EL BLOQUEO NO HA TERMINADO
Entrevista a Josefina Vidal, Directora General de la
Dirección General de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores
Por Cristina Escobar (Granma)
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Cristina Escobar.-
Cuba y Estados Unidos están viviendo una nueva etapa de relaciones
diplomáticas. ¿Cómo construir este lazo
tras tantos años de enfrentamiento y qué significan los recientes diálogos
entre ambos países?, fueron preguntas que llevamos a Josefina Vidal, Directora
General de Estados Unidos del Minrex, en entrevista exclusiva con la Televisión
Cubana.
Josefina, hay personas en las calles aquí en Cuba y también
medios de prensa internacionales que dicen, o se preguntan, que el bloqueo de
Estados Unidos hacia Cuba terminó. ¿Eso
es verdad?
Josefina Vidal.- No,
no, el bloqueo no ha terminado, lo que ha ocurrido es que en uso de sus
prerrogativas ejecutivas, que las tiene, el Presidente de Estados Unidos
anunció un grupo de medidas para modificar la aplicación de algunos aspectos
del bloqueo, y es en ese sentido que pudo emitir un grupo de regulaciones ordenadas
por él y enunciadas por los Departamentos del Tesoro y Comercio para expandir
los viajes a Cuba, expandir también la posibilidad del envío de remesas y
permitir algunas operaciones comerciales, todavía de carácter limitado, en
esferas como las telecomunicaciones, por ejemplo.
Cristina Escobar.- ¿Cuándo podríamos decir que el bloqueo
terminó? ¿Qué tiene que pasar para decir
que terminó?
Josefina Vidal.-
Desde que el bloqueo fue proclamado en febrero del año 1962 oficialmente
hasta el año 1996 cuando se aprobó la Ley Helms-Burton, esto era una
prerrogativa del Presidente; o sea, como mismo el Presidente Kennedy había
decretado el bloqueo en el año 1962, un presidente con posterioridad podía
haber declarado el fin de esa política.
“En el año 1996 se aprobó la Ley Helms-Burton, que codificó
el bloqueo, que quiere decir que estableció que en lo adelante el Presidente
por sí mismo no podía él finalizar la política de bloqueo, sino que corresponde
al Congreso de Estados Unidos declarar que esta política concluyó.
“Sin embargo, es muy importante señalar que esa misma Ley
Helms-Burton, en un acápite posterior a la codificación del bloqueo, dejó
claramente establecido que esto no priva al Presidente de sus prerrogativas
ejecutivas para, mediante un procedimiento que se llama licencias, autorizar la
inmensa mayoría de las cosas relacionadas con el bloqueo.
“De otra manera, el presidente Clinton, en los años 1998 y
1999 no hubiera podido modificar algunas cuestiones que permitieron ampliar los
viajes a Cuba de algunas categorías de norteamericanos. Si no hubiera sido así, tampoco el presidente
Clinton hubiera permitido el envío, por ejemplo, de algunas remesas limitadas a
nuestro país, y tampoco Obama hubiera podido en los años 2009 y 2011
restablecer las visitas familiares a Cuba, restaurar la posibilidad para el
envío de remesas a nuestro país y también permitir que un grupo de
norteamericanos, que están comprendidos en un grupo de 12 categorías, pudiesen
visitar nuestro país. Y lo que ha hecho
Obama ahora es eso, o sea, usando sus prerrogativas presidenciales ha ampliado
las transacciones, operaciones que se pueden hacer dentro de viajes, remesas,
algunas operaciones comerciales, y esto quiere decir que puede seguir
usándolas”.
Cristina Escobar.-
¿Las ha usado todas?
Josefina Vidal.- No
las ha usado.
Cristina Escobar.-
¿Cuántas más tiene?
Josefina Vidal.- El
Presidente de Estados Unidos tiene posibilidades, yo diría que ilimitadas, para
vaciar al bloqueo de su contenido fundamental.
“Según los abogados que nos asesoran en este tema, porque es
una cuestión que desde el punto de vista legal tiene sus complejidades, hay
solamente un grupo reducido de cuestiones que el Presidente no puede modificar,
porque están prohibidas por la ley.
Aparte de esas cuestiones, que son muy pocas, el Presidente puede autorizar, mediante licencias o del
Departamento del Tesoro o del Departamento de Comercio, todas las demás
transacciones, que incluye comercio, servicios, transportación”.
Cristina Escobar.- ¿Y
cuáles son las que él no puede cambiar?
¿Cuáles son las que definitivamente dependen del Congreso?
