Búsqueda Personalizada
Mostrando entradas con la etiqueta Trabajadores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Trabajadores. Mostrar todas las entradas

sábado, diciembre 06, 2014

¿INSTITUCIONALIZAR EL CAOS?

Tomado de Trabajadores

Médicos internacionalistas del municipio tunero de Puerto Padre califican como un intento de institucionalizar el caos, la comunicación emitida por la dirección de la Vivienda en esa localidad, la cual exige a 36 profesionales de la salud el pago de los apartamentos otorgados tras el cumplimiento de su misión en la República Bolivariana de Venezuela.

Explica la doctora Maricela Grass Santiesteban en misiva a esta sección y en nombre de sus colegas, que el apelativo lo toman del reportaje Arquitectura de un caos, publicado por Trabajadores el 3 de octubre del 2011, donde ellos manifestaban los problemas constructivos de los inmuebles, situación que hoy es más grave.

En la nueva carta enfatiza: “Desde hace más de cinco años hemos denunciado a través de medios de prensa nacional y provincial la mala calidad en la terminación de la mayoría de los apartamentos…” Por eso detalla las razones que justifican el rechazo a lo dictaminado: Los “estimulados” sufren con las molestias que ocasionan filtraciones por las cubiertas, cisternas inconclusas, paredes deterioradas, falta de instalaciones hidráulicas y urbanización sin iniciar. Es obvio que estén indignados y a la vez reclamen respuestas a varias interrogantes: ¿Dónde están los recursos asignados para terminar nuestros apartamentos? ¿Por qué dejaron vencer cada año el presupuesto asignado? ¿Por qué se nos impone pagar la vivienda en solo un año, a dos plazos, con la amenaza de que si no lo hacemos pasamos al sistema de arrendamiento, si las demás personas tienen más de 15 años para hacerlo?

Huelgan los comentarios, pero al menos debemos decir que hacer firme esa decisión constituye una manera burda de aceptar lo mal hecho, la chapucería y quién sabe cuántas arbitrariedades que bien pudieran colindar con delitos. Cinco años es tiempo suficiente para haber dado no solo respuestas —que también han faltado— sino soluciones a esos reclamos.



jueves, julio 22, 2010

PAULINA ALVAREZ, LA EMPERATRIZ DEL DANZONETE

La altivez y elegancia que imponía a cada interpretación le granjearon la simpatía del público y el sobrenombre de Emperatriz del Danzonete. Su sólida preparación musical y su gran versatilidad interpretativa la hicieron capaz de incursionar en diversas modalidades y ritmos cubanos

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

Decir en Cuba “La Emperatriz del Danzonete” es hacer referencia a una voz excepcional, a una cadencia majestuosa, a un ritmo suave como las olas del mar de verano, a melodías irrepetibles eternas en la memoria. Todo eso y más significa Paulina Álvarez a quien nuestro pueblo dio ese trono y cetro musicales y así la identificó hasta su desaparición física.

Nació esta melodiosa mujer negra en la ciudad de Cienfuegos, en la zona centro-sur de la Isla el 29 de junio de 1912.

Fue Paulina Álvarez la primera mujer que de manera exitosa interpretó el Danzonete, popular género o modalidad musical cuya creación estuvo a cargo del genial compositor Aniceto Díaz. Podemos decir que Paulina Álvarez inició su carrera musical desde la niñez, pues siempre interpretaba canciones en las fiestas escolares y en diversas actividades socioculturales que se desarrollaban en su Cienfuegos natal.

Pero no es hasta la década de los años treinta que Paulina Álvarez comenzó a sobresalir, por su voz prodigiosa y cristalina, dentro del ámbito musical cubano.

En su voz fue posible escuchar las más gustadas melodías de esa época y por consiguiente se hicieron populares diversas creaciones, pero sobre todo marcó un hito en la memoria musical cubana, por el que se le permite seguir siendo recordada; la interpretación del primer Danzonete compuesto que lleva por título Rompiendo la Rutina.

Sus grabaciones eran recibidas con júbilo por los bailadores y sus discos se agotaban mucho antes de que pudieran llegar a manos de todos los que aspiraban a su posesión. Realmente fue una artista del pueblo, mimada por el pueblo y siempre recordada por su sencillez y su modestia.

Partiendo de su condición de mujer, humilde y negra, siempre mantuvo un aposición digna y representó lo mejor de la música cubana sin hacer concesiones que menoscabaran su dignidad.

Subió a todas las pistas y a los más exigentes escenarios para cosechar aplausos y, sobre todo, para proporcionar momentos de placer.

Falleció esta gloria de la cultura nacional cubana el 22 de julio de 1965 en la ciudad de La Habana dejando vació su reinado y la añoranza por aquellas noches en que su voz llenaba todos los rincones de los salones donde los bailadores seguían la cadencia inigualable del Danzonete.
(edigital@trabaja.cip.cu)


ARTÍCULO RELACIONADO

viernes, marzo 26, 2010

CUBA Y LOS TRANVIAS ELECTRICOS

Los tranvías circularon en La Habana hasta comienzos del decenio de 1950. En 1900 fue inaugurada la primera línea de los tranvías eléctricos en Cuba

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

La “maquinita de vapor” y “la cucaracha”, así llamaban popularmente al primer vehículo de tracción no animal que tuvo La Habana y que sustituyó a los primeros tranvías que eran tirados por caballos que transitaban por el Vedado desde 1860. La maquinita salía desde la esquina de las calles Prado y San Lázaro para hacer su recorrido habitual y circuló hasta el año 1900, en que se introdujeron los tranvías movidos por electricidad.

Después del alumbrado el siguiente uso importante que se le dio en Cuba a la energía eléctrica generada industrialmente fue el transporte terrestre, como sucedió en otros países. Con 4 kilómetros de longitud se inauguró la primera línea de tranvías eléctricos, Esta conectaba a Regla con Guanabacoa, villas situadas en el lado oriental de la bahía habanera. La línea comenzó a funcionar en marzo del año 1900, durante la ocupación militar norteamericana en la Isla.

En marzo de 1901, exactamente un año después, fue inaugurada la primera línea de los tranvías eléctricos de La Habana, cuya planta, estaba enclavada en plena ciudad y generaba la totalidad de la energía de corriente continua requerida para su operación. y Las ya viejas líneas de los tranvías de tracción animal resultaban insuficientes para la nueva empresa, además las líneas se hallaban extraordinariamente deterioradas.

Por entonces, la ciudad de La Habana tenía poco más de 240 mil habitantes y poco a poco, las nuevas líneas se fueron extendiendo por toda la ciudad, cuya fisonomía quedó marcada ostensiblemente por las construcciones vinculadas al tranvía eléctrico.

La Havana Electric Railway Company, empresa fundada en 1899 por un grupo de capitalistas de Montreal, con aportes de capital cubano, español y norteamericano eran los encargados de la operación y desarrollo del tranvía.

La política de esta compañía que distribuyó sus acciones entre cubanos y españoles irritó ostensiblemente a los norteamericanos, representados entonces por el cónsul general de los Estados Unidos en Cuba, un señor llamado Frank Steinhart.

Steinhart, interesado personalmente en el asunto, logró conseguir en Nueva York el apoyo financiero del arzobispo de la ciudad y de la banca Speyer, por lo que en el año 1907 renunció definitivamente a su posición de diplomático para hacerse cargo de la compañía transportista.

Gracias a la hábil gestión de Steinhart y a sus relaciones personales, el servicio público de los tranvías habaneros se convirtió en un jugoso y bien lucrativo negocio. Él mismo se transformó en uno de los más notorios magnates industriales de los primeros tiempos de la república mediatizada cubana.

Durante una década llegó a tener, además, el control absoluto del servicio público de electricidad en la ciudad de La Habana, a través de la Havana Electric Railway, Light & Power Company, empresa que este había constituido en los Estados Unidos en el año1912.

La Havana Central Railroad Company vinculada entonces a la Havana Electric, y absorbida posteriormente por una empresa ferroviaria británica construyó en 1906-1907, una línea de ferrocarril eléctrico interurbano que constituyó la primera de su tipo en América Latina, la cual conectaba las cercanas villas de Güines y Guanajay con su planta generadora, erigida en Rincón de Melones, frente a la bahía de La Habana.

A la vez eso permitió aprovechar la línea eléctrica tendida para llevar el servicio de electricidad a numerosos pueblos de campo alejados hasta unos 40 ó 45 Km. de la ciudad de La Habana.

En 1908 se inauguraron sendos servicios de tranvías eléctricos en las ciudades de Santiago de Cuba y Camagüey, el santiaguero estaba a cargo de una compañía organizada por empresarios cubanos, y el de Camagüey a cargo de la pionera empresa canadiense.

Los dos sistemas eran como el de doble trole instalado en la capital. Resultaba muy ventajoso, desde el punto de vista económico, la combinación de la carga del alumbrado con la de los tranvías, pues la carga diurna del tranvía alternaba con la nocturna del servicio de alumbrado haciendo más eficiente la generación eléctrica.

Entre 1913 y 1918, se introdujo en Cienfuegos, Cárdenas y Matanzas, un servicio de transporte eléctrico urbano bastante poco eficiente, con tranvías de acumuladores eléctricos, los cuales debían ser recargados periódicamente, lo que constituía un verdadero problema, hasta que en 1920 se cambió por el otro sistema.

Los tranvías estuvieron circulando en La Habana hasta comienzos del decenio de 1950, cuando fueron sustituidos por un servicio de autobuses, y así paulatinamente en todo el país. Aún re pueden encontrar restos e las viejas líneas en numerosos sitios de las ciudades, fundamentalmente en La Habana.

jueves, febrero 11, 2010

ISOLINA CARRILLO Y SUS DOS GARDENIAS

Dos Gardenias, el bolero que estrenó el puertorriqueño Daniel Santos, es la más famosa de sus obras.

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

En la ciudad de La Habana, el 9 de diciembre de 1907, vio la luz Isolina Carrillo, destacada compositora, música y cantante de música popular cubana, uno de los mitos del bolero en el Caribe, Latinoamérica y en otras regiones del mundo.

Se desarrolló en un ambiente humilde pero muy propicio para la apreciación y el gusto musical, por ello solamente tenía10 años cuando entró en el mundo de la música, al tener que sustituir en el piano a un miembro de la orquesta de su padre, quien tocaba el laúd, el tres o los cueros, además un hermano era flautista y el otro baterista.

Isolina Carrillo estudió en el Conservatorio Municipal de La Habana con notas de sobresaliente, y como premio, llegó a dirigir la orquesta de la institución.

Ya en los años de la década del cuarenta en el Siglo Veinte varias de sus composiciones musicales alcanzaron notoriedad. Llegó a crear más de doscientas piezas, aunque sólo fueron registradas cerca de ochenta, entre boleros, montunos, guarachas y hasta canciones líricas.

Melodía y versatilidad caracterizaron su unión con la música. Formó parte como trompetista de un septeto de mujeres llamado Las Trovadoras del Cayo y fundó posteriormente el conjunto vocal Siboney en donde también estuvieron otras intérpretes muy populares en el mundo musical hispanoamericano. También tocó el piano en el Conjunto de Guyún y creó una orquesta gigante de danzones para la emisora radial RHC Cadena Azul, donde también atendió la dirección musical. Igualmente trabajó como repertorista en el Instituto Cubano de la Radio y la Televisión. Junto a su esposo Guillermo Arronte, conformó un cuarteto con el que viajó por toda Sudamérica.

Dos gardenias, el bolero que estrenó el puertorriqueño Daniel Santos, es la más famosa de sus obras. Fue registrada el 23 de abril de 1947, y de ella su autora confesó en una ocasión que: "Dos Gardenias con sus incontables grabaciones y versiones, es algo más que un éxito comercial o de popularidad. Es un pedazo de mi vida". Daniel Santos la grabó con la orquestación de Dámaso Pérez Prado, quien agregó a la edición el piano acústico, un trabajo muy novedoso para la época.

Además de Dos Gardenias, también gozan de gran popularidad otras creaciones como Miedo de ti, galardonada como la mejor composición de 1948, Soy tu destino, Canción sin amor, Viviré para amarte, Fiesta de besos, Increíble y Sombra que besa, con textos de Rosendo Ruiz, hijo.

Dos Gardenias se convirtió en una especie de himno en muchos países, especialmente en España y México, donde alcanzó el Premio Ariel, en el año 1952, por mantenerse durante dos años, en el primer lugar de preferencia popular por la belleza de su melodía.

Figuras como Nat King Cole, Vicentico Valdés, Pedro Vargas, Alberto Ruiz, Toña la Negra, Fernando Álvarez, Elena Burke, Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo, Roberto Sánchez, Luis Miguel y Antonio Machín, quien poco antes de morir la colocó entre los primeros lugares en España, incorporaron Dos Gardenias en sus repertorios.

En los últimos años de su existencia fue la figura principal, la anfitriona, de un restaurante y complejo cultural que se identifica con el nombre de Dos Gardenias, muy concurrido por los amantes del bolero, en la ciudad de La Habana.

Esta destacada gloria de la cultura nacional cubana falleció en La Habana el 21 de febrero de 1996; pero su obra es imperecedera y todos los días en algún sitio del mundo alguien canta Dos Gardenias.

jueves, octubre 15, 2009

DE LA TRADICION A LA COMPARSA

Por Antonieta César (Trabajadores)

Guanajay llegó a formar el territorio habanero con la división político-administrativa de Cuba en 1976, sus orígenes durante el siglo XVII, están en la vecina provincia pinareña, cuando el Río Capellanías, era el límite con el territorio colindante y el camino a Vuelta Abajo, que abría paso al oeste, propiciaba el paulatino poblamiento de la zona.

Más temprano aún, había pertenecido al cacicazgo del Mariel, de lo cual deja constancia su nombre indígena, conservado en los inicios de la conquista española, tanto es así que la fecha de fundación aparece en la primera quincena de diciembre de 1650 y hay investigadores que dudan y hablan de una existencia desde la centuria anterior.

A diferencia de otros asentamientos poblacionales en épocas primitivas, tiene un escudo distintivo. La industria azucarera junto a la posterior introducción del café, le permitió alcanzar planos destacados en la incipiente economía.

Este avance trajo aparejada prosperidad, evidente en el numero de ingenios que rodeaban el lugar, además la construcción de casas espaciosas de estilo colonial, conjunto que impresionó al novelista del siglo XIX, Cirilo Villaverde, según lo describe en su libro Excursión a Vuelta Abajo.

AZÚCAR, ESCLAVOS Y MÚSICA

Con el descubrimiento de América había comenzado un proceso de transculturación entre los pobladores autóctonos y los que arribaban a nuestras costas. Los descendientes de antiguos esclavos traídos de África, mano de obra para la producción azucarera, tienen lugar preponderante en la integración de nuestra nacionalidad, sobre todo en lo referente a identidad, tradiciones y costumbres.

Especialmente en la música el negro, vilipendiado y escarnecido, aporta dotes excepcionales para asumir el ritmo y consecuentemente el baile. Apartado de su tierra, desmerecido en su condición humana, extrae de la piel de su tambor el componente esencial, que acompaña con su naturaleza y su sensibilidad ancestrales.

Desde antes de finalizar el siglo XIX y en las primeras décadas del XX, ya aparecen géneros que van a identificar la producción musical en la Isla que hallará complemento en la danza, bien sea en los salones o fuera de ellos; algunos han permanecido hasta nuestros días, digamos danzón, bolero, conga, rumba y sus afines.

EN LA SOCIEDAD EL PROGRESO

Las sociedades de instrucción y recreo proliferaron como vía de esparcimiento y cultura de los habitantes. En Guanajay había varias, los blancos iban a unas y los llamados “eufemísticamente” personas de color, a otras.

En una de estas últimas, la llamada El Progreso, se organizó la primera comparsa que hubo y que recibió el nombre de Los Provincianos, después aparecieron más que mantuvieron la tradición tras el triunfo revolucionario.

Los festejos habían surgido con bailes, verbenas y formaban parte de las celebraciones del 21 de octubre en honor de San Hilarión, el patrón del pueblo. Con el tiempo se trasladaron para diciembre a fin de hacerlas coincidir con la fecha de fundación de la villa.

Por varios años estuvieron detenidas y acaban de resurgir, primero con una integrada por estudiantes de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y una infantil nombrada Rayitos de Guanajay.

UN PROYECTO A IMITAR

El nacimiento de esta comparsita como un proyecto comunitario en el Consejo Popular No.1 es muy estimulante y un hermoso fruto de cómo el barrio se ha volcado colectivamente a rescatar su patrimonio cultural.

La iniciativa surgió de dos promotores que habían bailado de muy jóvenes en Los Provincianos, son ellos Maricela Blanco y su esposo, Antonio López Valdespino, cuya familia integra el conjunto musical acompañante dirigido por el abuelo Féliz López; como si fuera poco también se incluye Jorge Díaz Blanco, primo de Maricela, en funciones de productor.

Las inscripciones a niños entre cinco y once años comenzaron en septiembre pasado mediante previa visita a los padres, que han colaborado en todo momento con la idea. Los ensayos se programaron para después de clase bajo la responsabilidad de Antonio, Tony cariñosamente, el que asumió las funciones de coreógrafo.

Este es un trabajo muy difícil para lograr uniformidad y coordinación de modo que ninguno de los participantes pierda el paso y mantengan la unidad en cada figura. Es preciso trabajar igualmente con aquellos que logran mayor dominio y con los que enfrentan más dificultades.

En esta última categoría estaban Irving y Abraham, dos niños que aún no han cumplido diez años y hoy son de los principales, se desempeñan como profesionales. Todo se logró en menos de tres meses.

La comparsa está formada por 16 modelos o figurantes de gran colorido y 4 solistas que permanecieron a pesar de ser los más chiquitos, pero ejecutaban muy bien los movimientos; seis faroleros, personajes fundamentales, solistas que hacen acrobacias con su farol y 20 parejas que coordinadamente interpretan la coreografía.

Para lograr la más limpia factura existen los guías y los lugares de los bailarines se cambian mediante la orden del silbato siguiendo a Tony que se desplaza con todos.

UN DETALLE SOBRE LA MÚSICA

La música tiene una cadencia diferente, va adelante, los niños la siguen con puro sabor cubano. Esta conga habanera es más violenta, más rápida, más viva, es un elemento distintivo que funciona como factor fundamental.

El conjunto lo componen cuatro tumbadoras, dos bombos y ocho campanas asumen la percusión, cuatro trompetas y dos trombones representan a los metales, para inundar el aire con sonoridad explosiva.

Al paso de la comparsa alguien comentó: “Si estos son los Rayitos de Guanajay, cuando el sol caliente los tambores, que se cuiden los viejos comparseros”.

viernes, julio 10, 2009

ANICETO DÍAZ, PADRE DEL DANZONETE

A este matancero, nacido en 1887, le corresponden dos significativos honores: dotar de voz al danzón y vincular a los dos ritmos bailables más significativos de nuestra música: el son y el danzón, en una nueva forma rítmica conocida como danzonete

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

En Cuba ha existido secularmente una larga tradición de música bailable, que ha producido relevantes figuras del género, y entre los más destacados se encuentra José Manuel Aniceto Díaz, flautista, compositor, director de orquesta y pedagogo.

En la ciudad de Matanzas, nació José Manuel Aniceto Díaz el 17 de abril de 1887. Durante la enseñanza primaria, con tan solo diez años se integró al mundo de la música ayudando a cargar los instrumentos musicales en una orquesta. Mientras aprendía el oficio de sastre estudiaba solfeo y teoría con un tío bombardino de la Banda de Matanzas. Luego estudió el figle con el instrumentista Eduardo Betancourt, de la Orquesta de Miguel Failde y ya en 1902 sustituyó a su maestro en la orquesta donde permaneció varios años. Además estudió flauta y piano.

En la década del diez, del pasado siglo empezó a cosechar los triunfos ejecutando la flauta y como compositor. Es en esa época que crea sus primeros danzones, entre ellos El chiflido, Yattey, La Pulga, A la voz de fuego, La niña de los besos.

En 1914 Aniceto Díaz crea su propia orquesta y en el mes de mayo se presentan en los salones del Liceo Artístico de Matanzas. A finales de la década del veinte en el ambiente musical y bailable el panorama para el danzón cambiaba desfavorablemente por la preferencia del son con los sextetos y septetos así como por las orquestas Jazz Band con música de origen norteamericano.

Escaseaban los contratos para las agrupaciones danzoneras. Aniceto Díaz se dio cuenta de que el son era el preferido de una gran mayoría por su sencillez en la ejecución bailable. Separó sus características principales: ritmo regular, melodía y armonía simple, la alternancia de un solo y un estribillo, proveniente de los sones montunos primitivos; aunque los soneros no conocían la música escrita lograban efectos sorprendentes y originales, además de que se ejecutaban seguidos, sin ninguna interrupción como sucedía con el danzón.

Entonces sin tratar de estructurar un nuevo baile, Aniceto Díaz creó lo que llamaría danzonete, una forma que partió de los elementos fundamentales del Danzón, no se trata de una fusión entre son y el danzón, sino de una variante del danzón a la que se incorporan elementos del son. El 8 de junio de 1929 se estrenó el primer danzonete, titulado Rompiendo la Rutina, en el Casino Español de Matanzas. El nuevo género destacaba mucho al cantante solista y su montuno se convierte casi en una guaracha.

A partir del primer danzonete la Orquesta de Aniceto Díaz logró gran demanda en los salones y sociedades matanceras. El domingo 25 de noviembre del mismo año 1929, interpretaron en la primera transmisión de la Radioemisora PWX, de Matanzas, y poco después en la Cuban Telephone, de La Habana.

De 1930 a 1932, se dio a conocer exitosamente el danzonete en una revista musical del Teatro Martí de la capital. La orquesta de Gerardo Pérez interpretó por primera vez el danzonete en La Habana en el centro Sport Antillano

Aniceto Díaz compuso además otros danzonetes, entre ellos El trigémino, El cocodrilo, Zona franca, Dulce imagen, Engreída, Dulce imagen y otros. El teléfono de larga distancia, fue muy exitoso en la década del veinte y la orquesta de Aniceto Díaz grabó Rompiendo la Rutina para la firma discográfica Brunswick.

José Manuel Aniceto Díaz murió en La Habana, el 10 de julio de 1964. Aunque su creación, el danzonete, fue un género o ritmo de efímera vida, dejó maravillosas páginas en nuestra música, sobre todo, gracias a Paulina Álvarez, a quien se le llamó la emperatriz del danzonete. Además influyó decisivamente en compositores y directores de orquesta como Antonio María Romeu, Antonio Arcaño, Arsenio Rodríguez o Enrique Jorrín.

sábado, enero 24, 2009

EL TUNEL DE LA HABANA

Este túnel constituye una de las maravillas de la ingeniería cubana del siglo XX

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

El túnel que pasa por debajo de la Bahía de La Habana tiene más de cinco décadas de servicio eficiente en el sistema vial de Cuba, particularmente en el nudo de comunicaciones que da acceso y salida a la capital. Es una de las obras de ingeniería civil más notables de todo el país. Antes de su construcción, era necesario dar un rodeo de decenas de kilómetros alrededor de la rada habanera para salir hacia el Este. Hoy es cuestión de casi un minuto.

El túnel tiene una longitud de 733 metros y posee cuatro vías de ida y vuelta que desahogan mucho la corriente del tránsito vehicular. Está sumergido bajo el canal de entrada de la bahía, y consiste en un sistema de tubos de hormigón reforzado que soportan un peso de miles de toneladas de agua, cosa que han hecho hasta hoy con toda seguridad.

En automóvil u ómnibus se pasa de un lado al otro en unos 45 segundos a 60 kilómetros por hora, un día de tráfico normal. Muy raras veces se producen congestiones de tránsito en ese trayecto. Su existencia hizo posible, después de la Revolución, el desarrollo de grandes planes de viviendas en el Este de la ciudad de La Habana, donde viven hoy más de cien mil personas en edificios multifamiliares. Hay en esas áreas poblacionales una red de servicios públicos que da atención a los residentes, la mayoría de los cuales trabajan en la cercana capital y pueden regresar temprano a sus hogares en situaciones normales.

El túnel se construyó en treinta meses, entre 1952 y 1953, por una compañía francesa, la "Societé de Grand Travaux de Marseille", bajo la dirección técnica del ingeniero cubano José Menéndez Menéndez.

Cada vez que uno pasa por el túnel de La Habana en algún vehículo y piensa en el enorme peso que soporta esa construcción no puede menos que sentir admiración por los ingenieros que lo diseñaron y los obreros y técnicos de la construcción que, en condiciones extremadamente difíciles, hicieron posible esa obra. El trabajo se realizó constantemente bajo el agua, con el auxilio de equipos especiales y sin dejar de tener en cuenta que ese canal de la bahía siempre estuvo infestado de tiburones que siguen a los barcos de carga en busca de alimento. El túnel sólo ha tenido que ser cerrado al tránsito cuando se han producido penetraciones del mar en su zona de enclave y o por sus vías exteriores de acceso, nunca por derrumbes o filtraciones internas.

En su parte más profunda se encuentra a unos 14 o 15 metros, de 42 a 45 pies, bajo la superficie de la bahía. Sobre los cilindros, cada vía es un cilindro, tienen unos dos metros de concreto, que en realidad son para protegerlos de otros daños marinos porque a un barco con el calado requerido para llegar a tanta profundidad no lo va a detener dos metros de cemento que no esté resguardado de roca sólida. Al contrario, se han perdido dos metros de profundidad que tal vez hubiesen permitido pasar al barco en cuestión. Pero usted no se preocupe porque la Bahía de La Habana aun no ha visto naves de tales dimensiones.

Por cierto eso que dice una canción del Cha-cha-cha acerca de un tal automóvil “maquinón caza pollos” que se queda en el Túnel de La Habana sin gasolina y entonces es cuando la cosa se pone buena. De verdad que no sabemos hasta que punto es real o ficticio, o en que año fueron tales aventuras, porque según recordamos y según nos informan aún, el que se quede allá abajo lo sacan con un carro grúa colgado o a empujones limpios.

Realmente no se preocupe cuando se encuentre bajo el Túnel de La Habana.

martes, enero 20, 2009

CRISTIANISMO Y REVOLUCION DE LA MANO

El Reverendo Pablo Odén Marichal, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y secretario ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba, recibe a Trabajadores

Por Yohanna Torres y Maylenis González (Trabajadores)
Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Como un escritor de historietas, capitula escenas de su memoria. Recuerda los nombres de antes y después. Teje las fechas, repasa ideas, nos invita a sortear peripecias. Discretamente se emociona y ofrece disculpas, porque las cajas con libros que donará a una biblioteca no han dejado asiento libre.

Conversamos casi cuatro horas y no alcanzó el tiempo para repasar todos los senderos.

¿Qué camino ha recorrido Pablo Odén Marichal?

“Los cubanos casi nunca vivimos donde nacimos. Yo soy de Esmeralda, un pueblo de Camagüey. Vivimos en una finca cerca del poblado y más tarde nos mudamos a este para poder estudiar, porque en el campo no había escuelas.

“Cuando el golpe de Batista, todo empeoró. Tuvimos que recesar las clases y ¡a trabajar! Me hice aprendiz de zapatero y luego fabriqué guantes para cortar caña. Alternaba esas labores y pasaba en ellas todo el día, pues los salarios eran muy bajitos.

“Gracias a vecinos y amigos reanudé mis estudios e ingresé en el Instituto de Morón y luego en el Seminario. Desde la escuela ayudaba a mi familia con los pesitos que ganaba barriendo los patios”.

¿Usted mantuvo algún contacto con el movimiento de protesta social que se gestó durante los años posteriores al golpe de Estado de 1952?

“Con 14 años me afilié a la juventud del Partido Ortodoxo y cuando las acciones del 26 de Julio, los muchachos de la iglesia episcopal de Esmeralda, que pertenecíamos al Movimiento, participamos en ellas.

“En mi célula me asignaron algo sencillo: tenía que colocar una bandera del 26 en el asta del Banco. Mi hermano mayor, que era dirigente del Movimiento, no sé cómo se enteró y me dijo: ‘Oye, ya no se va a poner la bandera ahí’.

“Yo me hice el bobo: ‘¿Cuál bandera?’. Pero él enfatizó: ‘La bandera’. Solo pude balbucear: ‘Ah, está bien, no se va a poner…’ “Y no la colocaron. Todavía cuando voy a Esmeralda los compañeros de aquella época bromean conmigo por eso.

“Ya en Morón sí me tocó una tareíta más o menos continua de recoger, guardar y entregar paquetes a militantes del 26 o de tirar un boletincito con el mimeógrafo del templo. Cosas que pueden parecer simples ahora, resultaban muy peligrosas ante un posible delator.

“Después me vinculé a la Federación de Juventudes Evangélicas de Cuba (FEJECU). La experiencia de esos años resultó muy provechosa porque fue en ese grupo (metodistas, bautistas y episcopales) en donde se produjo una primera confrontación de ideas, respecto al carácter comunista o no del proceso revolucionario”.

¿Entraron en contradicción los principios de su formación cristiana con los presupuestos de la Revolución?

“En la iglesia y en la escuela no tuve formación cristiana, sino anticomunista. Si alguien me forjó como revolucionario y cristiano fue la congregación de Esmeralda, una comunidad muy pobre. O los jóvenes miembros de la Juventud Ortodoxa o los del Partido Socialista Popular (PSP) en las reuniones de estudio que preparaban. Sin olvidar al Movimiento Ecuménico, por supuesto, y a mi madre, que me educó políticamente escuchando a Chibás todos los domingos.

“Una vez en el Seminario, mi preparación cristiana mejoró mucho, pues tuve excelentes profesores. Aquí rescatamos a la FEJECU y organizamos el Movimiento Estudiantil Cristiano, muy de izquierda, por lo que nos relacionamos con todo ese sector de Europa del Este y de América Latina.

“No hicimos revolución en el gobierno o desde las instituciones políticas y gubernamentales, sino desde nuestras filas. Vino la polarización y muchos se fueron. Representó una pérdida tremenda, porque si toda aquella buena gente, con un compromiso tremendo de fe y revolucionarios, no se hubiera marchado, la derecha no habría ganado los espacios que hizo suyos en este medio.

“Aquel obispo mexicano, gran amigo nuestro, Sergio Méndez Arceo, siempre decía que entre cristianismo y revolución no había contradicción. Con las ideas de Cristo de amor, de paz, de fraternidad y de justicia, no la hay, lo ha expresado Fidel.

“Algunos creen que los cristianos no estaban preparados para el socialismo. En Cuba nadie lo estaba. Quizás un grupo pequeño del PSP, pero hablando de pueblo, no. Si era así, ¿por qué unos renegaron de la Revolución y se fueron, y otros, la inmensa mayoría, la abrazó y está aquí? Considero que fue una opción de clase.

“Las personas que se iban pertenecían a las iglesias más solventes y ricas. Se dio un problema sociológico. La jerarquía eclesial, representante de la burguesía, chocó con los cambios. A sus miembros les expropiaron sus casas con la Ley de Reforma Urbana, las tierras con la Reforma Agraria, las industrias con las nacionalizaciones. Hablamos de una clase que se vio afectada y no favorecida.

“Nosotros, un Raúl Suárez, un Sergio Arce, un Juan Ramón de la Paz y otros tantos, permanecimos mal vistos porque éramos religiosos; y fuimos segregados dentro de la iglesia por ser revolucionarios. Errores que hemos cometido como Revolución, pero que venimos resolviendo. Sin embargo, ha existido una discriminación más articulada dentro de la iglesia, contra los creyentes que son revolucionarios”.

¿Qué posición toma usted ante actitudes como esas?

“La génesis de toda discriminación es que una persona se sienta superior a otra y termine creyendo solo en su verdad. Los revolucionarios tenemos la misión de escucharnos, de comprendernos.

“Nadie, y mucho menos el que haya sufrido la experiencia de la discriminación, debe arrogarse la potestad de practicarla. En ese sentido, los cristianos no podemos perder tampoco nuestra memoria histórica.

“Pienso que los homosexuales, por ejemplo, tienen pleno derecho como seres sociales que son. Hay quienes argumentan su homofobia con el texto bíblico, donde se condenan las relaciones desordenadas. Pero también es importante recordar que más adelante se aclara que Jesús ‘venía por los pobres, los pequeñitos, los enfermos y los débiles’. Aquellos que se escandalizan con una relación homosexual, ¿por qué no lo hacen por los millones que padecen enfermedades y miserias?

“Y esta no es solo una posición de las iglesias. Existen cientos de personas que se rehúsan a aceptar al otro. Considero vital la labor que realiza el grupo del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), pues ellos están recorriendo el camino más espinoso y largo, y el más gratificante: el de la educación a las instituciones y a la población, en pos de construir una sociedad que abogue por el respeto a lo diverso.

“Claro, este asunto de la discriminación no se reduce a los homosexuales y a los revolucionarios. Pensemos en la diversidad racial y en las religiones afrocubanas. Aquí opto por dialogar con todos los creyentes.

“Los cristianos convertimos a latigazos a miles de sujetos de piel negra. Ellos, para preservar sus creencias, las sincretizaron con las nuestras. Entonces, somos responsables de que necesiten nuestro bautismo y a mí me parece inmoral negarlo. Por eso, si un santero lo desea, yo lo complazco”.

¿De qué manera se funde en usted la condición de creyente con la de revolucionario?

“Mira, yo soy diputado a la Asamblea y la gente me ha preguntado, ‘oye, ¿por qué tú no eres miembro del Partido?’ Resulta que en el Evangelio encuentro tantas motivaciones para luchar por la justicia, la paz y la equidad, como un comunista en su sistema de ideas sociales. Los valores que yo abrazo están en los textos, ya sean marxistas o cristianos, y también en los seres humanos.

“Tuve llamados a traicionar a la Revolución y al pueblo y a irme y vivir bien, hasta en medio de las crisis. Las castas sacerdotales en los países capitalistas son estables y muy bien pagadas. Nunca sentí la vocación ni tuve el coraje de traicionar a la gente que confiaba en mí”.

jueves, diciembre 25, 2008

VIVIR PARA LA RISA

El prestigioso médico norteamericano Patch Adams lleva su terapia de amor y humor a las victimas del huracán Paloma

Por Yimel Díaz Malmierca (Trabajadores)

Cuando consiguió sujetarle las manos, volvió a sentirse seguro. El cazador había sido cazado por una anciana senil que esperaba en las afueras del Hospital Docente General de Santa Cruz del Sur. En apenas unos segundos la mueca del clown se había transformado en un gesto de dolor. Fue así que descubrimos al “doctor” Patch Adams en acción. Sin brusquedad consiguió librase de la pinza que apretaba una de las zonas más vulnerables de su cuerpo. En lugar de regaños, dedicó a la señora mimos, canciones y sonrisas durante más de 15 minutos: “Ella es ahora absolutamente libre, no es responsable de nada, es como si fuera mi madre”, repetía una y otra vez a las enfermeras que intentaban socorrerlo en tan difícil situación.

Fue una gran lección para todos. Otra más, pues la visita al sureño municipio camagüeyano del conocido “médico de la risa” fue, desde el comienzo, una clase magistral que validó su teoría de que el verdadero camino a la salud transita por el amor y el humor.

EL MEJOR REGALO

Bigotes blancos al estilo Dalí. Camisa colorida. Una media roja y otra morada. Grandes zapatones, bombachos recogidos casi hasta la ingle que dejan al descubierto unas largas y flacas piernas blancas. En la cabeza, un pollo — tuerto para más detalles— que deja ver una cola de caballo de pelo lacio y canoso con un mechón pintado de azul que casi le llega a la cintura. Del cuello le cuelga un enorme tete y en la mano lleva un “estúpido pez de goma”.

“No se necesitan grandes recursos para ser un payaso de los nuestros —explicó a los instructores de arte con quienes Adams compartió su estancia de tres días en el recién inaugurado campamento Ignacio Agramonte, uno de los 10 que desde la pasada semana Kcho y su tropa de la brigada Martha Machado han esparcido por las zonas más afectadas por los huracanes—. Basta estar dispuesto a entregar amor. Con eso no hay equivocación posible”.

La primera salida fue justo desde La Punta, donde empieza la calle principal de La Playa santacruceña. La bordean las ruinas de las casi 300 casas destruidas y los rostros dispuestos al diálogo de los más curiosos: “Físicamente se ve que algo muy grande golpeó la ciudad —explica— pero si usted mira las caras dispuestas al juego, al humor, al contacto físico, no puede sospechar un daño sicológico profundo y es que ustedes han hecho lo indicado en estos casos: primero garantizar la vida, hacerlos sentir seguros, luego regresar los niños a las escuelas lo antes posible, garantizar las necesidades básicas y llevar arte y cultura a la comunidades”.

Desde este primer pasacalles de payasos —al que siguieron al menos cinco más en distintos puntos de la provincia— Patch estuvo secundado por sus compañeros de viaje: dos colegas, un músico y 10 jóvenes estudiantes, todos norteamericanos, una peruana maestra de ballet, y una decena de niños de la Compañía de Teatro Infantil La Colmenita, su inseparable cómplice en cada uno de los seis viajes realizados a Cuba desde 1998 a la fecha.

“Me gusta viajar en grupo y por eso no habíamos venido en los últimos cinco años pues aunque en lo personal no me preocupan las amenazas de sanciones a quienes vienen a Cuba, sí nos inquieta lo que pueda sucederle a los más jóvenes.

“Hace unos años visitamos algunas zonas que fueron levemente afectadas por un ciclón. Ahora el daño fue mucho mayor y sentí que debíamos estar aquí. Por suerte ha coincidido con la elección de un nuevo presidente en Estados Unidos que nos tiene esperanzados con que mejoren las relaciones entre los dos países.

“Esta experiencia ha sido particularmente impactante. Me ha permitido ver lo mucho que han hecho por aliviar la situación de los damnificados ya sea en la construcción de viviendas, la atención a los evacuados y la respuesta de las brigadas artísticas en campamentos y comunidades, entregando arte y cultura. Esto me da herramientas para volver a mi país y hablar con potestad de la diferencia entre la respuesta cubana a los huracanes y lo sucedido en New Orleans luego del Katrina que todavía tiene gente desamparada en las calles.

“Estoy convencido de que el capitalismo es lo peor que ha pasado en la historia —aseguró ante un auditorio de médicos, profesores y estudiantes de medicina en la que podría ser la primera de una serie de conferencias que el prestigioso doctor está dispuesto a impartir en todos los Institutos de Ciencias Médicas del país—. Soy comunista de corazón y les pido que sigan celebrando lo que han construido. En cada viaje a Cuba aprendemos cosas esenciales que luego compartimos con el mundo. Permanezcan alertas. No crean nunca que es válido ese modelo de sociedad que mi país intenta venderle al mundo. La verdadera riqueza está en las relaciones humanas y esas no abundan en Estados Unidos”.

EL PODER DEL AMOR

“En la historia de la ciencia, nadie ha podido demostrar los beneficios de estar molesto —argumentó el prestigioso doctor, embajador de Buena Voluntad de la UNICEF y admirador de José Martí—. Ninguna investigación ha verificado la importancia de la apatía, el maltrato o la frialdad. En cambio miles de proyectos han demostrado la efectividad del amor, la felicidad, la risa, la danza, la música. Ellas incrementan la secreción de endorfinas, activan todos los glóbulos inmunológicos, multiplican las células positivas que atacan las cancerígenas…”

“El amor, además, es la opción perfecta para terminar con las injusticias en el mundo, por eso propongo que lo estudien como mismo se hace con la diabetes, por ejemplo, pero con la ventaja de que cada instante puede convertirse en una oportunidad para experimentar.”

Patch Adams y la delegación que le acompañó ya está de regreso a su país y a los predios del Instituto Gesuntheit! —palabra que procede del alemán y equivale al ¡Salud que haya porque belleza sobra! que decimos los cubanos cuando alguien estornuda—. Desde allí sueñan con fundar un hospital “absolutamente gratuito y general, como en Cuba, donde sus trabajadores tengan como cualidades imprescindibles estar siempre felices, ser graciosos, cooperativos, considerados y creativos.”

Pero aun antes de partir ya hablaban del regreso: “Desde la primera vez descubrimos la importancia de la música y el baile para los cubanos, por eso en esta ocasión se nos unieron algunos músicos, pero hay muchos más interesados en llegar a lo que algunos consideran la “meca” de ritmos caribeños. Eso está pendiente”.

También tienen en proyecto la creación de escuelas de medicina en Camerún, Sierra Leona y Estados Unidos siguiendo el modelo de la Escuela Latinoamericana de Medicina y ese es otro de los motivos para “regresar lo antes posible”.

ARTÍCULO RELACIONADO

Apuestan por la risa como terapia contra el cáncer
Por Jorge García Orce y Odalis Riquenes Cutiño (Juventud Rebelde)

martes, diciembre 23, 2008

UN HIJO DE OBATALA PIDE POR LA REVOLUCION

Defensor de los logros sociales, babalao, diputado, músico... es Antonio Castañeda Márquez, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba

Por Iliana Hautrive (Trabajadores)
Foto: Joaquín Hernández Mena.


Alguien lee los signos de la Regla de Ocha: “nada limita a un santero para que mantenga principios y valores éticos en defensa de la Patria. Lo dicen nuestros mandamientos, muy semejantes en su esencia al concepto de Revolución”.

No son los orishas los que hacen la revelación. Antonio Orestes Castañeda Márquez, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, confiesa estar marcado desde niño por las ideas comunistas de su padre, y solo haber hecho en su vida trabajar, respetar y luchar en favor del mejoramiento humano.

No es creyente por tradición de generaciones. “Procedo de una familia de nivel medio: una abuela que lavaba para la calle; una madre enfermera; un padre trabajador de mantenimiento… Siendo muy niño siempre estaba al tanto de lo que decía la abuela, que a mi papá lo iban a matar. Era La Habana de la dictadura de Batista.

“En un viaje a Remedios, donde nació mi mamá, estuve toda una noche subido en una ventana a la intemperie, mientras mi hermana permanecía en una fiesta. Desde entonces se me resintieron los pulmones; los médicos aseguraban que no pasaría de los 22 años. El chofer de una de mis tías, que era babalao, y su esposa, también santera, me empezaron a asistir por la enfermedad, y me iniciaron como hijo de Obatalá. Fui el primero que llevó esta religión a la familia”.

¿Qué le deparó el triunfo de la Revolución?

“Era un adolescente. Nací el 13 de diciembre de 1946, y desde los seis años estudiaba clarinete, saxofón, flauta. A la vez asistía a la primaria y después a la superior. El hermano de mi padrastro había sido jefe de la banda de música de la policía de la dictadura, pero también había participado en acciones contra Batista. Después del triunfo de la Revolución, aquel mismo comandante Alberto Romaguera Valdés fue jefe de la banda de música de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). A mediados de 1959 yo formaba parte de las patrullas juveniles, y el tío me incorporó a la agrupación. Fui uno de los fundadores del Batallón de Ceremonias de las Milicias Nacionales Revolucionarias, y me desmovilicé de la PNR en 1961”.

La guitarra que cuelga en una de las paredes de su despacho revela su pasión por la música. Junto al instrumento, varios atributos religiosos y una imagen de la iniciación de la Regla de Ocha. Pudiera haberse dedicado de lleno a la religión durante casi cincuenta años, pero…

“Estoy formado en el trabajo, el antecedente más cercano es lo mucho que tuvieron que laborar mis padres para pagarme la escuela y las clases de música. Desde 1961 trabajé en varios cabarets de La Habana; cuando terminaba allí, seguía para la funeraria, donde fui desde cargador de ataúdes hasta tramitador en las oficinas. Además tenía licencia para trabajar por cuenta propia, y chapisteaba, arreglaba refrigeradores… Desde el 70 la vida laboral fue más estable; entré en Tropicana, y allí me jubilé en 1991. Sí, antes de cumplir 50 años, cuando ya estaba de lleno en la Sociedad”.

Insistencia para reconocer la asociación

El año 1976 marcó el inicio del movimiento para fomentar la Asociación Cultural Yoruba de Cuba. Entre los primeros estuvo Castañeda, quien asegura que fueron años de intenso quehacer hasta que el 17 de diciembre de 1991 el Estado cubano reconoció legalmente a esta institución religiosa.

“Fui primero secretario de relaciones internacionales, y tras el fallecimiento del presidente, Manolo Ibáñez, me eligieron para esta responsabilidad”.

Las palabras brotan cual torrente. Afable, excelente comunicador, experto en la materia, este padre de once hijos confiesa no haber obligado a ninguno a seguir sus pasos, aunque la mayoría de ellos son santeros. “Cada quien tiene sus propias convicciones; la religión es una cosa y los sentimientos y la conducta individual, otra. Para mí lo más importante es que cada quien sea una buena persona, con mandamientos honestos y una actitud correcta ante la vida y la sociedad. Yo mismo, no tengo un carné de militante comunista, pero lucho todos los días por ser mejor ciudadano y mejor revolucionario”.

¿Qué pondera en esos valores humanos?

“El respeto, el amor al trabajo, plantarse ante la más mínima injusticia, la exigencia. Alguien puede pensar que esta institución es particular, pero aquí nadie, como en ningún otro lugar, tiene derecho a apropiarse de lo que no es suyo”.

Transpira rectitud, ejecutividad, y continúa: “Mira, este edificio estaba en ruinas. En 1998, el Comandante en Jefe Fidel Castro se reunió con los representantes de todas las denominaciones religiosas del país, y cuando le tocó el turno a los yorubas, le solicité alguna ayuda para poder concluir esta obra, cuyo rescate costó unos dos millones de dólares y concluyó en el 2000. El Estado cubano nos donó 250 mil y varias obras artísticas que hoy se exponen en el Museo de los Orishas. El resto lo recibimos de otras instituciones religiosas, de ahijados, muchos residentes en el exterior: este último dinero ya lo devolvimos todo y ahora nos autofinanciamos con los servicios que prestamos y las contribuciones de los asociados, además de cumplir con los impuestos estatales. Como institución religiosa que somos, no nos debemos a la misma fiscalización de una empresa estatal, pero siempre digo que si en una cafetería hay que llevar 15 controles, aquí hacemos 16. En el 2004 solicitamos una auditoría y recibimos evaluación de excelente”.

Babalao desde 1965, no exhibe collares, manillas, y reconoce que la propia religión y su trabajo le han ido “endulzando” algo el carácter violento que confiesa tener, lo que contrasta con su rostro afable y su postura mesurada. Ferviente luchador por la unidad, se siente satisfecho de que ya sean más de 20 mil asociados, 26 instituciones en el exterior que responden a la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, y otras 20 en proceso.

El mandato de servir al prójimo

En la vida de este habanero, orgulloso de haber nacido en Maternidad de Línea y haber crecido en populosos barrios de Centro Habana, resalta otra arista. Esta reportera fue testigo de la aceptación por parte de los electores de su candidatura a diputado al Parlamento y de su intercambio con el pueblo a finales del pasado año.

“Yo estaba en el exterior en funciones de trabajo cuando me avisaron que estaba propuesto en la candidatura para diputados. Desde tiempos atrás muchos cubanos consideraban que la religión yoruba debía estar representada en el máximo órgano legislativo del país, pero que me propusieran a mí me sorprendió. Nunca he trabajado para que me den cargos. Mayor fue la sorpresa cuando conocí que había alcanzado el 89,148% de los votos de los electores de La Habana Vieja, por donde soy diputado. Hay que estar orgulloso de vivir en un país con un Parlamento tan plural. Es un privilegio y algo muy raro hoy en el mundo. Desde febrero, cuando comenzó un nuevo período de mandatos de la Asamblea Nacional, siento que soy mejor persona y puedo servir mejor al pueblo”.

Cada vez cuesta más dinero hacerse santo. ¿Qué opina de la práctica religiosa con fines de lucro personal?

“Es cierto que se han elevado los precios de los animales necesarios para las ceremonias; también hay quienes cobran precios exagerados por los servicios. Se dan casos de letras que dicen que no se pueden cobrar, y el santero viola este principio. La religión no es un medio de vida”.

El quehacer al frente de la Sociedad y sus prácticas religiosas, hechas por lo general en casa de su madre, con 90 años y enferma, a quien atiende con desvelo, ocupan la mayor parte del tiempo, sin descuidar sus tareas como cederista, miliciano…

Estos son días de mayor ajetreo en la Asociación. El primero de diciembre comenzó la preapertura de la letra del año. Explica que los 16 babalaos mayores, se reúnen, profundizan en las investigaciones, intercambian criterios, preparan la ceremonia.

Es preciso leer lo que revelan los 256 signos de la Regla de Ocha, los 101 caminos que tiene cada signo, y las más de 170 historias que tiene cada camino. Entre todos van conformando un consenso. Pasadas las doce de la noche del 31 de diciembre, comienza la ceremonia para revelar la letra del año, el primero en la mañana.

Para entonces, como siempre, habrá momento para hacer votos porque la Revolución cumpla 50 años y muchos más. “Sus logros, la salud, la educación, el empleo… no se pueden perder; yo defiendo a los que aman y luchan por mantener esas sagradas conquistas”.

miércoles, noviembre 05, 2008

MAGDALENA MENASSES, LA RUSA DE BARACOA

Alejo Carpentier se inspiró en ella para crear un personaje de su novela La consagración de la primavera

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

Magdalena Menasses Rovenskaya fue el nombre de la extraña bella y enigmática rusa que enriqueció la cultura y el nombre de la Villa de Baracoa.

En una reluciente casa anaranjada situada frente al mar, vivió Magdalena Menasses Rovenskaya, la artista rusa que llegó un día y se radicó en Baracoa después de mucho vagar por países y ciudades. De ella siempre se habla en la primada ciudad porque quedó en la memoria de sus pobladores tanto así que cuenta a modo de leyenda que durante la lucha y la clandestinidad, Fidel y el Che se sentaban en el hotel de La Rusa a hacer planes sobre el futuro de Cuba.

