DICE IFÁ: «LA VERDAD ES LA PALABRA QUE NO SE CORROMPE»
Conversación con Gerardo Frómeta, sacerdote de
la Regla Ocha-Ifá.
Texto y foto de Alex Fleites
Treinta y cinco años, diez meses y un día
después de su llegada a este planeta, más específicamente a La Habana, Gerardo
Frómeta Hernández, Licenciado en Cultura Física, Máster en educación avanzada y
tres cinturones negros de artes marciales (Kárate Do, Taekwon-Do y Kick Boxing-Full
Contact), nacía como sacerdote del complejo de creencias denominado Ocha-Ifá,
con el nombre religioso y premonitorio de Ifatooyangan, lo que en lengua yoruba
significa “el que está orgulloso de practicar la profesión de Ifá”.
Los esclavos provenientes de África Occidental
trajeron a América sus antiquísimas creencias, consideradas paganas por la
religión oficial de los conquistadores: el catolicismo. La colisión entre ambas cosmogonías, la del
esclavo y la del esclavista, dio origen a un proceso de sincretismo (algunos
creen que el término ajustado es transculturación) mediante el cual surge la
Santería, que es como popularmente se conoce a la Regla de Ocha-Ifá. De modo
que la religión que se acepta bajo este nombre es una extensión de la practicada
por los yorubas, “aplatanada” de este lado del mar, aunque con esencias muy
hondas afirmadas en la tradición africana.
La deidad superior del panteón yoruba es
Olodumare[1], el principio creador, el demiurgo, la energía primigenia, «El
Único No Visto», que no tiene una representación corpórea. Cuenta la tradición
que Orúmila (Orula) recibió de Olodumare la sabiduría que se trasmite a los
hombres y mujeres a través de Ifá, que es, a un tiempo, un oráculo, un denso
cúmulo de conocimientos, una filosofía de vida y un dios. El babalawo o
sacerdote, es el mediador entre Ifá y los fieles. Babalawo significa padre o
guardián de los secretos.
Para los yorubas practicantes de esta
religión, todo lo que es ya fue. Y cada ser humano viene al mundo material con un
camino trazado (atonwa). Diversas contingencias pueden apartar al hombre de su
senda (malas actitudes, desconocimiento), y la tarea del babalawo consiste en
ayudarlo a reencontrar la ruta, sanando el cuerpo y el espíritu, acción que le
permita realizarse –hallar desenvolvimiento– de este lado de la existencia. Un
dato significativo es que para los iniciados y creyentes en esta religión, el
destino no es inexorable, sino un ideal a alcanzar; tampoco existe el concepto
de pecado original.
Foto: Alex Fleites.
***
Frómeta es un hombre afable, de risa fácil. Su
igbodú (lugar donde oficia) es limpio y ordenado como un quirófano. Allí
conversamos de lo divino y de lo humano, dos términos que para él vienen a ser
casi lo mismo.
Los entrevistadores amamos el alarde, a los
personajes que son o creen ser extremos: los que aman, sufren y ríen “más que
nadie”. Frómeta responde lo esencial, su exuberancia es la hondura del
concepto. Lo característico en él es el iwa pele (buen carácter).
Lo primero que llama la atención es su extenso
palmarés deportivo, con títulos nacionales e internacionales; también sorprende
que provenga de una familia sin vínculos con religión alguna, por lo que su
formación ha sido absolutamente materialista.
Para entrar en calor le pido que defina Ifá.
Definir algo es encerrarlo en un concepto. El
sistema de enseñanza occidental está basado en conceptos y definiciones. Si doy
una definición estaría limitando lo que no tiene límites ni puede ser definido.
Igual te doy una idea aproximada: Ifá es la
palabra de Olodumare, y toda la creación es la obra de Olodumare y de los
Irunmoles (fuerzas de la naturaleza). Todos vivimos dentro de Ifá, conscientes
de eso o no.
Te muestro el “Odú Ifá Osa Alawo”[2]:
Osa Otura pregunta: ¿qué es la verdad?
Yo pregunto: ¿qué es la verdad?
Orunmila dice: La verdad es Oluwa (el dueño de
los destinos) guiando a la tierra desde el Cielo.
Osa Otura pregunta: ¿qué es la verdad?
