Flora y fauna bajo pesquisa
Por Orfilio Peláez (Granma)
Cuba atesora una rica diversidad biológica, caracterizada por valores muy altos de endemismo. Baste decir por ejemplo que el 52,4% del total de las plantas superiores de nuestro archipiélago es endémico, mientras 43 de las 46 especies de anfibios conocidas a nivel nacional, viven exclusivamente en la mayor de las Antillas.
Sin embargo, y como bien aparece en la recién publicada Estrategia Ambiental Nacional para el periodo 2007-2010, la pérdida de la diversidad biológica es uno de los principales problemas ambientales que tiene el país. Las causas obedecen, entre otras razones, a la destrucción de hábitat y ecosistemas, introducción de especies exóticas que perjudican a las nativas, y la existencia de insuficientes mecanismos regulatorios y de control para prevenir y sancionar la caza y pesca furtiva, así como el comercio ilícito de especies amenazadas.
Dentro de los esfuerzos dirigidos a promover el cuidado y manejo de lugares de interés ecológico, especialistas del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), en colaboración con el Field Museum de Chicago, el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad, las delegaciones provinciales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y otras instituciones, realizaron los denominados Inventarios Biológicos Rápidos en seis regiones con alta riqueza de flora y fauna.
Según precisó a este diario el doctor Reinaldo Rojas Consuegra, director del MNHN, las zonas sometidas a esta suerte de pesquisaje biológico fueron la reserva de la Biosfera Ciénaga de Zapata, Sierra de Cubitas, Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Reserva Ecológica Pico Mogote, Parque Nacional La Bayamesa, y la Reserva Ecológica Siboney-Juticú.
Tales inventarios, destacó, tienen el objetivo de hacer en corto tiempo un levantamiento general de las poblaciones de plantas y animales existentes en cada uno de los sitios escogidos, a fin de actualizar el conocimiento sobre los organismos que viven allí y diseñar acciones efectivas para garantizar la preservación de esos recursos biológicos.
Una vez recopilado todo ese volumen de datos por las diferentes expediciones, se hace una información preliminar acerca del estado de conservación de los mamíferos, aves, insectos, anfibios, reptiles, arácnidos y especies vegetales, la cual es entregada a las autoridades y entidades científicas locales.
Las evaluaciones sirven de plataforma para la puesta en práctica de programas de educación ambiental en las comunidades aledañas y propiciar así la incorporación de los pobladores a la protección de la biodiversidad.
También son tomados en cuenta en los planes de manejo de las áreas protegidas, las cuales cubren hoy el 22 % del territorio nacional en todas sus variantes y categorías.
Muchos beneficios han aportado los Inventarios Biológicos Rápidos. En el caso de la Ciénaga de Zapata, el estudio se hizo en el 2002 y junto con el registro de nuevas especies cubanas de moluscos y reptiles, permitió identificar las principales amenazas a la diversidad biológica y los recursos naturales de ese ecosistema, que tiene la mayor área de pantanos de Cuba y está considerado el mejor humedal del Caribe insular.
El doctor Rojas explicó que la información obtenida durante el desarrollo de este inventario fue de suma utilidad a la hora de evaluar los daños ocasionados por el incendio forestal de grandes proporciones ocurrido allí recientemente.
Los resultados de este proyecto científico constituyen valiosas herramientas para el diseño de estrategias más efectivas de conservación. El alto endemismo de la flora y la fauna nacional así lo amerita.
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