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lunes, mayo 10, 2010

¿NUBES SOBRE LA CORALINA?

Por Orfilio Peláez (Granma)

La idea de obtener un biomaterial capaz de restaurar o reconstruir el tejido óseo dañado por diferentes causas hizo que a mediados de 1985 especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) pusieran sus ojos en los corales marinos de nuestra plataforma insular.

Como recuerda el doctor Ramón González Santos, director de la Dirección de Química de la prestigiosa institución, luego de estudiar diferentes poblaciones pertenecientes al género denominado Porites, hicieron la selección correspondiente y comenzaron los trabajos experimentales.

Momento crucial en ese camino lo fue el diseño de una tecnología para transformar el coral compuesto por carbonato de calcio y convertirlo en Hidroxiapatita, que constituye el compuesto inorgánico fundamental del hueso.

Así nació el producto conocido desde entonces con el nombre comercial de Coralina HAP-200, el cual presenta una gran similitud química y morfológica con el tejido óseo. Ello le concede una elevada biocompatibilidad y capacidad de integrarse al entorno tisular, demostradas a lo largo de más de 20 años de ensayos preclínicos, clínicos y de aplicaciones médicas.

El doctor González señaló que en 1992 obtuvo su primer certificado de registro para ser utilizado como material de implante en estomatología y cirugía maxilofacial.

Tres años después mereció similar validación en ortopedia y traumatología, mientras que a finales de esa propia década se aprobó su empleo en la reconstrucción del globo ocular en aquellas personas que perdieron esa estructura anatómica.

Según precisó el especialista, hasta la fecha alrededor de 23 000 pacientes han recibido los beneficios de la Hidroxiapatita Coralina porosa en estomatología, cirugía maxilofacial, ortopedia, traumatología y neurocirugía.

La relación incluye cerca de 1 740 implantes oculares, lo cual además de su notable aporte social, tiene un impacto económico al ofrecer un nuevo servicio altamente especializado de oculoplastia en el país y generar ingresos por las exportaciones de los implantes.

Al introducirse la Coralina en más de 100 unidades del sistema nacional de salud, Cuba se colocó dentro del reducido grupo de países del mundo donde la totalidad de sus ciudadanos tiene acceso a un producto de primer nivel, altamente cotizado en el mercado internacional.

Explicó el doctor Ramón que de manera general se ha reportado un 3 % de fracaso en los casos aplicados, asociado al tratamiento quirúrgico y ninguno a la existencia de respuestas adversas al biomaterial.

Más allá de sus ventajas para mejorar la calidad de vida de las personas, el uso de la Coralina HAP-200 motivó la publicación de más de 100 artículos científicos en revistas especializadas, y ha sido tema de tesis de grado, maestrías y doctorados.

Desde el punto de vista ecológico expertos del Instituto de Oceanología, la empresa Geocuba y otras entidades, hacen los correspondientes estudios de impacto ambiental, a fin de asegurar la explotación sostenible de los bancos de corales del género Porites, sin poner en peligro la supervivencia del ecosistema.

En la actualidad, indica el científico, el Laboratorio de Biomateriales del CNIC trabaja en el desarrollo de nuevas generaciones de biomateriales, compuestos de hidroxiapatita nano estructurada con polímeros, para aplicaciones en sistemas de liberación controlada de fármacos con sustancias osteoinductoras y otras, que prometen saltos cualitativos a corto plazo en el tratamiento de diferentes patologías y la regeneración tisular.

A pesar de los resultados expuestos, en los últimos tiempos el uso de la Coralina HAP-200 no alcanza los niveles esperados, cuando incluso la capacidad productiva es hoy ocho veces superior a la demanda estimada. En algunas provincias los almacenes están saturados del biomaterial, debido a la poca salida que tiene.

Ojalá que los fantasmas de la desorganización y el síndrome de preferir traer las cosas del exterior, no nublen todo el esfuerzo invertido en el desarrollo de uno de los productos emblemáticos del CNIC en sus casi 45 años de creado.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Ojala no se pierda en la desorganización y las “falsas” creencias hagan perder tantos años de trabajo y tanto esfuerzos de todos (incluyendo la naturaleza) para que los resultados se pierdan en “fechas de vencimiento” en góndolas o anaqueles polvorientos porque nadie utiliza el producto.

Nadie debería desaprovechar nada, muchos menos dejarlo perder. Yo propongo que exporten a naciones que podrían utilizar mucho este biomaterial sin ningún costo, salvo el traslado del mismo por parte de la nación que así lo solicite. Podrían hablar con tantos jefes de Estado para ver si necesitan el “producto” y donarlo o intercambiarlo por otros bienes necesarios.

Un saludo.

HologramaBlanco