Búsqueda Personalizada

jueves, septiembre 20, 2007

Porto sin mea culpa

Por Isidro Estrada (Cubarte)

Por espacio de 15 años, el popular actor cubano Manuel Porto ha dirigido con vocación de sacerdote uno de los proyectos culturales más ambiciosos y menos ortodoxos del país. Hoy, en medio de festejos por sus tres lustros de vida y resistencia, se habla de Korimakao con una mezcla de admiración y fe en las potencialidades del arte comunitario.

“No siento una gota de arrepentimiento,” afirma Manuel Porto con la mirada fija, como queriendo calzar lo dicho con el mismo aplomo y sentimiento con que ha encarnado a tantos inolvidables personajes en las tablas y pantallas cubanas. Frente a mí tengo a uno de los actores de la isla que más ha calado en el corazón de sus compatriotas en los últimos tiempos. Hace algunos años calificaba incluso entre los más cotizados de su gremio. Hoy mismo podría estar cómodamente sentado en una sala de La Habana, bebiendo buen ron y rechazando o aceptando guiones, llenándose los bolsillos a fuerza de protagonizar telenovelas, filmes y otras preciosidades de los medios masivos. Y, sin embargo, confiesa no tener mal de conciencia alguno por haberse ubicado a 180 kilómetros de una vida muelle, de las recompensas de la fama.

Contento se le ve sudar en el momento de la entrevista – y antes y después - , con el calor y la humedad intensos del poblado de Pálpite, en la Ciénaga de Zapata, de la vecina provincia de Matanzas. Unos minutos antes ha exhortado a sus compañeros de labor a no olvidar nunca la razón de ser del proyecto cultural comunitario que juntos han sustentado por más de 15 años: “ir siempre primero a donde están los más humildes, los que reciben menos, y hacerlo a cambio de nada, o mejor, a cambio de la sonrisa de un niño, de la expresión agradecida de un obrero o de un campesino.” Esa es la filosofía del Conjunto Artístico Comunitario Korimacao: servir de forja a mejores seres humanos decididos a ayudar con su arte a que otros seres humanos. No importa donde estén.

Esa misma fue la bandera que Manuel Porto enarboló allá por 1989, cuando Korimacao (en la lengua indígena vernácula kori significa hombre; macao es el molusco que lleva la casa a cuestas) era apenas una propuesta de promoción cultural, con el nombre de Proyecto Artístico Experimental Ciénaga de Zapata, según la concepción del fallecido Comandante Faustino Pérez. En la actualidad, cuando este hervidero de creatividad es sitio de peregrinaje obligado para decenas de artistas, funcionarios y periodistas, entre otros, la misma enseña sigue ondeando en las manos del hombre que, por otra parte, admite sin entrar en conflictos del alma que “no hay noche en que me acueste sin antes pensar en los estudios de TV, las cámaras, mi gente de allá, mis hermanos actores, los directores, a quienes extraño extraordinariamente.”

“Haré una película en octubre,” anuncia, para agregar que “después posiblemente haga un serial para la TV, en Santiago de Cuba, sobre la vida de Frank País, todo dentro de las posibilidades que me deja la institución, pues hay que terminar sus construcciones y otras cosas, para que alcance el nivel de realización artística al que aspiramos. Esto es además un llamado a la vanguardia artística. Tú mismo habrás reparado en que hubo problemas con el sonido. Es que hace falta capacitar a nuestros técnicos y se requiere que venga gente de alto nivel para enseñar a esos jóvenes. Nos pasan esas cosas. Pero es que cuando uno se enamora de un sueño lo pone en función de muchísimas cosas.”

Como para dejar bien en claro sus viejas lealtades, Porto reitera: “No me he ido de la TV, del cine, de la radio. No puedo vivir sin eso. Me he alejado en distancia de esos medios porque creo que estoy realizando una labor importante para mi país. Hacía falta que alguien la acometiera y yo di el paso al frente.”

“No es menos cierto -sostiene- que desde el punto de vista actoral quizás yo haya dejado de hacer muchas cosas en TV, pero he hecho otras que me compensan, como saber que hemos formado jóvenes, no solamente en el arte, sino en su conducta. Muchachas a las que quizás salvamos de la prostitución, o a jóvenes de delinquir. Eso compensa haber dejado de hacer una aventura, o una novela, o una película.”

Todo camino comienza por un paso

Tres lustros atrás, con su solitario paso al frente, para citar el viejo proverbio chino, Porto comenzó una prolongada andadura. Un sendero que si bien se vislumbraba promisorio desde su misma concepción, ha estado por igual preñado de dificultades, desencuentros y escollos. Baste decir a modo de ejemplo que de los 70 fundadores, sólo tres se mantienen aún en la nómina activa del conjunto. Pero incluso para los que por diversas razones fueron quedando en el camino, Porto tiene palabras de reconocimiento cuando dice: “los que no creyeron fueron los que más fuerza nos dieron para demostrar que sí se podía hacer. Lo mismo que aquellos que nos abandonaron en algún momento.”

Al evocar los tiempos iniciales recuerda que “la dirección de Cultura provincial todavía no nos digería muy bien, pero eso fue cambiando.” De cara a los que él denomina como adversarios de sueños, pero no enemigos, sino “compañeros tan revolucionarios como nosotros,” se fue imponiendo una etapa de convencimiento y reafirmación. Corrían los muy complejos tiempos de inicios del Período Especial – cuando todo escaseaba y el porvenir se presentaba ataviado con inciertas prendas. Entonces, agrega, “había distintos pensamientos sobre hacia dónde había que dirigirlo todo.”

