amplio reconocimiento, prestigio y que se sienten respetados y admirados por los creyentes. En el caso particular de los homosexuales, en algunos textos se argumenta que su participación se debe, fundamentalmente, a que en las prácticas religiosas pueden asumir su feminidad de modo abierto, sobre todo cuando son hijos de orishas mujeres (como lo dice el ya mencionado Dianteill,(31) entre otros(32).

Una revisión general de algunas de las ideas lanzadas para el debate refleja que todavía queda mucha investigación de terreno por realizar y no poca bibliografía por consultar. Evidentemente, la santería y el candomblé son creencias y prácticas religiosas muy abiertas, integradoras y participativas para hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, pertenecientes a todas las razas, a todas las clases sociales, portadores de culturas y lenguas provenientes de muy diversas latitudes, practiquen o no otras creencias. En virtud del incremento y expansión de la lucha de los homosexuales por sus derechos, no es difícil predecir que ello influirá sobre la que, de modo silencioso, al menos por ahora, se libra en el seno de la religiosidad afrocubana por parte de las mujeres, principalmente, y también por los homosexuales hombres.

Las iglesias cristianas, en su mayoría, siguen condenando a la homosexualidad. Ya se ha visto, aunque sea panorámicamente, como en el Culto a los Orishas el homosexual tiene más espacio pero, a la vez, y sobre todo al hombre, se le impide la realización de determinados rituales, y en los oddun de Ifá y del diloggun se le sigue considerando como algo no del todo aceptable. Por eso el interés cada vez más generalizado en discutir estos aspectos.

La solución no está en la simple y errónea tolerancia, sino en la sabia y justa comprensión de que los tiempos han cambiado y de que todo el presente es el resultado de una construcción machista y discriminadora de la mujer y del homosexual por razones de poder. El camino a recorrer en esta lucha es largo y difícil, pero está iniciado, el debate está abierto, sobre todo a partir de las iniciaciones que ya se han hecho en Cuba de mujeres como iyaonifá.(33)

Evidentemente, los criterios ante ese hecho son muy diversos, pues la práctica cubana, en su gran mayoría, es renuente a ese y otros cambios. En casi todas las religiones se han producido movimientos ortodoxos. La santería, el Culto a los Orishas, ha estado sufriendo de ese proceso desde hace ya tiempo, pero llama la atención que cobra fuerza justamente cuando se intenta dar un mayor espacio activo y jerárquico a la mujer dentro de la Regla de Ifá.(34)

Debemos analizar los fenómenos que ocurren en la santería con un sentido dialéctico y, por lo tanto, reconocer la coexistencia de formas diferentes de practicar la religiosidad santera. Es un proceso que parece ser irreversible, independientemente de que simpaticemos o no con él.

NOTAS AL PIE

(1) Participaron los babalaos Lázaro Vidal, Agustín Martínez, Ángela Jorge, santera, entre otras, y no practicantes, pero investigadores del tema, Aníbal Argüelles, Daisy Rubiera.
(2) Ian Lumsden: Machos, maricones and gays. Cuba and homosexuality, Philadelphia: Temple Press University, 1996.
(3) Tomás Fernández Robaina: “Cuban Sexual values and African Religious Beliefs”, en Ian Lumsden, ob. cit., p. 205-208.
(4) Daisy Rubiera: “La mujer en la Regla de Osha. Una mirada de género”, Revolución y Cultura (2-3): 72-73; marzo-junio de 1999.
(5) Ibídem.
(6) Entrevista con el babalao Agustín Martínez el 18 de octubre del 2003, en Natalia Bolívar Aróstegui: Ifa: su historia en Cuba, Ed. Unión, 1996, ver p. 49, 51.
(7) Yrmino Valdés Garriz: Diloggún, Ed. Unión, 1997.
(8) Tuve acceso al original. De ahí tomé las notas que he incorporado a este texto. Considero que es uno de las investigaciones más abarcadoras realizadas durante el período revolucionario. Será uno de los libros de más consulta cuando se publique. Evidencia la importancia de la obra de Lydia Cabrera, la que actualiza de manera obvia.
(9) Heriberto Feraudy Espino: Yoruba: un acercamiento a las raíces, La Habana: Ed. Política, 1993.
(10) Ibídem., p. 139.
(11) El sistema religioso de los afrocubanos, selección, notas y prefacio de Isaac Barreal, La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1992.
(12) Lydia Cabrera: El monte Igbo-Finda. Ewe Orisha. Vititi Nfinda: Notas sobre las religiones, la magia, las supersticiones y el folklore de los negros criollos y del pueblo de Cuba, Miami: Ediciones del Chicherekú, 1971, p. 56.
(13) Ob. cit., p. 56-58.
(14) Ibidem.
(15) La Cebolla, órgano periodístico que circuló en La Habana en 1885. Se consideró por algún tiempo como el resultado de la organización de las meretrices de ciudad de La Habana, pero realmente fue la forma que adoptó su director para satirizar el gobierno de la época.
(16) Entrevista a Hilda Díaz, una de las consultantes para este trabajo, el 30 de octubre del 2003.
(17) También hay otras historias relacionadas con Offun que hablan de cómo surgió la maldición.
(18) Nicolás Angarica: “El Lucumí al alcance de todos”, en Estudios Afrocubanos. Selección de lecturas, selección y compilación de Lázara Menéndez, La Habana: Universidad de la Habana, Facultad de Artes y Letras, 1998, t. 4, p. 3-128. En las páginas 69-70, 77 se explica la letra Oddi. También en las libretas y manuales de sanwría pueden encontrarse definiciones de dicha Oddi, al igual que en los textos donde se recopilan los odduns de Ifá desde muy diversos niveles, en cuanto a que en unos aparecen más ampliados, con más historias, mientras que en otros aparecen sintetizados. En el tomo tres de la obra citada se incluyen las libretas de saterí de la iylocha María Antonia Fines y del babalocha Jesús Torregosa.
(19) “Oddi”, en Natalia Bolívar Aróstegui: Opolopo Owo, La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1994, p.74-76. Ver también, de Natalia Bolívar Aróstegui: Ifá: Su historia en Cuba, Ed. Unión, 1996. Odduns relacionados específicamente con la homosexualidad: Oddi Meyi, p.21; Oddi broso, p.49; Oddi Ka, y Oddi Otura, p. 5.
(20) Erwan Dianteill: Des Dieux et des Signes, Paris, Éditions de l´École des Hautes Études en Sciencies Sociales, 2000.
(21) Ob. cit., p. 75.
(22) Ob. cit., p. 95.
(23) Lydia Cabrera: ob. cit., p.57.
(24) Erwan Dianteill: ob. cit., p.96-97.
(25) Tuve la suerte de entrevistar al autor y me narró lo expresado. Pienso que la versión es muy interesante pero no cabe duda de que el tratamiento del mito es muy irreverente.
(26) El babalao Agustín Martínez me facilitó dicho escrito, del cual hice una copia.
(27) Lydia Cabrera: ob. cit., p.56.
(28) Ídem.
(29) Historia contada por el babalao Agustín Martínez (ver nota 9). Consultar también: Tomás Fernández Robaina: Hablen paleros y santeros, La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1994, p.43-45; Natalia Bolívar Aróstegui: Opolopo Owo, La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1993, p. 103-166.
(30) James Lorand Matory: Sex and the Empire Is No More: Gender and the Politics of Metaphor in Oyo Yoruba Religion, Minneapolis: University of Minneapolis Press, 1994.
(31) Erwand Dianteill: ob. cit., p. 95-99.
(32) Peter Fly: “Male Homosexuality and Afrobrasilian Possession Cults”, en Male Homosexuality in Central and South America, Ed. Stephen O. Murray, San Francisco, MYC: Institute Obregon/Guy-NY, 1987, p. 65-91.
(33) A pesar de que ello no significa que sean babalaos, pues no pueden iniciar a los que deseen convertirse en babalaos.
(34) Ver los documentos emitidos por la Sociedad Cultural Yorubá de Cuba, relacionados con el Consejo Nacional de Sacerdotes de Ifá, y el Consejo de Sacerdotes Mayores Obases de la República de Cuba, y los boletines 1, 2 y 3, emitidos por la casa templo Ifá Iranlowó, así como el documento repartido en conferencia de prensa por Víctor Betancourt.