Josefina Vidal.- Para
empezar, el Congreso es el único que puede decir un día se acabó el bloqueo a
Cuba. Eso no lo puede decir el
Presidente; pero el Presidente puede aprobar un grupo de cosas, como ya te
dije.
“Ahora, dentro de las cosas que el Presidente puede hacer se
excluyen las siguientes: está prohibido por ley el turismo a Cuba. Hay una ley del año 2000, la Ley de Reforma a
las sanciones comerciales aprobada por el Congreso —por cierto, la misma ley
que permitió ventas limitadas de alimentos y productos agrícolas a Cuba—, que
prohibió el turismo a Cuba. Eso quiere
decir que el Presidente ni siquiera en uso de sus facultades puede cambiar
esto, o sea, Obama no puede permitir que los norteamericanos viajen libremente
a Cuba”.
Cristina Escobar.-
Una de cal y una de arena, es decir, se puede permitir el comercio
limitado de productos agrícolas; pero entonces se prohíbe el turismo.
Josefina Vidal.- Esa
fue una condición que se impuso en la negociación de aquella ley por parte de
los sectores que estaban opuestos a que se permitieran las ventas agrícolas a
Cuba.
“Por esa razón, en esa ocasión, de acuerdo con decisiones
anteriores tomadas por el presidente Clinton, se habían establecido 12
categorías de personas que podían visitar Cuba, y eso fue lo que quedó aprobado
por la ley, que el Presidente sí puede ampliar los viajes a Cuba dentro de esas
12 categorías, y es lo que acaba de hacer Obama; pero no puede permitir los
viajes de turismo a nuestro país. Eso corresponde al Congreso y, por tanto,
hasta que el Congreso no apruebe una ley no podrán venir libremente los
norteamericanos a Cuba como turistas.
“Otra cosa que está prohibida por la ley es el comercio de
Cuba con subsidiarias de empresas norteamericanas en otros países”.
Cristina Escobar.-
¿En Estados Unidos sí?
Josefina Vidal.- Por
ejemplo, Obama, en uso de sus prerrogativas, pudiera permitir mañana que una
compañía norteamericana comercie con Cuba, comercie en ambas direcciones, que
exporte y que importe; pero Obama no puede permitir, porque es una prohibición
del Congreso, que la filial, la subsidiaria de esa misma empresa en otro país
pueda comerciar con Cuba.
Cristina Escobar.-
Eso es parte de la extraterritorialidad del bloqueo.
Josefina Vidal.-
Exactamente, y eso está contenido así en la Ley Torricelli del año 1992.
“Otro elemento que está prohibido por Ley del Congreso y que
el Presidente no puede modificar, es la prohibición para conceder créditos a
Cuba para comprar productos agrícolas.
La misma Ley del año 2000, la Ley de Reforma a las sanciones comerciales
que permitió ventas limitadas, bajo determinadas condiciones, de productos
agrícolas a Cuba, estableció que no se podía conceder créditos a Cuba para la
adquisición de estos productos y que la única manera que teníamos de comprar
era pagando en efectivo y por adelantado.
Esto quiere decir que Obama no puede cambiar eso; pero Obama pudiera
permitir que otros productos que no sean agrícolas se vendan a Cuba con
créditos, eso es una prerrogativa presidencial que él puede usar autorizando
licencias y no está prohibido por el Congreso.
Cristina Escobar.- ¿Y eso no está entre las regulaciones
anunciadas por el Departamento del Tesoro?
Josefina Vidal.- No
está entre las regulaciones. Por eso nosotros
decimos que las medidas que ha anunciado recientemente el Presidente son
medidas positivas, van en una dirección correcta; pero todavía están limitadas
a un grupo reducido de esferas, de áreas, y no quiere decir que todas sus
prerrogativas se han agotado.
“Recientemente, entre las medidas que aprobó el Presidente
está la posibilidad de que instituciones financieras norteamericanas
establezcan relaciones de corresponsalía con bancos cubanos. Se supone que podremos empezar a usar el
dólar en las transacciones autorizadas entre Cuba y Estados Unidos, que no son
muchas; pero, por ejemplo, sigue prohibido el uso del dólar por parte de Cuba
en sus transacciones financieras con otros países. Eso es algo que el Presidente pudiera
permitir”.
Cristina Escobar.- Es decir que podemos comprarle a Estados
Unidos en dólares, pero no le podemos comprar a ningún otro país en dólares.
Josefina Vidal.-
Exactamente, según las nuevas regulaciones que incluyen la posibilidad
de exportar a Cuba, por ejemplo, algunos equipos de telecomunicaciones, se
supone que vamos a poder pagar en dólares estadounidenses por esas operaciones
comerciales; sin embargo, seguiremos imposibilitados de usar el dólar en las
operaciones de Cuba con otros países.
“Obama pudiera permitir el comercio mucho más allá de esto
que se ha limitado a la esfera de las telecomunicaciones, eso no está prohibido
por ley. Obama pudiera permitir
importaciones a Estados Unidos de productos de nuestro país, importaciones de
servicios.
“El Presidente de Estados Unidos tiene potestad, por
ejemplo, para permitir también que Cuba pueda comprar en terceros mercados
productos con más del 10 % de componentes norteamericanos, lo cual hoy está
prohibido, él pudiera emitir una licencia general para facilitar eso.
“También pudiera permitir, por ejemplo, que se importen a
Estados Unidos productos de terceros países en cuya elaboración se han usado
materias primas cubanas. Eso no está
comprendido en las actuales medidas.
“Con esto lo que yo quiero decir es que hay un camino
bastante ilimitado, diríamos, de posibilidades para que un presidente de
Estados Unidos, mediante sus facultades y mediante la emisión de licencias
permita vaciar al bloqueo de una parte muy significativa de su contenido, y
dejar al Congreso solamente lo que es potestad del Congreso, que son cosas como
las que te mencioné, y, por supuesto, sepultar definitivamente el bloqueo a
Cuba, que eso se tiene que hacer mediante un acto congresional”.
Cristina Escobar.- Uno de los temas más debatidos en las
conversaciones que sucedieron hace poco tiempo entre Estados Unidos y Cuba fue
la Ley de Ajuste Cubano, en la petición de Cuba de que esta termine y, además,
la opinión de la delegación estadounidense de que no es voluntad del gobierno
que esta termine. Y uno de los temas que
mencionó precisamente la Subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental
es que la política de “pies secos, pies mojados” era una ley, una cuestión
soberana de Estados Unidos. ¿Es una ley?
Josefina Vidal.- No,
no es una ley. Aquí hay dos
cuestiones: nosotros hemos tratado
durante años en nuestras rondas de conversaciones migratorias con el gobierno
de Estados Unidos de enfatizar el criterio de que es necesario normalizar el
flujo migratorio entre los dos países, porque no es de interés para Cuba ni de
interés para Estados Unidos que se mantenga un flujo migratorio irregular, un
flujo ilegal por vía marítima, pero tampoco una entrada irregular en territorio
de Estados Unidos desde terceros países de cubanos que salen del país de manera
legal, y esto ocurre debido a la combinación de dos factores, y por eso
nosotros decimos que este es el principal estímulo a la emigración ilegal y al
tráfico de personas desde Cuba, y esos dos factores son: La Ley de Ajuste Cubano y la política de
“pies secos, pies mojados”.
“La Ley de Ajuste Cubano se aprobó en el año 1966 por el
Congreso de Estados Unidos para regularizar la situación migratoria en que se
encontraban muchos cubanos que habían salido del país a partir del triunfo de
la Revolución en 1959 y no habían legalizado su estatus migratorio en Estados
Unidos, teniendo en cuenta que muchos de ellos aspiraban a regresar a Cuba con
la ayuda de Estados Unidos. Eso se fue
prolongando en el tiempo y el gobierno de Estados Unidos llegó a la conclusión
de que ese limbo migratorio en que se encontraban miles de ciudadanos cubanos
en Estados Unidos había que eliminarlo, y se aprueba la Ley de Ajuste Cubano. Y
la Ley de Ajuste Cubano es muy sencilla, es un párrafo que dice que el Fiscal
General de Estados Unidos, que es el Secretario de Justicia de ese país, tiene
el poder discrecional para ajustar el estatus de los cubanos que en ese momento
se encontraban en Estados Unidos; pero esa Ley no dice que ese poder discrecional
hay que aplicarlo automáticamente a cualquier cubano que se presente en el
territorio de Estados Unidos, no importa la forma que ha usado para llegar
allí. Y lo que ha pasado es que con los
años lo que plantea esta Ley se ha aplicado con un carácter automático a todos
los cubanos que llegan a Estados Unidos, independientemente de las vías y de
las formas que hayan usado para hacerlo.
Por lo tanto, hay potestad ejecutiva, en el Poder Ejecutivo en el gobierno
de Estados Unidos para aplicar la Ley de Ajuste Cubano como dice la Ley, de
manera discrecional y no automática.