“En el Período Especial cabía pensar que hubiera compañeros que se opusieran a la locura, a la quimera de crear una institución artística en el territorio que antes de la Revolución había sido el más atrasado de Cuba, ante la situación que vivía el país, que imponía cosechar mucha vianda para que la gente resolviera. Era un poco una quimera, pero nosotros defendíamos que era el momento de sembrar en la mente y el sentimiento de los seres humanos a través del arte para poder producir más.”

En sus palabras, “esta historia podemos separarla quizás en tres o cuatro etapas muy importantes de la institución. Los años de su fundación alrededor de la figura de Faustino (Pérez), autor intelectual y promotor mayor de esto que hoy estamos conmemorando aquí. La etapa que viene después de la muerte de Faustino, hasta los años 2000, y la etapa después del 2001, tras la visita del Comandante Fidel Castro a esta institución. En estas etapas no existía nada de lo que hoy tenemos. En la primera lo que había era un campamento de pioneros y dormíamos en las carreteras, aunque ya apoyados por Faustino y los compañeros de Cultura Provincial, los compañeros del Gobierno Provincial, como Granda, el compañero Armando Hart como Ministro de Cultura.”

“Quizás muchos no se den cuenta de la grandeza que tiene que en este pedacito de tierra la Revolución haya creado, y esté creando, una institución como ésta. Quizás algunos no tengan la visión del Comandante cuando nos dijo: ‘Esto no es sólo importante para la Ciénaga; es importante para Cuba.”

“Creo que el mundo está muy tenso, muy escabroso. Están ocurriendo cosas terribles en el mundo y este pedacito de tierra y este país están en la Tierra, no en otro planeta. Y hay que definirse, como artista y como ser social, como creador y como ente político, y saber qué es lo que uno defiende con su instrumento de trabajo, que en nuestro caso son la creación y el arte. Se trata de llevar a los seres humanos, a través de ese arte, la expresión lo más acabada posible de los logros de nuestra sociedad. Y para eso se necesitan buenos seres humanos, gente cargada de amor, de desprendimiento, para hacer un arte como el que hacemos aquí, sin consumo, sin mercancía, con otras raíces – sin criticar aquél-, pero éste lleva más renuncia, esfuerzos y sacrificios .”

Porto se mueve incansable. Con el mismo talante que atiende a los funcionarios visitantes, vela por sus compañeros de proyecto o pone oído a la prensa. Arenga, exige, ríe, maldice cuando algo sale al revés o demora, y al caer el sol termina cortando una gigantesca tarta que rememora los 15 años más exaltados de su existencia. “¿Cómo ves esto, periodista?” interroga ahora, apoderándose por un momento de la función de su interlocutor. Todavía sobrecogido para bien por lo que me rodea, temo errar en mi valoración y concluyo hablándole de otro territorio visitado, donde me consta que alguien como él haría maravillas en el tema de la cultura comunitaria: La Caridad de Los Indios, en el municipio Manuel Tames, provincia de Guantánamo. Autoridades y pobladores de esa zona oriental me confiaron en algún momento su preocupación por cierto estancamiento en su Casa de Cultura. “A ver si la prensa nos tira un cabo,” solicitaron. Le reconstruyo la “película Guantanamera” a Porto y de inmediato su mirada vuelve a quedar fija en algún punto, calibrando quizás un nuevo sueño, sin importar su ubicación geográfica. Quién sabe cuántas telenovelas seguirán esperando por él.

Recuadro

Cronología mínima del Conjunto Artístico Comunitario Korimacao

7 de diciembre de 1989 - Manuel Porto llega a la Ciénaga de Zapata para filmar la serie de televisión Cuando el agua regresa a la tierra. Poco después nace la idea del proyecto Korimacao, tras su entrevista con el Comandante Faustino Pérez, principal promotor del proyecto.

12 de marzo de 1992 - El Ministerio de Cultura aprueba el proyecto.

13 de agosto de 1992 - Se inaugura el proyecto.

2 de diciembre de 1992 – Korimacao se estrena con la obra teatral La Hoguera, con motivo del aniversario 36 del desembarco del yate Granma.

24 de diciembre de 1992 – Muere Faustino Pérez.

13 de marzo de 1993 – La denominada Tormenta del Siglo causa graves daños a la economía nacional, lo que incide en una amenaza de paralización para el Proyecto Korimacao.

24 de mayo de 1994 - Tras la época incierta que sigue al fallecimiento de Faustino Pérez y los estragos de la Tormenta del Siglo, renace el proyecto.

19 de abril de 2001- El Presidente Fidel Castro visita la sede del proyecto y ofrece ayuda.

2003 – Se aprueba primer presupuesto para renovación de proyecto.

Febrero de 2004 - Comienzan las obras de ampliación de las instalaciones culturales y de vida del proyecto en el batey de Pálpite.

13 de agosto de 2007 – Korimacao festeja su decimoquinto aniversario, con importantes obras arquitectónicas a punto de conclusión. Su ampliación deberá ser antesala para el funcionamiento de un Centro Internacional de Arte Comunitario, viejo sueño de su fundador, Manuel Porto.

0 comentarios: