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martes, agosto 30, 2011

LA DANZA PREMIA A CARLOS ACOSTA

Por Amelia Duarte de la Rosa  (Granma)

Foto: Yander Zamora
Con la entrega del diploma acreditativo que confiere anualmente el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE), Carlos Acosta se convirtió ayer en la noche, en la sala García Lorca, del Gran Teatro de la Habana, en el bailarín cubano más joven en merecer el Premio Nacional de la Danza.

De manos de Abel Prieto, ministro de Cultura; Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y Julián González, presidente del CNAE, el primer bailarín y coreógrafo, de 38 años, recibió el galardón que estuvo acompañado por obras de Manuel Mendive, José Luis Fariñas y por el reconocimiento de la Asociación de Artistas Escénicos de la UNEAC.

La velada artística, que subió a escena varias manifestaciones de la danza, contó con las participaciones del Ballet Nacional de Cuba, la Compañía de Santiago Alfonso, X Alfonso, Danzabierta, Compañía JJ y Danza Contemporánea de Cuba. Al finalizar la gala, Acosta —quien agradeció a sus profesores y al público cubano— quiso dedicarle el premio a su familia y expresó: "cada individuo es producto de su historia, por eso es justo que yo comparta este premio con Fernando y Alicia Alonso por desarrollar el movimiento balletístico en nuestro país".


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PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Constelación de estrellas, ¿redundancia?
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Un periodista, Elio Ojeda, me llama para conversar acerca de algunos errores que ha escuchado o leído por ahí: «Una constelación de estrellas…». Constelación es «conjunto de estrellas que mediante trazos imaginarios sobre la aparente superficie celeste, forman un dibujo que evoca determinada figura (un animal, un personaje mitológico, etc.)». Por supuesto que constituye como vemos, una redundancia; pero pienso que si hubieran dicho: «una constelación de músicos, o de artistas o de cantantes» no hubiera estado mal, ya que en sentido figurado, se usa como conjunto, reunión armoniosa. Ahora, eso de «constelación de estrellas», sería —dice, con razón, el compañero de la prensa— como arenal de arena.

En los diccionarios hay, a veces, cuestiones que nos hacen hasta sonreír. Aquí leímos: «conjunto armonioso». En otro se ve: «Figuradamente, conjunto de personas o cosas: Una constelación de manchas». No le veo la armonía a las manchas; pero sigamos. Ojeda continuó leyendo: «… en el pentagrama musical». Pentagrama o pentágrama —de penta, cinco, y una palabra griega que significa línea, es la renglonadura formada con cinco rectas paralelas y equidistantes, sobre la cual se escribe la música. Me acuerdo que la profesora de piano decía: «Son cinco líneas y cuatro espacios». Nunca un pentagrama puede ser científico, solamente conocemos el musical.

Amolar es afilar. En otros países hispanohablantes se usa amolarse también como fastidiarse.

Se conjuga como contar: Yo cuento, yo amuelo. Nosotros contamos, nosotros amolamos.

De début, palabra francesa, se ha hecho una adaptación a nuestra lengua: debú, pero no se aconseja su uso por minoritario, sigamos diciendo debut que, como sabemos, es la primera presentación pública de un artista, un deportista, un torero… El plural es debuts. Hemos oído: ¿Cuándo debutó por primera vez? Me encantaría saber quién es capaz de debutar por segunda oportunidad. Vamos a emplear los vocablos con su significado correcto. También pudiéramos decir: presentación, en casos como este. Aunque el equivalente español es estreno, nada hay de incorrecto en emplear debut, debutante, debutar, pero no por vez primera.

domingo, agosto 28, 2011

REHABILITADOS 4 500 NIÑOS EN CARDIOCENTRO CUBANO

Por Iris de Armas Padrino (Granma)

Más de 4 500 niños han sido rehabilitados en el Cardiocentro Pediátrico William Soler, en la capital, desde 1992, cuando inició el Programa Cubano de Rehabilitación Cardiovascular.

El doctor Francisco Carballés, responsable de Docencia e Investigación de esa institución, explicó que anualmente se operan de 300 a 400 pacientes y además realizan unos 300 cateterismos intervencionistas, proceder que ha sustituido el tratamiento quirúrgico de varias cardiopatías.

En Cuba existe una Red Cardiopediátrica Nacional, en la cual, además del especialista, se les brinda atención mediante el Médico de la Familia en la comunidad —donde realizan el entrenamiento físico— a los niños cardiópatas congénitos operados, remarcó.

Carballés, fundador del cardiocentro William Soler, que ayer arribó a sus 25 años de creado, por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro, destacó que el programa ha logrado que los infantes no pierdan años escolares y en breve tiempo se inserten en la sociedad y la escuela.

El Programa Nacional de Rehabilitación Cardiovascular también cuenta con dos subprogramas: Mujer con cardiopatía y embarazo, y Cardiopatía congénita y trabajo. En este último, según aclaró el doctor Carballés, los especialistas determinan qué tipo de labor pueden realizar los pacientes operados del corazón.

De referencia nacional para el tratamiento y seguimiento de las cardiopatías congénitas y las anomalías cardíacas del niño, el cardiocentro William Soler, en su cuarto de siglo de existencia ha efectuado más de 6 000 cirugías.

El doctor Eugenio Selman-Housein Sosa, director del centro, destacó que el 70 % del total de las cirugías se realizan a corazón abierto, porque son cardiopatías complejas.

Ese colectivo, de 415 trabajadores, de ellos 55 médicos y 135 personal de enfermería, tiene el reto de continuar trabajando, desde el punto de vista científico, docente y organizativo, con mayor eficiencia para incrementar la calidad de la atención y satisfacción a pacientes y familiares, concluyó.


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martes, agosto 23, 2011

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Cómo se sienta la cucaracha?
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Caricatura: LAZ
Jeme (del latín semis, mitad), es la distancia que hay entre la extremidad del dedo pulgar a la del índice separado el uno del otro todo lo posible. También, cuando una mujer es bonita, se dice en España: «Tiene buen jeme».

Los niños cubanos, según me contó un médico holguinero, advertían antes de comenzar el juego de bolas: «Ni jemi, ni ayuda». Querían evitar que el contrario pudiera medir con su jeme y la ayuda de la otra mano. Debilitaban la e final del vocablo.

Tour es voz francesa; aparece ya como palabra española. En caso de estas voces registradas en las últimas ediciones del Diccionario de la Real Academia Española, no se aclara de qué manera pronunciarlas, si «tur» como en su idioma original, o tal y como se escriben en el nuestro ahora. Es excursión o gira, viaje por distracción. Gira es la serie de actuaciones de un cantante, grupo musical, etc., por diferentes localidades. En el ejército, período o campaña de servicio obligatorio de un marinero.

Tour de force, esfuerzo grande, físico o anímico.

El acrónimo MINED significa, lo sabemos, Ministerio de Educación. Lo que quizá algunos ignoran es que acrónimo significa palabra formada por las iniciales, y a veces por más letras de otros vocablos.

Vox pópuli, vox Dei, del latín voz del pueblo, voz de Dios, se usa también en español para indicar que algo es conocido y repetido por todos. Se usa asimismo como locución adjetiva.

Overbooking ya pertenece a nuestra lengua. Es venta de plazas, especialmente de hotel y de avión, en número superior al disponible.

LA RESPUESTA DE HOY

«¿Con qué se sienta la cucaracha?» es una expresión cubana, familiar, ¡claro está!, pero indudablemente ingeniosa. Significa la imposibilidad de realizar algo.

No sé por qué una lectora, que prefiere mantenerse en el anonimato, la encuentra «excesivamente grosera». Nada tiene de refinada, pero podemos de vez en cuando darnos el permiso de no ser tan estrictos, sobre todo tratándose de una conversación entre amigos.

lunes, agosto 22, 2011

RECADO DE GUANAJAY

Por Ciro Bianchi Ross (Juventud Rebelde)

Caricatura: LAZ
En estos días estuve dos veces en Guanajay, la llamada Atenas de Occidente, con su iglesia consagrada a San Hilarión, sus 26 puentes, su teatro Vicente Mora, en vías, al fin, de reparación, que trajo a la localidad los cánones estéticos del Teatro de la Ópera, de Berna, y el café-restaurante El Niágara, con sus históricos portales y un exquisito arroz con pollo que llevó el nombre de la casa y que ya no es sino un recuerdo cada vez más difuminado. Lo curioso de esta villa, fundada, se cree, en 1650 y que en un momento cubrió una jurisdicción que se extendía entre Santiago de las Vegas y Bahía Honda, es que desde 1827 a la actualidad ha formado parte de cuatro provincias diferentes. Más curioso aún resulta que allí nacieron dos figuras excelsas del arte lírico cubano: Zoila Gálvez, una voz que encantó al mundo, al decir del poeta Miguel Barnet, y la soprano Margarita Díaz, una mulata espectacular que hizo en Europa la mayor parte de su carrera y vivió muchos años en Atenas, donde llegó a cantar en la fiesta de 15 de la futura reina Sofía de España, entonces princesa de Grecia.

Guanajay es asimismo la tierra natal de María Teresa Vera, la autora incombustible de Veinte años, y de la célebre Macorina, una mujer que se empeñó en llevar la vida a su manera, y que en determinado momento quiso borrar o conseguir que se olvidara su pasado desenfrenado y que quizá en el intento de hacerse perdonar sus pecados donara, sin revelar su identidad, dos valiosos jarrones a la iglesia de San Hilarión que todavía se conservan en el altar mayor de dicho templo.

—«Hoy se hace difícil saber exactamente cómo fue esta mujer… Quizá sea preferible que cada cual construya su propia Macorina, victoriosa o vencida. Seguidora de su sueño, víctima de su tiempo y de sus circunstancias, tal vez un poco de ambos», dice la historiadora Gilda Guimeras, ex directora del museo municipal de Guanajay.

¿Quién fue realmente esa mujer de la que ya hablamos en esta página en otras ocasiones y que motivó el estribillo aquel de «Ponme la mano aquí, Macorina», presente tanto en la pegajosa melodía que interpretaba Abelardo Barroso con la orquesta Sensación, como en el poema musicalizado de Alfonso Camín que cantaba la mexicana Chabela Vargas? Gilda Guimeras trató de rastrear su vida hasta donde pudo, pues como siempre sucede, afirma, «cuando la realidad se va desdibujando, sus espacios vacíos los llena la leyenda».

SOMBRAS NADA MÁS

Lo que Gilda sí pudo constatar, con la fe de bautismo y el correspondiente libro de nacimientos a la vista, es que se llamó María Constancia Caraza Valdés, y que el nombre de María Calvo Nodarse, con el que a veces se le alude, no fue más que un alias. Nació en 1892, en el hoy desaparecido número 15 de la calle Calixto García.

Casi hasta ahí llegan las certezas de la historiadora. Lo demás se sume en sombras y contradicciones. La familia que en Guanajay le queda a la Macorina no quiere hablar sobre la picante historia de su antecesora. Uno de los sobrinos, interrogado por Gilda, asegura que nada sabe acerca de la casa de la calle Galiano, cerca del mar, desde donde la tía salía todas las tardes, desafiante, al timón de su automóvil. La recuerda, sí, en el lujo de algunas de sus residencias de las calles Marina, Vapor o Jovellar, junto a un esposo rico, «quizá puesto en escena para sus familiares, del que no hemos tenido ninguna otra noticia».

Se dice que la Macorina, a espaldas de su familia o raptada por su novio de entonces, llegó a La Habana con 15 años de edad. De cualquier manera, no haría huesos viejos con su prometido: lo sacó de su vida en cuanto el hambre comenzó a apretarla en la habitación que compartían en un solar capitalino. Sabía ella lo que buscaba y constató bien pronto que su frescura juvenil y aquel rostro que relucía como una moneda recién acuñada, vendidos al mejor postor podían proporcionarle la vida que ambicionaba. En 1958, diría al periodista Guillermo Villarronda, de la revista Bohemia: «Más de una docena de hombres permanecían rendidos a mis pies, anegados de dinero y suplicantes de amor».

¿Fue así realmente lo del hombre que la sedujo? «Su natal Guanajay ha guardado su imagen de joven seducida y luego, en consecuencia, repudiada por todos, sin más alternativa que marchar a La Habana para prostituirse», afirma Gilda Guimeras. Añade enseguida la investigadora: «Pero nunca faltaron quienes no suscribieran la piadosa versión diciendo que era solo una cabeza loca, de las que nunca faltan».

Quedan sin respuesta en el relato otras interrogantes. ¿Era fea o bonita María Constancia Caraza Valdés? ¿Era fina y educada o por el contrario soez y grosera? Su casi imperceptible cojera, ¿fue en verdad consecuencia de un accidente automovilístico?

OPINIONES ENCONTRADAS

—«En cuanto a su belleza existen opiniones. Siempre di por sentado que sería notoria, pero hace poco oí que más bien era fea. Poseemos, por suerte, una fotografía para que cada cual saque sus conclusiones. De su trato exquisito, que le abrió muchas puertas y la dejó alternar, sin mayor desentono, con personas de rango, he oído alguna anécdota. Ahora escucho que no, que cuando iba en el carro piropeaba a los hombres de una forma soez. Educada o grosera, no falta quien afirme que llegó a ser amante del ex presidente José Miguel Gómez, y que por esa causa estuvo involucrada en manejos políticos y hasta en algún apuro, cosa que, a estas alturas, tal vez nunca lleguemos a saber con certeza», precisa Gilda.

¿Y LA COJERA?