“A esto se añade la Política de pies secos, pies mojados,
que es una política que existe en Estados Unidos desde principios de los años
noventa; no está asociada, como dice alguna prensa erróneamente, a la salida de
emigrantes ilegales desde Cuba, tiene sus antecedentes en otros flujos
migratorios, sobre todo desde Haití a Estados Unidos, y es una política que es
gubernamental, no es una ley del Congreso, y es una política según la cual la
persona que es interceptada en altamar es devuelta a su país de origen y la
persona que logra llegar a Estados Unidos se le permite permanecer en el país,
y es una política que, como podrán entender, también estimula la emigración
ilegal. No solo eso, también alienta el tráfico de emigrantes y también pone en
una situación peligrosa vidas de personas en el mar o las expone a actividades
de grupos delictivos que se dedican al tráfico de emigrantes; o sea, genera una
serie de problemas adicionales, y más recientemente también está produciendo
fenómenos asociados al fraude de documentos migratorios, teniendo en cuenta que
hoy día se hace valioso para algunas nacionalidades adquirir algún documento
cubano, a partir del tratamiento exclusivo, preferencial que reciben los
ciudadanos cubanos.
“En síntesis, este es el principal estímulo a la emigración
ilegal que nosotros hemos reiterado a Estados Unidos que es imprescindible
abordar y enfocar, con vistas a normalizar los flujos migratorios entre nuestros
países y a evitar situaciones como la exposición de las vidas de personas a
peligros, situaciones peligrosas en sus intentos de llegar a ese país”.
Cristina Escobar.- ¿Podríamos afirmar entonces que es
imposible tener relaciones migratorias normales con Estados Unidos mientras no
se quite la Ley de Ajuste Cubano?
Josefina Vidal.-
Claro que lo podemos afirmar. De
hecho, la Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos, pies mojados” son
instrumentos que se aplican con carácter exclusivo para Cuba, no existen leyes
similares para otros países, de lo contrario estaríamos viendo una arribada
descontrolada, masiva de emigrantes del mundo entero, como parte de la
tendencia natural que siempre ha existido en el mundo, desde hace siglos, de
que algunas personas tratan de moverse, tienden a moverse de países con menores
niveles de desarrollo hacia países con más desarrollo.
Cristina Escobar.- Hay una percepción, Josefina, cuando uno
escucha a los diplomáticos estadounidenses referirse a este tema, y también
cuando lee la prensa internacional, de que si se le critica es porque ellos han
cedido sin Cuba haber cedido lo que ellos piden, como si Cuba tuviese que hacer
cosas para complacer los intereses de Estados Unidos y así nosotros, pues,
tener la posibilidad de tener relaciones diplomáticas con ellos. ¿Esto es así?
En términos diplomáticos, ¿cuál es su opinión sobre esto? ¿Cuba tiene que hacer cosas para complacer a
Estados Unidos?
Josefina Vidal.- Las
relaciones entre Cuba y Estados Unidos han sido históricamente
asimétricas. Por lo tanto, no se puede
aplicar un enfoque de lo que se llama en diplomacia de quit pro quo, yo te doy
algo y tú me das algo, no se puede aplicar con automatismo, teniendo en cuenta
que hay muchas más cosas que desmontar del lado de Estados Unidos que del lado
de Cuba, porque en Cuba no tenemos sanciones contra empresas o ciudadanos
norteamericanos, tampoco tenemos un territorio ocupado en Estados Unidos que
podamos cambiar por el territorio ocupado en la base naval en Guantánamo, no
tenemos programas financiados desde Cuba con vistas a influir dentro de la
situación de Estados Unidos o a promover cambios en el orden interno de Estados
Unidos, no tenemos transmisiones radiales y televisivas ilegales, especialmente
concebidas desde Cuba hacia Estados Unidos, sino que es lo contrario. En fin, hay un grupo mayor de políticas y de
medidas que hay que cambiar del lado de Estados Unidos que del lado de Cuba. Por supuesto que en todo proceso de
negociación diplomática, en algunos temas es posible encontrar puntos en los
que podemos decir: Bueno, yo estaría dispuesto a dar esto y yo estaría
dispuesto a dar lo otro, aun y cuando sea asimétricamente, con vistas a irnos
acercando hacia la solución de muchos problemas. Lo que pasa es que hay una confusión, y la
prensa, de alguna manera la prensa internacional alimenta la confusión en el
sentido de que hay personas que piensan, o que aspiran o pretenden que como
parte de este proceso de negociación Cuba pondría sobre la mesa cuestiones que
son totalmente del orden interno cubano y que son cuestiones de soberanía
cubana. Eso no va a ocurrir.
“Nosotros hemos reiterado, incluso en entrevistas a la
prensa de Estados Unidos, que las cuestiones de orden interno en Cuba no son negociables,
como no son negociables para ningún otro país”.
