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viernes, abril 06, 2007

Topes de Collantes: Salto del Caburní, seductor atractivo

Por Mayra Pardillo Gómez* (Prensa Latina)

Sancti Spíritus, Cuba.- El Salto del Caburní, con un poco más de 60 metros de caída, es un símbolo de las montañas de Trinidad, al centro sur del país, y clasifica entre los entornos más seductores de esta Isla caribeña.

Sobresale entre los atractivos del Gran Parque Natural Topes de Collantes, situado en el grupo montañoso Guamuhaya o Sierra del Escambray, a unos 800 metros sobre el nivel del mar, donde se pueden apreciar formaciones boscosas de pinos de extraordinaria belleza.

Este parque está muy cerca de la ciudad de Trinidad y del Valle de San Luis o de los Ingenios, ambos declarados por la UNESCO en 1988 Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El elevado endemismo de la flora y la fauna le concede un importante valor científico a Topes de Collantes, unido a los diferentes senderos que permiten descubrir la hermosura de su paisaje y deleitarse con el sonoro canto de las aves.

Los ríos crean profundos valles en las montañas y sus desniveles causan impresionantes saltos de agua, entre ellos el Caburní.

Una hermosa vegetación rodea este Salto, lugar en el que encuentra su hábitat el ave nacional, el Tocororo (Priotelus Temnurus), cuyo plumaje tiene los mismos colores de la bandera cubana: azul, rojo y blanco. Entre la frescura de los acantilados se reproduce la Flor nacional: la Mariposa (Hedychium Coronarium Koenig).

Topes de Collantes se localiza a unos 20 kilómetros de la ciudad de Trinidad, fundada en 1514 por el Adelantado Diego Velázquez, y a unos 350 kilómetros al este de La Habana.

Sus condiciones climáticas son excepcionales, con una temperatura que oscila entre 16 y 25 grados Celsius. Este microclima favorece el hábitat de más de 100 especies de aves, entre ellas el 45 por ciento de las endémicas del país.

Dichas condiciones y particularidades dieron lugar a la creación del Gran Parque Natural Topes de Collantes. Este cuenta con cuevas, ríos estrechos de rápido caudal, bellas cascadas y saltos como el del Caburní.

Más de 15 especies de pinos, 12 de eucaliptos y alrededor de 100 plantas ornamentales hacen que Topes de Collantes siempre tenga flores. Una amplia variedad de helechos arborescentes, orquídeas silvestres y mariposas complementan el bello panorama.

Algarrobos, cedros, caobas, magnolias y tecas, entre otros, distinguen además este lugar.

Hay presencia de aves como la cotorra (imita la voz humana), el negrito, el gavilán, el carpintero churroso, catey - conocido por perico -, así como el sijú cotunto y el platanero, la más pequeña de las lechucitas que habitan en las Antillas.

También se encuentran siete especies endémicas de anfibios, entre las que sobresale la ranita Colín, considerada una de las más pequeñas del mundo, denominada así por el sonido que emite.

Afirman los estudiosos que las ranitas colín tienen un sonido característico, con dos notas intensas que se oyen de la siguiente manera: "co-lín", la primera baja y la segunda aguda y su canto se escucha sobre todo en los días y noches lluviosos.

Asimismo habitan esta zona el venado cola blanca, el puerco jíbaro y la codorniz, jutías, moluscos, insectos, arañas y murciélagos.

BELLO ENTRE LOS BELLOS

De acuerdo con el geógrafo Esteban Acosta Rodríguez, quien trabaja en el Grupo de Estudios Ambientales del CITMA (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente)-Sancti Spíritus, el valor del Salto Caburní (afluente del río Ay) reside en primer lugar en el caudal de agua que precipita.

En segundo lugar, aseguró a Prensa Latina, en la calidad del vital líquido que escurre.

Dentro del contexto paisajístico de los muchos saltos de agua que se hallan en el área como la Poza del Venado y otros -añadió- el del Caburní tiene un sello especial por sus proporciones, belleza escénica y diversidad de colores.

Nada mejor para terminar este trabajo que la descripción que ofreció sobre esta cascada, en 1947, el eminente científico cubano Doctor Antonio Núñez Jiménez:

"El enorme salto acuático se precipita entre un cañón inclinado, amplísimo, de rocas calizas enrojecidas, por un cauce de rocas negras. El río brinca, por así decirlo, desde una alta y estrecha garganta, cayendo con ímpetu el torrente majestuoso.

En su parte media, las aguas caen sobre una roca abombada y el líquido, blanco como la leche, por el impacto se abre a manera de abanico, compuesto de miles de blancos cristales. Mirando hacia arriba en toda su magnitud, el impresionante accidente geográfico, el Salto del Caburní, parece la cola blanca, descomunal, de un caballo".

*La autora es Corresponsal de Prensa Latina en Sancti Spíritus.


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