PALABRAS QUE VAN Y VIENEN
Los condones de Condom
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)
Hay una expresión muy común: «Echarle a uno el muerto». Hacer pagar a alguien por una responsabilidad ajena. Tiene un origen muy interesante. Las leyes medievales exigían que si en un pueblo aparecía el cadáver de una persona, víctima de una muerte violenta, y no se conocía quién era el asesino, los habitantes del lugar fueran multados. Para escapar del castigo, los pobladores lanzaban el cuerpo fuera de los límites, o sea: «echaban a otro el muerto».
Cuando una persona es exageradamente orgullosa o vanidosa, se dice que tiene muchas ínfulas. Las ínfulas eran unas cintas anchas, de lana púrpura o blanca, reforzadas como una trenza, y de las cuales colgaba una banda por cada lado. Eran símbolo religioso y de dignidad. Cubrían parte de la cabeza de las personas o animales que habían sido consagrados a cierta divinidad. También las usaban los sacerdotes, los reyes, y las víctimas que llevaban al sacrificio.
¿Por qué abusar de las perífrasis? Hay algunas como: «La pequeña isla del Caribe», «la mayor de las Antillas», «el ultramarino pueblo de Regla», que nos tienen sobresaturados. De la perífrasis dijo con muchísima razón, un célebre gramático: «Convienen los tratadistas en que esta figura es ociosa, si no sirve para dar mayor brillo y energía a la oración; inútil, si no ofrece ninguna circunstancia nueva que salve de la vulgaridad una frase, y viciosa, cuando por quebrarse de sutil, no sirve ni para dar claridad, ni para ornato». Es útil al escritor para evitar reiteraciones, pero la reiteración estriba en lo seguido que se utiliza; incluso sin necesidad.
LA RESPUESTA DE HOY
La palabra condón procede del apellido de su inventor, un inglés: Condom, sin tilde, claro está.
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