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domingo, febrero 17, 2008

ANDARES DE CATALANES

Tradiciones y saberes en una institución que privilegia el intercambio cultural

Por Sahily Tabares (Bohemia)
Fotos: Jorge Valiente

No es un secreto que cada pueblo tiene su peculiar proceso de enriquecimiento. En el nuestro, la emigración catalana influyó desde el siglo XIX. Los apellidos Oller, Floriac, Saladrigas, Borges, Gispert, Molinet y Brau, entre otros, forman parte de árboles genealógicos que crecieron en la Isla.

El recuento histórico permite ese intenso viaje de conocimiento, imprescindible para todo ser humano. De hecho, la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña (Consulado 68, Centro Habana), la más antigua del mundo en su tipo —data de 1840— influye de manera decisiva en el necesario resorte de tender puentes entre naciones, a partir de su amplio caudal de sabiduría sobre la tierra de muchos de quienes se asentaron en Cuba y sus descendientes.

En el fascinante archivo de esta institución consta que durante años surgieron en la mayor de las Antillas asociaciones patrióticas, benéficas y recreativas catalanas, como resultado de los vínculos comerciales que establecieron ambos países. En 1907, nació en Santiago de Cuba la entidad Catalunya Grop Nacionalista Radical, y en Guantánamo, cuatro años más tarde, el Blok Nacionalista Cathalonia, con su misma orientación. Ambos núcleos, y el Centro de Catalá de La Habana, realzaron en 1928 el viaje de los patriotas Francesc Maciá y Ventura Gassol a la Isla, donde redactaron la constitución independentista.

En la memoria del maestro del lente Jorge Oller Oller, presidente de la Sociedad, ocupan lugares prominentes los aportes del abuelo mambí, José Oller Aragay, la familia que creó, y las vivencias acumuladas durante más de 50 años de notable ejercicio en la profesión, que lo han hecho acreedor del Premio Nacional de Periodismo José Martí.

"Mantener las tradiciones de la cultura catalana es la razón de ser de nuestra institución. Cerca de mil 500 asociados sin límite generacional comparten la oportunidad de conocer mejor el vasto universo del conocimiento, que incluye la historia y lo más autóctono del ser y hacer catalán."

Según destaca, comparte esta responsabilidad con varias personalidades, que desde diferentes funciones en la directiva, dinamizan la vida de la Sociedad.

"Al empeño de amigos en Cuba, y en Cataluña, debemos este logro. Lo hace posible la dedicación de muchas personas, algunas ya no están físicamente a nuestro lado, como Andreu Navarro, pero su energía creativa continúa impulsando este proyecto identitario, artístico. Sobre todo motiva la satisfacción de reconocernos de ambos países, de alimentarnos tanto de la raíz como del árbol."

La soprano Leila Benson, directora de cultura, hace énfasis de la diversidad de espacios con que cuenta la sede.

"Las opciones variadas, participativas, tienen en cuenta a la familia en conciertos, juegos, conferencias, fiestas tradicionales. Es difícil mencionar a todos los expertos que nos acompañan en actividades literarias, musicales, teatrales, danzarias, de artes plásticas, proyecciones de documentales y filmes."

La comunión de intereses en beneficio de la satisfacción espiritual, con amplia repercusión en la comunidad, descuella entre los aciertos de la dinámica institución.

Al afán por aumentar los títulos de la acogedora biblioteca, que motiva a las hermanas octogenarias Mercedes e Isabel Rubira D'Irichitty, se suman la dedicación de María Dolores Rosich Leal, y la pasión que comparten Pilar Hernández junto a la actriz Herminia Sánchez en la dirección de los grupos de teatro infantil y para adultos.

En la atmósfera creativa reinante en el recinto resultan decisivos los desvelos de la pianista Carmelina Muñoz en el rescate de géneros musicales y en el acompañamiento de cada concierto; de Alina Herrera, al exhibir lo más relevante de la documentalística y de la filmografía catalana y universal en la sala de video; de Luisa Robot, al frente del archivo; el amor de Lina Milián por el bolero; de Lalo Valdés, el grupo Voces de Ultramar y Genoveva Blazco hacia las habaneras; y del actor Luis Eduardo Cura

Sin dudas, el empeño sistemático, infinito, de los nombrados y los por nombrar, la mayoría, hacen de la Sociedad Catalana, ese lugar donde tan bien se está.

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