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miércoles, mayo 13, 2009

EL HOMBRE DE LAS CAVERNAS

El presidente del Grupo de Espeleosocorro de provincia La Habana cuenta su experiencia en la cueva Mariendo.

Por Javier Montenegro Naranjo, estudiante de primer año de Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.
Tomado de Isla al Sur

Carlos Borrego Quevedo es capaz de explicar a un niño un tema tan complejo como la espeleología con sencillez asombrosa y paciencia de elefante.

Siempre tiene algo nuevo que contar, ya sea una anécdota o información sobre el mundo donde el sol nunca sale. Hace 10 años, cuando fui con un grupo de espeleólogos a la cueva La Fuente, me enamoré de la ciencia de las cavernas no por la hermosura de la gruta, sino por las respuestas y explicaciones que daba Borrego a mis preguntas.

Carlos es ingeniero en Equipos y Componentes Electrónicos, pero su tiempo libre lo dedica a la espeleología. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Espeleológica de Cuba (SEC), Vicepresidente del Comité Espeleológico de provincia La Habana y Vicepresidente del grupo espeleológico Guamuhaya, de Guanajay, es también miembro del Fondo Cubano de la Imagen Fotográfica.

-¿Por qué escogió la espeleología como hobby?

Comencé a practicarla desde el preuniversitario, una etapa en la que los jóvenes están en su máxima capacidad física. La elegí como actividad que me brindaba la posibilidad de realizar ejercicios y, a su vez, satisfacer la curiosidad por el mundo de las tinieblas, es decir, lo subterráneo.

-Son muchos los interesados en el mundo soterrado, ¿cuándo un aficionado se convierte realmente en espeleólogo?

Pienso que primero aparece el interés de vincularse a este tipo de actividades relacionadas con la naturaleza. Las personas normalmente se acercan a los grupos y comienzan a salir.

Una vez que tienen apego y compromiso hacia la actividad, van enamorándose de la espeleología y entonces aparece el espeleólogo. Lo notas cuando muestran deseos de hacer público algunos resultados obtenidos en las exploraciones e investigaciones.

En mi caso, no soy profesional, pues no recibo salario por esta actividad. Yo, por ejemplo, me vinculé a un grupo y empecé a realizar exploraciones.

En el territorio de Artemisa está La Cueva de Belliken, al ver numerosos trabajos presentados por otros espeleólogos, sentí interés por estudiar la caverna, me asesoré con espeleólogos de experiencia e inicié una investigación preliminar que culminó con una exposición de los resultados de ésta.

-Si alguien deseara practicar espeleología, ¿adónde debe dirigirse?

A los grupos municipales de espeleología cercanos. Los sitios más probables para hallarlos son los museos de Historia, porque generalmente ellos colaboran con los centros históricos de la localidad.

-¿Cómo se agrupan los espeleólogos en nuestro país?

De arriba hacia abajo sería Sociedad Espeleológica de Cuba, Comité Espeleológicos Provinciales y grupos espeleológicos municipales. Aunque la relacioné de esta manera, es realmente una estructura que parte de la base.

-¿Qué actividades realizan sus miembros?

Las básicas consisten en la exploración y estudio de las diferentes cavernas, ríos subterráneos, así como los accidentes cársticos, formados por rocas susceptibles a la erosión del agua, a la formación de cavidades y galerías interiores, son el terreno donde se desarrolla la mayor cantidad de cuevas en la Isla.

-¿Qué aportes brindan los grupos espeleológicos a la sociedad?

Hay numerosos aportes hecho por varios grupos a lo largo de la Isla. Se trabajan en diferentes direcciones de la espeleología, como la hidrología, el descubrimiento de acuíferos subterráneos, ambos posibilitan la explotación medida de las aguas, su empleo en la sociedad y en los cultivos. Algunos estudios tributan al campo de la biología y la bioespeleología.

-¿Cómo se relacionan las ramas de la espeleología?

La espeleología incluye numerosas ramas, por ejemplo, la bioespeleología estudia la fauna de las cavernas; la hidrogeología, parte de la geología que se ocupa del estudio de las aguas dulces, en particular de las subterráneas, y de su aprovechamiento; la espeleoarqueología, subdisciplina de la arqueología, se encarga de investigar restos culturales depositados en formaciones subterráneas naturales como cuevas, cavernas, grutas, cenotes, y sótanos. Son varias, y todas están muy relacionadas unas con las otras. La paleontología, por ejemplo, hay un sin números de ciencias afines a ella.

-¿Existe una escuela de espeleología en Cuba?

Sí, la Escuela Nacional de Espeleología, ubicada en la comunidad del Moncada en el municipio Viñales, de Pinar del Río. Desde hace años se imparten cursos sobre las diferentes ramas de la espeleología y también se ofrecen conferencias de diferentes tipos, por parte de especialistas de casa y extranjeros.

-Las entradas a cuevas suelen ser peligrosas. El menor descuido puede terminar en tragedia debido al relieve de estas y a la poca iluminación. ¿Están organizados grupos de rescate para todas las expediciones?

