CUBA: LAS TERRAZAS, EL HECHIZO DE LA MONTAÑA
Por Adalys Pilar Mireles* (Prensa Latina)
Pinar del Río, Cuba (PL).- Abrazada a la cordillera, la comunidad de Las Terrazas es una suerte de ensueño de la campiña cubana que hechiza a caminantes, pintores y bardos.
La armonía entre su arquitectura y la sierra deslumbra a los recién llegados en busca de vistas exclusivas y de una experiencia de desarrollo rural sostenible que es única en la Isla.
Sus viviendas de homogéneos diseños y tonalidades se entrelazan con la vegetación y la topografía de la zona, inhóspita hasta mediados del siglo pasado.
Fundada para dar abrigo a los campesinos de la occidental demarcación, la localidad seduce a los recién llegados por el concierto entre el hombre y su entorno.
Los habitantes, cerca de mil, se enorgullecen de su origen y de la fama de ese escenario natural, que se renueva y enriquece con sus propios frutos.
En el centro del complejo, el hotel Moka devino el mayor exponente de la complicidad entre los aires de modernidad y el mundo silvestre.
Alrededor de un árbol centenario transcurre la vida en la edificación que obsequia una de las panorámicas más hermosas de la Sierra del Rosario, declarada por la UNESCO Reserva Mundial de la Biosfera.
El turismo, que dispone también de otras instalaciones extrahoteleras, proporciona empleo a los pobladores del lugar, además de financiar la totalidad de las inversiones y proyectos de la comunidad.
Con una población mayoritariamente joven, el poblado (70 kilómetros al oeste de La Habana) mantiene en cero la tasa de mortalidad infantil desde hace más de un lustro.
El incremento de la expectativa de vida, que ronda los 80 años, sobresale entre los logros indiscutibles de la zona.
En el centro del pueblo, el restaurante ecológico El Romero agasaja a lugareños y viajeros con sus aguas bravas, aromatizadas con frutas tropicales y otras delicias de la cocina cubana e internacional.
Muy cerca, la Casa Museo Polo Montañez atesora recuerdos del compositor y cantante, conocido mundialmente como el Guajiro Natural.
Por sus calles se escuchan aún las anécdotas del músico autodidacta que improvisaba conciertos en los más insospechados sitios, inspirado en los encantos del paisaje local y en la pureza de su gente.
Afamados artistas de la plástica como el "pintor de la flora cubana", Jorge Duporté, quedaron cautivados por la floresta de las cimas y el apacible lago donde pasean en bote pequeños y adultos.
Custodian el asentamiento las ruinas de unas 70 edificaciones, construidas por colonos franceses en anteriores centurias.
Desde cualquier punto de Las Terrazas, el canto de las aves confirma la majestuosidad de uno de los lugares mejor preservados de la Isla, orgullo de los montañeses.
*Corresponsal de Prensa Latina en Pinar del Río.
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