Auge de la rumba
Por Omar Vázquez (Granma)
Muestras ostensibles del auge de la rumba en el campo de la discografía cubana, la EGREM acaba de presentar en la capital cubana dos títulos esenciales: Habana de mi corazón (Rumberos de Cuba) y Divina creación (Los Nani).
Ambas realizaciones se deben tanto al interés de la casa discográfica por promover una importante zona de la tradición musical insular, como a la tenacidad del empeño del productor Rodolfo Chacón Tartabull.
Los Nani, bajo la dirección de Lázaro Álvarez Bravo, dan testimonio de la riqueza rítmica y melódica que habita en los cantos y toques característicos de la liturgia de las llamadas misas espirituales, mientras que Rumberos de Cuba revitalizan el género y al mismo tiempo responden a los cánones interpretativos heredados.
Habana de mi corazón (nominado al Premio Cubadisco 2007) y Divina creación, incluyen sendos documentales de 13 minutos, realizados por Ricardo Almirante.
A una pregunta del redactor de Granma acerca de cómo surgió su acercamiento a la rumba, Chacón destacó: "Fue accidentalmente, a partir de mi primer disco: Cantaremos y bailaremos, de Clave y Guaguancó, en 1993; al que siguió Rapsodia rumbera. Luego en 1998, en París, tuve una conversación al respecto con un amigo y comentamos que los viejos intérpretes de este complejo sonoro ya no estaban vigentes y que la rumba era una de las posibilidades de ensanchar nuestra presencia en el mundo luego del boom de Buenavista Social Club. Por suerte, los rumberos en Cuba proliferan y la rumba es eterna".
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