David Blanco: Quiero ser popular
Por Jorge Smith Mesa (Prensa Latina)
David Blanco es el rey del pop-rock cubano y pongo su escueta pero intensa discografía como testigo de lo que afirmo. Diverso, profuso y ambicioso de sonoridades, estilos y géneros, su obra se asemeja a un huracán que empapa y a la vez derriba por la fuerza de su acometida.
Es incansable y aún en reposo no para de pensar y proyectar. En días recientes lo sorprendí en una gala enfilada a exhortar a la juventud a protegerse del SIDA con medidas preventivas. Sexo seguro, como lo llaman.
"Los jóvenes -dijo Blanco en aquella ocasión- son propensos a escuchar más a sus ídolos que a los maestros y médicos, de ahí la responsabilidad del artista".
La entrevista fluyó, previo acuerdo, vía Internet.
-¿Qué opinión tiene de cada uno de sus discos, cuáles las diferencias y cuál la continuidad?.
-Mi primer disco me gustó mucho. Tiene muy buenas canciones, desde mi punto de vista, incluso algunas que no tuvieron suerte. Si puedo, alguna vez le voy a hacer nuevas versiones. Pero ese disco tiene cosas de novato, de inexperto. El segundo siguió la misma línea, la música cubana con las sonoridades de hoy, pero ya era más experimentado. Lo produje mejor. Suena mejor.
-Acerca del pop, ¿lo considera arte menor? .
-Creo que ningún género musical es menor. Los menores son algunos artistas. Pero el pop que hacen Barbra Streissand, Celine Dion, Michael Jackson y otros grandes artistas, no puede ser catalogado de menor. El pop da muchas libertades para crear, se puede hacer cualquier cosa.
-¿Qué piensa de ese gran problema de los músicos cubanos que se titula difusión?.
-Todos los artistas nos quejamos de la difusión. Es verdad que a unos los difunden más que a otros. No sé cómo se hacen las listas de éxitos en las emisoras de radio aquí, creo que por llamadas y cartas de los oyentes, pero también influyen los directores de programas.
De todas formas me gustaría que todos los géneros y artistas tuvieran su espacio. En mi caso, me gusta pensar que si no me difunden todo lo que quiero es por culpa de mi música, y entonces me pongo a trabajar más duro para que me quede mejor y me difundan más.
-¿Por qué es tan diverso?
-Me gustan todos los géneros de música. Cuando chiquito mi padre me ponía a los Rolling Stones y a Blood, Sweat and tears, pero también a Tito Gómez y Miguelito Cuní. Me llevaban a ver la Sinfónica los domingos y las comparsas callejeras en Bejucal, bebí en todas esas fuentes. Hoy le pongo la oreja a todo, desde Sting a Los muñequitos de Matanzas. Mi música refleja todas esas influencias.
-¿Se considera rockero?
-No, ya pasé por esa etapa. Me considero músico.
-¿Literariamente en qué se inspira?
-En la calle, en lo que habla la gente, en cómo dicen las cosas. Leo un poco también.
-¿Musicalmente dónde están sus orígenes?
-Ya te hablé de eso antes, pero si quieres otras influencias, ahí van algunas: Freddy Mercury y Queen, Yes, Benny Moré, Frank Sinatra, Rubén Blades, Elvis Presley, Juan Luis Guerra, Aerosmith y por supuesto Steven Tyler, Lázaro Ross, Celina González, muchos, muchos.
-¿Cree pertenecer a una corriente del pentagrama cubano?
-Todavía es muy pronto para pensar en eso. Estoy luchando por hacer música de calidad y no he pensado en eso. Pero estoy haciendo la música en este comienzo de siglo. No sé si forme parte de alguna corriente.
-¿Cree pertenecer a una corriente del pentagrama internacional?
-Tampoco. Estudio a todos los grandes, aprendo de ellos, aunque no imito a nadie en particular. Creo que he tenido éxito en eso, no sé bien. A veces dicen que me parezco a alguien, pero sí es así, no es con intención. Como estudio a todos, es posible. Pero no creo que deba preocuparme por eso, porque hay artistas que se parecen mucho a otros y no pasa nada con eso.
-¿En qué consiste, en su opinión,la responsabilidad del artista?
-El artista tiene una responsabilidad social, además de personal. A mí me llaman y escriben niños, ancianos, jóvenes, enfermos, sanos y s me dicen cosas muy lindas. No puedo traicionar a esa gente, tengo un deber con ellos.
Ahora estamos comenzando la campaña contra el SIDA. Voy a ayudar todo lo que pueda para que los jóvenes, que a veces hacen más caso a su artista preferido que a sus padres, sepan los peligros que entraña esa enfermedad y hagan lo necesario para protegerse. Lo voy a hacer con el corazón y quisiera que otros colegas se unieran en esto.
-Háblenos de su gira española
-España es un territorio por conquistar. Hay mucha competencia, y aunque mis canciones se escuchan con frecuencia en la radio y mis videos se pasan bastante en la televisión, todavía estamos empezando. Ir a España y dar un concierto para cinco mil, 10 mil o 30 mil personas (los he hecho) todavía no significa un éxito.
Exito tendré cuando se me conozca como a Sting, Metallica, Gilberto Santarosa o Rubén Blades, pero hay que luchar mucho para eso. De todas formas no me quejo.
Espero que este año todavía sea mejor que los anteriores. Ya hemos recorrido España varias veces y hemos tocado en muy buenos lugares con mucho público, pero hay que consolidarlo todo. España, al menos para mí, es mi puerta al mundo.
-¿Considera la música cubana tan de vanguardia que el espectador internacional se ha quedado detrás y no la entiende?
-Nuestra música siempre ha sido de vanguardia. De aquí ha salido casi todo lo que se baila o se escucha en el mundo. Hoy muchos artistas internacionales tiene músicos cubanos en su equipo, como instrumentistas, arreglistas, etc.
Actualmente no hay grandes figuras individuales cubanas reconocidas, al menos de las que vivimos en Cuba. Es posible que se deba a que los grandes circuitos de difusión nos desconocen y apoyan a mexicanos, puertorriqueños, etc., con independencia de la calidad. Hay que luchar mucho para romper esa muralla de silencio. Y lo haremos, no le quepa duda de eso.
-¿Haría música para cine?
-Ojalá. Hay canciones mías como música incidental en "Habana blues", pero me gustaría hacer algo específico para cine. También tengo otros sueños. Por ejemplo, una ópera pop cubana. Pero es un secreto por ahora.
-¿Cómo quiere ser recordado cuando pierda la juventud y el ardor que exhibe ahora?
-Mi padre siempre cita a un poeta español, Blas de Otero, que decía "yo no quiero ser famoso, yo quiero ser popular". Entiendo eso como que la fama es efímera, pero ser popular, ser parte de la memoria colectiva del pueblo, no, eso es imperecedero. Eso quisiera, ser popular.
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