Alejo Carpentier se inspiró en la historia de La Rusa para crear uno de los personajes centrales de su novela La consagración de la primavera. El personaje se llama Vera.

Magdalena Menasses fue definida por alguien como "una cosa parada entre el sueño y la vida". Su extraordinaria belleza y el misterio de su estadía en el poblado, hicieron que a su alrededor se tejieran leyendas a las que la rusa nunca dio importancia.

Ella, Magdalena Menasses era hija de un militar zarista ajusticiado en la Revolución de Octubre. A partir de entonces, acompañada de su madre primero y luego de su esposo, con quien se había casado en 1924, siendo este un diplomático ruso en Turquía, inició un largo peregrinar por el mundo buscando un lugar para asentarse, hasta llegar a Baracoa, donde fue tomada indistintamente por una artista y una espía.

En realidad llegó a Cuba en mil novecientos veintinueve con el propósito de hacerse cargo de los negocios que dejó al morir un pariente de su esposo; pues Baracoa experimentaba entonces un gran auge económico debido a la producción bananera de principios del Siglo XX. El matrimonio, con el transcurrir del tiempo, se hizo dueño de un café, una tenería y una pequeña propiedad agraria, negocios que no continuaron en los años cincuenta, cuando, robándoles el espacio a las tunas y uvas caletas de la costa, construyeron el hotel Miramar, terminado en 1953, frente al malecón de Baracoa, llamado desde entonces por el sobrenombre de La Rusa, como aún se le conoce. Baracoa ejerció su especial embrujo sobre esta elegante mujer y a la vez la atractiva rubia hechizó a sus pobladores.

El hotel centraba la vida de la ciudad: pues a él llegaban muchos comerciantes, negociantes norteamericanos asentados en la base naval de Guantánamo y Nicaro, y se dice que hasta el actor Errol Flyn fue uno de sus huéspedes.

Magdalena Menasses, quien fuera una mujer muy culta y refinada, adoptó en mil novecientos cuarenta y cuatro la ciudadanía cubana y desde su llegada jamás volvió a salir de Cuba, aunque sí viajó intensamente por el interior de la Isla, acompañada de su esposo y de su hijo. En su juventud poseyó una hermosa voz. París le abrió las puertas donde como Mima Rovenskaya, exhibió sus dotes de bailarina y pianista. Su educada voz de soprano, cuyo lirismo le ganó importantes espacios: el Gran Teatro de la Opera en Francia; la Opera de Milán, en Italia; Las Palmas de Canaria y Madrid, España... Su amplia cultura abarcó el conocimiento de varios idiomas: ruso, alemán, francés, italiano, portugués, inglés y español.

En La Habana La Rusa conoció la Acera del Louvre y la intelectualidad cubana de la época, además de ofrecer exitosos conciertos

La prosperidad individual no la enajenó, y sufría mucho por la abandonada población que la rodeaba y se identificó con los jóvenes que combatían a la tiranía de Fulgencio Batista desde 1953. Los ayudó con dinero, medicinas y así terminó involucrada en un proceso revolucionario que tiene el mismo sello del que tanto huyó desde principios del siglo XX en Rusia.

Su esposo Albert falleció en 1956, mientras cantaba un aria para ella en la habitación de un hotel en Santiago de Cuba.

En el registro de alojamiento del hotel La Rusa aparecen los nombres de Fidel, Celia y Antonio Núñez Jiménez fechados el 29 de enero de 1960; también están las firmas de Ernesto Che Guevara, Raúl Castro, Vilma Espín y Aleida Guevara, el 25 de mayo de 1961.

La rusa sólo vivió 13 años en Rusia, pasó unos seis años viajando y el resto del tiempo vivió en la Isla, principalmente en Baracoa, a cuya tierra dedicó más de las dos terceras partes de su existencia.

Con el triunfo de la Revolución Cubana, la rusa se incorporó al proceso como una cubana más. Magdalena fue miliciana, federada, cederista; donó sus valiosas joyas, oro, plata, 25 mil dólares y el hotel que hoy, como sus fortalezas, distingue y marca una etapa de la historia de la Primera Villa de la Isla de Cuba, en la que inscribió su nombre como una de las más universales mujeres de Baracoa.

Murió la Rusa el 5 de septiembre de 1978, pero para entonces, como un epitafio, había declarado según una revista de la época: “Yo no sé la edad que llevo porque a mí el tiempo no me importa; lo único que sé es que voy perdiendo la belleza; la vida es ganar y perder, y muchas veces se pierde para ganar. Yo he perdido mucho; el otro día quise decir florero en mi idioma y no hallé la palabra rusa, pero gané una Revolución hermosísima”.

martes, octubre 07, 2008

ESPEJO DE PACIENCIA, RELATO FUNDADOR DE LAS LETRAS INSULARES

La más antigua muestra de poesía hecha en Cuba

Por Jesús Risquet Bueno (Trabajadores)

Espejo de Paciencia es el primer texto literario que se conoce en la literatura cubana, de la autoría de Silvestre de Balboa alrededor del año 1608, donde aparecen de manera temprana múltiples elementos identitarios de la cubanía.

El escribano del cabildo don Silvestre de Balboa Troya y Quesada, basó el argumento de esta obra en la visita que realizara por abril de 1604 el Obispo Juan de las Cabezas Altamirano a las haciendas de Yara en los alrededores de Manzanillo, en el oriente de la Isla, y la decisión de apoderarse del prelado por parte del corsario francés Gilberto Girón, quien se encontraba al frente de su bergantín fondeado en la bahía donde se acostumbraba hacer comercio de rescate.

La historia nos cuenta, y por supuesto el propio poema, que al saber del secuestro, los vecinos de Bayamo, una de las primeras villas cubanas, muy indignados prepararon una partida para hacerles frente a los intrusos secuestradores.

El encuentro devino encarnizado combate que culminó con la muerte del corsario francés a manos del negro Salvador Golomón y la libertad del Obispo.

Espejo de Paciencia, la más antigua muestra de poesía hecha en Cuba, sobrevivió al gran incendio de 1616 que arrasó con la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey.

Fue publicado íntegramente por vez primera este poema en la segunda edición de la Bibliografía Cubana de los siglos XVII y XVIII.

Desde que apareció la primera referencia a Espejo de Paciencia se han planteado diferentes hipótesis. En algunas de ellas se duda de la existencia del autor, en otras del hecho, pero en su mayoría coinciden en que es el primer poema cubano.

Su autor, Silvestre de Balboa Troya y Quesada, nació en las islas Canarias en 1563, era lo que hoy llamaríamos un isleño aplatanado y eso se aprecia en la cordialidad y el afecto con que sus vecinos camagüeyanos le dedican varios sonetos laudatorios, así como el gusto con que en el poema este nombra y saborea las frutas y los peces de nuestra isla, y el encanto que halla en identificarse espiritualmente con todo lo cubano; fue escribano público de Puerto Príncipe, donde creó este poema o canto épico-heroico con base histórica.

En Espejo de Paciencia se utiliza por primera vez la palabra criollo para designar al nativo de la Isla, hay un fuerte sincretismo religioso y cultural al hacer referencia a los ritos africanos, aborígenes, se le ofrecen frutas al Obispo por las deidades occidentales en paisajes caribeños. Además se hacen loas a la fortaleza física del negro. Aquí por primera vez un negro en Cuba fue protagonista de una obra literaria pues en esa época Silvestre de Balboa retrató la hazaña de Salvador Golomón en el combate librado contra los corsarios como algo grandioso.

martes, agosto 26, 2008

DONDE SE HABLA DE TORTUGAS Y MAR

Voluntarios en Guanahacabibes para integrarse al Proyecto de estudio y conservación de tortugas marinas

Por Leslie Salgado (Trabajadores)
Foto: René Pérez Massola

Llevamos rumbo oeste. A nuestro paso aparecen pueblos y asombros. Rostros que pudieran pertenecer a cualquier lugar de Cuba. Pero por estos lares las casas de tabaco, diseminadas cual semillas, hacen la diferencia.

“Llegaron los tortugueros”, oímos a nuestro paso. La frase podría horrorizar a un especialista, pero de Sandino a La Bajada todos conocen de los muchachos que vienen a encontrarse con la soledad, el mar y las tortugas.

Durante 15 días, la península de Guanahacabibes será el hogar de alrededor de 30 voluntarios, que se diseminarán por siete de sus playas.

Formamos parte del proyecto universitario de estudio y conservación de tortugas marinas, auspiciado por la Universidad de La Habana y liderado por la Doctora María Elena Ibarra, directora del Centro de Investigaciones Marinas (CIM).

PLAYA ANTONIO O EL PARAÍSO

Para el primer grupo el viaje termina a unos 25 km de la entrada a la península.

Son alrededor de las 10 de la mañana y un cartel anuncia que hemos llegado a Playa Antonio, la primera de las ocupadas por el Proyecto. Bajamos de la guagua con una mezcla de excitación y nerviosismo.

“¡Que no se quede nada! ¿Quién cogió las casas de campaña? ¡Que no se olviden los pomos de agua!”

Un camino de filoso dienteperro nos conduce hasta el borde del farallón.

“No te entretengas, muchacha, que si te caes aquí...”, me advierte René. La travesía con las espaldas cargadas se hace difícil. Justo donde termina el camino de navajas comienza el paraíso.

En el campamento rústico: un bohío de guano y horcones de palma junto a la playa, nos esperan los voluntarios que debemos relevar. Encontramos caras repletas de felicidad, mezcladas con sol y múltiples picadas.

“Los viejos” nos dan el primer tour por la playa. Entregan las planillas con los resultados de la temporada; comentan sus experiencias y también ofrecen una mano para seguir bajando bultos y más bultos. Ahora, queda tiempo para un tema esencial.

“¿Cómo estuvieron los jejenes?” Si el “ventilador” (se refieren a la brisa marina) no se detiene, los jejenes se esfuman y los mosquitos son apenas una leve molestia, nos comentan.

Lo contrario supone que las horas nocturnas se hagan eternas. La plaga de insectos obliga a cubrir cada centímetro del cuerpo para salir a “playear”.

Solo un hecho puede sustraernos de la molestia infernal: la llegada de una tortuga.