Se dice que un mal día fue atropellada por el automóvil que guiaba un hombre sobradamente rico que, para desagraviarla, le obsequió otro. De ahí, junto con la cojera, le nació su pasión por la velocidad y la manía de pedir a cada uno de sus amantes un automóvil de regalo. Conducía ella misma. Aunque hay quien lo pone en duda, muchos aseguran que fue la primera cubana que obtuvo el permiso para conducir. Tuvo, desde luego, algunos choferes a su servicio, entre ellos Fernando López de Mendoza y Scull, que no demoraría en dedicarse a la actuación e interpretaría un popularísimo gallego en nuestro teatro bufo.

En esto mi informante tiene también sus dudas. Afirma: «Lo que no queda claro es si cojeaba un poco debido al accidente, como siempre he leído, o como resultado de un balazo que le disparó un amante, como escuché hace poco».

DECADENCIA

La decadencia de la Macorina comenzó poco antes de 1940. La crisis mundial de 1929 había golpeado duro a la economía de la Isla; los precios del azúcar andaban por el suelo y no era nada próspera la situación del país. El general José Miguel Gómez había muerto de pulmonía en 1921 y la mayoría de aquella docena de hombres anegados de dinero y suplicantes de amor, de antaño, estaban arruinados o demasiado viejos. Y también empezaba a envejecer la Macorina. Las puertas y las billeteras dejaron de abrirse ante su reclamo y donde antes recibía afecto y dinero, empezó a recibir solo excusas.

«Pudo capear la crisis vendiendo lo vendible: nueve automóviles, cuatro casas, joyas y pieles caras traídas desde Europa —comenta Gilda—. Tuvo que resignarse a regentear una casa de citas, en la que no vivió, y adonde una vecina recuerda que acudía discretamente en auto».

Residió durante años en una casa de huéspedes en Centro Habana. Allí la localizó en 1958 el ya aludido Guillermo Villarronda. El periodista tuvo que conformarse con conversar con una pulcra señora de la tercera edad, vestida con ropas de colores blanco y negro, como una viuda que guarda medio luto. Nada de historias escabrosas. Sí que, entre otros famosos, pudo conocer personalmente a Carlos Gardel.

Habló María Constancia del hombre que, siendo ella muy joven, la hizo abandonar el pueblo natal, y del arrepentimiento que le provocaba a esas alturas aquel tremendo error que cometió por hacerse de una vida mejor. Tenía un viejo sueño, y así lo confesó al periodista: el de repartir muñecas entre todas las niñas. Aseguró que durante su vida había sido feliz y desgraciada al mismo tiempo; tan feliz y desgraciada como lo era también en ese momento en que se sentía «acompañada en soledad», quizá por los fantasmas de los viejos conocidos cuyos nombres se negó a mencionar en la entrevista.

Lo interesante de esta historia es que los vecinos de aquella anciana limpia y ordenada, sin vicios conocidos salvo una afición desmedida y aparentemente inocente por el sedatusín, un jarabe con acciones antitusivas (que calma o suprime la tos), broncodilatadora y sedante, hecho a base de codeína, efedrina y fenobarbital y cuyo uso prolongado produce dependencia, era la famosa Macorina de antaño.

Murió, víctima de un ataque cardiaco, el 15 de junio de 1977. Poco antes de fallecer, dice la Guimeras, hizo un par de encomiendas a Casimira Lamas, confidente y vecina: que la enterrara vestida de amarillo y que no revelara nunca su identidad, pedido este que, desde luego, no pudo ser cumplido al pie de la letra. La mujer que, al volante de su cuña «colorá», fuera el escándalo habanero de los años 20, celebrada por músicos, poetas y pintores, mimada y arropada por un presidente de la República y una docena de poderosos, fallecía en la miseria y el olvido.

UNA GRAN ATREVIDA

Resume Gilda Guimeras al hablar sobre una época en la que las mujeres empezaron a rasurarse las axilas y el perfume de moda se llamó Virgen Loca:

«Fue una gran atrevida… Vive en nuestro imaginario no como aquella dama que el tiempo se empeñó en legarnos, sino como una estampa de los movidos años 20, década en la que el mundo perdió su compostura para hacerse moderno y Cuba comenzó a buscar su identidad en sones y guarachas.

«Años en los que algunas cortaron sus cabellos, encogieron sus faldas y acabaron lanzándose —a veces de cabeza y a gran velocidad— a ocupar un espacio por siempre reservado al sexo masculino, y al que ya nunca más quisieron renunciar».

¿Y Zoila Gálvez y Margarita Díaz, las divas de las que hablamos al comienzo de la página? Quedan para otra ocasión. Por el momento, chirrín. Se acabó el espacio.

miércoles, agosto 17, 2011

DON FERNANDO ORTIZ

Por Miguel Barnet* (Granma)

Don Fernando Ortiz
No lo pensé demasiado. Lancé la flecha al infinito para que diera en el blanco. Su obra era una montaña gigante, su prestigio devastador, único. Y yo era nadie; un simple rastreador, aficionado al estudio de lo cubano, aquello que me había hecho despreciar y subestimar las aulas de una escuela norteamericana en Cuba y un medio estereotipado por una visión neocolonial.

Como yo era nadie y él era un pilar de nuestra vida cultural, gozaba al menos del privilegio de no prejuiciarlo, de no obligarle a protocolo alguno, a medida alguna de protección.

Llamé por teléfono y me salió su esposa. ¿Quién habla? Pues un admirador de Don Fernando, quisiera ir a conocerle. Sería el año de 1962. Desde 1958 había trabado yo contacto fértil con Argeliers León y María Teresa Linares, un año más tarde conocería a Isaac Barreal y a Manuel Moreno Fraginals. Ya me había graduado del Seminario de Folclor Cubano del Teatro Nacional, ya podía conversar y espolear un poco, si se quiere, los intereses más puros y auténticos de Fernando Ortiz.

De todas maneras era un desconocido. Y él contestó que estaba alejado del barullo de la vida, con acento entre menorquín y catalán —Ortiz se graduó en Barcelona de Licenciado en Derecho en 1900—, que me lo hizo más misterioso e inasible.

El teléfono fue un fracaso. Pasó un año. En la Academia de Ciencias, en la Biblioteca Nacional, en los cursos y los equipos de investigación se hablaba de él con respeto. Don Fernando era un punto de partida, una columna de sostén. Pero no me bastaba con estudiar su obra, con conocerle a través de sus espesos volúmenes. Quería encontrarme a aquel hombre que había espigado en la "intrincada fronda" de lo cubano, para decirlo con sus palabras, en labor pionera de exploración y análisis que hiciera afirmar a Juan Marinello que Ortiz era nuestro tercer descubridor, en comprometida secuencia con el genovés temerario y Humboldt, el sabio.

La curiosidad me mordía a diario. Y decidí tocar a la puerta de aquella casa de columnas dóricas, de aquel centro de la cultura universal en que se habían gestado las investigaciones que darían luz sobre el hombre cubano y sus valores, sobre la cultura del negro tan escamoteada y envuelta en fábulas macabras y terribles relatos de sangre.