Cristina Escobar.-
Las de ellos mismos, por ejemplo.
Josefina Vidal.- Las
de ellos mismos ni las de ningún otro país, esas cuestiones son de competencia
única y exclusiva del pueblo cubano que soberanamente en referendo ha decidido
el rumbo de este país y que le tocará al pueblo de Cuba decidir siempre. Por lo tanto, nunca se pondrán sobre la mesa
en este proceso de negociación para resolver problemas pendientes, cuestiones
de carácter interno o cuestiones dirigidas a promover cambios en nuestro orden
interno. Y eso yo creo que es importante que se tenga claro. Por eso cuando a mí me preguntaron la semana
pasada en una conferencia de prensa, yo dije:
No se puede pretender que para mejorar las relaciones con Estados Unidos
o para avanzar en ese largo y complejo proceso que vamos a tener por delante
hacia la normalización de las relaciones, Cuba va a negociar cuestiones de
orden interno a cambio de una política de Estados Unidos que ellos mismos han
reconocido como fracasada, ni vamos a negociar cuestiones de carácter interno,
de la soberanía cubana, por el levantamiento del bloqueo. Fuera de eso, en un proceso de negociación,
todo lo que no atente contra la soberanía de un Estado, todo lo demás puede
formar parte de un proceso de negociación; de lo contrario no habríamos tenido
los resultados del pasado 17 de diciembre cuando, después de 18 meses de un
proceso de negociaciones entre ambos países, fuimos capaces, sobre la base del
respeto absoluto a la igualdad soberana y a la independencia de nuestros
países, de identificar cuestiones que eran muy importantes, en las cuales ambos
teníamos intereses comunes y que pudimos resolver.
“Son siempre procesos complejos, procesos yo diría que
prolongados, arduos, pero demostramos que incluso en temas sensibles se puede,
cuando hay una buena voluntad, encontrar una solución y esa es la voluntad que
hemos trasladado como parte de estas conversaciones y de este proceso que
comenzamos, y hemos reiterado al gobierno de Estados Unidos que estamos
enfocando estas conversaciones con un espíritu constructivo y con plena disposición
para encontrar solución a los problemas que se han acumulado a lo largo de 54
años y también de identificar áreas —que son muchas— de interés común en las
que nuestros dos países pueden cooperar por el beneficio común”.
Cristina Escobar.-
Usted se sentó mesa de por medio con la delegación estadounidense, ¿cuál
es la voluntad de ellos?
Josefina Vidal.-
Bueno, después de que nuestros Presidentes anunciaron simultáneamente la
decisión tomada de restablecer relaciones, primero, y, segundo, avanzar en un
proceso hacia la normalización, creo que esa voluntad está de ambas partes.
Cristina Escobar.-
Pero más allá del restablecimiento de las relaciones, ¿hay un cambio de
objetivos en Cuba por parte de la política exterior de Estados Unidos?
Josefina Vidal.- No
puedo decir que haya un cambio en los objetivos. Se ha iniciado, yo diría, una nueva etapa;
una nueva etapa en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La etapa anterior vamos a decir que existió
hasta el 17 de diciembre del 2014, era una etapa que estuvo caracterizada,
signada por la confrontación. Yo diría
que pasamos ahora de la etapa de una confrontación abierta, con políticas muy
agresivas y hostiles, a una etapa en la que hemos decidido que vamos a
restablecer relaciones para buscar solución a algunas de esas políticas
hostiles que permanecen y que deben cambiar en esta nueva fase que abrimos, y
una etapa en la que no van a desaparecer las contradicciones, no van a
desaparecer las diferencias políticas entre Cuba y Estados Unidos, que son
profundas; no van a desaparecer las divergencias de concepciones, por tanto no
van a desaparecer las fricciones, los problemas. Pero sí se supone que vamos a transitar hacia
un periodo en que cuando restablezcamos relaciones, vamos a dotarnos de mecanismos
que no existían —que no existen todavía, pero que se supone que los vamos a
construir—, para lidiar con esos problemas, con esas dificultades, con esas
fricciones de manera civilizada, para buscarles solución de manera conjunta,
aun cuando no desaparezcan las diferencias.
“Creo que no han desaparecido los objetivos de la política
de Estados Unidos hacia Cuba, de hecho la señora Roberta Jacobson, quien nos
visitó la semana pasada al frente de la delegación de Estados Unidos, lo dijo,
Estados Unidos no ha modificado sus objetivos estratégicos hacia Cuba, lo que
cambian son las formas, las tácticas.
Pero, bueno, nosotros estamos listos para adentrarnos en esa fase de
enfrentamiento de nuevo tipo.
“No todos los países del mundo coinciden en sus aproximaciones
y sus concepciones, y hay países que se relacionan con objetivos contrarios
unos hacia otros, pero se puede demostrar que teniendo objetivos contrarios
podemos buscar una mejor y más civilizada manera de relacionarnos, sin
renunciar a lo que cada parte cree, pero, como decía, armándonos de
instrumentos y mecanismos para poder dirimir los problemas, las diferencias y
al mismo tiempo buscar puntos de contacto que existen y puntos de interés común
para avanzar en una relación de convivencia civilizada y pacífica entre
nuestros países; convivencia difícil, pero que creo que es posible.
Cristina Escobar.- En caso de que para finales de este año,
Josefina, como es presumible, el bloqueo de Estados Unidos permanezca, como
seguramente será y el Congreso se tardara en tomar una decisión más clara sobre
esto, ¿Cuba volvería a presentar en Naciones Unidas a la Asamblea General una
resolución de condena a este? Si así
fuese, ¿se imagina que Estados Unidos votaría en contra, significará que ellos
están votando en contra de su propio gobierno?
¿Cómo ve esta circunstancia?
Josefina Vidal.- No
sé cómo votaría Estados Unidos, es algo que ellos tendrán que decidir, discutir
y dirimir. Del lado de Cuba, por supuesto, mientras el bloqueo se mantenga,
y el bloqueo se mantiene, el propio presidente Obama lo reconoce, y el propio
presidente Obama ha estado diciendo ya que va a involucrarse personalmente en
un debate con el Congreso dirigido a lograr el fin del bloqueo; en fecha
reciente, la misma semana pasada él instó, hizo un llamado al Congreso de
Estados Unidos en su Discurso sobre el Estado de la Unión a levantar el
bloqueo, por tanto, el bloqueo está, está presente, se mantiene, el propio
gobierno de Estados Unidos lo reconoce así, y mientras esa situación se
mantenga, por supuesto que Cuba va a insistir en su reclamo de que se levante
el bloqueo, porque es una política obsoleta, es una política que ha dañado los
intereses de Estados Unidos, pero daña al pueblo de Cuba, el propio Presidente
de Estados Unidos lo reconoció el pasado 17 de diciembre. Por tanto es una
batalla y es algo que continuaremos haciendo hasta que esa política no sea
definitivamente eliminada.
Cristina Escobar.-
Habrá que esperar entonces para ver por quién votan, o con su gobierno,
o con el mundo, o con el Congreso.
Josefina Vidal.-
Habrá que ver.
Cristina Escobar.-
Habrá que ver.
Roberta Jacobson en su conferencia de prensa se refirió
mucho a la situación de los diplomáticos estadounidenses en La Habana y su
petición de que puedan viajar por todo el país, pero no se refirió a la
situación de los diplomáticos cubanos en Estados Unidos, tanto en la sede de
las Naciones Unidas en Nueva York, como en Washington DC. ¿Cuál es la situación que tienen
actualmente? ¿Se espera que esta
situación mejore?
Josefina Vidal.-
Mira, Cristina, cuando las Secciones de Intereses se inauguraron en septiembre
de 1977 esto se hizo con libertad de movimiento total para los diplomáticos de
los dos países en las respectivas capitales, y de hecho el gobierno de Estados
Unidos decidió también aprobar libertad de movimiento para el personal
diplomático cubano ante las Naciones Unidas.
Con posterioridad, con los años, como resultado de las políticas hacia
Cuba que distintos gobiernos decidieron aplicar, se fueron introduciendo
restricciones al movimiento de nuestros diplomáticos por parte de Estados
Unidos, y fue el presidente Reagan el primero que impuso de nuevo —digo de
nuevo porque Nueva York ya tenía limitaciones de movimiento desde principios de
los años sesenta— las limitaciones a Nueva York y aplicó las primeras
restricciones a nuestro personal en Washington.
El presidente Clinton amplió esas restricciones, y esas restricciones se
hicieron mucho mayores aun en etapa de la presidencia de George W. Bush.
“Por tanto, estamos hoy en un momento en que hay
restricciones para el movimiento de los funcionarios de Cuba y Estados Unidos
en ambos países. Hoy en día para salir
de los límites de La Habana y de los límites de Washington hay que pedir un
permiso.
“Desde hace dos años hemos estado proponiendo al gobierno de
Estados Unidos pasar a una situación intermedia, vamos a decir, de eliminar un
poco esas restricciones en el sentido de aplicar lo que se llama como
notificación de viaje, no se eliminan totalmente las restricciones, pero es un
marco un poco más flexible para moverse; pero el gobierno de Estados Unidos no
ha accedido a ello.
