WASHINGTON OTORGA VISAS MÚLTIPLES A CUBANOS, SIN CAMBIAR POLÍTICA
Por
Arianna Barredo Ramos* (Prensa Latina)
La Habana,
(PL) Meses después de la actualización de la política migratoria cubana, el
Departamento de Estado norteamericano anunció el otorgamiento de visas
múltiples válidas por cinco años a ciudadanos de la isla que visiten Estados
Unidos por motivos personales.
La
disposición, solo admitida para los permisos de no inmigrantes del tipo B2, o
sea, aquellos emitidos a personas que viajan como turistas, para visitar
familiares, recibir tratamiento médico, o por otros motivos personales, no
cambia la esencia de la política de Washington hacia la isla, afirmó el
analista Ramón Sánchez-Parodi.
Explicó
que la regulación, la cual entró en vigor el 1 de agosto, no cubre nada de los
intercambios pueblo a pueblo ni las medidas de prohibición a sus ciudadanos de
viajar a Cuba.
Sin
embargo, precisó Sánchez-Parodi, es práctica y conveniente políticamente para
el Gobierno de Estados Unidos, sobre todo en el terreno de las relaciones
públicas.
En ese
sentido, declaró al diario Granma que la medida le ahorra gastos, tiempo,
recursos financieros y humanos, y al mismo tiempo le resulta favorable, pues va
dando la imagen de flexibilización en sus relaciones con Cuba.
Segúnla página web de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA),
a partir de inicios de este mes cambió la validez de la visa B2 de seis meses y
una sola entrada a una visa de múltiples entradas por cinco años para los
nacionales cubanos.
Este
cambio -explica- no afectará la validez de las visas B1, que se emiten para
viajes de negocio, o la visa combinada B1/B2, para las cuales su validez
continuará siendo por seis meses y de una sola entrada.
Asimismo,
puntualiza que las personas a quienes recientemente se les ha otorgado una visa
B2 de una sola entrada no podrán cambiar ni transferir esta visa ya recibida a
una de múltiples entradas.
Funcionarios
de la SINA dijeron al Ministerio de Relaciones Exteriores que las visas
múltiples por cinco años se concederán caso a caso y siempre a personas que
anteriormente hayan viajado a la nación norteña y regresado.
La
medida será aplicable "a discreción de un funcionario consular",
según publica la página web de la SINA, por lo cual este cambio no significa
que se hayan modificado los requerimientos para la obtención de un visado
estadounidense, afirmó Granma.
Especificó
que al aumentar el tiempo de validez de los visados se aligera la carga
financiera para los cubanos, quienes pagan 160 pesos convertibles (equivalente
a 160 dólares) en cada entrevista para solicitar el permiso, aunque no lo
obtengan.
Los
funcionarios del Departamento de Estado de ese país dejaron claro a la prensa
que esta nueva posibilidad no implica un cambio significativo en la política
del gobierno norteamericano hacia la nación caribeña.
En una
entrevista en marzo pasado con Prensa Latina, el cónsul general de la SINA,
Timothy P. Roche informó que se mantiene invariable la política migratoria de
su país hacia Cuba luego de la actualización puesta en vigor por la isla.
Puntualizó
que siguen vigentes los mismos requerimientos para la entrega de visas
temporales o definitivas a los cubanos solicitantes del trámite en esa sede
diplomática.
Sobre
los procedimientos para viajar a Estados Unidos, Roche precisó que para hacerlo
deben cumplirse requisitos, como llenar una planilla en Internet y someterse a
una entrevista.
A firmó
que la entrevista es el paso determinante para otorgar o no la visa, a partir
de tres o cuatro minutos de preguntas que realizan vicecónsules "con mucha
experiencia y expertos en nuestras leyes" sobre temas básicos como los
motivos del viaje y su duración.
El
cónsul general reconoció que los jóvenes son el grupo etario más proclive a la
denegación del trámite, porque son un segmento poblacional que suele
"buscar oportunidades económicas fuera del país", mientras "los
jubilados mayores de edad tienen los lazos más fuertes aquí, y generalmente
regresan a su país".
Varias son
las razones para la denegación de la visa, a partir de la presunción de los
funcionarios consulares de que las personas interesadas son posibles
inmigrantes, y de que los familiares de quienes pretenden salir de manera
definitiva pudieran carecer de recursos económicos, o por motivos de seguridad
nacional, señaló.
Según
la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, la nueva disposición forma
parte de la política general de Estados Unidos de mejorar las comunicaciones
con los cubanos, promover la apertura y aumentar los lazos entre ambos países.
Al
respecto, Sánchez-Parodi aseveró que la decisión mantiene la hostilidad hacia
la isla y es una respuesta a las medidas que las autoridades cubanas han tomado
en el terreno migratorio, así como es una fórmula útil para Estados Unidos con
la cual se evita complicaciones eventuales con la Ley de Ajuste Cubano.
Dicha
legislación fue adoptada por el Congreso de Estados Unidos en 1966 con el
deliberado propósito de incentivar las salidas ilegales desde la isla hacia ese
país.
Única
de su tipo en el mundo, ofrece a los cubanos que llegan a la nación norteña por
vías ilegales privilegios que no reciben ciudadanos de otra nacionalidad o
país.
El
gobierno de la nación caribeña ha denunciado en reiteradas ocasiones la Ley de
Ajuste Cubano y la aplicación de la llamada política de pies secos-pies mojados
por Washington, disposiciones que son aprovechadas también por redes del crimen
organizado que lucran con el contrabando de emigrantes.
Para el
investigador y exdiplomático Carlos Alzugaray, se trata de una decisión
pragmática que aligera el trabajo de la Oficina Consular de la Sección de
Intereses aquí y amplía algo a lo que se opone la derecha cubanoamericana, el
incremento de contactos y acercamiento entre todos los cubanos.
Alzugaray
consideró que la disposición "saca a los cubanos de la situación
discriminatoria en que se encontraban, pues esta facilidad se otorga a
ciudadanos de otros países".
El
pasado 14 de enero, en la isla entró en vigor una actualización migratoria que
flexibiliza trámites, como la eliminación de la solicitud del permiso de salida
para los viajes al extranjero y el requisito de la carta de invitación, además
de la extensión de 11 a 24 meses de la permanencia fuera del país sin perder la
residencia.
Las
nuevas medidas normalizan la entrada temporal de quienes migraron ilegalmente
después de los acuerdos migratorios de 1994 con Estados Unidos, si han
transcurrido ocho años de su salida; y amplían las causas de la repatriación.
De
acuerdo con datos ofrecidos por la SINA, si se comparan los primeros seis meses
del 2012 con el mismo periodo del 2013, el número de visas temporales
concedidas a solicitantes cubanos para viajar a los Estados Unidos aumentó en
un 79 por ciento, de nueve mil 369 a 16 mil 767.
* Periodista
de la Redacción Nacional de Prensa Latina
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