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viernes, mayo 11, 2007

Vigilantes del ozono superficial

Por Orfilio Peláez (Granma)

Quizás menos publicitado que otros contaminantes del entorno, el llamado ozono superficial o troposférico puede ocasionar grandes daños cuando sus concentraciones rebasan los límites permisibles.

Recientes estudios internacionales confirman que el aumento de los niveles de O3 en las cercanías del suelo terrestre ocasiona la aparición de plagas y enfermedades en diferentes cultivos agrícolas, reduce el rendimiento y la calidad de la cosecha, además de mermar el follaje de los bosques.

El hombre tampoco escapa a sus nocivos efectos y la ciencia ha podido comprobar que el exceso de ozono superficial suele irritar las vías respiratorias y provocar un incremento en los casos de asma. También agudiza determinados trastornos cardiovasculares, y disminuye la capacidad pulmonar.

Por lo general, dicho compuesto se forma a partir de las emisiones locales de gases contaminantes que reaccionan con la luz solar, o puede aparecer debido al transporte a distancia de masas de aire procedentes de zonas industriales, asociadas a diferentes sistemas meteorológicos (frentes fríos, bajas extratropicales, centros de altas presiones, y huracanes).

¿SIGLA MÁGICA?

Afortunadamente, Cuba cuenta desde hace más de diez años con un Sistema de Aviso Temprano (SAT-O3), para alertar a los productores agrícolas con cinco días de antelación, cuándo deben esperar aumentos en los niveles de ozono troposférico.

Ello posibilita adoptar de manera oportuna un conjunto de acciones dirigidas a proteger los cultivos y disminuir las pérdidas, como es, por ejemplo, la aplicación de determinadas sustancias fungicidas, y activar los sistemas de riego.

Según explicó el doctor Jesús Ramírez Almoguea, del Centro de Contaminación de la Atmósfera del Instituto de Meteorología, y autor principal de este resultado científico, existe un grupo multidisciplinario del Ozono superficial, integrado por TABACUBA, el Centro de Sanidad Vegetal, la Empresa Nacional de Seguros (ESEN), y la ANAP, cuya cohesionada labor ha permitido la completa generalización del SAT-O3.

Los cultivos más beneficiados por la singular experiencia son el tabaco, ajo, cebolla, papa, tomate, remolacha y pepino, los cuales en los últimos tiempos exhiben una notable reducción de las pérdidas asociadas al ozono superficial.

Osvaldo Encarnación, vicepresidente de TABACUBA indicó, por ejemplo, que gracias al sistema de aviso (llega a la casi totalidad de los productores estatales y privados), en la campaña 2006-2007 las plantaciones de tabaco dañadas por este problema no rebasaron las 500 hectáreas, cuando hace solo cinco años rondaban las 2 500.

En el caso del ajo baste decir que en 1992 el 73 % de lo sembrado se perdió por dicha causa y en la actualidad la cifra apenas representa el 2 %.

Consultado por Granma, Vicente Arias, subdirector de operaciones del Seguro, destacó asimismo, cómo a partir de la aplicación masiva del citado logro, el importe referido al pago de indemnizaciones a los productores tabacaleros por daños atribuidos a las excesivas concentraciones de O3, disminuyó en un 90%.

De acuerdo con las investigaciones desarrolladas, el ozono superficial comienza a ser perjudicial para la agricultura cuando supera el valor de 70 microgramos por metro cúbico.

Sin embargo, en el transcurso del 2006 hubo días con cifras superiores a los 170 microgramos/m3 en diferentes zonas del archipiélago cubano, incluso llegaron a los 240 en algunos puntos, pero los daños pudieron minimizarse por el empleo del SAT-O3.

Al margen de sus impactos favorables en la economía nacional, el sistema de alerta temprana goza de reconocimiento internacional, y hoy es aplicado en otras naciones.

Entonces, valdría la pena valorar la posible creación en el país de un método similar, que teniendo en cuenta los efectos perjudiciales del ozono superficial sobre las personas, advierta públicamente las acciones a tomar para proteger la salud humana los días con alta concentración del nocivo gas.

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