Pasos hacia delante

Por Ernesto A. Rojas (Opciones)

Cuba, a pesar de ser un país del Tercer Mundo, con todas las limitaciones que ello implica, resulta uno de los más avanzados en este ámbito, gracias a la optimización del empleo de los equipos que poseemos, y a la atención que el Estado le ha conferido a la informatización de la sociedad.

No pocas veces se sorprende uno al pensar que las primeras máquinas de vapor fueron diseñadas a principios del siglo XVII y que no fue hasta finales del XIX –casi 200 años más tarde- que se hicieron absolutamente imprescindibles para la industria humana. De igual manera, el coche sin caballos, tal como lo conocemos hoy, tardó en imponerse 113 años, y para lograr lo mismo necesitaron 103 años el avión, 101 la radio y 79 la televisión.

Sin embargo, las modernas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), que dieron sus primeros pasos en la segunda mitad de la década de los 50 del siglo XX, en corto tiempo se han entronizado de tal suerte que el quehacer humano difícilmente podría subsistir hoy sin su asistencia.

Ante tan vertiginoso desarrollo, concentrado mayormente en el Primer Mundo, uno no puede menos que preguntarse, no sin cierto desasosiego: ¿conducirá a la catástrofe esa diferencia que hoy se ha dado en llamar brecha digital?

Con esta preocupación siempre presente, asistimos en la Unión de Juristas de Cuba a una conferencia ofrecida por el ingeniero Armando García -especialista superior de la Oficina para la Informatización, del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC).

EN EL MUNDO Y EN CASA

En el escenario mundial, y en particular, dentro del ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones, se aprecian nuevos desarrollos, todos ellos adecuados a las necesidades del sistema económico imperante.

También se imponen la banda ancha y la conexión inalámbrica, así como la integración de la señal radial y televisiva, sonido y video, junto a otras prestaciones, al universo de la computación.

Ya existen unos 900 millones de PC’s en el planeta, lo que hace un promedio de 14,59 por cada cien habitantes. Pero cuando esa cifra se particulariza, la realidad es otra. En Estados Unidos y Canadá ese promedio alcanza 74 por cada cien habitantes, mientras en Africa llega apenas a dos.

El 90% de los ordenadores se concentra en Estados Unidos, Europa y Asia, mientras el diez restante está repartido en grandes áreas geográficas como América Latina, Oceanía y Africa.

En nuestros días, la computadora no puede verse separada de la red, ya sea local o mundial. Existen unos mil millones de usuarios de Internet, e igualmente casi el 90% de ellos radica en las primeras tres regiones antes mencionadas. América Latina posee el 8% de ese total.

El idioma predominante en la web sigue siendo el inglés, con 27%, mientras el 20% de los materiales se publica en chino.El pasado año, el mercado de microcomputadoras creció en 4,6%. Ell 55% del total producido se destinó a las telecomunicaciones y el resto, al sector de la información.

Nuestro país creció un 24% con respecto a 2004, en correspondencia con la tendencia creciente en el mundo. En la actualidad contamos con unos 377 000 equipos, cifra que incluye un estimado de PC’s en manos del sector privado.

Esta cantidad hace posible que el promedio de computadoras por cada cien habitantes crezca a 3,4.

Pese a la limitación que presupone el tener que acceder a la web vía satélite, ya que nuestro país carece de canales de enlace de fibra óptica, existen en Cuba 900 000 usuarios de Internet (1,6 por c/100 habitantes), 190 000 dominios de Internet y 1 351 dominios punto cu (.cu).

Crecen considerablemente sectores priorizados como los Joven Club de Computación, patrocinados por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), junto a la Educación y la Salud.

Pero los otros no se han visto postergados: algunos, incluso, exhiben notables avances como el sector de la Cultura y el Poder Popular.

En resumen, el nuestro es un país del Tercer Mundo, con todas las limitaciones que ello implica, pero resulta en este ámbito uno de los más avanzados, gracias a la optimización del empleo de los equipos que poseemos, y a la atención que el Estado le ha conferido a la informatización de la sociedad.