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viernes, agosto 18, 2006

Cuba: Paseo entre piratas, corsarios y filibusteros

Por Raúl García Alvarez* (Prensa Latina)

Sancti Spíritus.- Por más de dos siglos los piratas, corsarios y filibusteros franceses, holandeses e ingleses se convirtieron en una plaga que asoló América, en especial el Caribe, saquearon villas, poblados y navíos que transportaban las riquezas del nuevo al viejo continente.

Cuba se enfrentó desde el siglo XVI a esos ataques, a las visitas inesperadas de los asaltadores; los más notables fueron el francés Jacques de Sores y los ingleses Francis Drake y Henry Morgan.

Las diferencias entre estos radicaba en que los piratas eran marinos dedicados al abordaje de naves y el saqueo en villas, mientras los corsarios tenían una "Patente de Corso" del monarca para causar daño a las naciones enemigas.

También existieron otros saqueadores como los bucaneros, colonos principalmente franceses que ejercían el contrabando.

En 1630 se radicaron al oeste de La Española (Santo Domingo) y junto a británicos y holandeses que llegaron después, fueron expulsados, asentándose en la isla Tortuga o de los piratas, al norte de Haití.

Igualmente en la zona del Caribe cometieron fechorías los llamados filibusteros (término de origen francés) que actuaban libremente y se asentaron en esa porción de tierra, cuya forma recuerda el caparazón de un quelonio.

Estos, en unión de los bucaneros, ayudaron a Inglaterra a apoderarse de Jamaica.

Para el historiador Carlos Joaquín Zerquera y Fernández de Lara, el primer acto de vandalismo que recogen los libros fue el de 1521 y estaba relacionado con América, aunque no ocurrió en ella.

Según literatura de la época, Juan Florín (alias Florentino), al amparo del Rey francés Francisco I, capturó parte del tesoro que pertenecía al azteca Montezuma y era enviado por Hernán Cortés al Rey de España.

De acuerdo con documentos que se conservan en los Archivos de Indias, ya desde 1506 había barcos franceses surcando el Caribe.

Para resguardar el comercio, España decidió organizar grandes flotas que tendrían como punto de escala obligada el puerto de La Habana.

El investigador de la villa de Trinidad, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, a 300 kilómetros al centro sur de la Isla, afirma que el conflicto mercantil y de posesión de tierras entre España y Europa originó la piratería en América.

Piratería en Cuba

Desde los albores del siglo XVI comienza a tener auge la piratería en el Caribe y Sudamérica, pero es en 1537 cuando los franceses ejecutan los primeros asaltos a Pinar del Río.

Un año después piratas al mando de Diego Pérez (lugarteniente de Jacques de Sores) desembarcan en la villa de La Habana. Entre sus preferencias estaba la de profanar las iglesias católicas.

En 1546 franceses bajo las órdenes de Jean François de la Roque de Roberval, que procedían de Canadá, atacan y saquean Baracoa y La Habana.

En la segunda mitad del siglo XVI, Sores y François Leclerc (Jambe de Bois - Pata de Palo), atacan la plaza de Santiago de Cuba.

Posteriormente Sores asalta Puerto Príncipe, hoy Camagüey, y desembarca en la villa fundada por Velázquez en 1514, cerca de Nuevitas. Aquí asesina, roba y secuestra a mujeres que ultraja y después deja abandonadas en un cayo.

En ese período los piratas atacan las villas de Trinidad, Baracoa, San Juan de los Remedios y Bayamo, mientras el corsario francés Richard Hawkins lo hace contra Manzanillo, en el oriente cubano.

A inicios del siglo XVII Gilberto Girón desembarca por la zona de Bayamo, donde secuestra al Obispo de Santiago de Cuba, Juan de las Cabezas y Altamirano, quien es rescatado meses después con ayuda de los vecinos de la zona. El pirata francés fue capturado y ejecutado.

Este episodio sirve a Silvestre de Balboa Troya y Quesada (residente en Puerto Príncipe) para su obra "Espejo de Paciencia", considerada como la más antigua muestra de la poesía cubana.

Otro de los grandes asaltos (1628) lo realiza el holandés Pieter Pieterszoon (Pyet Hein, o Heyn, alias Piet), al capturar en Matanzas un convoy español cargado de barras de oro y plata con destino a España.

Por su parte el francés Jacques Jean David Nau (Francois L'Olonnois - el Olonés), arremete contra los poblados de Batabanó, San Juan de los Remedios y Puerto Príncipe.

Henry Morgan es el filibustero más sanguinario de esa época. Al asaltar el segundo asentamiento de Puerto Príncipe -70 kilómetros tierra adentro- asesina a familias que se refugian en la Iglesia.

En esta relación de piratas no podía faltar el cubano Diego Grillo (el mulato, como le llamaban por ser hijo de africana con español).

Dicen que se convierte en un experto marino al mando de una nave de 10 cañones, con la cual ataca un grupo de embarcaciones españolas en el puerto de Nuevitas, Camagüey, y se apodera de los tesoros que traían de la América.

Corsarios en Sancti Spíritus y Trinidad

Relata el historiador de Trinidad que desde 1522 la localidad del Espíritu Santo, en la actualidad Sancti Spíritus, se convierte en el centro económico, político y militar de una vasta región, desde Bainoa (La Habana) hasta Morón y Ciego de Avila, en el oriente.

Aquí se asientan -opina- dos de las siete villas codiciadas por corsarios y piratas, La Trinidad y la del Espíritu Santo, fundadas en 1514.

Por sus inmensas riquezas fueron asediadas, asaltadas, saqueadas e incendiadas, destruidos los archivos originales del Ayuntamiento y la iglesia, argumenta.

En la navidad de 1667, el holandés Edward Mansveldt, o Edward Mansfield, después de pegar candela a valiosos documentos, roba del altar de la Parroquia Mayor espirituana un gallo de oro, aunque otros escritores atribuyen ese hecho a Pierre Le Grand.

En 1654 los piratas desembarcan por el puerto de Casilda y asaltan a Trinidad.

Datos de la época recogen ese hecho "como de calamidad y destrozos", cientos de pobladores huyen junto al cura de la iglesia, quien es asesinado cuando regresa para tratar de evitar la profanación de su Santo Recinto.

*El autor es corresponsal de Prensa Latina en Sancti Spíritus.

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