ARTÍCULO RELACIONADO

Homosexualidad masculina en la Osha
Por Alejandro Fernández Calderón (Cubaliteraria)

viernes, mayo 28, 2010

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Gajes del oficio
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Leí en una ocasión: «José Martí dijo: Amor con amor se paga». Esa frase pertenece al refranero popular. Él la tomó como título para un juguete teatral que escribió en México. Fue puesta en escena con éxito, interpretada por Concha Padilla y Enrique Guasp.


Gajes del oficio significa molestias o perjuicios que se experimentan con motivo del empleo u ocupación. Un señor se lamentaba siempre: Esos son gases del oficio.

Una profesora nos escribe criticando la expresión: «Los aficionados corrieron por las bulliciosas calles de Santiago», en lugar de: «Los bulliciosos aficionados...». No, no hay error en ella: Bullicioso no es solo lo que causa bullicio, sino el sitio donde lo hay. Incluso si no tuviera esa segunda acepción, sería una hipálage, una figura de retórica consistente en agregar un complemento a una palabra distinta de aquella a la cual debiera referirse lógicamente.

LA RESPUESTA DE HOY

¿Qué significa Ph? Potencial de Hidrogeniones. Expresa el grado de acidez o de alcalinidad de las soluciones. En la escala de 0 a 14, el punto 7 indica la neutralidad.

¿Cucurucho o cucurrucho? Una lectora ha oído ambas formas. Se dice: cucurucho. Viene del italiano dialectal cucuruccio. Es el papel, cartón, barquillo, etc., arrollado en forma cónica. Sirve para contener dulces, confites, churros, helados, semillas de maní, almendras, cosas menudas.

Esa bolsa de red sujeta a una armadura con mango, con que se extraen los peces de las peceras, se llama salabre.

jueves, mayo 27, 2010

NO HAY MOTIVO PARA CERRAR PLAYAS

Por Orfilio Peláez (Granma)

El Acuario Nacional de Cuba advirtió que no existe motivo alguno vinculado a la presencia del pez León para prohibir el baño en ninguna zona costera del país, ni cerrar playas, incluidas las situadas en las dos provincias habaneras.

Según el texto de una nota informativa emitida por esa institución y a la cual Granma tuvo acceso, en los últimos días algunas playas del litoral norte del occidente cubano fueron cerradas sin que ningún organismo autorizado a hacerlo haya estado involucrado en la toma de esa decisión no consultada.

La propia fuente reiteró que hasta el momento tampoco ha sido confirmado por los canales correspondientes, el fallecimiento de alguna persona provocado por el pez León en el área de Playa Baracoa.

También califica de falsos los rumores sobre el presunto arribo de tiburones a las cercanías de nuestras costas, los cuales supuestamente huyen del derrame de petróleo en el Golfo de México.

De acuerdo con lo expresado por la dirección del Acuario, la posibilidad de que un ser humano muera por pincharse con las espinas del pez León es sumamente baja, y sería el resultado de una respuesta alérgica severa propia del organismo ante el veneno, o a causa de una lesión mal atendida que derive en otras complicaciones.

Lo más recomendable es bañarse en zonas con fondo de arena y limpio, y si la persona lo hace en un área de costa rocosa, debe tener la misma precaución manifestada ante especies como rascasios, levisas, rayas y erizos negros, que también son organismos marinos igualmente venenosos.


ARTÍCULOS RELACIONADOS

León intruso en aguas cubanas
Por Luis Hernández Serrano (Juventud Rebelde)

Reportan presencia de pez León en aguas cubanas
Por Orfilio Peláez
(Granma)


miércoles, mayo 26, 2010

¿HISTORIADOR TU?

Por Argelio Santiesteban* (Caiman Barbudo)

Se dice –con toda la razón capaz de albergarse bajo la bóveda celeste– que la ignorancia es descocada, desaforadamente atrevida. Sí, la estulticia se muestra en cueros, desvergonzada, a calzón quitado.

Esa idea me vino al occipucio cuando hojeaba el libro Breve historia de Cuba (1), de Jaime Suchlicki, publicado en la Florida.

Los dislates, en este engendro infeliz, ya saltan a la vista cuando se pretende historiar los mismísimos días inaugurales. Nos dicen que, en 1492, “Cristóbal Colón descubrió y exploró a Cuba” (p. 229). Y los dos verbos contenidos en la declaración constituyen barbaridades que no absolvería ningún padre confesor.

En primer lugar, desempolva el manido tópico del “Descubrimiento”. Ya Eduardo Galeano –con su deliciosa ironía– ha dicho que las legiones romanas, cuando arribaron a la península ibérica, no “descubrieron” esa área, pues ya estaba habitada. Y, que yo sepa, los mal llamados indocubanos eran gente, y no jutías ni almiquíes.

Por otra parte, el Gran Almirante de la Mar Océana no “exploró” a Cuba en su incursión. Dio unas cuantas vueltecitas por la costa nororiental. Envió a tierra a una avanzadilla, primeros europeos que vieron fumar. Dijo aquello de “ninguna cosa tan fermosa vide”, cliché que repetiría en otros parajes, pues la riqueza literaria no era su fuerte. Plantó una cruz en Baracoa. Y se largó hacia Quisqueya. Pero el territorio del archipiélago permanecería inexplorado hasta muchas décadas tras el desembarco de Diego Velásquez.

Estimados acompañantes en este accidentado viaje libresco: movámonos en el tiempo para saber que “bajo la administración de Carlos III (1759-1788) se convirtió en un monopolio del gobierno” la comercialización del tabaco (p. 22). Cualquier mediano conocedor del ayer cubano sabe que los vegueros protagonizaron, en la primera mitad de los 1700, varias asonadas, por el trato abusivo que sufrían bajo el estanco. Por lo que dice el libro, da la impresión de que a los isleños de Jesús del Monte no los ahorcaron por rebeldía, sino que su diversión preferida estribaba en balacearse al extremo de una soga. (El propio autor se contradice en la p. 36).

El Papel Periódico de La Havana, que vio la luz en 1790, fue –nos revela Suchlicki– el “primer diario de Cuba” (p. 45). Para empezar, dos publicaciones periódicas le antecedieron: El Pensador y Gazeta. Además, El Papel jamás fue un diario, pues se inauguró como hebdomadario y después tuvo frecuencia bisemanal, nunca cotidiana.

Ahora sí, sufridos lectores, han ustedes de ajustarse el cinturón de seguridad. Porque este pozo de ciencia nos pone al tanto de que Aponte no terminó con la cabeza sobre una pica, en la intersección de las calles hoy llamadas Reina y Belascoaín, sino que “liberó a los negros” (p. 230). (No comment!, como dicen los anglófonos cuando quieren guardar silencio).

Desde la Península –ahora la floridana, no la ibérica– el enterado profesor Suchlicki nos hace saber que Juan Gualberto Gómez fue “un distinguido general negro de la guerra contra España” (p. 70). Y a eso sí que le zumba el proverbial merequetén.

Hallamos en Juan Gualberto a una cúspide inconmensurable del civilismo independentista, lo que le valió dos estancias en el infierno de Ceuta. Fue enemigo jurado de la Enmienda Platt, del entreguista Estrada Palma, de José Miguel –la corrupción en dos patas–, de la hiena que se apellidó Machado.

