EL CHEF AUDIOVISUAL DE LA SALSA CHINA
Por Harold Santana Gaínza (Bitácora Sino-Cubana)
Fotos: Guo Lingxia y Laoyi
Isidro Estrada, de nombre chino Laoyi, es el realizador del primer documental sobre el fenómeno sociocultural de la música salsa en China. Siempre digo, que en China él es mi padre, y lo afirmo con el consentimiento de mis padres biológicos y mi madre china (adoptiva).
Como casi siempre sucede a toda la gente del “mundo audiovisual”, el cubano Laoyi, es una conjunción de profesiones: traductor (licenciado en Lengua y Literatura Inglesas), camarógrafo; sus labores como periodista comenzaron en la Habana, en la Agencia Latinoamericana Prensa Latina. Posteriormente, trabajó como editor en los servicios de español de la agencia china de noticias Xinhua, en el semanario Beijing Informa, en la revista China Hoy y ahora somos colegas en el Departamento de Español de Radio Internacional de China.
Ocho años de trabajo en China le han aportado disímiles y ricas vivencias, no para contar la historia de la salsa –léase música salsa, no salsa de soya o salsa china– en la nación asiática; sino para describir un fenómeno sociocultural único a través de imágenes, testimonios y música.
“Ha sido impresionante, pintoresco y muy llamativo vivir cómo los chinos asimilaban una forma cultural muy lejana que en poco tiempo ha transformado costumbres y hábitos de vida; pero sobre todo que el baile fuera tan bien ejecutado, incluso mucho mejor que algunos latinoamericanos”.
Fotos: Guo Lingxia y Laoyi
Isidro Estrada, de nombre chino Laoyi, es el realizador del primer documental sobre el fenómeno sociocultural de la música salsa en China. Siempre digo, que en China él es mi padre, y lo afirmo con el consentimiento de mis padres biológicos y mi madre china (adoptiva).
Como casi siempre sucede a toda la gente del “mundo audiovisual”, el cubano Laoyi, es una conjunción de profesiones: traductor (licenciado en Lengua y Literatura Inglesas), camarógrafo; sus labores como periodista comenzaron en la Habana, en la Agencia Latinoamericana Prensa Latina. Posteriormente, trabajó como editor en los servicios de español de la agencia china de noticias Xinhua, en el semanario Beijing Informa, en la revista China Hoy y ahora somos colegas en el Departamento de Español de Radio Internacional de China.
Ocho años de trabajo en China le han aportado disímiles y ricas vivencias, no para contar la historia de la salsa –léase música salsa, no salsa de soya o salsa china– en la nación asiática; sino para describir un fenómeno sociocultural único a través de imágenes, testimonios y música.
“Ha sido impresionante, pintoresco y muy llamativo vivir cómo los chinos asimilaban una forma cultural muy lejana que en poco tiempo ha transformado costumbres y hábitos de vida; pero sobre todo que el baile fuera tan bien ejecutado, incluso mucho mejor que algunos latinoamericanos”.
La definición y orígenes de la salsa son polémicos, al igual que su introducción en el milenario país. Al decir del realizador, no son pocos los que afirman que esta música, “apareció de pronto, en los años 90 del pasado siglo, traída de Estados Unidos”, después de la implementación de la política de Reforma y Apertura del gigante asiático. La tesis que Laoyi demuestra en su documental es totalmente diferente a este planteamiento, asumido por mayorías:
“Si somos rigurosos en el aspecto histórico, tendríamos que buscar el actual gusto de los chinos por la salsa, en su previa aceptación de los llamados aquí Latin Wu, o bailes latinos, que llegaron a la nación asiática allá por los años 20 y 30 del siglo XX, como son los casos del tango y la rumba cubana de salón. Por razones históricas, no fue hasta la década de los 90 -del mismo siglo-, que se produce un reencuentro de cierta masividad con los sonidos latinos, esta vez con la presencia destacada de la salsa en ciudades chinas como Shanghai, Hong Kong, y Pekín".
La tesis de este material audiovisual es sustentada por los testimonios de destacadas personalidades vinculadas a la salsa en China: Jack Mambo Dunn, coreógrafo y bailarín estadounidense, instructor de la compañía de Bailes Fénix, de Pekín; el profesor Chen Ziming, violinista y musicólogo, especializado en música latinoamericana; el colombiano Luis "Lucho" Roa, instructor de bailes latinos, entre otros.