Yo pregunto: ¿qué es la verdad?
Orunmila dice: la verdad es “El Único No
Visto» guiando a la tierra. La sabiduría emana de Olodumare, gran sabiduría,
mucha sabiduría.
Osa Otura pregunta: ¿qué es la verdad?
Yo pregunto: ¿qué es la verdad?
Orunmila dice: La verdad es el buen carácter
de Olodumare y su palabra infalible.
Ifá es la verdad.
La verdad es la palabra que no se corrompe, es
el gran poder siempre bendecido.
Adivinaron Ifá para todos los seres de la
tierra.
Los babalawos dijeron que todos debían ser
sinceros, que solamente aquellos que fueran sinceros, los irunmoles lo
apoyarían.
Como ves, el mismo lenguaje oscuro del verso
hace imposible definir a Ifá; porque, ¿qué es la palabra de Olodumare? Lo que
sería para mí una definición no lo sería para otros babalawos, y eso crearía
una discusión que terminaría en lo que existe en todos los sectores del mundo,
no solo en el ámbito religioso: en separaciones y divisiones. La idea del
creador es que todos podamos a aprender a pensar en SÍ y NO como una totalidad.
Esta simplicidad evitaría las discusiones, pero en la escuela, desde niños, nos
obligan a hacer una cosa u otra, y a tomar partido. Eso no es lo que enseña
Ifá.
¿Por cuál camino llegas a Ifá?
Llego a Ifá buscando el conocimiento, buscando
las respuestas a las interrogantes que todos tenemos: ¿Quién soy? ¿A qué vine a
este mundo? ¿Qué me depara el futuro? Ifá me ha aportado todo lo que necesitaba
para entender el universo, me dotó de sabiduría y paciencia para guiar mi vida.
Me dio la tranquilidad y la seguridad que buscaba.
Foto: Alex Fleites.
***
Frómeta ha viajado a Lagos, Nigeria, para
visitar al Chief Solagbade Popoola, actualmente presidente del Consejo
Internacional de Ifá, un maestro y un erudito. Con anterioridad había recibido
a esta dignidad en su casa templo de El Cerro. Dice que ha extraído muchos
conocimientos de sus frecuentaciones a Popoola.
Eres
autor de un tratado sobre Ifá.
La obra se llama El lenguaje oculto de Ifá. Ya
han salido los tres primeros tomos, de un total de diecisiete, por la editorial
Voces de Hoy. Y hay un cuarto volumen a las puertas. Intento estudiar la interpretación de Ifá a partir de los gestos
y la mímica que acompaña a cada odu. La mímica de los Odú Ifá es utilizada para
comprender el complejo código implícito en el poema. Ifá es poesía.
¿Eres un hombre de fe?
Todo ser humano, de una manera u otra, tiene
fe; ya sea en su trabajo, en sus conocimientos, en sus dioses, en su filosofía
de vida o, en el más triste de los casos, en el dinero. Yo creo y tengo fe en
el conocimiento de las leyes que rigen al universo. No es una fe basada en el
fanatismo, mi mente es bastante lógica, por tanto debo creer con un soporte
científico detrás. Esa es mi fe.
Para ser babalawo se necesita creer, tener fe.
Si no crees en la «magia» nunca podrás ejercerla.
¿El babalawo es un sicólogo intuitivo, un
sanador?
El babalawo debe conocer psicología para
llegar al consultante y darle el mensaje correctamente, sin causarle angustia o
pánico. Debe conocer psicología para influir, sin imposición, en la necesidad
de cumplir con los consejos y sacrificios (ebo) recomendados por Ifá.
El babalawo tiene que ser un sanador. Ese es
el escalón superior. La misión suprema es sanar el cuerpo y la mente humana,
restaurar el equilibrio de la persona y del medio. El conocimiento de las
plantas y de la medicina natural es imprescindible para alguien que pretenda
llamarse babalawo.
Sin violar el secreto profesional, ¿puedes
contar someramente uno o dos casos difíciles que hayas resuelto mediante tus
prácticas religiosas?
He tratado con éxito muchos casos difíciles,
algunos muy complejos, pero no debo hablar de eso, aun cuando no mencione el
nombre de las personas involucradas. Me atengo a razones de confiabilidad y de
credibilidad. Otro asunto es el ego. Si un babalawo quiere realmente acercarse
a Olodumare y a Ifá, debe anular cualquier vestigio de ego, y enumerar los
logros obtenidos es una manera bastante fácil de caer en la trampa de la
vanidad.
He escuchado que la Regla de Ocha es una
religión pragmática, que no se basa en un estricto código moral.
La Regla de Ocha sí tiene sus códigos morales
y éticos. No puede existir sin eso, carecería de todo sentido. Otra cosa es que
algunas personas carentes de ética se dediquen a practicarla, pero eso no es un
problema de Cuba solamente, es un problema mundial y se da en todas las profesiones
y en todas las religiones.
Por lo regular, las personas que acuden a un
babalawo están motivadas por temas como la salud, el amor, el trabajo, la
economía personal, problemas con la justicia…
En principio es cierto que las personas
consultan al babalawo cuando están en crisis. Pero una vez que conocen que Ifá
no es solo una religión, sino que se trata de la vida misma, de todo lo que
existe y nos rodea, acuden periódicamente aún sin tener conflictos, solo para
mantenerse en equilibrio con el medio. Un ejemplo de esto es la ceremonia de
Itadogun, inicio de un nuevo mes yoruba de 16 días, donde cerca de cincuenta
personas se reúnen para conocer de primera mano los mensajes de Ifá, y por
estos rigen sus vidas.
¿Por qué a las prácticas mágico religiosas de
la Regla de Ocha se le llama popularmente brujería?
No es correcto. Hablar en este caso de
brujería denota ignorancia. Debo aclarar que la palabra ignorancia no es
utilizada dentro de Ifá con la connotación ofensiva que le damos comúnmente;
sirve para señalar a la persona que no está iniciada en los secretos de Oricha.
Si bien el babalawo tiene conocimientos para preparar medicinas con plantas y
con esencias de animales y minerales, esto no lo hace un brujo, ya que dentro
de Ifá la palabra brujo o brujería es negativa. De hecho Orúmila, el profeta y
transmisor del oráculo de Ifá, lucha contra la brujería.
El babalawo no es un brujo. El babalawo, y no
hay una pizca de exageración aquí, es un sabio en el completo sentido de la
palabra. El babalawo es un filósofo, porque su verdadero amor es la
sabiduría, y sabe cómo actuar en cada
momento interpretando los mensajes de Ifá. El babalawo es un conocedor de los
idiomas; no solo el de los hombres, sino también el idioma de plantas, animales
y del universo mismo. Puede parecer petulante pero no lo es, el idioma del
universo es binario y el babalawo lo sabe interpretar. Los Odù Ifá están
expresados a través del código binario, el idioma del creador.
¿Qué diferencia a un babalawo de un santero?
El babalawo es el único con facultades para
acceder al oráculo de Ifá, que, como te dije, es la palabra de Olodumare (el
creador); adivina con el fin de aconsejar y guiar a todas las criaturas en el
planeta Tierra. También sabe cómo comunicarse con cada Oricha, que son las
fuerzas del Universo y todos los elementos que lo componen.
El babalosa o iyalosa (en Cuba se llama
santero) es la persona iniciada en un oricha específico, con la facultad de
comunicarse con ese oricha. Ambos tienen los mismos códigos éticos y morales.
El babalawo conoce la historia del planeta
Tierra, las etapas de su desarrollo, los elementos químicos, las leyes físicas,
las etapas evolutivas de animales y plantas… Te repito que no hay exageración
en mis palabras, es muy fácil probarlo.
¿Es congruente que un babalawo practique,
además, Palo Monte[3]?
El conocimiento de Ifá es tan completo que un
babalawo no necesita practicar nada más. Solo Ifá es suficiente. En Cuba y
otras partes del mundo, donde se mezclaron los esclavos traídos de África, de
diferentes regiones y etnias, con el paso del tiempo también se mezclaron sus
práctica y creencias, y hoy un babalawo puede, además, estar iniciado o
practicar otro culto o religión. Es una cuestión histórico-social, pero no es
la tradición hacerlo (cuando hablo de tradición no me refiero a un país
específico, sino a los textos de Ifá, que datan desde el inicio de la
creación).