“El gobierno de Estados Unidos en este momento ha estado
planteando que para la apertura de las embajadas es importante la libertad de
movimiento. Nosotros le hemos dicho que
estamos dispuestos a sostener una discusión en esta dirección, pero que para
ello es muy importante que cambie la conducta de los diplomáticos
norteamericanos en La Habana, y en particular nos estamos refiriendo a que debe
cambiar la manera de actuar de esos diplomáticos en el sentido de estimular, organizar,
entrenar, abastecer, financiar a elementos dentro de nuestro país que actúan
contra los intereses de nuestro Estado, contra los intereses del gobierno y del
pueblo cubanos, y hemos dicho eso porque la Convención de Viena, que debe ser
la base sobre la cual funcionen las nuevas embajadas, establece muy claramente
que hay que respetar las leyes del Estado receptor, y estamos enfatizando esto
con mucha fuerza, y lo hacemos porque nuestros diplomáticos en Washington
tienen una conducta impecable y nunca harían ningún tipo de acción que pueda
interpretarse por el gobierno de Estados Unidos como una intromisión en sus
asuntos internos, es lo mismo que estamos diciendo acá en estas conversaciones,
que el análisis de este tema, o sea, del asunto de la libertad total de
movimiento, que es lo que está planteando la parte norteamericana, está
asociada a un cambio en el comportamiento de su misión diplomática y de sus
funcionarios aquí en La Habana”.
Cristina Escobar.- Hay una preocupación expresada por varias
personas también aquí en Cuba, sobre la posibilidad de que cuando se acabe la
administración Obama, ha sido discrecionalidad del presidente Obama hacer lo
que ha hecho, si ganara, por ejemplo, un presidente republicano, o incluso, una
presidenta, o un presidente demócrata, de que esto pueda acabarse, lo que ha
pasado hasta ahora, revertirlo, ¿es eso posible?
Josefina Vidal.- Eso
es posible. Hay que tener en cuenta que
—como he dicho— el presidente Obama ha actuado en uso de sus facultades
ejecutivas, esto quiere decir que como mismo él ha tomado algunas decisiones,
un posterior presidente, el presidente que lo suceda, puede tomar las mismas
decisiones en un sentido contrario; pero, por supuesto esas decisiones pasarían
por un análisis del contexto político, y para que estas decisiones se hagan
totalmente irreversibles, creo que deberían ir acompañadas de algunas leyes
aprobadas por el Congreso de Estados Unidos, y así y todo, nada sería
reversible; porque en la misma medida que un congreso puede actuar en un
sentido, una legislatura posterior puede hacerlo en el sentido contrario; pero
todo eso estaría en dependencia del contexto político, y yo me preguntaría, si
sería costoso o no, o menos costoso, o más costoso para un presidente que
suceda al actual que está en Estados Unidos, al presidente Obama, revertir
algunas medidas que pueden resultar beneficiosas para muchos sectores dentro de
Estados Unidos, y hablo de sectores de negocio, pero también hablo de cubanos
residentes en Estados Unidos, o de académicos, universidades que se van a
beneficiar ahora de las modificaciones que el Presidente ha hecho en la
política de viajes a Cuba para permitir una mayor interacción entre nuestros
países, intercambios culturales. O sea,
eso pasaría siempre —me imagino yo— por un análisis costo-beneficio, en el
orden político; pero sí se pueden revertir, por supuesto, porque existen las
vías para eso, y es potestad de un presidente tomar esas decisiones.
Cristina Escobar.- En
nuestras calles, Josefina, hay muchísima expectativa. Primero, el entusiasmo por los anuncios del
17 de diciembre, el regreso de nuestros tres Héroes, la alegría de ver el
comienzo de un camino de restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados
Unidos; pero también, a veces el entusiasmo puede llevar a confundir
determinadas cosas. Hay personas que
esperan que todo se arregle; hay personas que esperan un alivio en la
persecución económica que supone el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, y,
por tanto, que eso redunde en una mejoría de su calidad de vida. Es decir, hay mucha ansiedad sobre este tema
después de 55 años de una política tan hostil.
¿Qué mensaje tiene usted que darle a esas personas que nos están viendo
y que tienen tantas expectativas en cuanto a las relaciones Cuba-Estados Unidos?