Nos quedamos con las explicaciones; “la mano” la devolvemos cuando los ayudamos a llevar su “campamento” hasta la carretera. Durante los 15 días siguientes vigilaremos cada noche a la espera de nuestras singulares visitantes.

DE PLAYAS Y NOCTURNIDAD

A las 10 de la noche comienza la vigilia y cada 45 minutos recorremos la playa hasta el amanecer. Sin el favor de la luna se puede hacer muy difícil no confundir una roca o la vegetación con una tortuga, solo su rastro fresco sobre la arena es exclusivo. Aprenderlo requiere observar con cuidado.

Olivia Escotado, una bióloga llegada de Tenerife, Islas Canarias, y René, cuyas fotos acompañan este relato, son los novatos de la temporada. Para ellos es aún demasiado pronto... “¿Eso es una piedra o una tortuga?”, “Yo creo que sí, mira, mira, mira se está moviendo, caballeros despacio...!” Se trataba apenas de una enorme piedra. La segunda noche nos traería mejor suerte.

Sobre las 12 de la madrugada siguiente, el campamento está en plena actividad. Dos tortugas verdes (Cheloniamydas), las más frecuentes de julio a septiembre, decidieron “subir” casi a la vez. “Tienen que estar atentos —nos habían dicho durante la conferencia preparatoria en el Centro de Investigaciones Marinas (CIM) — solo cuando termine de hacer la ‘cama’ ustedes comienzan a trabajar.

“...Lo más recomendable para contar los huevos es poner la mano debajo de la cloaca de la tortuga. Van a sentir una sustancia gelatinosa, pero no deben parar...

“Noventa y dos, noventa y tres, noventa...”, y sigue la cuenta. ¡Las tortugas verdes ponen de 70 a 140 huevos aproximadamente! Mientras, Joicye Hernández (el coordinador de la temporada) mide la tortuga, la revisa en busca de filopapilomas u otras anomalías; chequea la existencia de la marca (una presilla colocada en la aleta derecha que la reconoce como una tortuga de las que anidan en estas costas).

Dos tortugas en una noche suponen mucho trabajo, pero también que las horas se vayan volando. El amanecer llega urgente. Aquí, donde se pone el sol en Cuba, “suele despertar muy guapo”, como diría Olivia.

Después de una madrugada tan agitada nos merecemos un buen desayuno.

René batalla con el carbón. Aunque la zona es una productora por excelencia de este combustible parece que no hemos tenido suerte. O no sabemos prenderlo. Los hombres nunca admiten no saber algo. “A ver, déjenme a mí”, lo aliento. Minutos después la llama constante del carbón es una invitación perfecta para el té.

Quien piense en mañanas de total aletargamiento se equivoca. Cada dos horas debemos tomar las temperaturas de algunos nidos, parte imprescindible de un estudio realizado por la investigadora Julia Arranza, del CIM. Hoy corresponde además “señalizar” los nuevos con algunos datos: número de nido, especie de la tortuga, cantidad de huevos y fecha van dentro de un pomo o botella amarrado a un palo, que a través de una guía conduce directo al nido. Así aprovechamos los desechos que el mar devuelve al hombre: diariamente recalan sobre estas costas sogas, botellas, pomos plásticos (la más inimaginable evidencia de inmundicia humana).

Mantener la playa limpia forma parte de la labor de los voluntarios. “No se hace como parte de un plan”, aclara Joicye, quienes vienen aquí tienen por lo general una elevada conciencia ambiental.

Enterramos los desechos; los papeles y cajas van al fuego. Al final cada equipo debe llevarse los desperdicios acumulados durante la temporada.

En medio de tanto quehacer siempre queda algún tiempo para leer y extasiarse un poquito. Pero ya vemos venir una nueva “misión”. Por las fechas de los nidos uno y dos, pronto tendremos nacimientos.

DONDE COMIENZAN LA SOLEDAD Y LA VIDA

¡Hay que cercar bien los nidos! Cualquier cosa sirve, desde elementos naturales hasta restos de cajas. Lo importante es no dejar espacio para que las tortuguitas al nacer queden a la merced del voraz apetito de cangrejos y aves.

Los nidos uno y dos, marcados a finales de junio, son ahora el centro de atención. Después de cercarlos, velamos, pasamos, relevamos, descansamos... hasta que un grito nos hace volar.

“¡Vengan que están saliendo!” Juro no haber visto algo más naturalmente hermoso que esas cabecitas asomándose a la vida.

Con delicadeza, revisamos sus diminutas anatomías, tomamos notas de las malformaciones (si existen) y de sus medidas. Tan pronto como podemos las dejamos libres. No importan dónde estén, la brújula genética les enseña el camino a su mundo. Estremece el espectáculo de las pequeñas contra las olas, mar adentro, como quien tiene prisa por crecer. Quedamos solos otra vez. En el nido hay algunos huevos infértiles y otros infestados que también contamos.

Las tortuguitas se convierten en pequeños puntos sobre las olas. Ahora, solo se escuchan viento y mar.

martes, agosto 05, 2008

EL PORQUE DE SU AUSENCIA

Por Jorge Rivas Rodríguez (Trabajadores)

“Si algo me complace verdaderamente es constatar el aprecio del público hacia mi trabajo. Ha sido un aliento determinante y, claro, también una responsabilidad perenne. Puedo hablar de apoyo constante de los espectadores. Ese es el mayor estímulo que puede poseer un artista”.

Tal afirmación fue hecha por el Premio Nacional de Teatro 2004, Héctor Quintero, uno de los pocos, en la historia de la dramaturgia nacional, que ha logrado prolongados llenos totales con sus representaciones en diferentes salas de la Isla, con públicos heterogéneos, que se ha visto reflejado, en muchos personajes creíbles y estremecedoramente humanos de puestas en escena como Contigo pan y cebolla, El premio flaco, Sábado corto, Te sigo esperando o El lugar ideal, por solo mencionar algunas.

Ese auditorio ávido por disfrutar de la obra de Quintero, nutrida del teatro social costumbrista con buen nivel de comedia y melodrama, disfrutaba cada año de uno o más títulos del amplio repertorio de este creador, sobre todo en los meses del verano, cuando algunas de las salas de la capital incluían en sus carteleras piezas escritas y dirigidas por él.

Sin embargo, desde que se presentaron, hace ya más de un año, tres antológicos monólogos suyos, se siente la ausencia de la obra de Quintero. Ese fue su último espectáculo, el cual tituló 3 en 1 y estaba conformado por los unipersonales Antes de mí: el Sahara, Aquello está buenísimo, y Una mujer sola, de Darío Fo, “en una libérrima versión que realicé sin permiso del Premio Nobel”, dijo.

Para este período vacacional muchos espectadores reclaman la reposición de algunas de sus piezas.

En tal sentido, Quintero explicó que “la mayor parte de mis producciones, en lo referente a escenografías, estaban guardadas en el local del antiguo cine Olympic, en Línea y A, el Vedado. Este espacio ha sido destinado para la construcción del teatro Raquel Revuelta, hecho que nos complace a todos y que considero un acto de justicia. Pero resulta que hace poco llegó allí un camión, cargó con todo lo que había y no he logrado saber el destino de todo ello, sin que hasta ahora haya encontrado una explicación sensata de algunas de las personas vinculadas con esta responsabilidad. ¿Conclusión? Estoy paralizado en contra de mi voluntad y son estas las razones por las cuales me hallo ausente de las carteleras teatrales”.

Registrado como uno de los autores cubanos contemporáneos cuyas piezas se encuentran entre las más traducidas y escenificadas en diferentes latitudes, Héctor Quintero apuntó, además, que su mayor insatisfacción pudiera reducirla a dos aspectos fundamentales: “1) La desaparición del teatro musical como género permanente en nuestra vida teatral sobre todo a partir de que decidí abandonar la dirección del Musical de La Habana en 1988. 2) La inactividad o poca actividad que despliego en la actualidad cuando aún poseo energías y creo encontrarme en plena madurez como creador”.

Hace poco más de un año fue presentado, en dos tomos, el título Teatro escogido y otros textos, de Quintero, volumen publicado por Letras Cubanas y que constituye “lo más abarcador de mi obra que hasta el momento existe. Sin embargo, este libro no ha representado para mí nada más por encima de la importancia ya señalada y su valor en términos de futuro”.

En 1994 el afamado intelectual escribió y dirigió la telenovela El año que viene —una de las de mayor aceptación en todos los tiempos—. Al respecto consideró que “cualesquiera de mis obras teatrales pudieran llevarse a la TV sobre todo en estos momentos en que algunos temas y situaciones han dejado de ser tabúes para ese medio específico. Yo no pondría reparos si se respeta la esencia de mis argumentos. Pero hay situaciones de otro tipo que frenan esta posibilidad y que están vinculadas a limitaciones económicas”.

Sobre la posibilidad de adaptar sus creaciones teatrales a otros medios fuera del teatro, enfatizó en que le ha hecho “muy feliz la decisión de Juan Carlos Cremata de llevar al cine mi pieza El premio flaco. Actualmente esta obra se representa en Bulgaria, país donde ya fue estrenada hace más de 20 años, así como Contigo pan y cebolla también se repite en Venezuela, Ecuador y Panamá”.

Considerado uno de los más importantes dramaturgos comediantes del teatro cubano, el quehacer de Héctor Quintero, fundado a partir de la pieza antológica Contigo pan y cebolla, constituye la más fértil continuidad de lo mejor del teatro vernáculo cubano de finales del siglo XIX e inicios del XX. A través de la vivacidad de los diálogos de sus personajes, en los que de vez en cuando aparece algún toque propiamente atribuible al humor negro, su obra puede calificarse, en conjunto, como intensa interiorización dramática en la vida social contemporánea, a través de situaciones creíbles que muy poco tienen que ver con el chiste puntual o trivial para erigirse en pura identidad.

jueves, abril 03, 2008

ALEXIS DIAZ-PIMIENTA: “EN ESA FIESTA QUE ES MI LIBRO, CABEMOS TODOS”

Su poemario Fiesta de disfraces acaba de alcanzar en Murcia, España, el I Premio Internacional de Poesía Los Odres

Por Pedro Péglez González (Trabajadores)

Aunque casi siempre se le “encasilla” como decimista —a causa de su imagen más visible como poeta repentista— Alexis Díaz-Pimienta (La Habana, 1966) es un escritor de una integralidad que merece más atención. Sus desempeños, por ejemplo, en la narrativa y la docencia literaria, aún esperan por una valoración detenida.