¿Un babalawo tiene forzosamente que haber sido
iniciado como iyawo[4]?
Hay que entender el contexto histórico-social
donde se hace la práctica de Ifá-Oricha. En Cuba es muy común que se insista en
hacer o asentar Oricha y luego hacer la iniciación en Ifá. En África y en los
textos de Ifá no es así: primero Ifá, y luego, al saber su destino a través de
su odu, ya se determina cuáles orichas son significativos para su vida y, por
tanto, debe recibirlos.
Todas las personas debieran ser iniciadas,
porque todas las personas debieran conocer su destino. Lo cual no quiere decir
que todos puedan practicar como babalawos; son cosas diferentes. Para ordenarse
como babalawo debe primar la disposición al estudio constante y la veneración a
Ifá. El babalawo es un sacerdote dedicado al estudio y la práctica de Ifá,
lejos de la política y las discusiones mundanas.
Tengo la percepción que la Regla de Ocha o
Santería hace tiempo que ha dejado de ser en Cuba una religión marginal.
Si recordamos los tiempos antiguos, donde los
hombres primitivos eran agricultores, cazadores o artesanos, el único que
poseía ciertos saberes ancestrales era el sacerdote de la tribu, en este caso
el babalawo. Por eso el babalawo era el intelectual de la época, la persona más
refinada y educada, porque la profesión se lo exigía.
En el contexto del desarrollo de Ifá-Oricha en
Cuba, la clase que practicó y mantuvo esas tradiciones fue la más pobre y menos
«culta», porque era su único medio de defensa ante la esclavitud y la opresión.
No lo hizo solo como cultura, lo hizo como un modo de resistencia. Esa gente
tiene y tendrá un valor inmenso.
Una vez que el contexto histórico social
cambió, lo que era un logro, el conservar la práctica de Ifá-Oricha en
condiciones tan adversas, se convirtió en un lastre que amenazó con transformar
el sublime conocimiento de Ifá en un culto a la marginalidad y a lo grotesco.
Ya Ifá puede profesarse libremente, hay acceso
a muchísima información, y la ciencia corrobora lo expresado en los versos de
Ifá.
El babalawo de hoy estudia en la universidad,
es master o doctor en ciencias, y es una persona educada y gentil.
Eso no excluye a los babalawos que hicieron
posible que la religión se mantuviera custodiada hasta hoy; al contrario, los
empuja a subir a un escalón más alto y seguir estudiando y aprendiendo. En
África los viejos enseñan a los jóvenes pero, a la vez, aprenden de ellos.
Me gustaría recalcar que un verdadero babalawo
siempre estará fuera de la polémica pública, porque no hay SÍ o NO, hay SÍ y
NO. El babalawo sabe que los textos de Ifá están escritos en poesía, con
metáforas, para que no haya una interpretación única o rígida, porque el
Universo está en constante desarrollo y expansión, y todo aquel que se quede
con una opinión única, inamovible, automáticamente entrará en contradicción con
Olodumare.
Foto: Alex Fleites.
¿Qué es la Letra del Año?
La letra del año es una ceremonia anual
realizada en Cuba cada 31 de diciembre[5]. Consiste en rituales propiciatorios
para las fuerzas de la naturaleza, las que denominamos irunmoles u ochas.
Después de varios días se hace adivinación de Ifá, y se obtiene un Odù Ifa, que
es lo que llaman «letra». Este Odù Ifa trae las predicciones y consejos que
regirán la vida durante ese año para todos los habitantes del planeta. Es como
leer un periódico. El Odù Ifa, como el periódico, tiene muchas páginas que
pueden ser leídas. Según los conocimientos del babalawo se pueden predecir
acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales, catástrofes
naturales o buenas cosechas. Además de la predicción, Ifá provee, mediante los
ebo (sacrificios), la manera de neutralizar los acontecimiento negativos y
potenciar los positivos. Este odu rige para el mundo entero, seamos conscientes
o no de ello.
¿La religión yoruba tiene una figura
jerárquica principal?
Son dos: el Ooni de Ife[6], quien se supone
descendiente de Oduduwa, el padre de la humanidad, y el Araba, líder de todos
los babalawos.
