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lunes, noviembre 25, 2013

UN HUMOR INTELIGENTE PARA LA INTELIGENCIA DEL PÚBLICO


Virulo recuerda y piensa con sentido de futuro


Por Pedro de la Hoz (Granma)

Foto: Archivo personal del artista
Virulo está ahí, aquí, ahora mismo, en plena ebullición. Al filo de los años setenta dejó de ser Alejandro García Villalón y se convirtió en Virulo, compositor que trascendió a la escena y renovó tanto el linaje de la canción humorística como del teatro vernáculo con la fundación, a finales de aquella década, del Conjunto Nacional de Espectáculos, feliz aventura a la que se sumaron desde los veteranos Carlos Moctezuma, Carlos Más y Natalia Herrera hasta Sara González, Carlos Ruiz de la Tejera y el chileno Jorge Guerra.

La Habana ha vuelto a ser, desde hace unos años, su base de operaciones, aunque echemos de menos una mayor y justificada presencia en salas, teatros y espacios televisivos. Estuvo, lo sabemos, un tiempo en México, haciendo televisión y espectáculos, nunca desconectado de su realidad. Una realidad que aflora continuamente en nuevas canciones y proyectos escénicos que le solicitan en Colombia, España y México. La Casa de las Américas lo invitó para realizar un concierto el próximo 20 de diciembre, excelente pretexto para conversar sobre unas cuantas cosas.

—Mi vocación humorística tiene mucho que ver con mi madre, santiaguera ella, sabía muchos sones y guarachas; así conocí, por ejemplo, la obra de Matamoros y Ñico Saquito. Yo hice mis primeras canciones en la etapa estudiantil, y hubo una, Made in USA, una sátira política, que gustó en los festivales de aficionados y me la pedían. Luego, influido por la Nueva Trova, compuse canciones más líricas, de metáforas complicadas. Hasta que me di cuenta que lo mío no era eso, sino la canción humorística, la sátira, y desde entonces ese ha sido el centro de mi labor creativa.

Virulo fue también fundador y primer director del Centro de Promoción del Humor.

—Hay una historia que no puede ser olvidada. En los años ochenta el humor vivió momentos muy interesantes a partir de la multiplicación de colectivos, surgidos casi siempre en los medios universitarios, con propuestas ingeniosas e inteligentes, de sólido basamento cultural. Fue interesante ver cómo sus espectáculos llegaban a la sensibilidad popular sin concesiones. Recuerdo la Leña del Humor, en Santa Clara, la Seña del Humor en Matanzas, asesorada en sus inicios por Jorge Guerra, y aquí en La Habana Sala-Manca, de estudiantes del Instituto Superior de Arte, entre ellos Osvaldo Doimeadiós, y Omondivepa, entre otros. Recuerdo también a Churrisco y Ulises Toirac de aquellos tiempos.

"Podíamos hablar entonces de un movimiento y eso fue lo que dio pie en 1990 a la fundación del Centro Promotor del Humor, por parte del Ministerio de Cultura. Teníamos por sede al cine Acapulco; mientras en el Karl Marx el Conjunto Nacional de Espectáculos, que yo dirigía, mantenía las puertas abiertas a la integración de esas propuestas con nuestro trabajo. El Centro tenía sus fundamentos en la promoción y no en la comercialización. Con la realidad económica que se impuso en el país a medida que avanzaron los noventa, todo esto sufrió cambios y el Centro comenzó a funcionar bajo un criterio empresarial".

El humor para Virulo es un ejercicio riguroso y muy serio. De ahí que abordemos su problemática entre nosotros.

—En años sucesivos y hasta la actualidad, el humor escénico se ha debatido entre quienes apuestan por la agudeza, la inteligencia y el respeto al público y quienes toman el camino fácil del chiste de mal gusto, agresivo, empobrecido ética y estéticamente, alentado por cierto público que fue copando las capacidades de centros nocturnos y pedía y pagaba para satisfacer sus apetencias. Esto último no tiene por qué ser así. Yo creo en el humor inteligente y en la inteligencia de nuestro mejor público. Es la mejor manera de abrir, en nuestro caso, una ventana al futuro.

También en la conversación surge una noticia:

—Acabo de revisar una grabación de Welcome, Colón, una de las obras más entrañables de las que montamos con el Conjunto Nacional de Espectáculos. Pienso que muy pronto estará al alcance de todos los interesados. ¿Mis discos? Son unos cuantos y he hecho saber al Instituto Cubano de la Música y a nuestras casas discográficas que pueden disponer de ellos.



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