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domingo, mayo 20, 2007

Cuba: Filatelia y rebeldía nacional

Por Juan Hernández Machado* (Prensa Latina)

La Habana.- Desde que se emitiera el primer sello de correos en el mundo, el 6 de mayo de 1840, el hombre ha contado con un nuevo elemento de colección, aprendizaje y cultura, en el cual se ponen de manifiesto las corrientes políticas y los sentimientos de quienes gobiernan en los Estados que los confeccionan.


Así, los primeros sellos, lanzados por las Metrópolis existentes entonces, llevaban la imagen de sus reyes y reinas y circulaban por todo su territorio y por las colonias que administraban en aquel entonces.

Más tarde, en el propio siglo XIX, comenzaron a aparecer símbolos nacionales en los sellos de correos así como personalidades políticas, culturales y científicas de importancia, fundamentalmente del país que los emitía.

A fines de ese siglo e inicios del XX surgen los sellos llamados “conmemorativos” por los coleccionistas, porque estaban dedicados a un hecho histórico o acontecimiento importante. Es allí donde se abre el diapasón de temas para las estampillas de correos.

Hoy día es difícil pensar en temas de interés general que no estén recogidos, de una u otra forma y con más o menos magnitud en los sellos y elementos postales que circulan por el mundo.

Pasando revista a los mismos, nos encontramos con un hecho que no es común. Nos referimos a la vinculación de la filatelia con la rebeldía nacional en Cuba.

El actual escudo nacional cubano fue adoptado el 21 de abril de 1906 mediante un Decreto emitido por Tomás Estrada Palma, primer Presidente de la República de Cuba.

Éste se inspiró en el escudo que diseñara el poeta cubano Miguel Teurbe Tolón en 1849, que sirviera de viñeta al periódico “La Verdad”, dirigido por Teurbe en la ciudad de Nueva York.

El escudo inicial diseñado por Teurbe Tolón sufrió ligeras modificaciones hasta llegar al de nuestros días, que está constituido en tres cuerpos, espacios o cuarteles.

En el superior se encuentra Cuba, representada por una llave con la palanca hacia abajo, entre dos puntas de territorio, en alusión a la posición estratégica de la isla.

Por esa posición geográfica este país fue conocido como “La llave del Golfo”. Y específicamente a esto nos referiremos en el tema que hoy nos ocupa.

Cuando se iniciaron las primeras luchas por la independencia cubana del dominio español en 1868, se comenzaron a dar los pasos para tener un Gobierno propio, aunque fuera en armas, y éste, a medida que fue ganando en organización, creó el sistema de correos en las regiones controladas por los insurrectos cubanos.

A tal efecto, en 1874 se emitió un sello de correos, de color verde y valor facial de 10 centavos, que es conocido como el primer sello mambí o sello insurrecto y que fuera utilizado para franquear la correspondencia en las zonas liberadas de Cuba. Este reproducía el diseño del escudo cubano hecho por Teurbe Tolón en 1849.

¿Dónde está el dato curioso? La llave que representa a Cuba entre las dos puntas de territorio se encuentra boca arriba y no boca abajo, como estuviera tanto en el diseño de Teurbe como en el actual escudo nacional cubano.

Durante la guerra final por la independencia, la que comenzara en 1895, se emitieron en 1897 otros cuatro sellos con diseño similar al de 1874, incluyendo la posición de la llave, aunque en colores y con valores diferentes.

Este elemento fue un acto de rebeldía nacional ante el coloniaje español de la época. Los sellos del “Correo insurrecto” son bien apreciados por todos los coleccionistas que tienen a Cuba, como país, entre sus preferencias.

Otra experiencia sobre la rebeldía nacional cubana utilizando los sellos de correo se aprecia en dos ejemplares emitidos en la década del 50 y que fueran sobrecargados con la inscripción “M 26-7. Libertad o Muerte. Compañía J. M. Márquez”.

Con esas siglas iniciales se identificaba el Movimiento Revolucionario “26 de Julio”.

“Libertad o muerte” fue la consigna que lanzaran los combatientes rebeldes, encabezados por Fidel Castro luego de iniciar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista a partir del 2 de diciembre de 1956.

Y Juan Manuel Márquez fue el segundo jefe de la expedición del yate “Granma”, que trajera a Fidel Castro y sus compañeros desde México en 1956 para iniciar la lucha armada. Fue asesinado por las fuerzas de la dictadura poco después del desembarco.

Lógicamente, a diferencia de los sellos emitidos por el Gobierno de la República en Armas durante las dos guerras de independencia en el siglo XIX, que sí se utilizaron para franquear la correspondencia en las zonas libres, no tenemos constancia de qué correspondencia con estos sellos sobrecargados haya circulado en la década del 50.

La razón es obvia, en el primer caso había un servicio de correo organizado por las fuerzas que luchaban contra España para funcionar en el territorio administrado por ellas, mientras que en el segundo el servicio nacional de correos era controlado por el Gobierno del dictador Batista.

No obstante, el hecho de que estos sellos sobrecargados con consignas revolucionarias circularan entre la población de la capital cubana, porque no tenemos referencia de que hubieran sido distribuidos en el resto de las provincias, son una muestra de la rebeldía nacional ante la dictadura batistiana.

*Mérito Filatélico de la Federación Filatélica Cubana y colaborador de Prensa Latina.

1 comentarios:

Filadan dijo...

Interesante vinculación entre Filatelia y la revolución cubana.

"El estudio y el conocimento de los temas que representan los sellos postales y que pueden enfocar todos los aspectos del saber humano hacen de la Filatelia un positivo medio de cultura"

Saludos desde Argentina. Espero su visita en mi blog: Filadan. http://filadan.blogspot.com