No cuestiono las jerarquías, Ifá enseña en el
Odù Eji Ogbe, el primer y más importante Odù Ifa, que debe haber liderazgo, si
no el mundo sería un caos y no funcionaría. Los babalawos aprendemos humildad
desde que nos iniciamos, los que no lo entienden nunca tienen acceso al
conocimiento, porque la premisa para aprender es total humildad hacia el
maestro (Baba Ifá); si no demuestras eso no te enseñará. La arrogancia y el
orgullo son rasgos de inmadurez y a esta persona nunca se les enseña.
***
El sistema de adivinación de Ifá fue
registrado en 2008 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO, por sus siglas en inglés). En la actualidad se practica en muchos
países de América, Europa y, por supuesto, en África. Fuera del mundo
geográficamente yoruba (Nigeria, Benín y Togo), sus plazas más fuertes están en
Cuba y Brasil, y su amplia diseminación por otros territorios ajenos a la trata
de esclavos africanos se debe, en gran parte, al éxodo de numerosos cubanos
después de 1959.
Los babalawos se valen para sus ritos de
adivinación de ikines (semillas de una palma específica) y de una cadena
llamada okpele o ekuele, que se lanzan sobre un tablero consagrado. Los
caracoles o cauris son usados solamente por los santeros.
La pulsera verde y amarilla que es tan
frecuente ver en Cuba se llama idè o ildè, y representa a Orula. En la mayoría
de los casos significa que su poseedor ha recibido, mediante un rito, la mano
de Orula; es decir, que ha sido impuesto sobre el camino que trae prescrito por
Olodumare. Es una ceremonia que se puede practicar a cualquier edad, pero la
tradición aconseja que se haga en los primeros años de vida. El idé es un
resguardo, y su rotura o pérdida puede tener implicaciones negativas para el
creyente; también puede significar un cambio importante en su vida. Nada que el
babalawo no pueda descubrir y, si es necesario, enmendar.
Comencé esta entrevista un miércoles (en
yoruba, oyo-riru-o–oyoro, o día de la confusión) y la terminé, algunas semanas
después, un sábado (oyo-abameta, o día de las tres resoluciones). Ignoro lo que
esto pueda significar, y si tiene un valor simbólico o no.
Le deseo suerte a Frómeta y a su larga familia
religiosa. Él me desea ashé[7]. Le deseo buen desenvolvimiento en la vida, lo
que equivale a decir que siga buscando y compartiendo el conocimiento para bien
de todos. Él me desea alafia (paz y felicidad).
No importa que creencias practiquemos ni a
cuales dioses interroguemos, le digo. Son más las cosas que nos unen que las
que nos separan. Todos buscamos pilares firmes donde fundar un hogar, todos
padecemos “idéntica fragilidad” y un asombro semejante ante los grandes
misterios. Él me escucha y no dice nada; sólo sonríe. Parece estar de acuerdo.
Notas:
[1] Tanto el nombre de los dioses como el de
algunos elementos rituales aparecen indistintamente con una u otra grafía, aunque con sonidos muy
similares. Esto es producto de diversas transcripciones fonéticas del original
yoruba. Por ejemplo, en la literatura consultada pueden encontrase las palabras
“babalao”, “babalawo” y “babaláwo” para designar lo mismo. Aquí usamos las
formas más frecuentes, que evitan los acentos tonales propios de ese idioma.
[2] Los odu son signos que se obtienen sobre
un tablero consagrado. Cada signo (256 en total) se corresponde con una
composición poética, convencionalmente llamada “verso”.
[3] Palo Monte, Palo Mayombe, Brillumba o
Kimbisa es un conjunto de creencias agrupadas en Cuba bajo el nombre de Regla
de Palo. Provienen del África Central, y fueron transportadas a este lado del
mundo por los esclavos africanos procedentes de esa región.
[4] El que recibe a su santo protector o ángel
de la guarda mediante una ceremonia.
[5] En Nigeria se realiza a finales de junio y
principios de julio.
[6] Ife o Ifé, ciudad yoruba al suroeste de
Nigeria, fundada en el 500 A. C.
[7] Ashé o aché es un concepto intraducible.
Es un estado de gracia que se concede, aunque potencialmente está en la
persona; entre otras cosas, significa fuerza, poder, energía vital, éxito…
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