"ASESINOS" LUMINOSOS
Por Orfilio Peláez (Granma)
Temidos en la antigüedad al considerárseles fruto de la cólera de los dioses, los rayos suelen ser el más fiel acompañante de las típicas tormentas de verano y uno de los fenómenos naturales de mayor peligrosidad.
Para la doctora Lourdes Álvarez Escudero, investigadora auxiliar del Centro de Física de la Atmósfera del Instituto de Meteorología, el saber actuar ante la ocurrencia de descargas eléctricas merece más presencia en los medios de comunicación, teniendo en cuenta el abultado expediente de calamidades provocadas por ellas.
Más allá de producir en pocos segundos temperaturas de hasta 27 000 grados Celsius y liberar una enorme cantidad de energía que los científicos no pierden la esperanza de poder aprovechar algún día, en Cuba los rayos ocasionan la muerte de 65 personas como promedio anual, es decir constituyen la primera causa de fallecidos por eventos atmosféricos.
También dañan la telefonía y las transmisiones de radio y televisión, los transformadores, torres petroleras y aerogeneradores, además de poder entorpecer los vuelos de aviones y desatar incendios forestales.
LA IRA DEL CIELO
Como explica la doctora Lourdes Álvarez, el rayo se produce cuando el movimiento ascendente y descendente del aire contenido dentro de una nube del tipo cúmulo nimbo, de gran desarrollo vertical y alto contenido de humedad, forma cargas eléctricas positivas y negativas, que al acumularse en exceso, origina una descarga en forma de chispa (el relámpago).
Esta puede circular dentro de la propia nube, entre dos nubes de tormenta, o entre una de estas y la superficie de la tierra. Cuando el chispazo desciende a una temperatura tan elevada, choca con el aire mucho más frío de los alrededores y se produce ese impresionante estruendo llamado trueno.
Al ser la velocidad del sonido mucho menor a la de la luz, precisa la especialista, siempre veremos primero el relámpago, y después escucharemos el trueno. La distancia a partir de la cual comienza a oírse el rugido provocado por la caída de un rayo oscila de 10 a 20 kilómetros, en dependencia de las características del entorno donde nos encontremos.
Los resultados de las investigaciones hechas en nuestro país sobre el tema revelan que las tormentas eléctricas aparecen por lo general alrededor del 15 de mayo en lo adelante, y se extienden hasta la última decena de octubre. El momento pico ocurre entre la última quincena de agosto y la primera de septiembre.
Suelen ser más frecuentes al norte de Pinar del Río, hacia el interior de las provincias habaneras y Matanzas, y en las zonas montañosas de las regiones central y oriental, localizándose los puntos de máxima actividad en Veguitas, Pinares de Mayarí y Tapaste. La hora más propicia es las cuatro de la tarde, mientras el número máximo anual de días con tormentas eléctricas puede alcanzar los 130 en algunos lugares.
¿Qué hacer ante una tormenta eléctrica?
Varios son los consejos propuestos por la doctora Álvarez para que las personas puedan protegerse si son sorprendidas por una tormenta fuera del hogar.
Lo recomendable, apuntó, es refugiarse dentro de una edificación o automóvil, que tenga las ventanillas cerradas. Esto último constituye la opción más segura, pues en los vehículos cuyas ruedas son de goma, las cargas eléctricas circulan por el exterior del metal y dejan en el interior un campo eléctrico nulo, fenómeno denominado Jaula de Faraday.
Nunca debe caminarse bajo condiciones meteorológicas tan peligrosas, y mucho menos correr si se tiene la ropa mojada, pues se crean una turbulencia en el aire y una zona de convección, que pueden atraer la descarga eléctrica.
Esta tiende a caer sobre el punto más elevado, de ahí que si la persona está en un descampado es aconsejable ponerse de cuclillas e inclinar la cabeza sobre la rodilla, y taparse los oídos.
Tal posición debe mantenerse hasta que pase la severidad de la tormenta. Jamás debe buscar protección debajo de un árbol, en la boca de una cueva, o en un saliente rocoso. Si uno está dentro de un grupo de personas, lo más correcto es separarse.
Otras acciones aconsejables son quitar del cuerpo todo componente metálico y alejarse de vallas, alambres y cercas portadoras de ese tipo de material; tampoco montar caballo, practicar deportes en espacios abiertos, ni hablar por teléfono.
Asimismo, debemos salir inmediatamente del agua si estamos dentro del mar, río, embalse o piscina. Evitar a toda costa BAÑARSE EN EL AGUACERO cuando esté tronando, algo que desafortunadamente suele verse mucho durante el verano.
Los rayos también pueden inutilizar de por vida equipos electrodomésticos (televisores, radios, refrigeradores, lavadoras), así como computadoras, módem y otros aparatos creados por el desarrollo científico y tecnológico, de ahí la importancia de desconectarlos de la corriente o de las líneas telefónicas, según el caso.
Sin duda, en el tema de las descargas eléctricas las imprudencias también suelen pagarse bien caras.
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