DEL SUSTO A LA ANÉCDOTA PINTORESCA
En La Habana varios
edificios de gran altura fueron evacuados momentáneamente por precaución, y en
la zona del Centro Histórico lugares como la Basílica de San Francisco de Asís,
el Edificio Bacardí, la Lonja del Comercio y otros fueron abandonados cuando
los cristales, las macetas y los buroes comenzaron a moverse
Por Amaury E. del
Valle, Hugo García y Yuniel Labacena Romero (Juventud Rebelde)
Algunos pensaron que
era una broma de quien les movía la silla, otros creyeron estar mareados, pero
buena parte de los habitantes de Villa Clara, Matanzas y La Habana identificó a las 3 y 57 de la tarde de este jueves las sensaciones de un sismo.
En La Habana varios
edificios de gran altura fueron evacuados momentáneamente por precaución, y en
la zona del Centro Histórico lugares como la Basílica de San Francisco de Asís,
el Edificio Bacardí, la Lonja del Comercio y otros fueron abandonados cuando
los cristales, las macetas y los buroes comenzaron a moverse como si tuvieran
vida propia.
Los matanceros de la
zona norte también vivieron el inusual temblor, y hasta los alumnos del
Instituto Vocacional de Ciencias Exactas Carlos Marx lo percibieron en sus
aulas y otras áreas. El estudiante Hugo Alejandro García contó que fue muy
rápido, que sus cuerpos se estremecieron breves instantes y hasta el televisor
y las mesas temblaron.
Según el Puesto de
Mando del Consejo de Defensa, en ese territorio no se reportaron daños por el
movimiento, que se sintió en los municipios norteños de Martí, Cárdenas
(Varadero) y Matanzas.
En la ciudad fue
perceptible en los repartos Camilo Cienfuegos y El Naranjal, y en los cuatro
edificios de 13 plantas del Consejo Popular Playa, a la salida de la ciudad
hacia Varadero.
No obstante, el
sismo no pasó más allá de provocar un susto leve y hasta una anécdota
pintoresca para muchos, pues en la zona central y occidental de Cuba estos
fenómenos son muy raros, a diferencia de lo que sucede en el oriente del país.
Entre los sismos
ocurridos en la región occidental, según datos del Centro Nacional de
Investigaciones Sismológicas, está el temblor del 23 de enero de 1880, que
asoló a los poblados de San Cristóbal y Candelaria, en la hoy provincia de
Artemisa, con intensidad de VIII en la escala MSK (magnitud 6 en la escala de
Richter).
La historia recoge
otros eventos como el de enero de 1824 en Trinidad (Sancti Spíritus), con
magnitud estimada de 4,3 en la escala de Richter, y en febrero de 1843 en La
Habana con intensidad V MSK y magnitud estimada 3,7 (Richter).
El más cercano
referente que se tiene en el occidente es el temblor de 1981 (intensidad V MSK)
de magnitud 3,7 (Richter), que estremeció las localidades de Alonso de Rojas y
La Coloma, al sur de Pinar del Río, y fue perceptible en algunas zonas de La
Habana.
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