Mucho cariño y respeto he recibido de ustedes
Por Coto Wong (Granma)
Cuando se anunció en el año 2005 que el Gran Maestro de Ajedrez Vassily Ivanchuk (UCR), vendría a jugar el Torneo Internacional José Raúl Capablanca In Memóriam, la afición cubana comenzó a vivir el gran sueño que provoca uno de los mitos vivientes más admirado del juego ciencia contemporáneo y miembro del selecto grupo de la elite mundial.
El tres veces monarca del clásico cubano, que en un momento de su vida llegó a ser el tercer jugador más fuerte del orbe con 2 752 puntos Elo, es un conversador nato y al final de cada ronda, gusta de platicar con la afición, que ansiosa le prodiga de preguntas.
"Me gusta el contacto con ellos porque me tratan con respeto y mucho cariño desde mi primera visita y lo agradezco".
En el 2002 parecía que su brillantez podía ser premiada con una corona universal, pero cayó ante su compatriota Ruslam Po-nomariov en el encuentro final del Campeonato Mundial de la FIDE.
Su éxito más sonado este año ocurrió en abril cuando ganó el Festival de Cañada de Calatrava, jugado a 5 minutos por rival, con un resultado de 8,5 de 9 puntos. Apelando a esa capacidad de respuesta le hice la siguiente tanda de preguntas que respondió en perfecto español.
¿Cuándo y dónde nació?
El 18 de marzo de 1969, en Berejiany, Ucrania.
¿Cuáles fueron sus primeras imágenes del ajedrez?
Mi padre me enseñó a mover las piezas y desde los seis años hasta los diez solo resolvía problemas y posiciones publicados en periódicos y revistas especializados.
¿Premios importantes en su época juvenil?
El título mundial juvenil de 1986 y el segundo lugar detrás de Boris Gelfand en la edición de 1988, solo por medio punto. En ese mismo año logré el título de Gran Maestro. Tenía 18 años de edad.
¿Algún recuerdo de los torneos de Linares 1989 y 1991?
Dos momentos inolvidables. En el primero finalicé por delante de Anatoly Karpov y Ljubomir Ljubojevic, y en el segundo, con categoría 17, la más alta hasta ese momento, pude conquistar la corona y derrotar a Garri Kasparov, entre otros excelentes ajedrecistas. Después gané el de 1995.
¿Por qué viene al Capablanca, alguna motivación especial?
"Este es un certamen fuerte y siento especial predilección por los torneos de este tipo. Pero para mí es muy agradable estar en Cuba, sentirme cerca del mar, conversar con los cubanos. Ustedes aman al ajedrez y trabajan fuerte por su desarrollo. Eso es muy estimulante".
¿Ha tenido influencias de Capablanca?
Nunca he dejado de estudiar sus partidas profundamente, pues son muy interesantes. Fue un ajedrecista grande, con intuición, técnica de finales y una visión estratégica envidiable.
¿Es el ajedrez un juego divertido o sufrimiento?
Eso depende de la persona que lo practique, de cómo lo proyecte. Se puede pensar en el ajedrez como un juego divertido, como filosofía de la vida, como ciencia y como deporte.
¿Cómo ha sido su camino a la elite mundial?
Ha sido muy difícil. He tenido que trabajar mucho, ver novedades, prepararme para cada torneo, cada partida, cada oponente.
El último Campeonato del Mundo de la FIDE se discutió por el sistema de muerte súbita, ¿existe alguna nueva tendencia?
Será muy difícil encontrar una forma única. Hay quien prefiere jugar con el control de tiempo, y hay otras personas que apoyan al ajedrez rápido para definir certámenes. Yo estoy en el segundo grupo.
¿Qué cambios propondría?
"En diciembre pasado me agencié el Torneo Carlos Torre, en Mérida, pero perdí 12 puntos Elo, pues los rivales tenían inferior promedio. Parece algo absurdo. Apoyaría la idea de que cada jugador que gane un match en un evento de este tipo sume cinco puntos a su Elo.
¿Cree que los ajedrecistas deberían someterse al control antidoping?
No será agradable. Sé que ya se ha prohibido el uso de computadoras en los torneos. A eso le llamaron doping electrónico.
¿Alguna vez la solución de un problema le ha quitado el sueño?
En ocasiones cuando más entregado estoy al sueño, me despierta la solución. Entonces me voy hasta la mesa de juego.
¿Le han hecho trampas?
Los jugadores siempre están pensando en hacerlas. He sido víctima de ello. Las he visto y hasta he perdido alguna que otra partida.
¿Está satisfecho con su carrera?
He logrado cosas muy importantes, pero creo que debo luchar más. Tengo posibilidades otra vez de discutir la corona mundial, solo necesito tener más preparación física y psicológica.
¿Cómo es el Ivanchuk familiar?
Si me siento bien en ese momento puedo ir al teatro, al bosque, a trabajar, escuchar música.
Ese gesto suyo de tocarse la punta de la nariz mientras reflexiona, ¿lo hace sentir más fuerte?
No, es un gesto feo que quiero erradicar lo más rápidamente posible.
Hombre frente a computadora
Prefiero luchar contra las personas, su carácter, sus ideas.
Defíname:
Garri Kasparov.
Táctico con una estrategia sólida. Me gusta más como ajedrecista que como político.
Vladimir Kramnik.
Muy práctico, con excelente preparación.
Veselin Topalov.
Agresivo, es emocionante tenerlo de oponente.
Viswanathan Anand.
Tranquilo. Tiene mucha técnica y un estilo original.
Ruslam Ponomariov.
No es un ajedrecista al cual se le pueda vencer fácilmente, su estilo es complicado.
Leinier Domínguez.
Su juego está más cercano al de Topalov, trabaja mucho la partida, es agresivo, pero le falta estabilidad en su desempeño.
Lázaro Bruzón.
Está más cerca de Anand, de Tigran Petrosian, pero debe dominar más las aperturas si quiere tener grandes éxitos.
¿Por que le dicen Chucky?
No sé quién me puso ese nombre que responde a una contracción de mi apellido Ivan-chuk, Chucky. Ya me acostumbré a que me llamen así.
¿Y le agrada?
No me disgusta.
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