PALABRAS QUE VAN Y VIENEN
El buen uso del idioma
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)
Recibo muchas cartas, me gustaría que conocieras la siguiente:
Estimada Celima Bernal:
Ante todo quiero agradecerle su labor en pro de nuestro idioma, la cual sigo con atención.
Le pido tenga paciencia para leer esta breve descripción, no exagerada, de una conversación que escuché entre dos jóvenes cuyo contenido expresa de por sí el propósito que me anima a escribirle:
«—Él se montó en la moto normal, arrancó normal, aceleró durísimo y cuando llegó a la esquina vio que la calle se acababa y había un río».
«—¿Y qué hizo?, preguntó el otro joven.
«—Na’, normal, metió un corte normal y se regó en el piso. Entonces vino la gente, luego lo recogieron normal y lo llevaron pa’l hospital, normal».
¿Economía o falta de recursos expresivos? Lo más preocupante es que esa forma de hablar se escucha cada vez con mayor frecuencia entre los jóvenes y entre otros menos jóvenes en distintos lugares. Sería bueno que se abordara este asunto, incluso que se pudiera satirizar esta forma de hablar en las secciones humorísticas de nuestra prensa, o en cortos de radio o televisión, en fin hacer algo porque ese facilismo expresivo y otras formas similares no sigan proliferando en nuestra población.
Le ruego dispense cualquier gazapo de este admirador suyo, no avezado en asuntos de letras.
Atentamente, Raúl Álvarez Valdés (a título personal)
Reciba mi gratitud por esas palabras tan generosas. Es muy interesante su mensaje, y de veras, no encontré ningún error en él. Coincido en que debemos hacer hasta lo imposible para mejorar el lenguaje de, como dice usted, los jóvenes y los menos jóvenes.
No nos crucemos de brazos.
LA RESPUESTA DE HOY
Silvio García sabe que el plural de virus no es «víruses»; se dice: ese virus, esos virus. Un amigo le asegura que está equivocado; pues no, Silvio anda en lo cierto.
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