Me abrió la puerta María Herrera, su esposa. Con el aval del Instituto de Etnología y Folclor como carta de presentación, llegué a Don Fernando. "Ciencia, Conciencia y Paciencia", fue su lema y lead profesional. La Paciencia ganada me senté a su lado, junto a aquel butacón mullido desde donde él veía, entendía y amaba al mundo. Me preguntó a qué me dedicaba. Por pudor le dije que era poeta, pero debía haberle negado justamente por pudor esta vocación mía. "La poesía ilumina pero desvirtúa, tenga cuidado con las herejías". Le dije, además, que era aficionado a la investigación de la cultura tradicional cubana, de nuestro folclor. Me habló de Federico García Lorca con admiración y cariño, había sido su amigo. Él lo había traído a Cuba a través de la Hispanocubana de Cultura. Y Lorca en gesto de cariño le dedicó su Son de negros en Cuba: "Iré a Santiago, cantarán los techos de palmera, iré a Santiago... Iré a Santiago, en un coche de aguas negras...".

"Don Fernando, ¿no cree usted que el mejor trabajo que existe sobre las nanas lo escribió este poeta?". Asintió, pero me miró con recelo. La comparación que yo inconscientemente había establecido con el autor granadino le inquietó. Me di cuenta, pedí disculpas y entramos en el terreno de la cultura afrocubana, vocablo que él hizo cuajar en el lenguaje general de las ciencias sociales de su época.

El acento catalán me pareció significativo. Aquel cubano de tan enraizada estirpe nacionalista, tan gustador del refranero, tan conocedor del folclor popular, hablaba como todo un hidalgo español. Esto no hacía más que darle un tono de cosmopolitismo y gracia a su conversación y denotaba una educación y una formación muy complejas. Su tono, desprovisto de empaque, coloquial y casi íntimo lo hacía humano, lo acercaba a su interlocutor. Hablaba bajo, casi susurraba. No daba órdenes sino que sugería, observaba, acotaba en justa sapiencia. Y sus preguntas eran siempre: "¿cómo ve usted esta idea?, ¿qué cree usted de tal o cual cosa?, ¿estaría usted de acuerdo con calificar este hecho así?...".

Por mucho que yo insistía: "Don Fernando, no me trate de usted, por favor", él seguía pronunciando aquel usted que se imponía como una regla dentro de un juego lógico que fijaba una línea de trabajo seria en rigor y de utilidad pragmática. En el fondo su humor cáustico, su tranquila mordacidad enarbolaban el usted como un estandarte de defensa frente a la hipocresía y el oportunismo. Lo entendería unos años después cuando me dijo un día que él trataba a las personas de usted porque un colombiano amigo se lo había enseñado. Usted imponía respeto y distancia, pero también mostraba un cariño entrañable y un estilo decimonono al cual él no podía renunciar por sus años y la procedencia humanista de la que era quizá en nuestra Revolución el último de sus exponentes, muertos hacía años Enrique José Varona, Manuel Sanguily, Esteban Borrero Echevarría o Raimundo Cabrera. Con Don Fernando se hablaba de todo. Eso lo saben bien quienes lo conocieron. Ningún esquema, ninguna etiqueta, ningún San Benito caben a su persona. Era un hombre de cultura proteica e integral. Lo mismo era capaz de descifrarle a uno los secretos del oráculo de Eleusis que los de Orumbila, Orula o Ifá. Estudió al negro y sus valores porque como humanista y como científico se percató de que era una imperiosa necesidad social. Pero estudió también a nuestros aborígenes y marcó pautas en el análisis de factores etnográficos de nuestra población como el español, el chino y los de procedencia caribeña. Sus preocupaciones cívicas, de hombre público y liberal, lo llevaron a afirmar: "En Cuba, más que en otros países, defender la cultura es salvar la libertad... La importancia económica del extranjero en Cuba ha ido creciendo más y más. Aunque la estadística es también concluyente en este aspecto culminante de nuestra vida económica, puede hoy calcularse que las dos terceras partes de la industria azucarera de Cuba son americanas, quedando el resto para los cubanos y los españoles. Sería interesante conocer la extensión del territorio cubano que ha pasado al dominio privado de empresas extranjeras; pero no hay estadística fehaciente que nos diga... Y las minas son extranjeras. Y los ferrocarriles son extranjeros, son los más pomposamente exhibidos como de compañías cubanas. Y los teléfonos. Y los muelles. Y, sobre todo, los bancos, y que bien pocos de los que había hispanocubanos, han logrado resistir el sacudimiento de 1920.

"Mirad, pues, cubanos que habéis tenido la paciente bondad de escucharme, cuáles son los índices de visible decadencia intelectual, moral y económica de la sociedad de Cuba y pensad si no merece muy detenida y amorosa atención la creciente debilidad de nuestra patria, cuyo remedio no admite demoras."

Fuera del barullo, pero dentro, entendió a la Revolución y se identificó con ella. Leía, cuando su vista se lo permitía, las noticias diarias, los grandes titulares y aquellas pequeñitas que contenían mucho, las más enjundiosas, como decía él.

En los últimos seis años de su vida, cuando lo traté con mayor asiduidad, lo vi salir a la calle una sola vez. Sus piernas estaban enfermas. Sin embargo, visitó una tarde el Departamento de Colección Cubana de la Biblioteca Nacional. Aquella visita a la institución querida por él, la que luego recibió su fondo bibliográfico para el disfrute de todos los investigadores, fue quizá su última salida pública.

*Crónica perteneciente a la serie publicada por el autor bajo el título Autógrafos cubanos.


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martes, agosto 16, 2011

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Precisiones sobre «achaque»
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Hay quienes creen que resulta elegantísimo el hacer gala de un conocimiento de la lengua que realmente no poseen. Lo que tienen es una colcha de retazos. «Di de lo que alardeas, y te diré de lo que careces». Conocí a una abuela que, frente a la cuna del nieto recién nacido, sin dudas, tras una cuidadosa consulta de horas frente a un diccionario de sinónimos, la emprendía de memoria —en rigurosísimo orden alfabético, mirando a la criatura con cara de arrobamiento—: «Angelote, bebé, chico, chicuelo, chiquillo, chiquitín, churumbel, galopín, infante, pituso…». Así hasta la desesperación de los que teníamos que escucharla. ¡Hay de todo en la viña del Señor!

Ciertas frases, convertidas en muletillas, han perdido su verdadera significación. Una de las que se repite sin detenerse a pensar en el contenido es «como se dice vulgarmente». He oído: «Los niños son la esperanza del mundo, como se dice vulgarmente», «se le aplicó el tratamiento indicado, como se dice vulgarmente». No puedo creer que quienes pronuncien semejante barbaridad imaginen que esas expresiones constituyan vulgaridades. ¿Sabrán acaso qué significa el vocablo vulgar? Lo más curioso de todo esto es que cuando utilizan palabras verdaderamente vulgares —y lo hacen con bastante frecuencia, por desgracia—, no aclaran nada al respecto.