Existe un sistema de espeleosocorro nacional, estructurado de manera similar a la Sociedad Espeleológica de Cuba, formado por espeleólogos ya con mayor nivel técnico en las disciplinas de rescate y en el dominio de las técnicas de cuerdas. Están siempre alertas y dispuestos a atender cualquier accidente espeleológico.

-La situación económica del país no es cómoda y la espeleología sufre su parte. ¿Cómo obtienen los espeleólogos los medios para esta práctica?

Hacemos un gran esfuerzo por proveernos de medios para las prácticas; algunos se compran, muy pocos. En realidad, no existe en Cuba un mercado para este tipo de actividades y un gran aporte se recibe a partir de las donaciones que llegan a Cuba por los convenios de colaboración con grupos espeleológicos de otros países.

-En estos momentos cómo percibe el desarrollo de la espeleología en Cuba.

Avanza. Se ha visto afectado por las diferentes dificultades económicas del país, pero los espeleólogos hacen un esfuerzo sobrehumano por realizar esta actividad, costeándose los gastos.

-¿Cuál considera el mejor momento de la espeleología en Cuba?

Han sido momentos esporádicos de grandeza, te podría mencionar el último Congreso de Espeleología realizado en el año 2005, en Viñales. Los congresos son eventos que reúnen una gran cantidad de trabajos científicos y esto ocurre sistemáticamente cada cinco años; se ven nuevos avances, nuevas metas también.

-Mencionó anteriormente los congresos que se realizan cada cinco años, ¿son ellos los únicos eventos llevados a cabo por los espeleólogos?

No, también existen las Jornadas Científicas de los comités espeleológicos provinciales y de los grupos de espeleología municipales. Además, una vez al año se hace una reunión nacional, con sede en una provincia distinta cada vez. Ésta ya es una actividad más bien administrativa. También se realizan exposiciones, exploraciones y expediciones en los grupos locales.

-Antonio Núñez Jiménez fue el fundador de la Sociedad Espeleológica de Cuba, y puede decirse el padre de la espeleología en nuestro país. ¿Marcó su muerte un antes y un después en la espeleología?

La muerte de Núñez fue un gran golpe para la espeleología en Cuba y para muchos espeleólogos que lo tenían como faro de las actividades. Era una excelente persona en todos los ámbitos, pero afortunadamente la espeleología se logró nutrir de muchas manos y Núñez Jiménez tuvo un relevo que supo conducir a la Sociedad por los caminos del interés, la investigación y la búsqueda de nuevos descubrimientos y logros para la ciencia en Cuba.

-¿Cuál es la relación entre la arqueología, la paleontología y la espeleología?

El hombre primitivo acudió a las cuevas no solo para vivir, sino también como sitios de enterramientos y sitios ceremoniales, y dejó en ellas numerosas evidencias materiales que atestiguan dichas actividades. La arqueología se encarga del estudio de la vida del hombre partiendo de sus evidencias materiales, esa es la vinculación más estrecha con la espeleología. Producto de las actividades arqueológicas se hallaron restos paleontológicos de diferentes animales que vivieron en otras épocas y se extinguieron.

En el caso de nuestro municipio, Guanajay, han sido hallados varios representantes de la fauna del Pleistoceno: el Megalocnus rodens, perezoso gigante; el Geochelone cubensis, tortuga gigante; y roedores de una familia de la jutía. También hemos encontrado restos de aves y de murciélagos.

-¿Qué descubrimientos espeleológicos ha realizado el grupo al cual pertenece?

El grupo Guamuhaya, de Guanajay, ha descubierto cuatro sitios arqueológicos de asentamiento aborigen existentes en el municipio. Uno de ellos es en cueva y los otros tres son en exteriores. También en la localidad hemos trabajado la arqueología colonial en numerosos ingenios azucareros que existieron en la región.

Las excavaciones arqueológicas hechas por la Sociedad Espeleológica de Cuba siempre han estado dirigidas por especialistas del Gabinete de Arqueología o del Centro de Antropología, o sea, instituciones que trabajan profesionalmente la arqueología en Cuba y debe ser así, porque ésta es como un libro, al leerlo vas arrancado sus páginas, por tanto, se tiene que ser muy estricto en la disciplina de este tipo de actividad para no violar las leyes con respecto a ella.

-De los descubrimientos arqueológicos y excavaciones que ha hecho, ¿guarda algún recuerdo especial?

Por supuesto. Cuando mayor orgullo y emoción sentí de mi trabajo fue cuando estuvimos excavando en una cueva funeraria llamada Mariendo, uno de los sitios de enterramientos más importantes del occidente de Cuba.

Recuerdo que se hicieron dos campañas, en 1992 y en 1998. En la primera, se extrajeron cincuenta restos humanos, en su mayoría niños. En la segunda, cuando yo participé, descubrieron diez enterramientos. Es impresionante y emotivo a la vez estar haciendo una excavación y que aparezcan ante tu vista resto de niños o de adultos que han esperado siglos porque vengas a hallarlos. Es una sensación indescriptible.

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