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lunes, abril 02, 2007

Artífice de embrujos

Por Ada Oramas (Tribuna de La Habana)

Enamorado de la danza desde niño, con los genes paternos en la sangre, Eduardo Veitía, ingresó en el Ballet Nacional de Cuba, al concluir sus estudios en la ENA, hasta que el primero de abril de 1987 adquirió la categoría de primer bailarín en el Conjunto de Danzas Españolas, hoy Ballet Español de Cuba, su obra maestra, máxima expresión del género en el país y reconocido como tal en Europa y América.

De una capacidad creadora inagotable, siempre en busca de la renovación, comparte la ejecución dancística, dirección artística y general de la compañía, los guiones y diseños coreográficos, así como la labor docente, con la puesta en escena de espectáculos multitudinarios creados para efemérides significativas de nuestra Revolución. Su gran rigor como artista le llevó a concluir estudios en el ISA, con las máximas calificaciones.

TRIBUTO A LA CULTURA CUBANA

–Nuestros objetivos iniciales se encaminaban a instaurar en Cuba y América una compañía profesional que llevara a la escena la danza española, desde las piezas regionales más simples hasta incorporarle otras técnicas en nuestro quehacer.

“A ello se unen obras del clásico, títulos del repertorio internacional traducidos a los códigos del flamenco, como El fantasma de la ópera, y de fusión con las raíces africanas de nuestra cultura, dedicada al maestro Wifredo Lam, en Danzando sueños.

“Otro de los propósitos esenciales se refería a la formación de bailarines en nuestra especialidad, devenido realidad con la unidad docente que forma parte de la enseñanza artística de nivel medio, sumamos cursos para niños desde los siete años y el taller internacional Ballespa, todo ello se inscribe en la educación general integral, como parte de la Batalla de Ideas.

“Nos sentimos muy felices por el vigésimo aniversario, tanto que empezamos a celebrarlo desde el año pasado, con los quince años del estreno del clásico Aquel brujo amor, y finalizamos el 2006 con la reposición de El fantasma de la ópera.

“A principios de este año realicé una visita a España, donde intercambié experiencias con los directores y maestros de conservatorios de la especialidad en diferentes regiones, entre ellos de Madrid, Murcia y Granada, así me actualicé acerca de sus novedades.

“Allí pude conocer cómo la información de la prensa nacional sobre nuestra compañía había llegado por INTERNET a toda España y recibimos testimonios de admiración muy importantes para la labor que realizamos y para el Ballet Español como parte de la cultura cubana.

“Continuamos nuestra fiesta con la obra Carmen, en nuestra sede habitual, la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana, donde debutaron jóvenes valores recién graduados. Realizamos una gira por Guantánamo y Santiago de Cuba y recibimos grandes muestras de reconocimiento en los teatros Guaso y Heredia, en funciones abarrotadas de público, con Aquel brujo amor, título que llevaremos nuevamente a escena en la sala Lorca, del 20 al 22 de este mes.

“Al concluir la función del 22, a las siete de la noche, iremos hacia la fortaleza de La Cabaña, donde actuaremos en la inauguración de La Huella de España. Ese evento dedicará una gala especial a la compañía, que incluirá Sonata y fandango, con la cual obtuve el segundo premio en el primer certamen donde participé en Madrid y ahora cumple 15 años.

“También formarán parte de ese programa dos estrenos mundiales, uno del clásico español y otro, del flamenco. Y el Ballet estará presente en la gala de clausura con una soleá por bulerías, de Liliana Fagoaga, en la que actuarán primeras bailarinas y cuerpo de baile.

“Cumpliremos algunos compromisos internacionales en meses muy próximos y otros planteados para el verano. Pero nuestro mayor compromiso, para fines de año, es el estreno de La gitana Esmeralda, basada en El jorobado de Notre Dame, de Víctor Hugo, y trataremos de recontextualizar al flamenco, con los palos que se adecuen a la acción de la trama.

“En nuestra compañía, al igual que en el Ballet Nacional de Cuba, la gracia de la mujer cubana se impone. Esto puede apreciarse en el baile andaluz y en la danza española en general. Aunque bailemos en el más puro estilo, con todos los requerimientos técnicos e interpretativos, siempre estará presente lo cubano, porque lo sentimos de corazón.”

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