Robertico Carcacés: ¿Pepillo difícil de clasificar?
Por Roxana Rodríguez (Bohemia)
Interactivo es una de las agrupaciones más aceptadas y seguidas por la juventud nacional. Desde las primeras presentaciones en distintos espacios capitalinos -apenas entrado el siglo XXI- este sui generis proyecto musical no ha dejado de impresionar al exigente público especializado y a los admiradores del buen arte sonoro de la Isla.
Dialogar con su generación a través de textos con un profundo contenido social es la esencia de la tropa de muchachones de Interactivo, que en poco más de un lustro ya han compartido escenario con figuras de reconocido prestigio internacional y nacional como Pavel Urquiza y Gema Corredera, Haydée Milanés, Kelvis Ochoa, Santiago Feliú, Yasek Manzano, Descemer Bueno, Samuel Formell, Mayito Rivera, Ruy López-Nussa, los catalanes Ojos de Brujo, el brasileño Lenine y muchísimos más.
Yusa, William Vivanco, Telmary Díaz, Francis del Río y Kumar son los vocalistas que más persisten en las andanzas por la sonoridad del joven grupo. Entre los músicos de paso y los casi ya permanentes, es difícil imaginar cómo se las ingenian para armonizar en las sabrosas descargas en vivo, a veces, de hasta 20 artistas sobre escena al mismo tiempo.
Su último fonograma, Goza, pepillo, hasta el momento el único registrado por una discográfica oficialmente reconocida como BisMusic, selló una etapa de empinado bregar por la experimentación, al alzarse en la Feria Internacional Cubadisco 2006 con el gran premio -compartido junto a Chucho Valdés- y otros dos lauros en las categorías ópera prima y fusión.
BOHEMIA quiso saber más y tras alguna pista se fue hasta el municipio de Marianao, a la casa-local de ensayo de Roberto Julio Carcassés (mejor conocido como Robertico), instrumentista, compositor y líder de la "juerga interactiva de los pepillos".
-En los últimos años se te conoce más en la faceta de pianista que como el percusionista de formación que eres ¿Gusto o necesidad?
-No soy el único. Emiliano Salvador fue un gran pianista que comenzó en la percusión; también Gonzalo Rubalcava, Omar Sosa y algunos más que se formaron como percusionistas y luego eligieron el piano. Pongo el ejemplo de ellos porque en Cuba este instrumento se imparte como complemento de cualquier otro. En mi caso, ya al finalizar el nivel elemental, sentí necesidad de componer piezas. A partir de entonces, el piano me gustó y pensé que me dedicaría a él.
-Tienes un excelente poder de convocatoria, pero también para que te convoquen. ¿Qué rasgos de tu personalidad te lo facilitan?
-Más que todo es el amor por la música. Cuando uno trabaja con diversas personas no está en función de sí mismo, sino de lo que sea mejor para que la melodía marche y eso es educación de mi papá, de mi familia en general. Tanto por parte de madre como de padre son todos muy musicales. Por ejemplo, mi abuelo materno me dio consejos claves que me han ayudado mucho a la hora de relacionarme con otros instrumentistas. También aprendí de él a dejarme dirigir por los que posean esa capacidad. Yo lidero Interactivo, pero en el grupo no soy el único, también dirige Yusa, Julito Padrón… es algo que va entre todos, aunque la mayor cantidad de señales parten de mí.
-¿Cómo definirías a Interactivo desde el punto de vista musical y desde el punto de vista humano?
-Hace poco alguien me preguntaba si nos íbamos a desintegrar… lo que pasa es que no se puede desintegrar algo que, en realidad, no está integrado. De cierta forma, funcionamos como un grupo, pero somos más bien una especie de carritos que se encuentran y después, siguen su camino. Simplemente, nos gusta compartir y gozar esa libertad.
"Aquí persiste la mentalidad de que si perteneces a una agrupación no puedes tocar con otra. Algunos dicen ’este músico es mío’, ‘si se me va mi músico…’ y lo que nosotros tratamos es de romper con ese patrón porque los instrumentistas son personas creativas que pueden aportar en cualquier tipo de proyecto y lo perfecto es que sean libres de hacer cuanto quieran y cuando lo deseen."
-¿Cómo dejan fluir sus energías y alejan aquellos elementos que pueden poner en peligro el acto de creación?
-Al principio fue muy difícil. Casi nos convertimos en una escuela porque a veces determinado músico no podía acompañarnos en un espectáculo y era necesario enseñarle los temas a otro. Lo que en el inicio fue caótico, ahora está mejor organizado y aunque existen discusiones o divergencias, cuando trabajamos juntos el sentido general es el de disfrutar y pasarla bien.