Actualmente, en Pekín, Shanghai y Hong Kong (las tres plazas más fuertes), el aprendizaje la salsa sigue dos estilos fundamentales: el de Nueva York, del cual es notable exponente el Conjunto de Baile Fénix -de Pekín-, liderado por el coreógrafo Mambo Jack, de Estados Unidos; y la escuela cubana, que tiene a su mejor representante en David Huo, también asentado en la capital china. Asimismo existen seguidores de los estilos de Puerto Rico y Colombia. Todos los ejecutantes salseros de estas tenencias siguen un patrón de apropiación casi mimético de los estilos originales de baile e interpretación. Esta realidad explica por qué no puede hablarse aún de una "Salsa China", sino de una "Salsa en China".
“No hay una salsa cocinada con todos los ingredientes chinos. Hace tres o cuatro años, el grupo Ahí Namá tomaba los patrones establecidos, en los que quizás de forma inconsciente se notaba un ligero 'sabor asiático', por ejemplo un grupo surcoreano de salsa que montó una coreografía del género, pero al estilo de un practicante del Wu Shu.”
“No hay una salsa cocinada con todos los ingredientes chinos. Hace tres o cuatro años, el grupo Ahí Namá tomaba los patrones establecidos, en los que quizás de forma inconsciente se notaba un ligero 'sabor asiático', por ejemplo un grupo surcoreano de salsa que montó una coreografía del género, pero al estilo de un practicante del Wu Shu.”
Agrupaciones de Cuba (Luna Negra) -en la foto-, Venezuela (Makoré) y Colombia han moldeado las huellas de la salsa en China. Sin embargo, el hecho de que no exista aún un patrón estilístico de salsa china, no demerita los aportes salseros a la cultura nacional de este país, al decir de Laoyi:
“Lo relevante del fenómeno salsa en China es cómo la asimilación de un patrón cultural, de la música y el baile han producido cambios en concepciones, estilos, y modos de vida establecidos, casi por los siglos de los siglos, Amén. No es una realidad mayoritaria, pero demuestra la universalidad de la cultura y es un ejemplo vivo y de la evolución de la transculturación.”
Pero... ¿Cómo se evidencia el cambio? ¡La pregunta del millón: de pesos, de yuanes o de dólares!
“Está muy bien reflejado en el documental. Una de las entrevistadas refiere que quería expresar ´cosas´ y no tenía el modo; y lo encontró, según sus propias palabras, cuando aprendió a bailar, a moverse, a experimentar la calidez de la cultura latinoamericana. Y ella no es la única, otros chinos refieren la misma experiencia, sobre todo cómo la salsa les ha ayudado a ser más extrovertidos, cariñosos, a expresar sus sentimientos y valorar más la proximidad de su compañer@, más allá de intereses sexuales. Estos son cambios relevantes en los pobladores de un país, que por diversas razones (culturales, históricas, políticas) estuvieron 'cerrados' durante mucho tiempo”.
Entre los exponentes de la “Salsa en China” está David (Huo Yaofei), a quien conocí en una actividad cultural en la Embajada de Cuba en China. Desde el 2003 y en repetidas ocasiones, David visitó la mayor de las Antillas donde aprendió los secretos de bailes cubanos como la rumba, el cha-cha-chá, el casino y el danzón. También se presentó en la televisión nacional bailando salsa (o Casino, como preferimos los cubanos), incluso ganó un premio en un festival de danza.
A su regreso a Pekín, junto a dos músicos chinos, graduados como percusionistas en el Instituto Superior de Arte de Cuba, David fundó el grupo musical y danzario Ahí Namá (interjección típica del español hablado por los salseros). Gracias a ellos, al decir de Laoyi, existe un fermento genuinamente chino en la salsa de este país.
“Lo relevante del fenómeno salsa en China es cómo la asimilación de un patrón cultural, de la música y el baile han producido cambios en concepciones, estilos, y modos de vida establecidos, casi por los siglos de los siglos, Amén. No es una realidad mayoritaria, pero demuestra la universalidad de la cultura y es un ejemplo vivo y de la evolución de la transculturación.”
Pero... ¿Cómo se evidencia el cambio? ¡La pregunta del millón: de pesos, de yuanes o de dólares!
“Está muy bien reflejado en el documental. Una de las entrevistadas refiere que quería expresar ´cosas´ y no tenía el modo; y lo encontró, según sus propias palabras, cuando aprendió a bailar, a moverse, a experimentar la calidez de la cultura latinoamericana. Y ella no es la única, otros chinos refieren la misma experiencia, sobre todo cómo la salsa les ha ayudado a ser más extrovertidos, cariñosos, a expresar sus sentimientos y valorar más la proximidad de su compañer@, más allá de intereses sexuales. Estos son cambios relevantes en los pobladores de un país, que por diversas razones (culturales, históricas, políticas) estuvieron 'cerrados' durante mucho tiempo”.
