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jueves, julio 20, 2006

Cuba, llegó la era del etanol

Por Roberto Salomón* (Prensa Latina)

La modernización de las destilerías e instalación de nuevas fábricas de este tipo para quintuplicar la capacidad productiva de etanol (alcohol de caña de azúcar u otros cultivos), es el fin de un ambicioso programa que implementa Cuba a favor del sector azucarero y la economía del país.

Así, la isla estará en condiciones de producir mayores volúmenes de alcohol exportable y para las mezclas con gasolina y sustituir por esta vía contaminadores que dañan la salud.

En virtud del proyecto, que se implementará de forma acelerada, la cuba podrá fabricar anualmente 500 millones de litros de alcohol, contra una capacidad actual de cerca de 180 millones.

La estrategia de producción y consumo de ese derivado incluye una amplia gama de aspectos, desde el tecnológico, hasta el ambiental, pasando por los costos, los precios, los usos y el mercado, entre otros.

El país, además, se propone potenciar en un 30 por ciento la siembra de caña de azúcar, para elevar la producción de sacarosa y aprovechar los altos precios de ese alimento, los cuales se ven respaldados por la creciente demanda de alcohol.

En el IX Congreso Internacional sobre Azúcar y Derivados de la Caña, que sesionó recientemente en esta capital y tuvo como actividad central un taller sobre etanol, se precisó el alcance y perspectiva del programa.

También se brindó una panorámica de las perspectivas del uso de ese alcohol en la región y el mundo.

Como señaló el director general de la Organización Internacional del Azúcar (OIA), Peter Baron, este producto está en expansión en el orbe y constituye un acontecimiento en la agroindustria en los últimos años, el motor fundamental para la economía del sector.

Baste señalar que el alcohol como carburante está siendo adoptado por las principales fábricas de automóviles y combustibles a nivel mundial, y la creciente demanda del producto estimula como en ningún otro momento la economía de esa agroindustria.

Un poco de historia

Tradicionalmente el alcohol se utilizó como bebida y en otros usos, incluida la industria farmacéutica. Sin embargo, a partir de 1970, como consecuencia de la crisis mundial de energía, se desarrolló su aplicación como combustible automotor.

En Cuba se empleó durante la Segunda Guerra Mundial en mezclas con gasolina, que se bautizaron como mofuco, en una tendencia favorecida por la escasez ocasionada por la contingencia bélica, pero esa práctica nunca se generalizó antes de 1959.

Al calor del presente auge de este derivado en Latinoamérica y otras regiones, como resultado de los actuales altos precios del petróleo, el archipiélago se propuso un ambicioso plan para ampliar su producción a partir directamente del jugo de caña de azúcar (guarapo), sobre la base de una nueva tecnología desarrollada en la isla.

Esta se aplica en la destilería del central Heriberto Duquessne, en la zona central, y con ella se abren nuevas perspectivas, pues permite un alcohol de mayor calidad y menor costo.

Además, favorece la cogeneración de electricidad, al posibilitar la acumulación de mayor cantidad de bagazo ( fibra de caña de azúcar), utilizado como energía para obtener azúcar de más calidad, levadura y otros productos en el proceso, y el fertirriego (empleo de residuales del proceso como fertilizantes).

En Cuba se produjo alcohol a partir del jugo en varias destilerías años antes, pero esta experiencia no dio el resultado esperado, ya que en ocasiones afectaba el proceso de fabricación de azúcar, cuando el etanol se concebía como un residual.

Ahora, a luz de los actuales planes de diversificación, el alcohol tiene más fuerza económica y es un producto de exportación con buenos precios que permitirá al sector no depender solamente de las ventas de sacarosa.

Hoy en la esfera internacional este derivado está en bolsas de acciones y posee una relevancia enorme, estimulada por el desarrollo de la experiencia de Brasil, mayor productor mundial de etanol.

El país sudamericano obtiene más de 16 mil millones de litros de ese derivado y se propone cifras muy superiores en el futuro cercano

El etanol, además, tiene el gran mérito de que está coadyuvando a estabilizar y recuperar los precios internacionales del azúcar, y ambos productos se apoyan mutuamente en el terreno de la cotización.

Expertos afirma que en la actualidad el mercado de alcohol para uso local y de exportación propicia oportunidades prácticamente ilimitadas a todos los países productores.

Se trata de una alternativa viable ante los elevados precios del petróleo en el mercado internacional, sin olvidar sus positivos efectos sobre el medio ambiente.

*El autor es periodista de la Redacción Económica de Prensa Latina.



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