Josefina Vidal.-
Bueno, hemos decidido restablecer relaciones diplomáticas y comenzar
conversaciones hacia la normalización de esas relaciones, pero esto es un
proceso; o sea, no todo va a tener solución en el corto plazo. El primer paso, o el paso inicial que tenemos
que dar es la formalización de las relaciones diplomáticas, y eso es sobre lo
cual estamos negociando en este momento; pero concluido este paso tenemos,
entonces, que adentrarnos en un proceso más prolongado, más complejo, que es el
proceso que hemos llamado hacia la normalización, esto va a ser a más largo
plazo, porque requiere que encontremos solución a muchos problemas que se han
acumulado a lo largo de 54 años, 54 años sin relaciones; pero sería a lo largo
de 56 años, si contamos desde el propio inicio del triunfo de la Revolución.
“Por tanto, creo que no hay que ser ni pesimistas ni
optimistas, esto es un proceso y todo proceso lleva plazos, lleva arduos
periodos de negociación. Hay temas que
resolver que son muy complicados, como por ejemplo el levantamiento del
bloqueo, y solamente se encontraría una solución a estas dificultades
económicas que nos han afectado, el día que termine totalmente el bloqueo,
aunque reitero que el Presidente tiene facultades y prerrogativas presidenciales
para ir mucho más allá de lo que ha hecho hasta ahora, y eliminar muchísimas
restricciones que hoy día conforman la política de bloqueo; pero, en síntesis,
es un proceso, va a requerir tiempo, va a requerir esfuerzo, va a requerir
mucho trabajo de parte de Cuba y de parte de Estados Unidos también. Hay que negociar la solución de temas
complicados; pero, al mismo tiempo, en paralelo, porque no se puede pensar que
esto es un proceso que requiere que se termine una cosa para empezar a hablar
de la otra. Se pueden ir teniendo muchas
conversaciones a la vez, para ir tratando de buscar solución a problemas que
nos pueden tomar un poquito de tiempo; pero a la vez, podemos, al mismo tiempo,
empezar a avanzar en otras áreas que no son tan complejas, que nos van a
permitir, por ejemplo, fortalecer la cooperación entre entidades cubanas y
norteamericanas para mejorar la comunicación entre nuestros países, la
colaboración científico-técnica, los intercambios de carácter cultural, la
interacción entre las sociedades cubanas y norteamericanas. O sea, en paralelo se puede desarrollar este
proceso que creo que, por sí mismo, tiene sus dinámicas propias; pero que puede
crear condiciones favorables para ayudar a que se avance en la otra parte del
proceso que es más compleja, de la solución de temas pendientes.
“Por tanto, creo que tenemos por delante, diría, una etapa
interesante para Cuba y Estados Unidos.
Interesante en el sentido de que vamos a empezar a construir una
relación de carácter distinto, aun y cuando no cambien muchas apreciaciones y
visiones de los dos países, porque no van a cambiar, creo que podemos construir
un periodo diferente en la relación bilateral.
Estamos conscientes de los retos, de las dificultades que tenemos que
solucionar; pero, a su vez, creemos que hay oportunidades para desarrollar
áreas para una mejor relación entre Cuba y Estados Unidos, por eso es un
enfoque combinado y nosotros tenemos la mejor disposición.
“Hemos iniciado este proceso y lo estamos abordando con un
enfoque constructivo, de nuevo, conscientes de que es complejo, que requiere
trabajo, esfuerzo, energía; pero conscientes, al mismo tiempo, de que es
posible en beneficio de Cuba y Estados Unidos que encontremos —que encontremos
al menos— una mejor convivencia, como
yo digo, una convivencia sobre la base del respeto, aun sabiendo que no van a
cambiar nuestras concepciones, que son muy fuertes y muy firmes sobre muchas
cosas”.
Cristina Escobar.-
¿Usted es optimista o pesimista?
Josefina Vidal.- Yo
estoy, diría, en un punto medio, no puedo decir que soy optimista total, porque
hay cosas que se salen de mi control; no todo lo puede controlar la parte
cubana, son dos países y del lado de Estados Unidos no solo hay un gobierno;
hay un gobierno, hay un Congreso, hay una sociedad, hay un contexto político,
por tanto, no todo está bajo nuestro control; pero tampoco puedo decir que soy
pesimista, de lo contrario, no habríamos llegado al punto en que nos
encontramos. Pero creo que estamos siendo
bastante realistas en nuestro enfoque y en nuestra apreciación de las
circunstancias, para tratar de avanzar lo más posible en la solución de los
problemas y, al mismo tiempo, tratar de aprovechar de la mejor manera posible
las oportunidades que se nos puedan presentar.
Cristina Escobar.-
Muchísimas gracias, Josefina, ha sido un verdadero placer escucharla.
Josefina Vidal.-
Gracias a ti, Cristina, el placer ha sido mío.
Gracias.
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