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jueves, diciembre 25, 2008

VIVIR PARA LA RISA

El prestigioso médico norteamericano Patch Adams lleva su terapia de amor y humor a las victimas del huracán Paloma

Por Yimel Díaz Malmierca (Trabajadores)

Cuando consiguió sujetarle las manos, volvió a sentirse seguro. El cazador había sido cazado por una anciana senil que esperaba en las afueras del Hospital Docente General de Santa Cruz del Sur. En apenas unos segundos la mueca del clown se había transformado en un gesto de dolor. Fue así que descubrimos al “doctor” Patch Adams en acción. Sin brusquedad consiguió librase de la pinza que apretaba una de las zonas más vulnerables de su cuerpo. En lugar de regaños, dedicó a la señora mimos, canciones y sonrisas durante más de 15 minutos: “Ella es ahora absolutamente libre, no es responsable de nada, es como si fuera mi madre”, repetía una y otra vez a las enfermeras que intentaban socorrerlo en tan difícil situación.

Fue una gran lección para todos. Otra más, pues la visita al sureño municipio camagüeyano del conocido “médico de la risa” fue, desde el comienzo, una clase magistral que validó su teoría de que el verdadero camino a la salud transita por el amor y el humor.

EL MEJOR REGALO

Bigotes blancos al estilo Dalí. Camisa colorida. Una media roja y otra morada. Grandes zapatones, bombachos recogidos casi hasta la ingle que dejan al descubierto unas largas y flacas piernas blancas. En la cabeza, un pollo — tuerto para más detalles— que deja ver una cola de caballo de pelo lacio y canoso con un mechón pintado de azul que casi le llega a la cintura. Del cuello le cuelga un enorme tete y en la mano lleva un “estúpido pez de goma”.

“No se necesitan grandes recursos para ser un payaso de los nuestros —explicó a los instructores de arte con quienes Adams compartió su estancia de tres días en el recién inaugurado campamento Ignacio Agramonte, uno de los 10 que desde la pasada semana Kcho y su tropa de la brigada Martha Machado han esparcido por las zonas más afectadas por los huracanes—. Basta estar dispuesto a entregar amor. Con eso no hay equivocación posible”.

La primera salida fue justo desde La Punta, donde empieza la calle principal de La Playa santacruceña. La bordean las ruinas de las casi 300 casas destruidas y los rostros dispuestos al diálogo de los más curiosos: “Físicamente se ve que algo muy grande golpeó la ciudad —explica— pero si usted mira las caras dispuestas al juego, al humor, al contacto físico, no puede sospechar un daño sicológico profundo y es que ustedes han hecho lo indicado en estos casos: primero garantizar la vida, hacerlos sentir seguros, luego regresar los niños a las escuelas lo antes posible, garantizar las necesidades básicas y llevar arte y cultura a la comunidades”.

Desde este primer pasacalles de payasos —al que siguieron al menos cinco más en distintos puntos de la provincia— Patch estuvo secundado por sus compañeros de viaje: dos colegas, un músico y 10 jóvenes estudiantes, todos norteamericanos, una peruana maestra de ballet, y una decena de niños de la Compañía de Teatro Infantil La Colmenita, su inseparable cómplice en cada uno de los seis viajes realizados a Cuba desde 1998 a la fecha.

“Me gusta viajar en grupo y por eso no habíamos venido en los últimos cinco años pues aunque en lo personal no me preocupan las amenazas de sanciones a quienes vienen a Cuba, sí nos inquieta lo que pueda sucederle a los más jóvenes.

“Hace unos años visitamos algunas zonas que fueron levemente afectadas por un ciclón. Ahora el daño fue mucho mayor y sentí que debíamos estar aquí. Por suerte ha coincidido con la elección de un nuevo presidente en Estados Unidos que nos tiene esperanzados con que mejoren las relaciones entre los dos países.

“Esta experiencia ha sido particularmente impactante. Me ha permitido ver lo mucho que han hecho por aliviar la situación de los damnificados ya sea en la construcción de viviendas, la atención a los evacuados y la respuesta de las brigadas artísticas en campamentos y comunidades, entregando arte y cultura. Esto me da herramientas para volver a mi país y hablar con potestad de la diferencia entre la respuesta cubana a los huracanes y lo sucedido en New Orleans luego del Katrina que todavía tiene gente desamparada en las calles.

“Estoy convencido de que el capitalismo es lo peor que ha pasado en la historia —aseguró ante un auditorio de médicos, profesores y estudiantes de medicina en la que podría ser la primera de una serie de conferencias que el prestigioso doctor está dispuesto a impartir en todos los Institutos de Ciencias Médicas del país—. Soy comunista de corazón y les pido que sigan celebrando lo que han construido. En cada viaje a Cuba aprendemos cosas esenciales que luego compartimos con el mundo. Permanezcan alertas. No crean nunca que es válido ese modelo de sociedad que mi país intenta venderle al mundo. La verdadera riqueza está en las relaciones humanas y esas no abundan en Estados Unidos”.

EL PODER DEL AMOR

“En la historia de la ciencia, nadie ha podido demostrar los beneficios de estar molesto —argumentó el prestigioso doctor, embajador de Buena Voluntad de la UNICEF y admirador de José Martí—. Ninguna investigación ha verificado la importancia de la apatía, el maltrato o la frialdad. En cambio miles de proyectos han demostrado la efectividad del amor, la felicidad, la risa, la danza, la música. Ellas incrementan la secreción de endorfinas, activan todos los glóbulos inmunológicos, multiplican las células positivas que atacan las cancerígenas…”

“El amor, además, es la opción perfecta para terminar con las injusticias en el mundo, por eso propongo que lo estudien como mismo se hace con la diabetes, por ejemplo, pero con la ventaja de que cada instante puede convertirse en una oportunidad para experimentar.”

Patch Adams y la delegación que le acompañó ya está de regreso a su país y a los predios del Instituto Gesuntheit! —palabra que procede del alemán y equivale al ¡Salud que haya porque belleza sobra! que decimos los cubanos cuando alguien estornuda—. Desde allí sueñan con fundar un hospital “absolutamente gratuito y general, como en Cuba, donde sus trabajadores tengan como cualidades imprescindibles estar siempre felices, ser graciosos, cooperativos, considerados y creativos.”

Pero aun antes de partir ya hablaban del regreso: “Desde la primera vez descubrimos la importancia de la música y el baile para los cubanos, por eso en esta ocasión se nos unieron algunos músicos, pero hay muchos más interesados en llegar a lo que algunos consideran la “meca” de ritmos caribeños. Eso está pendiente”.

También tienen en proyecto la creación de escuelas de medicina en Camerún, Sierra Leona y Estados Unidos siguiendo el modelo de la Escuela Latinoamericana de Medicina y ese es otro de los motivos para “regresar lo antes posible”.

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