Jamás se les oye en ese caso una disculpa. ¡Qué pena!

Estoy convencida —escribe Lilia Ríos y Ríos, una palmera de vacaciones en Centro Habana— de que eso de «achaque» es un disparate de mi abuela. Mire que le insisto en que no lo repita, pero ella lo usa siempre. Pues se equivocó la lectora. Achaque viene de una voz árabe que quiere decir: la queja, la enfermedad. Tiene registradas 12 acepciones, y en la primera se lee: «Indisposición o enfermedad habitual, especialmente las que acompañan a la vejez».

Y ahora que hablo de eso —¡ay!, tan cerca ya de los 76—, cada vez que me asaltan los achaques, cosa que ocurre con más frecuencia de la que los jóvenes imaginan —¡ya lo verán!—, recuerdo la frase de Ruth Elizabeth (Bette) Davis, una actriz hollywoodense de otros tiempos: «La vejez no es de los cobardes». ¡Cuánta razón tenía

sábado, agosto 13, 2011

PARADIGMA DE LA METEOROLOGÍA CUBANA

Por Orfilio Peláez (Granma)

El doctor Mario Rodríguez Ramírez fue el primer director del
Instituto de Meteorología, creado en 1965. Foto: Korda

Como afirman muchos de quienes fueron sus discípulos, el doctor Mario Rodríguez Ramírez dejó una huella imborrable en la historia y desarrollo de la meteorología cubana, en particular durante la segunda mitad del pasado siglo XX.

Nacido el 9 de agosto de 1911, en la ciudad de Manzanillo, siendo aún estudiante universitario entró a trabajar en el entonces Observatorio Nacional, en marzo de 1936, donde ocupó una plaza de auxiliar.

Obtuvo el doctorado en Ciencias Físico-Químicas y luego en Ciencias Físico-Matemáticas, en la Universidad de La Habana, con apenas un año de diferencia entre 1941 y 1942, para posteriormente titularse de Máster en Meteorología en la Universidad de California, y hacer un curso sobre pronóstico de huracanes durante catorce meses en el Weather Bureau, de los Estados Unidos, el cual terminó en febrero de 1947.

Según cuenta el profesor Luis Enríquez Ramos Guadalupe, historiador de esa disciplina científica en Cuba, a su regreso del país norteño Rodríguez Ramírez era el profesional mejor calificado y con una formación académica más completa dentro del servicio meteorológico de la mayor de las Antillas, solo aventajado por el ingeniero José Carlos Millás, director del mencionado Observatorio.

Por sus conocimientos es designado subdirector de esa entidad y junto con el desempeño de tal responsabilidad, participa de manera activa en la organización y desarrollo de diferentes cursos de instrucción teórica y práctica para capacitar a observadores meteorológicos.

Asimismo, introdujo nuevos procedimientos de predicción en el trabajo operativo, y en 1951 comenzó a prestar servicios a la compañía Cubana de Aviación para sus vuelos comerciales, labor que mantuvo por espacio de quince años.

Uno de los más importantes aportes científicos de Mario Rodríguez lo constituyó, sin duda, el esbozo de la denominada Teoría Vorticial, para explicar el proceso de formación y desarrollo de los huracanes, la cual expuso en renombrados centros meteorológicos de los Estados Unidos, Europa y América Latina, y trabajó en ella a lo largo de 23 años.

Al crearse el Instituto de Meteorología en 1965, se convierte en su primer director y funda la Escuela de Meteorología, desde cuyas aulas imparte diferentes asignaturas y contribuye a formar decenas de jóvenes especialistas, que en la actualidad cumplen importantes funciones en esa institución perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).

Desempeñó un papel protagónico en el surgimiento de la red nacional de estaciones meteorológicas (suman 69 en la actualidad), y bajo su guía tuvo lugar la instalación y puesta en marcha de la primera estación receptora de fotografías tomadas por satélites meteorológicos existente en Cuba, inaugurada el 23 de marzo de 1969.

Celoso cumplidor de sus obligaciones profesionales, el profesor Rodríguez Ramírez trabajó en 35 temporadas ciclónicas y hubo de enfrentarse a situaciones muy complejas, como fueron el azote del ciclón Flora, en octubre de 1963, y del Inés, en 1966, por cierto, el organismo ciclónico que tiene el récord de más boletines especiales emitidos por el Instituto de Meteorología.

Ante cualquier peligro inmediato para nuestro país, apuntó el historiador Ramos Guadalupe, montaba una suerte de "estado mayor" en su oficina, donde permanecía de manera ininterrumpida sin abandonar su puesto de trabajo, hasta tanto las circunstancias lo exigieran.

Intervenía de manera directa en la elaboración y el análisis de los mapas del tiempo, incluso, supervisando el ploteo y el trazado de las isobaras, además de redactar los avisos correspondientes.

Fue representante de nuestro país ante la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y miembro de diferentes sociedades científicas nacionales e internacionales, entre ellas la American Meteorological Society, y la British Interplanetary Society. Por su valiosa contribución al desarrollo de esa disciplina en Cuba recibió la Orden Nacional Carlos Juan Finlay, que entrega el Consejo de Estado, y otras distinciones.

En el plano personal, supo inculcar a su familia los valores éticos que siempre practicó, y el amor a la tierra que lo vio nacer hace cien años. Ya jubilado, pero sin desvincularse jamás de su pasión por la meteorología, Mario Rodríguez Ramírez falleció en La Habana el 15 de diciembre de 1996, a la edad de 85 años.

viernes, agosto 12, 2011

JOVEN CUBANO RECIBE PREMIO EN EXPOSICIÓN MUNDIAL DE FILATELIA

Tomado de Prensa Latina

La Habana.- El joven cubano Adrián Fernández Guzmán se alzó con el Gran Premio Juvenil en el Japan World Stamp Exhibition (PHILANIPPON 2011), la más importante cita de los filatelistas del mundo.

De acuerdo con el sitio digital Cubadebate, Fernández es el primer filatelista juvenil del planeta que alcanza en tres ocasiones el Gran Premio Juvenil en certámenes internacionales de Filatelia (China 2009, Portugal 2010 y Japón 2011).

Con las palabras de la princesa Takamado, de Japón, quedó inaugurada la Exposición Mundial de Filatelia, en un acto donde estuvieron presentes, además, los ministros de Comunicaciones, Relaciones Exteriores y otros altos mandatarios del país asiático.

El corte de la cinta correspondió a la alcaldesa de la ciudad de Yokohama, sede del magno evento que sesionó del 28 de julio al 2 agosto en el Pacific Yokohama Center, una majestuosa e impresionante instalación que acogió a más de dos mil colecciones de 65 países.

Cuba ratificó su alto nivel en la filatelia juvenil y mantuvo su posición entre los primeros países del mundo en la categoría.

