LUZ ROJA A LAS AMENAZAS DE EXTINCIÓN
Por Orfilio Peláez (Granma)
Foto: Julio Larramendi |
Junto con el cambio climático, la degradación de los suelos y la deforestación, la pérdida de la diversidad biológica figura en la lista de los problemas ambientales más acuciantes del planeta.
Datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), sostienen que durante las últimas tres décadas se extinguieron 21 especies de aves a nivel mundial, mientras que en el caso de los mamíferos la cifra rebasa las 70 desde el siglo XVI a la fecha, y más de 1 000 están hoy amenazadas.
La tasa actual de pérdida de especies es cien veces mayor que la mostrada en los registros fósiles, por tanto no pocos especialistas afirman que la humanidad asiste al sexto gran evento de extinciones de toda la historia evolutiva de la vida en la Tierra.
Y según esos criterios, la diferencia es que ahora ello obedece a la acción irresponsable del hombre y no a otros fenómenos, como sucedió en el pasado.
Hoy la principal amenaza a la conservación de la diversidad biológica proviene de la alteración y la pérdida del hábitat natural de las poblaciones de plantas y animales.
En ello incide el crecimiento de la actividad minera a cielo abierto, la construcción de infraestructuras, la explotación maderera, el aumento de asentamientos humanos urbanos, la contaminación, la introducción de especies exóticas, así como la caza y la pesca irracional, entre otros factores.
OBRA DE INESTIMABLE VALOR
Poseedor de la mayor superficie de todo el Caribe insular, el archipiélago cubano atesora una rica diversidad biológica reconocida internacionalmente. Baste señalar que el Instituto de Recursos Mundiales ubica a la mayor de las Antillas en el lugar quince, entre más de doscientos países, por la importancia del número de especies de plantas endémicas existentes.
Con relación a los anfibios, estos ocupan el puesto diecisiete, en tanto los reptiles aparecen situados en el catorce y las aves en el veintitrés.
Tales cifras alcanzan mayor relevancia si consideramos que las naciones ubicadas en la vanguardia de esos indicadores son de gran tamaño, como es el caso de Australia y China.
Sin embargo, nuestra biodiversidad sufre también las consecuencias de la pérdida o transformación del hábitat natural de no pocas especies y son varias las que ya se extinguieron, entre ellas el Guacamayo y el Carpintero Real, mientras que el Manatí y el Gavilán Caguarero están en peligro de extinción, y requieren de la ayuda humana para sobrevivir.
Recientemente tuvo lugar la presentación del libro Rostros en peligro, especies cubanas amenazadas, valiosa obra que en alrededor de 300 páginas y cientos de fotografías, muestra con el máximo rigor toda la información científica actualizada, referida al estado de las poblaciones, nivel de endemismo, impactos ocasionados por el hombre y acciones de conservación puestas en marcha, de moluscos terrestres, arañas, escorpiones, libélulas, peces de agua dulce, anfibios, reptiles, aves, mamíferos.
Como señala a Granma Julio Larramendi Joa, uno de los editores del texto junto con el Doctor en Ciencias Geográficas Nicasio Viña Dávila, se trata de un intento por mostrar la enorme riqueza de la fauna cubana, incluyendo especies en algún grado de amenaza, y la impostergable necesidad de protegerlas.
Fruto del esfuerzo de un colectivo de autores formado por trece reconocidos investigadores de diferentes instituciones, el libro muestra los perjuicios causados a nuestra biodiversidad por la introducción y dispersión de plantas y animales exóticos.
Tal es el caso reciente de la claria o pez gato, un fuerte depredador de gran voracidad, adaptabilidad y alto poder de reproducción, que constituye un serio peligro para la subsistencia de la ictiofauna autóctona.
También pone de manifiesto los significativos daños que la sobreexplotación comercial ocasionó a la estabilidad de determinadas especies de peces, y los severos impactos que ocasiona a la ecología el vertimiento de contaminantes industriales no tratados, y basura de todo tipo hacia el mar, ríos y arroyos.
Es oportuno mencionar que anualmente miles de aves y tortugas marinas ingieren desechos plásticos que le provocan una muerte lenta y dolorosa.
Fuente de consulta ineludible para especialistas, profesores y estudiantes interesados en la temática, Rostros en peligro… rinde homenaje a la memoria de las doctoras Rosa Elena Simeón, María Elena Ibarra, y al realizador Jorge Ramón Cuevas.
Constituye, sin duda, un llamado de alerta y convocatoria en la búsqueda de la necesaria armonía entre desarrollo y conservación del medio ambiente, un instrumento para comprender con claridad que salvar la biodiversidad es una premisa estrechamente vinculada a la supervivencia de la propia especie humana.
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