Sancti Spíritus y Trinidad, dos villas cubanas
Por Raúl García Alvarez* (Prensa Latina)
La provincia de Sancti Spíritus, al centro de Cuba, es un ejemplo de fusión cultural, de mezcla de la población indígena con la española y la africana, sin desdeñar a los cientos de chinos que llegaron a este territorio entre los siglos XVIII y XX.
Su historia de casi 500 años vive en dos de las villas primadas de la Isla, Sancti Spíritus y Trinidad, fundadas por los españoles en 1514, y que en la actualidad conservan sus raíces coloniales.
La conocida como Villa del Yayabo -en sus primeros años llevó el nombre de Espíritu Santo- fue declarada Monumento Nacional, mientras Trinidad fue premiada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (1988).
Ambas localidades son tesoros incalculables en la arquitectura y en el resto de las manifestaciones culturales: literatura, artes plásticas, danza y música con los llamados "puntos espirituanos".
TRINIDAD
Trinidad posee uno de los conjuntos arquitectónicos coloniales más completos y mejor conservados del continente americano, mientras El Jigüe, en el centro de la villa, recuerda la primera misa oficiada por Fray Juan de Tesin en la Navidad de 1513.
Al norte de este punto, rodeado de mansiones coloniales con lujosos decorados, está la Plaza Mayor y la Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, que conserva el famoso Cristo de la Vera Cruz y un altar -único de su tipo en Cuba- dedicado a la Virgen de la Misericordia.
Las calles empedradas, con el desagüe al centro, conducen a cerca de 20 instalaciones entre museos y las dedicadas a actividades sociales, ubicadas en palacetes y casonas de los siglos XVIII y XIX.
Estos inmuebles sobresalen por las balaustradas, barandas, rejas de finas láminas de hierro, patio central y amplias puertas; en los techos predominan las tejas criollas, admiradas por el sabio alemán Alejandro de Humboldt en su visita a esta ciudad en el siglo XIX.
Fue decisiva Trinidad en el desarrollo azucarero del siglo XVII, las colonias (cultivo de la gramínea) y los trapiches se asentaron en el Valle de los Ingenios, convirtiéndose en la máxima productora de caña de azúcar del país.
Aquí quedaron, como símbolo de la opulencia, cerca de un centenar de importantes reliquias, entre ellas la Torre Manaca-Iznaga, de 45 metros de altura.
Al sur de Trinidad, el mar Caribe baña las playas de la Península Ancón, consideradas "el Varadero del sur", mientras en las montañas de Guamuhaya, más conocidas por Escambray, está -a 800 metros sobre el nivel del mar- el Parque Nacional Topes de Collantes.
Una hermosa vegetación rodea el Salto del Caburní (Monumento Natural), donde tiene su hábitat el ave nacional, el Tocororo (Priotelus temnurus), trepadora, de hermosos y vistosos colores, similares a los de la bandera cubana: azul, rojo y blanco.
Allí, entre la frescura de los acantilados se reproduce la Flor nacional: la Mariposa (Hedychium Coronarium Koenig).
SANCTI SPIRITUS
A 350 kilómetros al este de La Habana, la actual ciudad de Sancti Spíritus conserva en su casco histórico edificaciones de diversos estilos que enriquecen el enrevesado entramado urbano.
Entre los símbolos locales se encuentran la Iglesia Parroquial Mayor, el Teatro Principal y el propio puente sobre el río Yayabo.
Las tradiciones forman parte de la cotidianidad y se han conservado de generación en generación. Los coros de clave, únicos en la Isla, surgieron hace más de un siglo; son típicas las parrandas y sobresalen los tríos.
Como una manifestación autóctona de carácter religioso en sus inicios nace en 1655 el Santiago Espirituano, que cada año se celebra a fines del mes de julio.
La provincia, con cerca de medio millón de habitantes, cuenta con el mayor lago artificial cubano, la presa Zaza, con una capacidad de embalse de mil 20 millones de metros cúbicos.
En el municipio norteño de Yaguajay está el Parque Nacional Caguanes, el cual posee un relevante sistema cavernario y constituye el hábitat natural de una variedad de esponja de agua dulce y quirópteros que únicamente pueden encontrarse allí.
Estas cavernas son un sistema nuevo y único en el mundo, según el investigador cubano Abel Hernández. En el Parque se encuentra la Bahía de Buenavista, declarada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.
Todo el sistema tiene un alto valor patrimonial, porque en él se han encontrado pinturas rupestres y petroglifos hechos por los indígenas que habitaron este territorio.
*El autor es corresponsal de Prensa Latina en Sancti Spíritus.
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