En sus palabras de clausura, el presidente de la Federación Internacional de Filatelia, Tay Peng Hian, reconoció el trascendental hecho de que un joven cubano fuese el primer tricampeón juvenil en estas lides.

Resaltó además el altísimo nivel de su colección, titulada Marcas Postales Prefilatélicas de Cuba, e invitó a los presentes a no perder la oportunidad de apreciarla.

En la que puede calificarse como una de las exposiciones de mayor nivel en la categoría juvenil celebrada en los últimos años, otros cuatro jóvenes de la nación antillana también lograron importantes preseas.

Adrián Nazco Urrutia obtuvo medalla de Vermeil, con su colección Barco al agua, que el viento sople; Eduardo Carlos Losa, quien debutó en estos certámenes, presentó su colección El paraíso de la fauna alada, y alcanzó medalla de Plata Grande.

Mientras, el joven filatelista Gilbert Benítez Crego recibió medalla de Plata Grande por La hazaña de Colón, y a la muestra Enteros Postales Cubanos, del coleccionista Pedro Morales Capote, se le otorgó medalla de Plata.

Los filatelistas adultos estuvieron representados por Juan Emilio Martínez, quien fue merecedor de una medalla de Plata por El Teléfono, la cual se presentó por primera vez en una cita del orbe.

La Exposición fue visitada por más de medio millón de personas, quienes pudieron apreciar las mejores colecciones del mundo y disfrutar de un variado programa de actividades, conciertos y presentaciones especiales, organizados por el Correo japonés para la ocasión.

jueves, agosto 11, 2011

¿OLA DE CALOR?, NADA

Por Orfilio Peláez (Granma)
Foto: Yaimí Ravelo

Como ocurre de manera habitual en cada verano, casi a diario y sobre todo en el horario del mediodía, los cubanos nos quejamos del calor sofocante y el tema figura entre los más recurrentes en cualquier conversación, aun cuando las personas no se conozcan.

Incluso, hay quienes ya especulan sobre la posibilidad de que en nuestro archipiélago pueda haber una ola de calor en el transcurso de agosto, tomando en cuenta las elevadas temperaturas registradas en otras regiones geográficas, y que precisamente este mes constituye el más cálido del año en Cuba.

El doctor en Ciencias Ramón Pérez, del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, explicó a Granma que el mencionado fenómeno se refiere a situaciones atmosféricas muy particulares que tienen lugar en latitudes medias y zonas continentales, cuando las temperaturas alcanzan valores extremos por encima de los 40 grados Celsius, lo que unido a la baja humedad reinante, provocan la muerte de seres humanos por deshidratación y otras causas.

Puso de ejemplo lo sucedido el pasado mes de julio en alrededor de 30 estados del centro y este de los Estados Unidos, donde los elevadísimos valores de las temperaturas ocasionaron el fallecimiento de más de una veintena de personas.

Vale recordar también las intensas olas de calor acaecidas en años anteriores en Rusia, España, Francia, Portugal y otros países de Europa y Asia, durante las cuales perdieron la vida miles de personas, sobre todo ancianos.

En el caso específico de Cuba, precisó el especialista, resulta sumamente improbable llegar a tal situación, pues debido a su condición insular rodeada de agua, la brisa marina siempre será un factor atenuante para que no se registren condiciones de calor tan extremas, a lo que debe añadirse el usual refrescamiento de la atmósfera causado por las típicas tormentas eléctricas y lluvias de las tardes veraniegas.

La causa de que las personas sientan esa sensación de calor agobiante obedece a la combinación de los altos niveles de humedad relativa, intensa radiación solar y la debilidad de los vientos. Ello se acrecienta aún más si transcurren varios días consecutivos sin precipitaciones, indicó el doctor Ramón.

De acuerdo con los datos del Centro del Clima, en el recién finalizado julio no hubo ningún récord de temperatura máxima absoluta, mientras el valor de la media nacional apenas rebasó en 0,2 grados el promedio histórico mensual. Tampoco en los primeros nueve días de agosto hay reporte alguno de nueva primacía en las variables anteriores, y los más elevados registros oscilaron entre los 34 y 36 grados.

Si bien hasta el presente el comportamiento del actual periodo estival en Cuba permanece dentro del rango de lo normal,·entre 1951 y el 2010 la temperatura media en la etapa de verano aumentó en 0,8 grados Celsius, lo que confirma la tendencia hacia un clima más cálido en el país.

Para sorpresa de algunos lectores, vale mencionar que el récord nacional de calor es de 38,8 grados Celsius y ocurrió en Jucarito, provincia de Granma, el ¡17 de abril! de 1999. Anteriormente a esa fecha era de 38,6, establecido en el aeropuerto de la ciudad de Guantánamo, el 7 de agosto de 1969.

miércoles, agosto 10, 2011

JÓVENES Y EMIGRACIÓN: CUBA SOMOS TODOS

Por Mayra García Cardentey (Guerrillero)

Salir del país, aun cuando lo hayan hecho en diferentes
edades, es para los jóvenes encuestados  uno de los
 cambios más grandes de sus vidas

Algunos partieron en busca de sus sueños; muchos levantaron anclas tras el amor alejado por océanos y continentes; no pocos porque les esperaban seres queridos, entrañables, tanto como para dejar hogar y país detrás; otros, por cosas del destino, simples decisiones que se toman en momentos determinados de la vida, eligieron residir en parajes diferentes a los que le vieron nacer.

Todos, pinareños, cubanos, jóvenes... emigrantes dialogan con Guerrillero sobre el cómo dejar la Isla ha sido una de las determinaciones más difíciles de sus vidas, y cuánto aman a Cuba, a pesar de hacerlo desde distintas partes del mundo.

EMIGRAR: ¿GANAR O PERDER?

El tema de las migraciones humanas es tan viejo como la propia civilización; siempre ha existido y no se circunscribe solo al continente americano, como muchos intentan ver, y menos como fenómeno particular de Cuba, Isla sitiada y solo definida, en ocasiones, por los emigrados hacia los Estados Unidos.

Mas la migración de cubanos a disímiles regiones del mundo, sigue siendo un tópico muy polémico, con diferencias de acuerdos y actitudes referentes a la política a seguir por las naciones receptoras y Cuba como país emisor.

En la Isla, durante décadas no era bien visto el ser emigrado, situación cambiante en la actualidad, cuando se define la decisión más por factores económicos y familiares, especialmente en los jóvenes.

Con el objetivo de mostrar otra imagen del emigrado, Guerrillero conversó con 15 jóvenes pinareños de diferentes sexos y razas, con un rango de edad entre 22 y 30 años, que decidieron residir de forma temporal o permanente en países como Italia, Chile, Canadá, Ecuador, España, México y Estados Unidos.

Para todos, aquellos que emigraron por reunificación familiar, carta de invitación, cuestiones de trabajo, compromisos matrimoniales, búsqueda de mejoras económicas... la postura asumida constituye una de las más controvertidas de su existencia.

