Pedro Junco: Un mito de la intimidad
Por Mario Vizcaíno Serrat (Alma Mater)
Gracias a un puñado de canciones sublimes, el compositor cubano Pedro Junco, fallecido a los 23 años, parece destinado a permanecer en la memoria colectiva porque cada cierto tiempo su nombre recobra el esplendor de cuando él amaba febrilmente.
Uno de los más frescos homenajes que pretenden fortalecer el mito de Junco está contenido en el libro Pedro Junco. Viaje a la memoria, emprendido por Amado Martínez-Malo, amigo de juventud del compositor y todavía fascinado con la personalidad libertaria y la sensibilidad que le dieron al músico un atractivo especial.
Mas de 50 años después de la muerte de Junco, Martínez-Malo se lanzó a esta suerte de aventura para rescatar canciones y letras del notable compositorque habían sido sepultadas por el tiempo. Junco se las entregó en una libreta que luego su compañero de bachillerato perdió, pero logró conservar las melodías en la memoria. Hace poco, con la ayuda del cantante Servando Blanco, resucitaron.
En el volumen, Pedro Junco es evocado por sus amigos: era hombre sin artificios, sin ínfulas, inquieto, con la doble obsesión que consumió su corta juventud antes de que falleciera tuberculoso: la música y las mujeres.
Aunque su canción más famosa es Nosotros —que ha recorrido el mundo en decenas de versiones y cantantes— la investigación de Martínez-Malo recuerda un conjunto de temas que hicieron época en Cuba y que, a pesar de su gran calidad, no corrieron la misma suerte.
El investigador, miembro de una familia pinareña que ha vivido pendiente de los mitos, escudriña en testimonios de amigos y admiradores de Junco y los mezcla con páginas dedicadas al arte, para revivir la polémica sobre si la mujer que inspiró los versos de Nosotros es real o imaginaria. Quizás sea una de las zonas más apasionantes del volumen. Para algunos entrevistados, la musa de Junco nunca existió. Otros, en cambio, sostienen que no salió a la luz.
Sin embargo, el cineasta cubano Octavio Cortázar parece acabar con todas las dudas: en un documental presenta fotografías de María Victoria Mora, ahora con más de 70 años y residente en Miami, a quien exhibe como la responsable de Nosotros.
Hubo un puñado de personas que siempre creyeron a pie juntillas en la existencia de Mora o de cualquier otra musa real, pues se basaban en que solo alguien de carne y hueso podía inspirar versos tan sublimes y amorosos.
Cortázar asegura que sus fuentes son personas que conocieron tanto a Junco como a María Victoria, hermana de Menelao Mora, uno de los jóvenes que asaltaron fallidamente el Palacio presidencial para derrocar al dictador Fulgencio Batista en 1957.
De cualquier modo, la vida de Pedro Junco, uno de esos compositores diestros que ha dado Cuba, se impulsa aún más hacia la leyenda con otro viaje hacia su intimidad, una larga deuda que sus amigos, por fin, saldan con él.
0 comentarios:
Publicar un comentario