Entre los exponentes de la “Salsa en China” está David (Huo Yaofei), a quien conocí en una actividad cultural en la Embajada de Cuba en China. Desde el 2003 y en repetidas ocasiones, David visitó la mayor de las Antillas donde aprendió los secretos de bailes cubanos como la rumba, el cha-cha-chá, el casino y el danzón. También se presentó en la televisión nacional bailando salsa (o Casino, como preferimos los cubanos), incluso ganó un premio en un festival de danza.
A su regreso a Pekín, junto a dos músicos chinos, graduados como percusionistas en el Instituto Superior de Arte de Cuba, David fundó el grupo musical y danzario Ahí Namá (interjección típica del español hablado por los salseros). Gracias a ellos, al decir de Laoyi, existe un fermento genuinamente chino en la salsa de este país.
David Huo Yaofei tiene su propio centro recreación y academia de baile en la capital China: “La Casa de David”, cuya gestión cultural ha sido avalada por la Embajada Cubana en China. Pero David es más que un showman o instructor de salsa.
“David es un fenómeno en sí mismo”, dice Laoyi y añade: “Lo fundamental en él es su entusiasmo. Tiene la capacidad de desdoblarse como profesor, bailarín, coreógrafo, administrador de negocios. Quizás por sus dotes artísticas y de liderazgo, su grupo lo sigue a todas partes para emprender diversos proyectos, incluso caritativos. Él ha logrado nuclear en torno a la salsa a niños, jóvenes, adultos y ancianos: es otro de sus méritos y un hecho que revela a la salsa como elemento cultural, integrador de generaciones en China. David ha de considerarse al momento de escribir la historia de la salsa aquí”.
“Un Toque de Salsa China” es el nombre del documental realizado por Isidro Estrada (Laoyi) donde se ofrece una aproximación de a la cultura de la salsa en la China de hoy. Durante más de un año este periodista cubano, residente en Pekín, investigó, concertó entrevistas y produjo el material, junto a su colega china Guo Lingxia (Alicia).
Alicia -graduada de idioma español- ha trabajado en Cuba, España y México, por eso la cultura hispanoamericana no le es ajena, quizás por eso es una china diferente. El perfecto uso que hace del español condiciona que a ratos, olvide la nacionalidad de mi interlocutora, quien es traductora (chino-español) y redactora de la revista China Hoy. Guo Lingxia fue la productora, coordinadora, traductora, y fotógrafa durante todo el “cocinaíto” (como dirían los niños cubanos) de esta salsa china.
Un documental implica tiempo, paciencia y profesionalidad, aunque las improvisaciones son bienvenidas en la mesa de edición, después de un guión bien concebido. Siguiendo cantos de sirenas, sin reparar en los escollos, solo con recursos y financiamientos propios, Laoyi y Alicia siguieron la promesa de hacer la diferencia para llegar a su meta.
A finales de la década del 90, se abrió en Pekín el primer club de salsa, llamado “Latinos”, que cerró en 2007 por problemas económicos. Actualmente los clubes “Salsa Caribe” y “La Casa de David” gozan de la preferencia del público chino y extranjero. Pero el futuro de la salsa en China va más allá de la pista de baile, la academia o el negocio.
“Las perspectivas son inimaginables: desde espacios culturales, intercambios con latinos, gente decidida a invertir en el mercado de la salsa en china, no solo como un negocio, que desde su esencia es muy bueno, sino también como un gran espacio de acercamiento, de diálogo entre civilizaciones. Y ojalá, alguien se decida a hacer la primera película de salsa china. Ese sería el 'gran toque'”.
Baile y aprenda salsa en China
La Casa de David
Club Salsa Caribe
Otros lugares
Salsa en la web: artículos
Salsa, el origen del término
¿Qué es la salsa?
Salsa in Cuba. ¿Qué es la salsa?
2 comentarios:
Juanito:
Laoyi y yo te agradecemos la publicación del artículo. Así llegará a más personas para extender el concepto que la salsa también se arraiga en Asia.
Saludos,
Harold
Saludos desde Colombia y gracias por publicar esta información, por favor donde se puede ver el documental... la mayor importancia de este tipo de trabajos es que pueda ser visto en todo el mundo para que la gente conozca y entienda que la salsa se tomo el mundo, esta arraigada en las grandes urbes y no es como muchos piensan que la salsa ya murio.... mil gracias.
El Compadre
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