"Ha sido difícil, para unos más que para otros, en dependencia de las metas y objetivos individuales," refiere Alicia. "La mejor forma de describirlo es compararlo con volver a nacer. Tienes de nuevo que aprender a hablar, escribir, leer..., alfabetizarte completamente. Empiezas con ojos de adulto a mirar como niño. Todo es novedoso, enorme, e incluso, un poco temerario".

Aun cuando algunos perciban la emigración como la puerta de salida a problemas de la sociedad cubana contemporánea, no es la solución perfecta que muchos intentan ver; en la Isla hay personas que no los consideran cubanos y en sus países actuales de residencia, no pasan de ser "simples inmigrantes", la capa social "más baja".

"Vivir lejos de Cuba es una tristeza permanente. Aunque poseo todas las comodidades materiales, me hubiera gustado tenerlas al lado de mi familia, en mi país, comenta Cristina. Un auto BMW y una casa con jacuzzi no da felicidad, aunque tengo un marido que me ama y lo amo, y dos niños que son mi vida, y que ahora pertenecen a otro país y no a Cuba".

"Quizás por ser joven a veces se piensa que no es difícil, dice Karla, pero cuando ha pasado el tiempo, se siente una paranoia que te da deseos de regresar, solo que ya te has adaptado a otra vida, aunque no del todo".

Otros de los encuestados por el semanario definen vivir fuera de Cuba como "un desafío para el espíritu", "una gran nostalgia", "una paz intranquila", "un reto".

DIÁLOGOS DE ENCUENTRO...

Fuera de Cuba muchos mantienen las tradiciones e
idiosincrasia que los identifican como hijos de esta Isla

Todos confiesan pensar en Cuba siempre o frecuentemente, y con asiduidad buscan informaciones sobre la Isla, o sobre amigos y familiares, desde correos electrónicos, llamadas telefónicas, medios de prensas nacionales e internacionales, y redes sociales.

"Pienso en las calles de Pinar, en la bulla de mi barrio (reparto 10 de Octubre), conversa Ariadna. Se extraña la forma de ser de las personas, la familiaridad que existe entre los amigos".

"Añoro a la gente de mi pueblo, la camaradería de los mantuanos, las noches en que nos sentábamos un grupo de vecinos en el portal a cantar con una guitarra, algo que nunca más he hecho en Italia", dice Luz María.

Aunque se ha estigmatizado a las personas emigrantes de la Isla, como "desertores", lo cierto es que muchos de estos jóvenes sienten este país tan suyo como los de adentro. La gran mayoría palpita por Cuba, desde los que llevan dos años hasta 15 fuera de la nación, los que vienen una o dos veces por temporada, e incluso, quienes no han regresado nunca desde que salieron la primera vez.

"Nadie puede decir que no extraña. Desde mi propia experiencia en la cual el hecho de salir de Cuba fue una oportunidad de momento, algo que nunca había pensado ni planeado; hasta ese que estuvo años esperando poder irse. Se extraña mucho, se extraña todo, inclusive, hasta las dificultades de las que una vez nos quejamos".

Siempre andan en busca de diálogos de encuentro que los acerque más a esta tierra, suya por derecho de nacimiento y sentir. "Cuba es la tierra de mis sueños inconclusos", decía Tamara, a lo que otros le suman, 'esta Isla es mi país de nacimiento', 'es esencia', 'Patria'.

"Hermosa, solidaria, revolucionaria, martiana, caliente, rumbera, verde, hogareña, llana, húmeda, frondosa, mestiza, heterogénea, hospitalaria, valiente, misteriosa, musical... única", la caracterizan en sus aspectos positivos. Mientras en los negativos, resaltaron temas de índole económico y social, y algunas disyuntivas políticas.

Pero en todos los casos, persiste el interés de fórmulas de reconciliación entre quienes por diversas razones decidieron echar suerte en otros rincones del mundo y los que permanecen en la nación. A fin de cuentas, cubanos son todos, "sociables, pachangueros, humanos, ingeniosos, carismáticos, extrovertidos, inteligentes, bailadores...", como ellos mismos definen.

HASTA LOS HUESOS, CUBANA... 

Uno de los momentos más difíciles para los jóvenes emigrantes
 es la muerte de un familiar querido en Cuba, y por problemas
 de tiempo y otras cuestiones no poder asistir al funeral

¿A quién catalogar como cubano o no?, siempre ha sido el dilema en el complejo entramado de las migraciones. "Me siento cubana, y siempre lo seré, nadie que nace en Cuba puede desarraigarse para siempre", plantea Tamara.

"Ese es el problema de la diáspora, se piensa que ya no somos cubanos porque no estamos pasando los mismos trabajos que los que viven en la Isla, pero no es así. Se sufre mucho, y creo que cuando envío las remesas estoy ayudando no solo a mi familia, sino a la economía que recibe ese beneficio también. Cuba es el lugar al que siempre quiero regresar, es la paz que necesito para ser feliz, para sentirme yo y bajarme de los tacones. Cuba, es mi amor".

Para Luz María, todo es más simple, "hasta los huesos me siento cubana, como dice la canción 'me muero siendo cubana', viva donde viva, esté donde esté".

Todos concuerdan en que vivir fuera del país no les hace menos hijos de la Isla. "¿Cubanos?, hasta la sepultura, plantea Carlos, siempre lo seremos y no creo que nadie reniegue de ello".

Roberto se siente igual, aun cuando viva en Chile, "todos los aspectos que conforman mi persona pertenecen a Cuba, y eso es muy difícil de cambiar".

"No se puede nacer y vivir en un lugar y de pronto sentir que perteneces a otra parte. Cuba es y siempre será nuestra madre", agrega Ariadna.

Mientras que Cristina hace un análisis más profundo. "Sentirse o no cubano, luego de decidir vivir fuera del país, depende y varía de persona a persona. Para aquellos que salieron de niños es más fácil borrar los pocos recuerdos y asumir la nueva nacionalidad. Es la forma más cómoda de adaptarse. Ellos te responderán al oír de Cuba "mis papás son de ahí", refiere.

"Para el joven iluso que está deslumbrado con la nueva vida, un tanto peligrosa, es 'el lugar donde nació pero que ya quedó atrás', continúa. Para otros, jóvenes y personas maduras, es no solo el lugar de los recuerdos, es 'donde me hice lo que soy hoy'. Para un adulto mayor 'Cuba lo sigue siendo todo'; es el tema de conversación y de discusión, es el motivo de algo y para hacer algo. Y aunque lo nieguen, significa dolor por la decisión tomada".

CUBA SOMOS TODOS...

Ser cubano no admite fronteras físicas ni psicológicas. Amar a Cuba, tenerla como Patria no necesita de un espacio geográfico. El hogar, la nación se lleva con uno, aun cuando no se esté en ella. Prueba de esto, son nuestros entrevistados.