Pero bien lejos estuvo de ser un adalid guerrero. Su única participación bélica fue en el fallido Grito de Ibarra, que quizás durase unos diez minutos. Sospecho que jamás tuvo ni la mínima idea de cómo funcionaba un fusil de cerrojo, un bolt action, es decir, un mauser o un remington.

Ah, pero el historiador miamense nos presenta a Juan Gualberto como si –por ejemplo– él hubiese capitaneado –y no Quintín Banderas– la aguerrida infantería oriental en la oleada invasora maceísta.

El siglo XX no queda a salvo en cuanto a las meteduras de pata, en las cuales el doctor Suchlicki resulta un indiscutible perito ejecutor. Así, nos informa que la Primera Intervención se mantuvo durante “dos años” (p. 69). La más elemental aritmética de bodeguero permite saber que entre el momento en que se inaugura 1899 y el 20 de mayo de 1902 media un lapso temporal superior a los tres años y cuatro meses. Pero el autor tampoco es diestro en tan pedestre cómputo.

¿Qué más? Pues olvidaba decirles que Ramón Grau San Martín fue “un distinguido profesor de Filosofía” (p. 86), y nunca ejerció la docencia en Fisiología. (Estos desatinos… ¿tendrán alguna relación con el estrecho vínculo que Suchlicki mantiene con los Bacardí, y sus espirituosos productos?).

Ya casi en nuestros días, Ricardo Bofill resulta investido como “vicerrector de la Universidad de La Habana” (p.244). Ese hijo de Madruga, en su trayectoria académica, tuvo como clímax el nombramiento de administrador del cine Actualidades, en la viejohabanera calle Zulueta.

Dígase que sólo me he referido a dislates históricos. Pero, de la redacción, ni hablar. Esto parece escrito con el último tramo del intestino grueso.

Sí, después de esta lectura, que convoca a la indignación, “no hay más pueblo”, como dice el sermo vulgaris cubensis. A pesar de ello, Luis Aguilar León, Profesor Emérito de la Georgetown University califica la obra como “La mejor síntesis que se ha hecho de la historia de Cuba”. Carlos Alberto Montaner, de Firma Press, nos dice que “Recoge todo lo que se necesita saber para entender qué ha sucedido en ese país…”. Y Carmelo Mesa-Lago, de la Universidad de Pittsburg, adjetiva generosamente al libro: “sofisticado […] detallado […] balanceado y objetivo”.

Jaime Suchlicki, entre otras galas, ostenta la de presidir la cátedra con el sacratísimo nombre de Emilio Bacardí Moreau –superiorísimo santiaguero– y la de dirigir el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos, en la Universidad de Miami.

Y me asalta una sospecha. Presumo que, en el exigente mundo académico de Miami, los alborotadores canes de mi barrio podrían alcanzar rango de eruditos.

Todo esto me trae a la mente cierto comentario que, ante la incoherencia, suele proferir el actor Mario Limonta, cuando en un programa radial humorístico rezonga: “Caballeros, esto no es serio… ¡esto es bufo!”.

(1) Jaime Suchlicki: Breve historia de Cuba. Environ Publishers. Coral Gables. 2002.

*Argelio Santiesteban (Cuba, 1945): Periodista y escritor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica.

martes, mayo 25, 2010

APORTES DE LOS CHINOS EN CUBA

Por Rafael Lam (CubAhora)

La mezcla de europeos, africanos y chinos da un toque mágico a la población cubana. Si por cultura se entienden también las comidas, la manera de trabajar y de vivir, tal como afirma Gabriel García Márquez, la huella de los chinos en Cuba se hace tangible en recetas culinarias, elementos que penetraron en la artesanía, el teatro y la ópera; en la música, con la corneta china; y hasta en la rebeldía independentista y determinadas formas de la producción y los servicios.

También en el idioma, la influencia cultural de China es significativa. Sergio Valdés, en el libro Lengua nacional e identidad, ha recopilado una serie de expresiones generadas al calor de la convivencia con los asiáticos. Algunas de ellas son:

"Búscate un chino que te ponga un cuarto" (Buscar una pareja). "No creo en velorio chino" (Desconfianza). "Ponerla en China" (Ponerla difícil). "Quedarse en China" (No entender). "Mi china" (Expresión de cariño).

Y, además, denominaciones como naranja china, frijolitos chinos, salsa china… Palabras como "chulampín", vinculada a la voz de chulo, por corrupción idiomática del nombre de un mandarín chino del siglo XX: Chu Lam Pin —quizás un pariente lejano mío.

La influencia de la cultura china es tal vez más amplia de lo que imaginó el sabio cubano Fernando Ortiz. Mucho de su filosofía ha impregnado a los cubanos. Y en la historia nacional de la música han entrado Jesús Lí, El Chino Chong, el maestro Fortín, Julio Ley, Servando Aragó, Jesús (El Chino Lam), Obdulio Morales, las bandas de música de las sociedades chinas y los grupos de danza de los carnavales.

UN POCO DE "HISTORIA CHINA"

Los primeros contingentes de "chinos" llegados a Cuba procedían realmente de Manila (Islas de Filipinas), reducto colonial de España en Asia. Muchos murieron en la travesía, pero también muchos se fundieron con los otros grupos de inmigrantes llegados a Cuba, surgiendo una especie de chinos y chinas amulatados que dan al país un toque especial de "heraldos de la civilización", al decir de Wifredo Lam.

Los chinos, como sabemos, trabajaron en todo tipo de oficios con una eficacia asombrosamente demostrada. El chef de cocina Gilberto Smith explica que los chinos crearon en Cuba comidas típicas que no existen en ningún lugar del mundo, como el arroz frito.

"Personalmente he comprobado que no existe esa comida en ningún "Barrio Chino" (China Town) de Nueva York, San Francisco y Londres. Muchas de las comidas llamadas "típicas" de Cuba, existen en otros países de América Latina, pero no así el arroz frito, comida consistente en producto de carnes y mariscos, cebollino, frijolitos y arroz con salsa china.

"Debo agregar que los chinos ayudaron en sus comercios a los más pobres vendiendo productos a precios populares", asegura Smith, el chef mulato-chino. Emilio Roig, en uno de sus artículos sobre un personaje legendario, "el Médico Chino", nos recuerda que este le decía a sus pacientes: "Si tiene linelo paga pa´ mí. Si no tiene, no paga. Yo siemple da la medicina pa gente poble".

Los primeros 206 culíes chinos arribaron el 3 de junio de 1847, por el pueblo de Regla. Al igual que los africanos, los chinos típicos y criollos "nos van a dotar nada menos que del concepto de independencia", según escribió Alejo Carpentier, en 1981, en una revista de la UNESCO.

Jesús Guanche nos recuerda que en 1868, con el estallido de la Guerra de los Diez Años, los culíes se incorporaron de manera masiva a la contienda. Todos se unían con gran patriotismo, ejecutando verdaderas hazañas, "y dieron muestra de disciplina, lealtad y valentía. De ahí que en el Parque de L y Línea, en El vedado, se erige un monumento a esos patriotas cuyo epígrafe, en su pedestal, con letras imperecederas, redactado por Gonzalo de Quesada, reza: No hubo chino cubano desertor, no hubo un chino cubano traidor".

BARRIO CHINO DE LA HABANA

Lo más típico de los chinos en Cuba resultó su "Barrio Chino", ubicado en lo que es hoy el municipio Centro Habana, la zona más populosa y comercial de la capital.

Recuerdo, de niño, las visitas a ese lugar con mi padre chino. El recorrido por los comercios y viviendas de los paisanos; aquel ambiente asiático que nos creer que estábamos en la tierra de la Celeste Imperio, con los dragones y adornos chinos que terminaron entrando a todo tipo de hogares cubanos.

No olvido las fondas chinas, con esos sabores y olores que hasta el rey de la salsa, Juan Formell, alaba tanto… Aquellos pescados, pollos, patos, cerdo ahumado, colgados en los estantes… Chicharrones, las frituritas de carita, los "helados de agua" (elaborados a base de frutas: mamey, anón, plátano, pero sin leche).

¡Y para qué contarte del restaurante El Pacífico…! Con su fachada ecléctica, en la calle San Nicolás y el cuchillo de Rayo, con sus cinco pisos y el elevador tradicional, por donde veíamos las distintas Sociedades, con los chinos en camiseta y meneando su abanico de guano.

El Pacífico de los Hermanos Font, con sus dos cocinas y las comidas especiales: arroz frito, té, sopa china, sopa de arroz, de maíz (con sustancia de pollo y huevo batido), maripositas con tallarines, palomitas fritas, salsas y condimentos chinos, con el recetario cantonés, adecuado al paladar de chinos, descendientes y cubanos.

El director del Casino Chung Wah, Alfonso Chao, me decía que en aquellos tiempos, el itinerario más común de los turistas que venían a la isla era: pasar la mañana en la playa de Varadero; la comida en El Pacífico por la tarde, y el cabaret Tropicana en la noche.

LA VISITA DEL CRUCERO CHINO

En 1911, llegó al puerto habanero el crucero Hai Chi de la Marina de Guerra china, en representación del Gobierno Imperial. La visita se convirtió en gran suceso. Un hecho que marcó una nueva etapa en la dinámica y la proyección asociativa de la comunidad china en la ciudad: una era crucial, de tenaz batalla, que abría el progreso de los chinos en Cuba.

El recibimiento del gobierno y el pueblo habanero —me han contado—, fue grandioso. Todo un acontecimiento, hasta para los cubanos sin orígenes asiáticos, que fue reseñado por El Fígaro, revista de las élites intelectuales, con estas palabras: "No podemos menos que agasajar y batir palmas a los representantes de una raza sufrida".

En el notorio Diario de la Marina se publicaron aquellos jocosos versos: ¿Hay chi?/ Chi hay./ Pues entonces/ voy corriendo al Malecón. / Deben estar los chinitos/ de la Zanja y del Vapor/.

En 1912, una manifestación de la colonia china por las principales calles de la ciudad, celebró el triunfo de la República en China. Un encuentro de convergencia entre negociantes españoles, chinos y cubanos selló en 1913 la empatía emocional.

"Los chinos dejaban sus rencores, y se decían que eran hermanos todos. Eran una comunidad pacífica, honrada y respetuosa. Los chinos son luchadores, valientes soldados, estoicos, de coraje indomable, muy modestos, no se amedrentan, lleno de afanes y de inteligencia.

"Nunca los chinos dieron escándalos públicos en la ciudad, eran verdaderos hombres responsables, cumplidores del orden, muy formales, correctos y respetuosos", escribió Antonio Chuffat, el primero que abordó en serio la investigación de la presencia china en Cuba.

Barrio chino (Canción de Gerardo Alfonso)

El cuchillo en la calzada de Zanja
Cuando hablamos de ti
Empezó con una ronda y un puesto
De Chang Leng y Siu Yi
Y los trenes de lavado, los negocios
Sudar de sol a sol para virar rico a Pekín
A Changó le pusieron San Fan Kong en el barrio chino.
Me contaron que al llegar a La Habana
Te llamaron culí
Engañado tras la guerra del opio
Amarrado con un cepo por el cuello
El que no fue suicida, fue rebelde o fue mambí
Y con negras y mulatas diste hijos al Barrio Chino.
La canasta de cebollinos y acelgas, opio y ajonjolí
La llenaron los chinos californianos que emigraron aquí
Y trajeron la bolita, la charada, incienso, porcelana, seda, sándalo y marfil
Y unas casas de dudoso placer al Barrio Chino.
Pero todo cambia y llegamos hasta aquí
Veo el Barrio entero y me estremece
Creo que estos tiempos serán mejores que antes
¨El que sabe no habla¨, lo decía Lao Tsé
el dragón es fuerte, es una magia y un acto de fe.
Los más bellos sueños los pone el cielo en la sangre…
Y harán una muralla, una grande muralla con lo que nadie puede saber de los chinos,
Meditando en la misma soledad, reordenándose en su intimidad crecen solos...

ARTÍCULOS RELACIONADOS

lunes, mayo 24, 2010

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Estrones
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Hace poco fui a comprar unos dulces; la vendedora me los celebró: Hoy los hicieron «estrones», dijo. Pasé algunos minutos pensando cuál sería el significado de esa palabra. Al fin lo encontré. Si acerté, la muchacha no estaba hablando spanglish, sino un «cubanglish» recién creado. Quizá pensó en strong, fuerte, que se pronuncia igual que se escribe en su lengua original, el inglés. Oyó decir que a alguien corpulento, de constitución robusta, lo llamaban así; puso al adjetivo una e delante, le quitó la ge final, y lo hizo plural, como son los adjetivos en español, agregándole es, porque para ella, acababa en ene. ¿Estaré equivocada? Me sentí como el francés Champollion, aquel que descifró los jeroglíficos egipcios. ¡Madre mía, ¿por qué no diría: «dulces grandes»?!

Le escuché en una ocasión a la Doctora Adelaida de Juan, profesora, crítica y ensayista notable, que en diciembre del año 2012, no acababa para los mayas la vida en la Tierra, como muchos pensaban; sino que finalizaba una época. El tiempo, entre nosotros, se divide en edades. Ellos llamaban Katum, a lo que decimos edad: Edad Antigua, Media... Así lo escuché, tal vez no lo haya escrito yo, exactamente como se transcribió al castellano.

LA RESPUESTA DE HOY

Una lectora se interesa por dos vocablos: Resiliencia y vibra. El primero es usado en mecánica, el índice de resistencia al choque de un material. La Doctora Silvia Bustamante me aclara que los psicólogos y psiquiatras llaman así a la capacidad que tenemos de resistir cualquier depresión, a la fuerza interior que desplegamos para combatir el estrés. La vibra es, en metafísica, la frecuencia de oscilación más o menos elevada, que poseen los átomos de un cuerpo, su nivel energético. Se dice popularmente: «Esa persona tiene mucha vibra», cuando es notable su energía.

sábado, mayo 22, 2010

HOMOSEXUALIDAD MASCULINA EN LA OSHA

Por Alejandro Fernández Calderón (Cubaliteraria)

Género y religión comparten hoy nuevas problemáticas en el debate de la sexualidad como aristas entrecruzadas. Actores sociales con una alternativa diferente, se ubican entre los estudios de lo masculino y lo femenino. Su impronta en los diversos escenarios de la actividad social, obliga a quienes estudian estas temáticas a profundizar en los análisis que generan sus comportamientos. La religión, en sus manifestaciones diversas, representa una zona donde grupos no tradicionales asumen funciones que no se establecen en los roles de división del trabajo según el sexo.[1] La Regla de Osha resulta uno de sus ejemplos ilustrativos.

Las prácticas de raigambre africana, por la posición de dominación ejercida mediante la explotación económica y social, representaron un espacio de socialización para una mayoría desfavorecida. Los esclavos y esclavas de diversas etnias trajeron un variado mundo mágico-religioso, y supieron mantener sus tradiciones adaptándolas a las duras condiciones que implicó el universo plantacionista. Afectados por las condiciones del sistema esclavista, apelaron a la simulación para reconvertir a sus dioses y diosas y continuar adorándoles. Una serie de prácticas religiosas, ubicadas en el mundo de los cabildos y sociedades mutualistas, representaron un área de escapismo social para quienes estaban ubicados en los escalones más bajos de la sociedad. Su base teórica operacional, se sostuvo dentro de una serie de preceptos que legitimaron una masculinidad religiosa alternativa, negro, esclavo y liberto, profano, discriminado; que se enfrentaba a un modelo hegemónico: blanco, propietario, católico, explotador. En ambas definiciones, el elemento falocrático heterosexual, establece disensiones sobre las estructuras de poder diseñadas, que a lo interno se observaban privativas de los hombres, que otorgaban a las mujeres un espacio, en caso de existir, de manera subordinada. Un proceso de interracialidad, de clases y transculturizaciones religiosas amplió el diapasón participativo, permitiendo que nuevos actores y procesos sociales, se fusionaran en un componente autóctono que define al nosotros social en una de sus expresiones del ethnos cubano.

No obstante, modelos diferentes como la homosexualidad no son contemplados con igual nivel de aceptación. El conservadurismo de las mentalidades respecto a las diferencias que van más allá de los roles establecidos de hombre o mujer, contaminan con sus estereotipos en los ámbitos más insospechados. Lo anterior obligó a los demeritados a establecer estrategias efectivas que permitieran obtener el deseado reconocimiento.

El marco religioso afrocubano es una muestra de cómo los nuevos tiempos y sus estrategias grupales hacen cambiar lo tradicionalmente establecido. La presencia de una serie de requisitos para ascender dentro de la élite religiosa marcaría una pauta que ha ido transformándose, provocando nuevas maneras para la incorporación a estos espacios.[2]

En el caso que nos ocupa, la homosexualidad masculina ha presentado un mayor nivel de trascendencia dentro del fenómeno de la Osha y el Palo Monte, no así para el caso de otras prácticas como Ifá y los Abacuá, donde han enfrentado una serie de resistencias para ingresar en sus filas. Su ausencia, puede considerarse desde el sustrato explicativo religioso dentro de las mismas, que no permiten la presencia de mujeres, haciéndose entonces extensivo a los homosexuales, además de una jerarquía que responde a cánones de exclusivismo masculino.

Para el caso de la Osha, la visibilidad del grupo homosexual masculino, denominado “addodis” en lengua yoruba, se calza con una posible mitología que responde a su inclusión. A pesar de existir una arraigada mentalidad machista por la mayoría de los practicantes, tal aspecto no ha impedido el ascenso palpable de homosexuales en los últimos tiempos; la condición de macho, les ha permitido que tengan ventaja por encima de las mujeres heterosexuales que se hallan limitadas por una serie de códigos que las ubica en posiciones subordinadas.

Entre las actividades que realizan, se ubican las funciones relacionadas al oriate, el obbá, sacrificio de animales mayores (cuatro patas), oficiar ceremonias, por citar las más relevantes. De igual modo, por el conocimiento que con los años adquirieron y su dedicación al culto religioso fueron ganando, poco a poco, protagonismo dentro de sus comunidades que, aunque no compartieran de manera general sus preferencias sexuales (prejuicios sociales mediante), no podían menospreciar su poder dentro de este mundo.

Además, por el tono discreto con que se manejó el tema de las creencias durante años, muchas personas se trataban con santeros que eran reconocidos como homosexuales sin poner reparo a su condición. La laguna del prejuicio que los condena se matiza, según la jerarquía del practicante, en función de la relación de familiaridad y el respeto demostrado. Muchas veces, el oficiante homosexual de una comunidad lograba alcanzar un poder de aglutinación que en su entorno generaba imaginarios específicos.[3] La presencia de los santeros es un escenario donde se aprecia la inclusión de los homosexuales dentro de la religión sin distinción de sexo.

No obstante, para los hombres homosexuales, si llegan a desarrollar en profundidad sus conocimientos pueden alcanzar nuevos niveles. Unos de los cargos de representatividad homosexual masculina en la Osha lo constituye el Obbá, compartiendo con sus homólogos de condición heterosexual. Aunque la condición de homosexual les impide alcanzar a Ifá, no implica que puedan dedicarse a perfeccionar sus conocimientos y se asienten como los reyes de la santería. Generalmente, en su función para este caso, se asumen los códigos hegemónicos masculinos que rigen dentro de su actuar para el cumplimiento del rol establecido. Los estilos de comportamiento se mantienen, probablemente, por el peso de la tradición que dicta el sentido común con el cual surgió, a pesar de sus modificaciones.

Desde esta perspectiva, la Regla de Osha puede considerarse como una religión que ha logrado desarrollar un discurso incluyente, que da cabida a diversas representaciones de identidad. Sus mutaciones a las realidades siempre cambiantes, a pesar de los fundamentos con que se originaron y que permanecen, no impiden su actual desarrollo. Marcada por la pobreza, la marginalidad y la exclusión, ha logrado desde su poder de convocatoria, adaptarse a la hostilidad con que generalmente se le observa. La tenacidad, la inteligencia y la fe de los practicantes de hoy y de ayer, ha logrado sobrepasar las expectativas investigativas, exigiendo la necesidad de nuevas herramientas de trabajo e interpretaciones, que permitan acercarnos con una mirada serena y justa a este campo. Ante todo, el compromiso de seguir trasmitiendo la valía de aquellos que brindan su conocimiento en calidad de exponentes, portadores de los valores que se depositan, en el caudal de la sabiduría religiosa de la Osha. Para mantener esta tradición debe continuar el respeto continuo, a los valores que hoy nos desarrollan, desde la diversidad de las identidades.

NOTAS

[1] La presencia de la homosexualidad dentro de la religión no ha sido un tópico de atención sostenida por los especialistas de esto temas. Los estudios de las religiones denominadas afrocubanas se han centrado en el imago mundi, arquetipos y la infraestructura religiosa. Los pioneros de estos estudios dedicaron sus análisis a resarcir estas religiones en función del discurso patriarcal y las relaciones de trabajo que en ellas se generan entre hombres y mujeres y sus relaciones con las divinidades. Para el caso de los estudios de género, aún queda por profundizar en la presencia de la homosexualidad en las prácticas religiosas, y sus estrategias de adaptación. Incluso, puede afirmarse que se ha mantenido una tendencia de análisis sobre una base de criterio de masculinidad que homogénea a los practicantes. En otros casos, se ha visto dentro de la impronta del escenario social, sin entrar en particularidades.

[2] Como parte de las normas creadas para la escala jerárquica dentro la religión ya sea en Palo Monte como Tata Enquise (padre de ganga), Awuo Orumila (hijo de Orula en Ifá) se planteaba que todas las personas ocuparán determinados requisitos:

.Tener como mínimo 25 años.

.Si fuese posible una familia constituida.

.Ser buen Hijo, buen Marido, buen Padre, Buen Hermano.

.Que diera ejemplo en la comunidad.

No obstante, estas pautas han sido trasgredidas. Para el caso de la homosexualidad, otros factores han mediado permitiendo que este grupo, diverso a su interior, gane un espacio dentro de las prácticas religiosas afrocubanas. Para una mayor profundización ver: Tomás Fernández Robaina: “Género y orientación sexual en la santería.”, en Revista La Gaceta de Cuba no.1, Enero- Febrero del 2005, pp. 32 - 36

[3] Un informante me comentó que a principios del siglo pasado, en el territorio de Guanabacoa en la calle Cruz Verde se asentó una casa religiosa. La misma alcanzó niveles que superaron el espacio físico. Dentro del imaginario popular de la localidad se le conocía como la casa de Cruz Verde. La autoridad y sabiduría del oficiante permitió crear una rama religiosa. No obstante, por el tipo de afluencia de personas ubicadas dentro de los estratos más bajo (prostitutas, drogadictos, homosexuales, delincuentes) el nombre popular inicial fue cambiado de manera peyorativa hacia la casa de los culos verdes. La presencia de actores relegados al interior de la comunidad, dentro de un espacio religioso específico, da cuenta de lo importante de verse representado por una institución que soluciona sus problemas, y al mismo tiempo fuera espacio de reunión donde los individuos podían ser aceptados. También la visible tendencia religiosa, es muestra del prestigio del oficiante, que a pesar de tener una interpretación social diferente, es capaz de incluirse con su estrategia dentro de su entorno local.

viernes, mayo 21, 2010

NOTA DE PRENSA DE LA IGLESIA CATOLICA DE CUBA

Monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, llegará a La Habana el próximo 15 de junio. Monseñor Mamberti ha sido invitado por la Iglesia en Cuba, y por el Gobierno cubano, para participar en las jornadas que conmemoran los 75 años de las relaciones entre la República de Cuba y la Santa Sede.

