Angel cuenta su historia
Por Francisco Valdés Alonso (Guerrillero)
A pesar de tantos años de ocurridos los hechos que narra, la conversación con Ángel Eros Sánchez, una mañana de miércoles en su residencia del Vedado, se convirtió para este redactor en una interesante clase de historia.
Asaltante al Palacio Presidencial, acusado en el juicio a los moncadistas, presidente de la Juventud Ortodoxa en Guanajay y designado para traer a San Juan y Martínez la copia hecha a máquina de La historia me absolverá, entre otras misiones importantes, hicieron que el diálogo con Ángel tuviera gran emotividad y simbolismo patriótico.
Los 79 años de edad y la reciente operación de cataratas, no impidieron que en sus respuestas tratara siempre de ser lo más exacto posible, ir al detalle. Hasta sorprendió a este periodista con la noticia de que organizó el INDER en Pinar del Río por orientaciones de José Llanusa Gobel.
“Me siento pinareño, en esa provincia desarrollé importantes tareas revolucionarias, recuerda. En ese entonces Guanajay, mi pueblo natal, pertenecía a Pinar del Río. Cuando se funda el INDER, Llanusa, su primer presidente, me llama para que organice la dirección provincial y la de los municipios.
“Fueron meses de intenso trabajo porque a ninguno de los gobiernos anteriores les preocupaba el deporte. Recorrí de punta a cabo a Vueltabajo y tuve la satisfacción de ver el entusiasmo con que el pueblo se incorporaba paulativamente a la práctica deportiva.
“Tengo la nostalgia de que en la historia pinareña no aparezco como fundador del INDER, aunque recibí el diploma que me entregó la dirección nacional con ese reconocimiento”.
En el argot boxístico, este jab, sin duda, hubiera determinado que el árbitro me hiciera un conteo de protección. Me recupero y entro en los temas que me llevaron al encuentro con Eros.
“Varios años después del triunfo de la Revolución, Celia Sánchez me manda a buscar junto a otro compañero, que no recuerdo su nombre, para determinar cuál de los dos documentos de La historia me absolverá había sido el primero en imprimirse.
“Nos enseñó ambos, y en uno de ellos aparecía la foto de Fidel. Me preguntó y le dije que el de la foto no era el nuestro. Entonces quedó definida la primacía de ese, con respecto al que trajimos de San Juan y Martínez”.
Orgullo para los sanjuaneros
A los sanjuaneros les regocija que una de las primeras versiones de este importante documento fuera reproducido en la imprenta de Nenito Gener. Lograr que algún día una copia del mismo se exhiba en el museo municipal llenaría de orgullo a todos sus habitantes.
“Esa historia fue muy interesante y estuvo llena de muchos peligros. Luego de los hechos del Moncada, Fidel desde la cárcel orienta a Melba y Haydée imprimir el contenido de su defensa en el juicio, pues en él estaba la guía de acción revolucionaria a seguir en las próximas etapas y que debía ser del conocimiento de todos los revolucionarios y del pueblo en general.
“Yo había conocido a estas luchadoras en la cárcel de Boniato y cuando fueron liberadas seguimos participando juntos en acciones revolucionarias. En varias ocasiones me brindé para imprimir en Guanajay cualquier panfleto o propaganda. En la impresora local trabajaba un compañero dispuesto a realizarlas.
“Sin embargo, cuando Melba me trajo la copia mecanografiada de La historia me absolverá, me di cuenta que por su magnitud no era posible hacerla en mi pueblo. Le dije que tenía a un amigo dueño de una imprenta en San Juan y Martínez, que sí podía resolver la situación.
“Aceptó y viajamos Pedro Luis Esperón (caído en el asalto al Palacio Presidencial) y yo hasta ese territorio para hablar con Gener. Éste, además de ser miembro del Partido Ortodoxo, en su periódico criticaba fuertemente los desmanes de Batista. No tuvo inconvenientes a pesar de lo peligroso de la tarea.
“En un segundo viaje le llevamos las cuartillas. Nenito compró letras diferentes a las que normalmente usaba, pues si la policía detectaba el documento, podría saber dónde se hizo.
“Estamos hablando de julio de 1954. Si mi memoria no me falla mandamos a recoger a San Juan y Martínez las más de 1 000 impresiones con un médico veterinario de Guanajay, que tenía un jeep”.
Aprecio que mi entrevistado no aguanta los deseos de fumar y aceptó una taza de café. Aprovechamos para hablar entonces de la operación de cataratas en uno de sus ojos y la necesidad de volver al quirófano para eliminar un sangramiento que no le permite una visión adecuada.
“Al cementerio de Colón acuden 70 u 80 personas, entre los cuales estamos Pedro Esperón, Heriberto Valdés y yo por Guanajay. Habíamos venido en la máquina de un compañero apodado El Cubano, con los paquetes de la edición de La historia me absolverá. Melba y Haydée promueven aquel acto en la tumba de Rubén Batista, para desafiar al tirano en el primer aniversario del asalto al cuartel Moncada.
