CONTINÚA EL SECRETISMO EN TIEMPOS DE CÓLERA
Dr.
Nelson Páez del Amo (Cubaperiodistas)
Después
de leer el excelente artículo de Edmundo García con el título: “Los que queríanuna invasión a Cuba ahora quieren cólera”, en el que el periodista, residente
en Miami desenmascara, con sólidos argumentos, la falacia, publicada en el
Miami Herald y otros medios anticubanos de La Florida, sobre incontrolables
epidemias en Cuba, me convenzo una vez más, que haga Cuba lo que haga, siempre
van a ladrar los neoanexionistas, que no soportan su pujante existencia a pesar
de tantos años de ininterrumpidos ataques e intentos por desprestigiarla ante
el mundo.
Como
médico estoy consciente de las fortalezas y deficiencias de nuestro sistema
salud y estoy plenamente convencido de la efectividad de nuestro enfrentamiento
contra disímiles enfermedades transmisibles que han azotado y azotan a nuestro
país. No obstante, sigo siendo totalmente contrario a la práctica del
secretismo en general y en particular a lo referente a la información sobre
brotes epidémicos que han tenido lugar en el país y no se comentan en los
medios de prensa como corresponde, temiendo a las campañas de nuestros
enemigos. Si nuestro Presidente, el general de ejército Raúl Castro, tuvo la
valentía política de señalar todas nuestras deficiencias y errores en una
tribuna abierta, ¿qué o quién le impide a la prensa mantener debidamente
informados a su pueblo y al mundo sobre la situación sanitaria en nuestro
archipiélago y las medidas que se toman para combatirlas? Veamos el siguiente
informe de las autoridades sanitarias cubanas a la OPS, ignorado por los medios
oficiales.
“LA
HABANA, 27 AGO (EFE).- Cuba informó de un nuevo brote de cólera en su
territorio con 163 casos, doce de los cuales afectan a turistas, sin que se
hayan reportado fallecidos, según una actualización epidemiológica de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicada hoy en su Web oficial.
El
boletín de la OPS, con fecha del 23 de agosto, fue elaborado a partir de
información suministrada al organismo por las autoridades epidemiológicas de la
isla, donde el nuevo brote de la enfermedad tuvo lugar en las provincias de La
Habana, Santiago de Cuba y Camagüey.”
Si me
pusiera en el lugar de un extranjero que desee viajar a Cuba y leo este boletín
de la OPS, en lo que a mí respecta, y considero que muchos lo harían así,
sabiendo que cualquier noticia sobre Cuba siempre se magnifica y se distorsiona
en los grandes medios, iría a buscar en Internet, en los sitios cubanos,
información oficial complementaria sobre el tema, pero si no encuentro nada y
veo que las instancias gubernamentales tratan de ocultar la realidad, mi
credibilidad sobre el sistema de salud de Cuba caería vertiginosamente y me
iría a otro sitio a descansar. Así de fácil.
Hay que
acabar de ponerle coto, de una buena vez, al secretismo en la información
médica sensible, que lo único que produce es daño. Hace algún tiempo, leí un
interesantísimo trabajo del Dr. Luis Suárez Rosas, de la Escuela Nacional de
Salud Pública de La Habana, titulado:
El
silencio epidemiológico y la ética de la salud pública cubana, en el que aborda
el tema en relación con el dengue, pero que es aplicable a cualquier enfermedad
infectocontagiosa. El artículo en cuestión, publicado en el 2012, en una de sus
conclusiones plantea y cito:
…Recordar
que existen evidencias científicas en Salud Pública, en Cuba y en otros países,
que ponen de manifiesto los procederes para enfrentar epidemias y demuestran
que el silencio epidemiológico artificial no contribuye, ni a la disminución de
los casos sospechosos y enfermos, ni a una percepción real del riesgo de la
gravedad de la enfermedad y de su principal agente transmisor.
El
silencio epidemiológico siempre será contraproducente, puesto que impide la
visión real de la enfermedad y limita, en ocasiones hasta la impide, la
educación para la salud de forma masiva, uno de los elementos preventivos
fundamentales ante cualquier brote epidémico.
Sin la
participación activa de la sociedad, cualquier campaña de salud será un
fracaso. ¿Estaban esos turistas que contrajeron la enfermedad debidamente
informados sobre ella? me arriesgo a asegurar que no, sin temor a equivocarme.
Los
turistas vienen a Cuba a tomar sol y disfrutar de sus maravillosas playas y
dudo mucho que, en su gran mayoría, se dediquen a ver los spots de la TV o leer
la prensa sin un motivo que lo justifique. La educación para la salud deben
recibirla previa su partida hacia Cuba, en los aeropuertos, en los hoteles y en
los espacios de mayor afluencia turística, de forma natural, sin aspavientos,
alarmas innecesarias ni sobresaltos. Sencillos y atractivos plegables de fácil
lectura deben ser elaborados y entregados a los visitantes a su llegada al país
para que conozcan sobre las enfermedades causantes de brotes epidémicos y las
medidas para su prevención y control.
Se
comenta en la noticia, además:
"Los
casos registrados en La Habana estuvieron vinculados a dos centros de expendio
de alimentos, en donde se comprobó la presencia de portadores asintomáticos
entre los manipuladores de alimentos",
Sobre
esto hay que señalar que se trata de una insuficiencia del sistema de salud,
pues el control de los manipuladores de alimentos, así como la conservación de
muestras testigo, es de obligatorio cumplimiento por todo establecimiento o
institución donde se elaboren y manipulen comidas y debe ser controlado por los
organismos de la salud pública sistemáticamente y aplicar, de forma efectiva,
las medidas y sanciones previstas. Los expendios de comidas de todo tipo se
multiplican en nuestras ciudades, especialmente en la capital, en virtud del
auge del llamado cuentapropismo y las autoridades de salud tienen que dar
respuesta a este crecimiento con una mejor capacitación de sus cuadros y un
incremento su cuerpo de inspección epidemiológica, así como en el
perfeccionamiento de las medidas del combate antiepidémico en general, sobre
todo en los períodos de alta incidencia de las enfermedades de transmisión
alimentaria.
El
reglamento para los elaboradores y manipuladores de alimentos está elaborado;
darle cumplimiento estricto es tarea de los organismos pertinentes. En caso de
aparición de brotes epidémicos el conocimiento, por parte de la población, del
comportamiento de éstos con el fin de que se incrementen las medidas de
prevención y lograr una percepción de riesgo adecuada, son vitales en la lucha
contra las enfermedades infectocontagiosas.
(Fuente: Blog cubanosen1erplano)
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