Durante su estancia en La Habana monseñor Mamberti presidirá la eucaristía en la S.M.I. Catedral el jueves 17 de junio, y estará presente en la recepción al cuerpo diplomático que ofrecerá la Nunciatura Apostólica en La Habana el viernes 18 de junio.

La visita del secretario para las relaciones con los Estados de la Santa Sede coincide además con la X Semana Social Católica previamente programada para celebrarse en La Habana del 16 al 20 de junio. Por tal motivo, como fue antes anunciado, monseñor Mamberti ha sido convidado también a la inauguración de este evento eclesial, lo cual hará dictando en el Aula Magna de la Universidad de San Jerónimo una conferencia magistral con el tema Estado y Laicidad el miércoles 16 de junio.

La Semana Social es una jornada de estudios que la Iglesia celebra periódicamente para reflexionar sobre la Doctrina Social de la Iglesia y su actualidad en un contexto determinado. En esta X Semana Social han sido invitados también expertos residentes en la Isla y en otros países.

La visita de monseñor Dominique Mamberti no está relacionada con las gestiones que en las últimas semanas ha hecho la Iglesia en Cuba ante las autoridades del país a favor de los presos y las Damas de Blanco.

martes, mayo 18, 2010

LA TRASCENDENCIA HISTORICA DE LA MUERTE DE MARTI

Tomado de Cubadebate

Haciendo abstracción de los problemas que hoy angustian a la especie humana, nuestra Patria tuvo el privilegio de ser cuna de uno de los más extraordinarios pensadores que han nacido en este hemisferio: José Martí.

Mañana, 19 de mayo, se cumplirá el 115 Aniversario de su gloriosa muerte.

La magnitud de su grandeza no sería posible valorarla sin tener en cuenta que aquellos con los cuales escribió el drama de su vida fueron también figuras tan extraordinarias como Antonio Maceo, símbolo perenne de la firmeza revolucionaria que protagonizó la Protesta de Baraguá, y Máximo Gómez, internacionalista dominicano, maestro de los combatientes cubanos en las dos guerras por la independencia en las que participaron. La Revolución Cubana, que a lo largo de más de medio siglo ha resistido los embates del imperio más poderoso que ha existido, fue fruto de las enseñanzas de aquellos predecesores.

A pesar de que tres días del diario de Martí han estado ausentes de los materiales al alcance de los historiadores, lo que en el resto de aquel diario personal minuciosamente escrito y otros documentos suyos de aquellos días consta, es más que suficiente para conocer los detalles de lo ocurrido. Como en las tragedias griegas, fue una discrepancia entre gigantes.

La víspera de su muerte en combate escribió a su íntimo amigo Manuel Mercado: “…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber -puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.”

Cuando Martí escribió esas palabras lapidarias, Marx ya había escrito El Manifiesto Comunista en 1848, es decir, 47 años antes de la muerte de Martí, y Darwin había publicado El origen de las especies en 1859, para citar sólo las dos obras que, a mi juicio, más han influido en la historia de la humanidad.

Marx era un hombre tan extraordinariamente desinteresado, que su trabajo científico más importante, El Capital, tal vez no se habría publicado nunca si Federico Engels no se hubiese ocupado de reunir y ordenar los materiales a los que su autor consagró toda su vida. Engels no sólo se ocupó de esa tarea, sino que fue autor de una obra titulada Introducción a la dialéctica de la naturaleza, en la que habló ya del momento en que la energía de nuestro sol se agotaría.

El hombre no conocía todavía cómo liberar la energía contenida en la materia, descrita por Einstein en su famosa fórmula, ni disponía de computadoras que pueden realizar miles de millones de operaciones por segundo, capaces de recoger y transmitir, a su vez, los miles de millones de reacciones por segundo que tienen lugar en las células de las decenas de pares de cromosomas que aportan la madre y el padre a partes iguales, un fenómeno genético y reproductivo del que tuve noción después del triunfo de la Revolución, buscando las mejores características para la producción de alimentos de origen animal en las condiciones de nuestro clima, que se extiende a través de sus propias leyes hereditarias a las plantas.

Con la educación incompleta que los ciudadanos de más recursos recibíamos en las escuelas, por lo general privadas, que eran consideradas como los mejores centros de enseñanza, nos convertíamos en analfabetos, con un poco de más nivel que los que no sabían leer y escribir o asistían a las escuelas públicas.

Por otro lado, el primer país del mundo donde se intentó aplicar las ideas de Marx fue Rusia, que era el menos industrializado de los países de Europa.

Lenin, creador de la Tercera Internacional, consideraba que no había en el mundo organización más leal a las ideas de Marx que la fracción Bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Aunque buena parte de aquel inmenso país vivía en condiciones semifeudales, su clase obrera era muy activa y sumamente combativa.

En los libros que escribió Lenin después de 1915, fue incansable crítico del chovinismo. En su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo, escrita en abril de 1917, meses antes de la toma del poder como líder de la fracción Bolchevique de aquel Partido frente a la fracción Menchevique, demostró igualmente que fue el primero en comprender el papel que estaban llamados a jugar los países sometidos al colonialismo, como China y otros de gran peso en diversas regiones del mundo.

A su vez, la valentía y audacia de que Lenin era capaz se demostró en su aceptación del tren blindado que el ejército alemán, por conveniencia táctica, le proporcionó para trasladarse desde Suiza hasta los accesos de Leningrado, por lo cual los enemigos dentro y fuera de la fracción Menchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia no tardaron en acusarlo de espía alemán. De no haber utilizado el famoso tren, el final de la guerra lo habría sorprendido en la distante y neutral Suiza, con lo cual el minuto óptimo y adecuado se habría perdido.

De alguna forma, por puro azar, dos hijos de España, gracias a sus cualidades personales, pasaron a jugar un papel relevante en la Guerra Hispano-Norteamericana: el jefe de las tropas españolas en la fortificación de El Viso, que defendía el acceso a Santiago desde la altura de El Caney, un oficial que combatió hasta ser mortalmente herido, causándoles a los famosos Rough Riders -jinetes duros, norteamericanos organizados por el entonces Teniente Coronel Theodore Roosevelt, que el precipitado desembarco lo tuvieron que hacer sin sus fogosos caballos- más de trescientas bajas, y el Almirante que, cumpliendo la estúpida orden del Gobierno español, zarpó de la bahía de Santiago de Cuba con la infantería de marina a bordo, una fuerza selecta, y salió con la escuadra de la única forma posible, que fue desfilar con cada barco, uno por uno, saliendo por el estrecho acceso frente a la poderosa flota yanki, que con sus acorazados en línea disparaban sus potentes cañones sobre los barcos españoles de mucho menor velocidad y blindaje. Como era lógico, los buques españoles, sus dotaciones de combate y la infantería de marina fueron hundidos en las profundas aguas de la fosa de Bartlett. Sólo uno llegó a pocos metros de la orilla del abismo. Los sobrevivientes de aquella fuerza fueron hechos prisioneros por la escuadra de Estados Unidos.