La amplitud de su obra poética, además de la escrita en décimas, resulta prácticamente desconocida. Esto salta a la vista —acaso como la punta de un iceberg— en las apreciaciones que le pedimos, a propósito de su reciente premio alcanzado en España.

¿Cómo está estructurado Fiesta de disfraces? ¿Hay en el libro décimas, sonetos, poemas en versos libres?

Fiesta de disfraces está estructurado como un libro unitario, sin subdivisiones, un libro extenso, de 63 cuartillas, con 32 poemas, y de ellos uno solo es en décimas (y aclaro esto porque recuerdo que la primera vez que gané un premio de poesía en España, el Belmás, con Cuarto de mala música, algunos colegas me felicitaban en Cuba, sorprendidos, porque “no sabían que la décima gustaba tanto en España”, como si yo solo escribiera décimas, como si aquel fuera un libro de décimas, y ahora que lo pienso, en Cuarto... no hay ni una sola décima; bueno, ya sabes, el peso del encasillamiento, de la TV y el repentismo); pues bien, en Fiesta... hay un poema en décimas, un poema en serventesios, y un largo poema final de 14 sonetos; el resto, 29 poemas, son textos en verso libre, pero muy variados también dentro del verso librismo, desde poemas escuetísimos, casi epigramáticos, hasta poemas muy extensos, de versos libérrimos y tono prosaísta. En fin, un libro muy variado en la forma, en el tono y en los temas que toca.

¿Predomina en él tu acostumbrado aliento en que las herramientas escriturales de la postmodernidad obran en favor de una expresión de cubanía que no soslaya la cotidianidad?

No sé, eso lo dejo a ustedes, los críticos. Además, yo creo que soy más experimental, más aventurero en la décima escrita que en “la otra” poesía escrita. Tal vez porque la décima estaba más necesitada de contemporanizarse, necesitaba más vestir ropas nuevas, y por eso todos nos lanzamos de cabeza a la boutique de las nuevas estéticas. Además, te confieso que yo nunca he entendido bien las claves de la postmodernidad, ni las de la cubanía, ni siquiera las de la cotidianidad.

Perdóname, no quiero que esto parezca una impertinencia mía, pero yo sigo haciéndome la misma pregunta que me hacía hace 20 años: ¿qué es lo postmoderno? Y cada día me pregunto más si no pecamos demasiado al colgarle ese apellido a todo.

Del mismo modo que me pregunto si no sobreactuamos demasiado al intentar hallar cubanía en todo lo que hace un cubano. Recuerdo que cuando yo escribí En un lugar de la Mancha, mi versión en verso de Don Quijote, algunos periodistas hablaron del Quijote cubano, y de la cubanía que hay en ese libro. Y yo me decía: ¡¡pero por Dios, si todo lo que está escrito ahí lo ha escrito Cervantes, y todo ocurre en la Mancha, y en el siglo XV!! ¿Cómo puede haber cubanía ahí?

Fiesta de disfraces no es un libro lleno de cubanía, no lo creo; hay poemas que hablan de La Habana y yo soy cubano, sí, pero hay otros poemas, la mayoría, que no hablan de ningún lugar específico, o sí, hablan de un lugar abstracto, llamado Yo, hablan del Yo como lugar, del espejo y el rostro y las máscaras como lugares cotidianos, peligrosos y muy socorridos; habla del enmascaramiento, y de las falsas apariencias, y de las dualidades, temas bastante recurrentes en mi obra.

En esa fiesta que es el libro, ya lo verás, cabemos todos: cubanos y españoles y rusos y zulús y escandinavos.

Es la Fiesta del no-rostro, la fiesta del no-yo, la fiesta del yo-falso. Tendrás que leer el libro para darte cuenta. Y en cuanto a la cotidianidad, no lo sé tampoco, pero no lo creo. Tú sabes más que yo de todo eso, tú lo ves todo desde fuera, como crítico y periodista que eres, además de poeta. Estos son poemas extemporáneos, por lo tanto, la cotidianidad es tangencial y relativa.

La cotidianidad, la cubanía y la postmodernidad son conceptos escurridizos para aplicarlos a la poesía, quizá en la narrativa, en la novela y el cuento tengan más sentido.

A tu modo de ver, ¿qué de nuevo aporta Fiesta... a tu obra escrita, ya notablemente amplia?

Este libro es una pieza más del puzzle, solo eso. Yo creo, como Romualdo Írsula, que uno en definitiva escribe un solo libro a lo largo de la vida, y cada uno de los libros que publica constituye un capítulo determinado de ese libro total. Fiesta de disfraces es eso, un capítulo, una pieza poética del puzzle que es mi obra toda, un poemario que entronca perfectamente con otros libros míos, no solo con los dos que dije anteriormente, sino también con Yo también pude ser Jacques Daguerre, un poemario donde el tema del Yo y de las identidades es protagonista; o incluso con una de mis novelas, Maldita danza, donde el tema de las apariencias y la lucha de la protagonista contra los tópicos y los encasillamientos es una constante.

miércoles, marzo 19, 2008

RAZONES PARA EXISTIR

Por Yimel Díaz Malmierca (Trabajadores)
Foto: Eddy Martin

En La Habana de principios del siglo XVII no abundaban los buenos partidos para las doncellas casaderas. Los padres, temerosos del vicio y la pecaminosidad reinantes en la villa cargada de tabernas, mercados y pícaros de diversa latitud, solicitaron a la Corona autorización para construir un Convento que custodiara, en cuerpo y alma, a las infelices doncellas que no encontraban marido.

El permiso tardó 30 años, pero finalmente el primero de noviembre de 1638 el entonces gobernador general de la Isla, Don Fernando Riaño de Gamboa, puso la primera piedra. Seis años después comenzó a habitarlo un grupo de monjas clarisas llegadas de Cartagena de Indias.

Desde entonces un aura de misterio rodeó la torre, el campanario, los tres claustros silenciosos y hasta el patio colonial interior donde no podían faltar la fuente y el aljibe.

El convento de Santa Clara también tuvo huerto y cementerio, sitio de enterramiento de las religiosas aun después de las prohibiciones del obispo Espada cuando, en 1806, creó el primer camposanto de la ciudad.

Llegado el siglo XX la barriada de La Habana Vieja se tornaba cada vez más bulliciosa y menos propicia para los votos de clausura de las monjas clarisas. Decidieron trasladarse entonces hacia una nueva sede en la tranquila y apartada vecindad de Lawton. El edificio fue vendido a una inmobiliaria y comenzó su tortuoso peregrinar por la historia de una república mediatizada por los fraudes y los sobornos.

LA PROTESTA DE LOS 13

“Perdonen la presidencia y la distinguida concurrencia que aquí se halla –exclamó serenamente un muchacho flaco y rubio— que un grupo de jóvenes cubanos, amantes de esta noble fiesta de la intelectualidad, y que hemos concurrido a ella atraídos por los prestigios de la noble escritora (Paulina Luissi) a quien se ofrenda este acto, perdonen todos que nos retiremos. En este acto interviene el Doctor Erasmo Regüeiferos, que olvidando su pasado y actuación… ha firmado un decreto ilícito que encubre un negocio repelente y torpe…”

El muchacho, de más está decirlo, era Rubén Martínez Villena —después importante líder sindical—, quien acompañado de otros intelectuales —en realidad eran 15, pero dos no firmaron la protesta publicada al día siguiente en el Heraldo de Cuba— asentaron en la historia de Cuba el primer llamado cívico a la protección del patrimonio.

El Secretario de Justicia los acusó de injurias y solicitó la pena máxima para este delito: ciento ochenta días de cárcel. Fernando Ortiz asumió la defensa. Regüeiferos no pudo con la presión popular y las denuncias en la prensa y a finales de marzo renunció. No obstante, los jóvenes encausados debieron presentarse todos los lunes, hasta mediados de 1924, en el juzgado donde se puso la demanda contra ellos.

PREDICAR CON EL EJEMPLO

Luego de tamaño escándalo, el recinto fue utilizado con diversos fines: sede de un congreso médico, de una exposición de industrias y comercio, oficinas, talleres y almacenes.

Después de 1959 acogió al Ministerio de Bienestar Social, más tarde al de Educación, posteriormente a una dependencia del Consejo Nacional de Cultura hasta que al final se convirtió en sede de una institución comprometida precisamente con la protección del patrimonio: el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología (CENCREM) adscrito al Consejo Nacional de Patrimonio del Ministerio de Cultura.

En 1982, con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, iniciaron las obras de recuperación y restauración de esta valiosa edificación a partir de un proyecto de la doctora Martha Arjona. En la actualidad el inmueble está siendo intervenido nuevamente con el propósito de alargar aún más su vida.

Desde su fundación el CENCREM ha realizado investigaciones e implementado proyectos de rehabilitación patrimonial en toda la Isla. Valioso ha sido también su aporte a la formación y capacitación de miles de especialistas de América Latina y el Caribe, labor por la cual la UNESCO lo nombró, en 1995, como Cátedra Regional para la Conservación Integral del Patrimonio Cultural.

Uno de los requisitos para mantener tal condición es celebrar, cada dos años, un evento que devenga espacio de debate entre especialistas tal como sucederá, a partir de este martes y hasta el viernes, en el Palacio de Convenciones.

Temas vinculados al entorno ético y jurídico en la defensa y protección del patrimonio, a la economía, las inversiones en las zonas que requieren protección especial, así como la gestión y el manejo de los valores espirituales y bienes culturales, serán abordados por los casi 500 delegados que asistirán al evento, en cuyo espíritu radica la esencia de un nuevo paradigma de patrimonio que se va imponiendo en el mundo moderno; no se trata de conservar a toda costa ni de convertir los sitios patrimoniales en destinos turísticos, sino de entender el asunto como raíz de la cultura y de la sociedad, como un tesoro que aporta recursos para vivir, pero, sobre todo, razones para renovarnos y existir.