“En la medida en que fuimos acercándonos al lugar la policía fue cerrando el cerco en torno a nosotros y cuando Omar Borges se subió encima de un murito o de unos ladrillos y comenzó la arenga, comenzaron los disparos al aire y los golpes de toletes por todas partes.
“Melba, Rosita Mier, una compañera de Guanajay que también había venido, y yo, nos resguardamos tras un monumento funerario, antes de retirarnos, mientras Haydée y Esperón desafiaban la brutalidad de la policía. Al ser dispersados a la fuerza no pudimos cumplir el objetivo de repartir el importante documento en el cementerio, pero luego de salir pudimos entregárselo al abogado Aramís Tabeada, para que se lo hiciera llegar a Melba.
“Fíjate como estuvo aquello que ´El Cubano´ entró con el carro y en medio del tiroteo lo dejó adentro y después, como a las dos horas fue que lo pudo recuperar, imagínate, con La historia me absolverá en su interior”.
Acusado en el Moncada
“Esta historia tuvo matices interesantes. Yo era jefe de un grupo que en mi pueblo se preparaba para acciones armadas. Practicamos incluso en la Universidad de La Habana. Conocíamos a Fidel y estábamos seguros de que sólo con la lucha armada podríamos derrotar a Batista. Finalmente no estuvimos entre los seleccionados. Sin embargo, nuestro actuar revolucionario y el enfrentamiento constante contra la dictadura nos llevó a estar entre los fichados por la policía.
“Me caso a finales de junio de 1953. Al mes siguiente recibo una invitación de Elio Álvarez, un magistrado amigo mío de Santiago de Cuba para que pasara unos días en esa ciudad, que celebraba el carnaval de ese año. El 26, cuando me levanto a desayunar, me cuentan de los disparos y del enfrentamiento entre militares.
“Salgo a la calle y oigo que había gente de La Habana, me preocupo y cuando llego al hotel tengo una llamada del magistrado, que pasa a recogerme para que almuerce con él. Me cuenta entonces lo que sucede y me lleva hasta Palma Soriano para que regrese a Guanajay.
“Al llegar allí mis compañeros me sugieren que me pierda, pues registraron mi casa y cogieron preso a Esperón. Me voy para el Mariel y allí me captura la policía. El teniente Pantoja, para ganar grados, me acusa de asaltante al Moncada. Me llevan para La Habana y de ahí directo a Santiago de Cuba.
“En Camagüey se hace escala y monta al avión el general Silito Tabernilla; cuando le informan quien soy, le dice a los guardias, ¡tírenlo del avión cuando esté en el aire! Ni te imaginas lo que sentí en ese momento. En Santiago me recibió nada menos que el asesino Río Chaviano, quien ordenó llevarme para el Moncada. Allí estaban todos los asaltantes y muchos que no tenían nada que ver con la acción.
Contacto con Fidel
“Después nos mandaron para la cárcel de Boniato. En ese lugar tuve el honor de hablar con Fidel que estaba separado de los demás. Incluso le presto un libro y me brindo para cualquier ayuda. Él me pregunta qué dicen las emisoras y se preocupa por sus demás compañeros. Incluso me dice que sin ser asaltante pudiera morir ante la sed de sangre de los batistianos”.
“Como todos sabemos allí los valerosos participantes en la acción con Fidel al frente, asumen toda la responsabilidad y yo quedo absuelto en el juicio. Esa es la historia de mi relación con el asalto, aunque hubiera preferido estar allí como combatiente”.
Eros se incorpora al Directorio Revolucionario y tiene el honor de participar en el asalto al Palacio Presidencial para ajusticiar al tirano. Sale ileso de la acción, se asila en la embajada de El Salvador y llega a Miami.
Allí intenta organizar en dos ocasiones expediciones armadas para alzarse en la lomas pinareñas, no tiene éxito y lo sorprende el triunfo en ese país. Regresa de inmediato y se incorpora a las tareas revolucionarias.Trabaja como director nacional de Consignataria Mambisa y de Cabotaje.
En el Ministerio de Relaciones Exteriores se desempeña como embajador en Portugal y como cónsul general en Barcelona. Actualmente está jubilado y pertenece a la dirección provincial de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en Ciudad de La Habana y tiene un libro escrito sobre la eapa que le tocó vivir.
En toda la conversación Ángel no pierde la oportunidad para regocijarse de ser pinareño. Le pido un mensaje para el pueblo.
“Mira, agrega que fui presidente de la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspeción (JUCEI) en el municipio de San Cristóbal y que estuve cercano al Che cuando la Crisis de Octubre. A todos los pinareños un gran saludo y muchos deseos de que continúen cosechando éxitos al lado de la Revolución y de Fidel”.
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