La conducta de Martínez Campos fue arrogante y vengativa. Lleno de rencor por su fracaso en el intento de pacificar la Isla como en 1871, apoyó la política ruin y rencorosa del Gobierno español. Valeriano Weyler lo sustituyó en el mando de Cuba; éste, con la cooperación de los que enviaron el acorazado Maine a buscar justificaciones para la intervención en Cuba, decretó la concentración de la población, que ocasionó enormes sufrimientos al pueblo de Cuba y sirvió de pretexto a Estados Unidos para establecer su primer bloqueo económico, lo cual dio lugar a una enorme escasez de alimentos y provocó la muerte de incontables personas.

Así se viabilizaron las negociaciones de París, en la que España renunció a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba, después de más de 400 años de su ocupación en nombre del Rey de España a mediados de octubre de 1492, tras afirmar Cristóbal Colón: “esta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron.”

La versión española de la batalla que decidió la suerte de Santiago de Cuba es la más conocida, y sin duda hubo heroísmo si se analiza el número y los grados de los oficiales y soldados, que en la más desventajosa de las situaciones defendieron la ciudad, haciendo honor a la tradición de lucha de los españoles, que defendieron su país contra los aguerridos soldados de Napoleón Bonaparte en 1808, o la República española contra la embestida nazifascista en 1936.

Una ignominia adicional cayó sobre el comité noruego que otorga los premios Nóbel, al buscar ridículos pretextos para conceder ese honor en el año 1906 a Theodore Roosevelt, que fue electo dos veces Presidente de Estados Unidos en 1901 y 1905. Ni siquiera había quedado clara su verdadera participación en los combates de Santiago de Cuba al frente de los Rough Riders, y pudo haber mucho de leyenda en la publicidad que recibió con posterioridad.

Yo sólo puedo dar testimonio de la forma en que la heroica ciudad cayó en manos de las fuerzas del Ejército Rebelde el Primero de Enero de 1959.

¡Entonces las ideas de Martí triunfaron en nuestra Patria!

Fidel Castro Ruz
Mayo 18 de 2010
6 y 12 p.m.

domingo, mayo 16, 2010

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Piedras labradas
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Hace años, oí que antes de nuestra era, cuando los constructores descubrían una piedra con defectos, le ponían la letra alfa (a), de adóquimos o adoquimos, en griego, inservible. Con esas losas irregulares, se empedraban los caminos. La RAE dice: Adoquín, del árabe ad-dukkan, la piedra escuadrada. Piedra labrada en forma de prisma rectangular, para empedrados y otros usos. Puedes escoger el origen que más te guste. Hay otras acepciones que no nos interesan mucho por ahora. La expresión: «Eres un adoquín» significa: Eres torpe o ignorante.

Recuerda decir «simultaneidad», y no simultaniedad. Procede de simultáneo, lo que ocurre o se hace al mismo tiempo que otra cosa.

viernes, mayo 14, 2010

TEMBLO LA TIERRA EN LOCALIDAD CUBANA DE ARTEMISA

La Habana, 14 may (PL) Un sismo de 4,1 grados en la escala de Richter sacudió hoy el municipio habanero de Artemisa, sin lamentar víctimas fatales.

Prensa Latina transmite a continuación la nota de la Red de Estaciones del Servicio Sismológico Nacional, leída en el noticiero de la televisión.

Siendo las 13.30 hora local, la Red de Estaciones del Servicio Sismológico Nacional registró un sismo perceptible localizado en las coordenadas 22.61 latitud norte y 82.91 longitud oeste, a 20 kilómetros al suroeste de Artemisa, con una profundidad de cinco kilómetros y una magnitud de 4,1 grados en la escala de Richter.

Hasta el momento se tienen reportes de perceptibilidad en Artemisa, Guanajay y Candelaria.

Con posterioridad se produjeron dos réplicas de tres grados y una de 2,8 grados en la escala de Richter. No se han reportado daños humanos ni materiales.

Especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba trabajan en el procesamiento de información adicional sobre estos eventos.

miércoles, mayo 12, 2010

EL MORRO DE LA HABANA, BLASON Y CENTINELA ETERNO

Por Gustavo Robreño Díaz* (Prensa Latina)

La importancia que a mediados del siglo XVI adquiere La Habana como eslabón entre España y sus colonias en América, favoreció el desarrollo en la ciudad de un regio sistema defensivo.

A ello se adicionaron los constantes ataques de corsarios y piratas.

En fecha tan temprana como 1538, a escasos 20 años de fundada la villa, el rey de España encomendó al gobernador, Hernando de Soto, la edificación de una fortaleza.

Así se erigió la primera fortificación habanera, que la historia recogió con el nombre de "La Fuerza Vieja".

Sin embargo, el asalto y saqueo de La Habana en 1555 por el corsario francés, Jacques de Sores, demostró que era insuficiente para la defensa de la villa.

Es por ello que, entre 1558 y 1577, en sustitución de la "Fuerza vieja", fue construido el castillo de la "Real Fuerza".

Es precisamente durante su construcción, en 1562, que el gobernador Diego de Mazariegos ordenó establecer a la entrada de la bahía un servicio de vigías.

El promontorio que dominaba la vertiente opuesta de la rada resultaba ideal para ello.

Justo allí mandó a construir Mazariegos una torre de "cal y canto" en la que, además de los observadores, se instalaron luego en 1583 seis piezas de artillería.

De esta primitiva construcción, erigida en el lugar donde suntuosa se alza hoy nuestra más emblemática fortaleza colonial, dio fe el marino portugués "Cargapatache" en el texto que acompañó al primer croquis de la Habana, del cual se tenga noticias.

Al hacer desde su buque, surto en puerto, un gráfico de La Habana, este marino perdido en la historia describe como la bahía "...tiene a la boca de la entrada, de la banda del Leste, un morro redondo de seborucos negros...".

Y añade el adelantado lusitano "...Encima de este morro está una torrecilla blanca, que de alta mar parece una nao que va a la vela, donde residen los guardas y centinelas que guardan el puerto...".

Textos de la época advierten que, ya desde entonces, se encendía en las noches una hoguera sobre aquellos peñascos, para indicar a los buques el punto exacto de entrada a la bahía.

Premonición de lo que sería el faro que coronó la fortaleza luego allí erigida.

GUARDIÁN ANTE EL ASEDIO

Las incursiones de Francis Drake en el Caribe comienzan a inquietar al monarca Felipe II.

La única fortificación sólida de La Habana era el castillo de la "Real Fuerza", pero su ubicación en el interior del canal de la Bahía, la hacía ineficaz para proteger su acceso.

Las obras de construcción de dos fortalezas, una a cada lado de la entrada de la bahía habanera fueron encomendadas al ingeniero italiano Bautista Antonelli, quién había elegido la profesión por la cual los varones de su familia eran conocidos en todo el imperio español.

Bautista Antonelli llegó por primera vez a La Habana el 2 de julio de 1587 y al siguiente año, de vuelta en Madrid, presenta al Rey los planos de lo que serían las fortalezas de "Los Tres Reyes del Morro" y de "San Salvador de la Punta".

En febrero de 1589 Felipe II ordena a Antonelli regresar a la Isla y ejecutar ambos proyectos, además de la "Zanja Real", que abastecería de agua a la villa.

La travesía estuvo signada por los contratiempos.

El barco en que venían naufragó próximo a las costas de Puerto Rico, y la nave sustituta corrió igual suerte, en las proximidades de Cuba.

No obstante, con el advenimiento de 1589 se iniciaron los trabajos de construcción del Morro, pero las obras marchaban lentas, no se contaba con mano de obra calificada -que era fundamentalmente esclava-, ni con el dinero suficiente.