Son cubanos cuando les enseñan a sus hijos a hablar español, cuando les muestran las tradiciones de su país, cuando realizan ese eterno periplo de regreso de vez en vez. Son cubanos, y mucho, cuando sienten de cerca la nación y desean el encuentro.

La emigración no es un viaje de partida, cuando la veamos como de ida y vuelta, como refería el intelectual cubano Eusebio Leal, podremos reconciliar relaciones por décadas tensas y en beneficio de la propia nación. Vamos en contra de esencias martianas, cuando segregamos por la elección de residir fuera de la Isla. "Patria es humanidad", diría el Apóstol.

En nosotros, principalmente los jóvenes, como constructores actuales de la Revolución, está la oportunidad de comenzar el proceso de normalización de las relaciones entre el pueblo cubano que vive dentro y fuera de Cuba... después de todo, es el mismo pueblo.

No se puede limitar la identidad porque se han escogido caminos diferentes y se ama a Cuba desde variadas maneras... y desde todos los rincones del mundo. Lo resume Carlos... "nadie me puede quitar a Cuba, Cuba es mi vida. Yo soy Cuba. Cuba soy yo".

NOTA: Los nombres empleados no son reales por decisión de los entrevistados.

martes, agosto 09, 2011

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

«Tócame, Roque»
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

La casa de Tócame Roque, según el Diccionario ilustrado de frases célebres y citas literarias, trata de aquella en donde viven muchas gentes mal guiadas, un sitio todo desorden y riñas. Con ese nombre hubo una casa de vecindad en la capital de España. Ramón de la Cruz la hizo famosa por un sainete que escribió narrando cuánto sucedía en ella. Los propietarios, dos hermanos llamados Juan y Roque, disputaban diciendo: «Tócame a mí, tócame Roque». No sé si tomada de la obra del comediógrafo madrileño, cuando alguno de los pequeños, en mi familia, molestaba al otro, y después de la respuesta airada del agredido, se oía la queja del primero: «Mamá, mira lo que me hizo». Ella siempre decía: «Sí, ya sé: Tócame, Roque… Mamá, mira para Roque».

Existe otra versión de «Tócame, Roque». Aparece en la Enciclopedia Jackson: San Roque, uno de los héroes de la cristiandad, partió para Italia cuando la peste hacía estragos allí. Se encargó del cuidado de los enfermos. Contagiado del mal, fue recogido y curado por un noble. Después de su muerte, la fe popular hizo de él un santo y su protección fue considerada favorable contra esa epidemia que había combatido durante años. Se creía que su contacto físico salvaba. Por eso: «Tócame, Roque» era la aspiración de los atacados por la enfermedad. Supongo que el autor del sainete tomó la frase de la creencia antigua.

Farrapo es, en portugués, trapo viejo, andrajo. El ejército que apareció en la telenovela brasileña, de la que un lector me habla, era llamado así porque sus miembros carecían de lo elemental.

Aterosclerosis es el depósito de grasa y otras sustancias en el interior de las paredes de los vasos que llevan la sangre oxigenada con que se alimentan los tejidos de los órganos. Arteriosclerosis quiere decir endurecimiento más o menos generalizado de las arterias.

El nombre de la raza de perros conocidos como galgos (Gallícus canis) se debe a que eran naturales de las Galias.

LA RESPUESTA DE HOY

¿Dónde está Kolkata?, pregunta Pura Ester Sotolongo Frontela, una vieja amiga, desde Ovas, en Pinar del Río. Es el otro nombre de Calcuta, la capital del estado indio de Bengala Occidental.

domingo, agosto 07, 2011

PREMIOS INTERNACIONALES PARA TRADUCTORES CUBANOS

Por Pedro de la Hoz  (Granma)

Lourdes Arencibia y Rodolfo Alpízar fueron reconocidos con el Premio Aurora Borealis 2011, la máxima distinción que otorga la Federación Internacional de Traductores (FIT), según trascendió esta semana durante la clausura del XIX Congreso de la organización en la ciudad norteamericana de San Francisco.

Los jurados tuvieron en cuenta las contribuciones a lo largo de la vida profesional de ambos especialistas, en el caso de Arencibia en el acápite de traducciones literarias de obras de ficción, entre las que se hallan la poesía de Aimé Cesaire y Saint John Perse, y en el de Alpízar en la categoría de no ficción, con destaques para su labor en la difusión al español del pensamiento político, social y científico de autores de lengua portuguesa.

Esta fue la primera vez que la FIT, organización que agrupa a más de un centenar de asociaciones nacionales de traductores, intérpretes y expertos en terminología, consideró la experiencia de los traductores literarios cubanos.

En la jornada final del Congreso también se dio a conocer el Premio Astrid Lindgren a la traducción de obras para niños, el cual recayó en la finlandesa Kaisa Kattelus, y la Medalla Karel Capek al sudafricano Daniel Kunene por la promoción de lenguas de limitada difusión. 

VICISITUDES DE LA SANTA CRUZ DE LA PARRA

Como símbolo del catolicismo español, la Cruz fue empleada para cristianizar a los aborígenes baracoanos

Por Haydee León Moya (Juventud Rebelde)

La Santa Cruz de la Parra fue colocada por el Almirante.
Foto: Jorge Camarero Leiva
La Santa Cruz de la Parra fue colocada por el Almirante Cristóbal Colón en el puerto de Baracoa, un sábado. El hallazgo de la misma por los colonizadores españoles hizo que la empezaran a venerar. Y fue con ella que Fray Bartolomé de las Casas realizó oficios. Es posible, aunque no se ha encontrado la documentación justificadora, que la primera misa dada en Cuba la hiciera el protector de los indios con ella.

Como símbolo del catolicismo español, la Cruz fue empleada para cristianizar a los aborígenes baracoanos. Después, en 1515, la capital se trasladó a Santiago de Cuba. Los pocos españoles que se quedaron viviendo en Baracoa, y los indios de la localidad, la protegieron y ocultaron en varias ocasiones de los ataques de corsarios y piratas. En enero de 1757, el Obispo Morel de Santa Cruz visita a Baracoa y dispone trasladarla. No acabaron ahí las vicisitudes de la Cruz de Colón.

Respecto a la medida original, según documentos que se hallan en el archivo eclesiástico, esta tenía siete pies de longitud (213.36 centímetros), pero su tamaño fue reduciéndose poco a poco, porque diferentes personalidades de la vida colonial y neocolonial cubana, cada vez que visitaban la ciudad, solicitaban un pequeño pedazo de la misma. Actualmente mide 67 centímetros de altura por 57 de ancho.

En el año 1987, para dar al mundo una respuesta científica acerca de la misma, se creó un equipo multidisciplinario formado por expertos belgas y cubanos y, a través de estudios de ultraestructura y la prueba del carbono 14, se pudo determinar que la Cruz era de una madera conocida como uvilla, que abundaba en costas y montes de las Antillas y en Cuba.


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