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martes, febrero 20, 2007

Lo que el viento se llevó

Por Josefina Ortega (La Jiribilla)

Pon tu pensamiento en mí
verás que en este momento
mi fuerza de pensamiento
ejerce el bien sobre ti.

Muchos aseguran que fue uno de los programas radiales más escuchados en Cuba.

Se llamaba Pon tu pensamiento en mí. La audiencia era amplísima lo mismo en la ciudad que en el campo, pero era entre campesinos, según afirman muchos, donde tenía mayores adeptos.

A los oyentes se les pedía que colocaran un vaso de agua sobre el aparato de la radio, y entre las ondas hertzianas, las eléctricas y el poder del pensamiento del conductor, el agua se magnetizaba de fuerza y ayudaba a resolver.

Muchos lo creían, y escribían cartas, pidiendo salud para un enfermo en la familia, para obtener trabajo, para conseguir pareja, para ganarse la lotería o para quitarse de arriba un “bilongo”; de todo había en la viña del señor.

Había, según dicen, quien en vez de un vaso, colocaba una botella de donde bebía toda la familia como aguan común.

Entonces Clavelito cantaba... pon tu pensamiento en mí, verás que en este momento mi fuerza de pensamiento ejerce el bien sobre ti..., seguidamente seguía con unas décimas* que exponía el reclamo del oyente y la solución deseada.

El conductor, un hábil “repentista” tras el nombre artístico de “Clavelito” había hecho reír ―o llorar— con sus salidas jocosas en los tiempos en que era la mitad del dúo Moriano y Clavelito, cuando se iniciaba en la radio trabajando en la CMHI de Santa Clara.

Poco a poco creció su popularidad en tiempos en que integró el famoso dúo con La Calandria y fue autor sostenido de las famosas décimas del personaje Pepe Cortés.

Llegó a tener tanta fama que muchos dueños de emisoras se lo disputaban: primero lo contrataba Amado Trinidad, a quien se lo quitó Miguel Gabriel; a este se lo arrebató Gaspar Pumarejo.

En CMQ y con el impulso de Pumarejo nacía Pon tu pensamiento en mí.

¿Estaba consciente de que participaba en un negocio? ¿Alguna vez llegó a creerse algo de lo que decía?

Existía una comisión nacional de ética ―con comisionado, tesorero y secretario― para la radio, compuesta por representantes de varias organizaciones cubanas: la de anunciantes, la de autores y publicistas, además de la federación de emisoras.

Según Oscar Luis López la comisión prohibía el uso de “predicciones, pronósticos o advertencias que causaran alarma o temores o crear supersticiones, exciten interés o fe en esas prácticas.

Pero al parecer Pon tu pensamiento... se saltó todas las reglamentaciones.

El propio Oscar Luis López recuerda en su libro La radio en Cuba la existencia de otros similares como la Diosa del Misterio en RHC cadena Azul, o El profesor Carbell, en CMQ, de Monte y Prado, con menos suerte.

La popularidad de Clavelito era tan notoria que incluso creyó posible usar su creciente influencia para postularse como representante; sin embargo, no pasó de la etapa de los pasquines en los postes y muros.

Lo cierto es que el ya conocido poeta Nicolás Guillén, usando la misma medicina —la poética y la satírica— compuso unas décimas en las que un personaje llamado Juan Descalzo desarmaba la superchería.

Mi querido Clavelito

Me perdonarás seguro
que te ponga en un apuro
mas tu opinión necesito.
Si tu poder es bendito,
(como asegura la gente)
dime, amigo, urgente
dónde pudiera encontrar
el modo de trabajar
sin llegar a delincuente.

Guillén asomaba la carta de triunfo de Clavelito — el agua magnetizada— para burlarse del timador y de paso de algunos crédulos.

El agua magnetizada
que usé según tu consejo
debo confesarte, viejo,
que no me sirvió de nada
En la cocina apagada
Ni un mal caldo hierve ahora
y yo igual que mi señora
Te juramos que hace un mes
¡Ay!, no sabemos lo que es
tomar comida a su hora.

Para rematar, el poeta concluía con un reclamo del personaje de sus coplas, que había decidido ya cuál era al camino de entonces:

Yo soy tu hermano y tu amigo
Y por serlo en realidad
Es que con toda lealtad
te digo lo que te digo.
Con paso seguro sigo
el camino de Martí
Incorpórate que aquí
Cuba luchando te vea...
Por una vez aunque sea
¡Pon tu pensamiento en Ti!

(Coplas de Juan Dezcalzo VIII. Agosto 14, 1952)

Miguel Alfonso Pozo, el famoso Clavelito, nacido el 29 de septiembre de 1908, en Ranchuelo, Las Villas, murió ―el 21 de julio de 1975, en La Habana―, recordado poco y mal, solo por el fementido Pon tu pensamiento... y no por las décimas chispeantes y la vivacidad con que divertía a sus espectadores cuando integraba sus famosos dúos.

*Décima: género poético similar a la espinela, muy usado entre campesinos cubanos y compuesto por diez versos octosílabos, tradicionalmente de rima consonante, por lo general primero con cuarto y quinto, segundo con tercero; sexto con el décimo y finalmente el octavo con el noveno.

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