Revelan inusual habilidad de perrita cubana para pelar cocos
Por Julio Martínez Molina (Juventud Rebelde)
CIENFUEGOS.— Curiosidad viviente y objeto de asombro entre los moradores del barrio cienfueguero de La Calzada, la perra Patricia es la principal herramienta de la familia Roque para fabricar dulce de coco.
Con atención que no parece animal, el can espera que tumben los ejemplares secos de los cocoteros que crecen en el patio de estas personas, para abalanzarse con furia sobre los frutos y en cuestión de minutos pelarlos a uñas y dientes hasta encontrar el corazón blanco de la jugosa especie tropical.
Patricia aprisiona los cocos secos entre sus patas a la manera de una presa, y de unos pocos mordiscos extrae la áspera y gruesa corteza superior, para más tarde eliminar las capas intermedias.
Si sorprendente es el hecho, lo es también la escasa dimensión física de la perrita chula, de cuatro años, especialista además —según asegura su dueño Juan Roque, un joven estudiante de 16 años— en trepar árboles y cazar ratones y cucarachas.
Patricia llegó a la casa gracias a un regalo hecho a la abuela Ana María por un familiar. Desde su arribo, comenzó a ser atendida por Juan, quien junto con otros integrantes de la familia contribuyó a desarrollar la habilidad del animal para extirpar la cáscara del coco.
A tal grado llega la destreza de Patricia, que resulta difícil para un hombre con un machete pelar la fruta antes que la perra.
Los Roque se sienten tan ufanos con la hazaña de su protegida, que tienen hechas varias filmaciones en video. Tales grabaciones, y el material gráfico que acompaña a esta nota, prueban la innata pericia de la chula para tan inusitada faena.
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