"Con el tiempo ha ido creciendo el respeto mutuo. Hemos aprendido a querernos como seres humanos y artistas. Nos aportamos unos a otros. Por ejemplo, Francis ha trasmitido a los demás cantantes su capacidad de improvisación y a su vez, captado un timbre de voz más suave por la influencia de Yusa. Telmarys, que tiene una formación autodidacta, se ha cultivado mucho sobre armonía rodeada todo el tiempo por músicos de escuela. William incluye en los temas frases típicas de la región oriental de nuestro país, pues siempre está preocupado por mostrar su origen santiaguero y ascendencia haitiana. En el grupo hay gente de todas las provincias y es muy rico… existe un pedacito de Cuba en nosotros."
-¿Qué influencias ha producido en tu proyección musical la imagen de tu padre como artista de varias manifestaciones del arte… la música, el teatro, la plástica?
-Mucho, no solamente como artista, sino como ser humano. Mi papá es una persona que ha sido muy difícil de clasificar tanto, por el público como por las instituciones en Cuba y el exterior. Pero ser "difícil de clasificar", a veces obliga a la gente a tomar juicios apresurados y muchos se han equivocado…
-Entonces tú heredaste esa cualidad, también eres difícil de clasificar como músico…
-Es posible. No me siento un instrumentista de fusión ni de música alternativa, me veo con un estilo muy particular que estoy conformando poco a poco. En realidad, yo mismo no me puedo clasificar porque para mí lo que hago es música cubana contemporánea, con la capacidad que ha tenido esta de influenciarse de los ritmos de los años 50, 40, 30, 20, de principios del siglo XX, e incluso de toda la música que se hace aquí y en todas partes.
-¿Cómo definirías la sonoridad de Interactivo?
-Timba funk y pasando por ahí, están el hip hop, el rock, el jazz y el blues. La formación básica de los instrumentistas de Interactivo es netamente jazzística porque su estudio fusionado con la música cubana, brasileña o de cualquier latitud, ofrece un bagaje amplio para acercarse a cualquier tendencia sonora; o sea, las capacidades técnicas y expresivas se amplían mucho cuando uno se aproxima al jazz y profundiza en su historia y cuanto se ha creado alrededor de él. Y entonces se es más abierto a cualquier género, al rock, al hip hop, a todo…
-¿A qué le atribuyes la popularidad de Interactivo entre un amplio segmento de los jóvenes cubanos si apenas se escuchan en los medios de difusión?
-Debe ser que llenamos un espacio que no satisfacen los demás grupos. Nosotros tocamos un tipo de música difícil de entrar en los cánones del mercado, pero que no deja de ser popular. Para mí el fenómeno de lo popular es más fuerte que el de lo comercial. De hecho, agrupaciones como The Beatles primero fueron populares y después comerciales. Ahora es al revés, las casas discográficas crean un producto y lo venden como lo popular y en verdad, es un producto creado para vender.
"Considero que a nosotros nos siguen quienes quieren la diferencia, y ese público no es pequeño, tanto en Cuba como en el extranjero. También las personas se saturan de lo mismo y aunque lo disfruten, en el subconsciente siempre desean oír melodías distintas, canciones con contenido. Esos son ciclos en la vida: en unos, el público busca la profundidad, en otros, prefiere la superficie y creo que quizá hemos vivido un período de mucha superficialidad en estos años.
-Es interesante que en las últimas dos ediciones del Cubadisco ha sido la llamada música alternativa o fusión la que ha arrasado con el gran premio. ¿Se puede hablar de madurez de esta tendencia sonora en nuestro país?
-Somos los hijos de toda esa música que nos precedió y ahora estamos fiscalizando una diversidad de género en Cuba. En 2005 ganó X Alfonso y el año siguiente nosotros. Aunque no somos tan viejos, tampoco somos tan jóvenes. Tenemos un tiempo de carrera que nos ha enseñado a que los discos queden mejor pensados, grabados, mezclados, en fin, mejor realizados y eso se va notando, no solamente en la fusión, sino en la música cubana en general. Se percibe una mejor calidad en el producto, una mayor competitividad a la hora de enfrentarse en la arena internacional.
"Hace poco me preguntaban si la nueva música nacional podría insertarse en el mercado mundial y yo decía que debemos seguir trabajando y mejorando la calidad de nuestros discos; si se inserta o no dependerá un poco de nosotros, pero también del tiempo y del bloqueo, porque quienes dominan el mercado son los norteamericanos, y ellos tienen el pie puesto encima con todo lo que viene de aquí. Mientras se mantengan esas condiciones, nuestra calidad de factura y realización debe crecer al mismo nivel que cualquiera en el orbe, con la mitad de los recursos que usan allá."
-Hasta dónde quisieran llegar con Interactivo…
-A mí particularmente me gustaría que se conociera en el mundo entero la música que interpretamos. Pero me encantaría que muchas más personas en Cuba supieran de nosotros y disfrutaran lo que hacemos. Sería muy importante por el respeto que siento por nuestro público, que sabe mucho de música y posee una cultura capaz de entender lo que suceda desde el punto de vista sonoro. Por eso, no podemos subestimar a nuestra gente que cuando le das trabajos bien elaborados, no solo lo gozan, también lo agradecen.
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