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martes, julio 22, 2008

EL PARQUE DE GUANAJAY

Por Rommell González (Radio Artemisa)

Guanajay, La Habana, Cuba- El nacimiento de las villas de Cuba estuvo reglamentado por las Leyes de Indias. Estas abarcaron todo el campo de las actividades humanas e incidieron directamente en la fundación, trazado y construcción de las ciudades durante la época colonial.

España tenía tres tradiciones en el arte de construir ciudades: la herencia romana, la medieval y la árabe. A ellas se añadirían las nuevas concepciones renacentistas de los arquitectos italianos. Sin embargo, sería la medieval la que influiría en los pobladores coloniales debido al valor de la plaza mayor o de armas.

En las ciudades coloniales cubanas la plaza fue el elemento fundamental de la composición y en ella se desarrollarían las principales actividades de la vida pública. Esta tendencia tuvo una mayor importancia en América que en España por la necesidad de afirmación de los poderes metropolitanos sobre la población local.

El actual parque central del habanero municipio de Guanajay existe desde finales del siglo XVIII. Como sus homólogos de la época, es de forma rectangular, pero las calles no parten de los centros de cada lado como lo exigían las Leyes de Indias, sino de sus esquinas.

También viola lo legislado la presencia de la iglesia en uno de sus laterales, cuando debió construirse distante de la plaza para darle más solemnidad y realce.

No obstante, el trazado urbanístico respetó otras regulaciones como la construcción de casas de una sola planta y con portal alrededor de la plaza, así como las calles lisas y estrechas características de esta localidad.

En sus inicios el parque municipal de Guanajay no tenía la forma actual. Presentaba una vegetación profunda que se ordenaba en torno a un espacio central. Su uso original era para la realización de ejercicios militares. De ahí que su primer nombre fuera Plaza de Armas.

Como dato interesante recogido por la historia local, sobresale el asesinato por la espalda del esclavo Pánfilo Lucumí, líder de un levantamiento en la zona de Puerta de la Güira, el 7 de enero de 1827, hecho que ocurrió en este lugar.

En 1888 el parque se adorna con cuatro estatuillas de mármol traídas de Barcelona, las cuales representaban las cuatro estaciones. En 1915 se remodela. Ese año se construye la glorieta de planta circular, estilo neoclásico, cúpula sobre ocho columnas corintias y escaleras a la redonda.

Esta estructura constituye el principal punto visual de la plaza. En el mismo 1915 también se siembran ocho palmas en honor a los estudiantes de medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871. El nombre de Plaza de Armas se cambia por el de Parque Francisco Valdés Cintas.

En 1924 comienza la sustitución de las estatuillas por bustos de destacadas personalidades guanajayenses. El primero en colocarse fue el de Nicolás de Aramburu. Le siguieron los de Francisco Valdés Ramos y José María Valdés en 1947, y por último, el de Vicente Silveira Arjona en 1958.

En 1928, debido a la construcción de la carretera central, fue necesario redondear la esquina del parque frente al Niágara y se destruye la tarja erigida en 1915 a la memoria de Nicolás Aramburu, Vicente Silveira y Francisco Ramos. A las fuentes colocadas entre 1960 y 1961 se añadirían nuevos bancos en los años 70 del pasado siglo con lo cual queda definida la imagen del parque que ha trascendido hasta nuestros días.

El parque central de Guanajay ha tenido vario nombres. Al de Plaza de Armas le siguieron Plaza del Príncipe, Parque Francisco Valdés Cintas, Parque Ismael Cejas y Parque de los Mártires. Ninguno de estas denominaciones cambió su función social y centro de la intensa vida cultural y política guanajayense.

1 comentarios:

Juan José López JARILLO dijo...

POr España existen,en diversas localidades,sitios muy similares al de la foto de este post