Los recursos asignados por la corona eran administrados por el gobernador, Juan de Texeda, con el que mantenía Antonelli las peores relaciones.

Mutuamente se culpaban de la lentitud en la ejecución. El primero de marzo de 1590 Antonelli solicitó al Rey la presencia en la Habana de su sobrino, Cristóbal de Roda Antonelli, quien arriba a la Isla al año siguiente.

De Roda se desempeña no solo como ayudante de su tío, sino que lo sustituye cuando éste viaja a inspeccionar los otros trabajos de fortificación que, bajo su rectoría, se realizaban en Centroamérica y el Caribe.

En 1594 Antonelli recibe la encomienda real de trasladarse a Nombre de Dios, para mudar esa urbe a la bahía de Portobello, ambas en el atlántico panameño, por lo que deja definitivamente en manos de su sobrino las obras de fortificación habaneras.

Cristóbal de Roda prosiguió la construcción, no sin menos contratiempos y discrepancias de la Isla que las heredadas de su predecesor.

Los sucesivos gobernadores se consideraban con plenos poderes, no solo para opinar, sino hasta para ordenar modificaciones en el proyecto constructivo.

Ante la extrema lentitud con que avanzaba la obra, en 1601 de Roda hace un reajuste al proyecto inicial, simplificándolo a dos baluartes, el Asturias y el Texeda, y reduciendo las dependencias para el alojamiento de tropas.

En 1611 se plantearon nuevas reformas y modificaciones que permitieron que la fortaleza -aunque sin concluir-, fuera ocupada por su guarnición en 1615.

Se dice que 30 años después no se había terminado aún la entrada principal con su foso y puente levadizo.

La idea del faro, estuvo incluida desde el proyecto inicial de Antonelli.

A través del tiempo se alumbró con leña, luego con aceite y desde mediados del pasado siglo, con electricidad.

Su destello, que es posible divisar a más de 20 millas mar adentro, marca los 23 grados, nueve minutos y nueve segundos de latitud Norte y los 82 grados, 21 minutos y 23 segundos de longitud Oeste, diciendo a curiosos y viajeros. ¡Aquí está La Habana!

A pesar del tiempo y la distancia el Castillo del Morro luce aún altanero y lozano, dispuesto a brindar protección y abrigo a La Habana, que lo eligió ante el mundo su blasón y centinela eterno.

(*) El autor es periodista, historiador y colaborador de Prensa Latina.


ARTICULO RELACIONADO

martes, mayo 11, 2010

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Palabras con cinco vocales
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Nuestro agradecimiento a Sergio Luis Amaro García, que nos envía desde Miami este recorte muy simpático, tomado de un periódico español: «Alguien dijo en una entrevista que “murciélago” era la única palabra en el idioma español que contenía las cinco vocales. Un lector, José Fernando Blanco Sánchez, envió la siguiente carta al periódico, para ampliar su conocimiento:

«Acabo de ver en la televisión estatal a la escritora Tal, diciendo que “murciélago” era la única palabra en nuestro idioma que tenía las cinco vocales.

«Mi estimada señora, piense un poco y controle su “euforia”. Un “arquitecto” “escuálido”, llamado “Aurelio” o “Eulalio”, dice que lo más “auténtico” es tener un “abuelito” que lleve un traje “reticulado” y siga el “arquetipo” de aquel viejo “reumático” y “repudiado”, que “consiguiera” en su tiempo, ser “esquilado” por un “comunicante”, que cometió “adulterio” con una “encubridora” cerca del “estanquillo”, sin usar “estimulador”. Señora escritora, si el “peliagudo” “enunciado” de la “ecuación” la deja “irresoluta”, olvide su “menstruación” y piense de modo “jerárquico”. No se atragante con esta “perturbación”, que no va con su “milonguera” y “meticulosa” “educación”. Y repita conmigo, como diría Cantinflas: ¡Lo que es la falta de ignorancia!».

lunes, mayo 10, 2010

¿NUBES SOBRE LA CORALINA?

Por Orfilio Peláez (Granma)

La idea de obtener un biomaterial capaz de restaurar o reconstruir el tejido óseo dañado por diferentes causas hizo que a mediados de 1985 especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) pusieran sus ojos en los corales marinos de nuestra plataforma insular.

Como recuerda el doctor Ramón González Santos, director de la Dirección de Química de la prestigiosa institución, luego de estudiar diferentes poblaciones pertenecientes al género denominado Porites, hicieron la selección correspondiente y comenzaron los trabajos experimentales.

Momento crucial en ese camino lo fue el diseño de una tecnología para transformar el coral compuesto por carbonato de calcio y convertirlo en Hidroxiapatita, que constituye el compuesto inorgánico fundamental del hueso.

Así nació el producto conocido desde entonces con el nombre comercial de Coralina HAP-200, el cual presenta una gran similitud química y morfológica con el tejido óseo. Ello le concede una elevada biocompatibilidad y capacidad de integrarse al entorno tisular, demostradas a lo largo de más de 20 años de ensayos preclínicos, clínicos y de aplicaciones médicas.

El doctor González señaló que en 1992 obtuvo su primer certificado de registro para ser utilizado como material de implante en estomatología y cirugía maxilofacial.

Tres años después mereció similar validación en ortopedia y traumatología, mientras que a finales de esa propia década se aprobó su empleo en la reconstrucción del globo ocular en aquellas personas que perdieron esa estructura anatómica.

Según precisó el especialista, hasta la fecha alrededor de 23 000 pacientes han recibido los beneficios de la Hidroxiapatita Coralina porosa en estomatología, cirugía maxilofacial, ortopedia, traumatología y neurocirugía.

La relación incluye cerca de 1 740 implantes oculares, lo cual además de su notable aporte social, tiene un impacto económico al ofrecer un nuevo servicio altamente especializado de oculoplastia en el país y generar ingresos por las exportaciones de los implantes.

Al introducirse la Coralina en más de 100 unidades del sistema nacional de salud, Cuba se colocó dentro del reducido grupo de países del mundo donde la totalidad de sus ciudadanos tiene acceso a un producto de primer nivel, altamente cotizado en el mercado internacional.

Explicó el doctor Ramón que de manera general se ha reportado un 3 % de fracaso en los casos aplicados, asociado al tratamiento quirúrgico y ninguno a la existencia de respuestas adversas al biomaterial.

Más allá de sus ventajas para mejorar la calidad de vida de las personas, el uso de la Coralina HAP-200 motivó la publicación de más de 100 artículos científicos en revistas especializadas, y ha sido tema de tesis de grado, maestrías y doctorados.

Desde el punto de vista ecológico expertos del Instituto de Oceanología, la empresa Geocuba y otras entidades, hacen los correspondientes estudios de impacto ambiental, a fin de asegurar la explotación sostenible de los bancos de corales del género Porites, sin poner en peligro la supervivencia del ecosistema.

En la actualidad, indica el científico, el Laboratorio de Biomateriales del CNIC trabaja en el desarrollo de nuevas generaciones de biomateriales, compuestos de hidroxiapatita nano estructurada con polímeros, para aplicaciones en sistemas de liberación controlada de fármacos con sustancias osteoinductoras y otras, que prometen saltos cualitativos a corto plazo en el tratamiento de diferentes patologías y la regeneración tisular.

A pesar de los resultados expuestos, en los últimos tiempos el uso de la Coralina HAP-200 no alcanza los niveles esperados, cuando incluso la capacidad productiva es hoy ocho veces superior a la demanda estimada. En algunas provincias los almacenes están saturados del biomaterial, debido a la poca salida que tiene.

Ojalá que los fantasmas de la desorganización y el síndrome de preferir traer las cosas del exterior, no nublen todo el esfuerzo invertido en el desarrollo de uno de los productos emblemáticos del CNIC en sus casi 45 años de creado.