PALABRAS QUE VAN Y VIENEN
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)
Caricatura: LAZ |
Algunos
amigos me dicen que dejo escapar, a veces, un tono de ironía en lo que escribo.
Quizá tengan razón. Descubrí que cuando me cuentan un rumor, repito para mí un
antiquísimo pareado de nuestra tierra: «Si tocolote canta, indio se muere,// yo
no lo creo, pero sucede». Por cierto, tocolote es el nombre que daban los
indígenas a la ciguapa, un ave nocturna.
Aquiles,
hijo del rey de Tesalia, Peleo, y de la diosa Tetis, fue sumergido por su madre
en la Laguna Estigia, para hacerlo invulnerable. Solo quedó sin mojarse el
talón, por donde lo tuvo asido. Una herida en esa región le causó la muerte. La
expresión: «el talón de Aquiles» se utiliza para designar el lado flaco, el
punto débil que todos tenemos.
Pablo,
Gran Duque de Rusia, dijo a propósito de ciertas revueltas en Ginebra: «Es una
tempestad en un vaso de agua». Se afirma que antes Cicerón la había dado a
conocer en De Legibus, libro III, capítulo XVI. Los romanos se servían de ella
al referirse a sucesos de poca importancia que parecían tenerla mayor. Todavía
se emplea con bastante frecuencia.
Ahora
que digo: bastante, me parece oportuno recordar que esa palabra significa «ni
mucho, ni poco, ni más, ni menos de lo regular». Bastante bonita es una
muchacha que no tiene nada del otro mundo. «Me siento bastante dichosa» resulta
casi una ofensa a quien quiere hacerte muy feliz.
LA
RESPUESTA DE HOY
Sí, en
«logros obtenidos» hay una redundancia. ¿Son logros?, se han obtenido. Estoy de
acuerdo con la lectora que me pide repita otra vez cuatro consejos muy necesarios:
Después de ¡Ojalá!, no usemos la conjunción y. Digamos: ¡Ojalá vuelvan! y
nunca: «¡Ojalá y vuelvan!». Trasplante no lleva ene. Escena, escenario, no se
pronuncian: «eccena, eccenario». Por último: El otro día, la otra noche, y no:
«los otros días, las otras noches». Ella escucha esos errores
constantemente. Yo también.
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