José Raúl Capablanca Graupera (1888-1942)
Tomado de El Ajedrez en Cuba
Nace en el Castillo del Príncipe, instalación militar de La Habana colonial, el 19 de noviembre de 1888. Fueron sus padres el comandante del ejército español José María Capablanca y María Graupera.
Desde temprana edad dio pruebas de estar dotado de talento para el ajedrez, afirmándose que aprendió el movimiento de las piezas mirando jugar al padre, a quién derrota en 1892, con sólo cuatro años, convirtiéndose en noticia que trasciende las fronteras y se difunde por el mundo.
Verdad o fantasía alimentada en el ceno familiar, lo cierto es que en 1900 ya Capablanca es un niño que se distingue en el escenario ajedrecístico cubano, derrotando en gran forma al Maestro Juan Corzo y Príncipe, ganando el título de Campeón de Cuba.
Por primera vez en los Estados Unidos
En 1904 el joven Capablanca se traslada a los Estados Unidos e ingresa en la Universidad de Columbia, donde cursaría la carrera de Ingeniero, guiado sobre todo por intereses familiares.
Pero New York es una plaza ajedrecística que involucra de inmediato al talentoso cubano; en 1905 comienza a visitar el Manhattan Chess Club, y un año después, en la noche del 6 de abril, participa en un fuerte torneo relámpago en el que, tras sucesivas partidas eliminatorias, tiene por primera vez la oportunidad de enfrentar al gran Lasker, Campeón Mundial, a quién derrota ante el asombro de todos, ganado el torneo. Lasker estrechó la mano de su vencedor al tiempo que le decía: "Es notable joven, usted no ha cometido errores".
Sostiene su primer match internacional con el maestro norteamericano Eugenio Delmar, a quien da ventaja de peón de salida, ganándole todas las partidas.
A fines de 1908 y comienzos de 1909 realiza una extensa jira por los Estados Unidos, jugando durante el trayecto un total de 734 partidas, ganado 703, entablando 19, con sólo 12 derrotas.
La victoria sobre Marshall
La fama lograda le facilitó medirse en 1909 con el campeón norteamericano, gran maestro Frank J. Marshall, un peligroso jugador de ataque que había logrado imponerse en Europa e los Torneos Internacionales de Nuremberg, Cambridge Spring y Dusseldorf.
La lucha duró más de dos meses, acaparando la atención de la prensa de la época, ganando Capablanca 8 partidas, entablando 14 y perdiendo solo una.
San Sebastián, su primer gran éxito internacional
Había escalado definitivamente a la fama. Esta victoria le abrió además las puertas del gran torneo de San Sebastián de 1911, competencia reservada para los grandes maestros que presentasen un buen récord en certámenes internacionales. Como era de suponer algunos participantes presentaron su desacuerdo con la inclusión de Capablanca, especialmente Berstein, pero pesó decisivamente en la decisión de los organizadores hispanos dos razones fundamentales: era Capablanca, sin dudas, el jugador más fuerte con sangre española; y su indiscutible victoria sobre Marshall.
Capablanca ocupó el primer puesto, superando nada menos que a Rubinstein, Nimzowitch, Spielmann, Marshall, Janovski, Schelechter, Vidmar, Tarrasch y ¡Berstein!, a cuenta de quien obtuvo además el Premio de Belleza del certamen.
La victoria de San Sebastián convirtió a Capablanca en el ajedrecista más famoso del momento. Su apellido, sonoro y exótico, se repitió fácilmente en todas las lenguas y ya no hubo forma de olvidarlo jamás.
Capablanca conquista Europa
Capablanca inicia entonces un recorrido por ciudades europeas, realizando una brillante actuación en simultáneas. Encontrándose en Viena lanza un reto al Dr. Lasker para disputarle el campeonato del mundo, pero este le impone condiciones inaceptables.
Regresa a Cuba en 1912 y ese mismo año visita a Buenos Aires y Montevideo, brindado partidas simultáneas.
A partir de 1913 despliega una gran actividad ajedrecística en torneos internacionales: New York y La Habana, en 1913, San Petersburgo 1914, quedando siempre entre los punteros.
Pocos días antes de partir de Europa, Capablanca sostiene un match de 10 partidas relámpago con el Campeón del Mundo Dr. E. Lasker, a quién vence fácilmente 6.5 por 3.5 puntos.
La Primera Guerra Mundial paraliza la actividad ajedrecística en Europa, período durante el cual Capablanca se limita a participar en pequeños torneos en New York, los años 1915, 1916 y 1918.
Terminada la Guerra Capablanca participa y vence en el tradicional torneo de Hastings, Inglaterra, en 1919. Es el momento oportuno, ya nada lo puede evitar...
A las puertas del Campeonato Mundial
Vencidas las dificultades que dilataron el esperado encuentro, Lasker y Capablanca inician la discusión del Campeonato del Mundo en abril de 1921, en La Habana.
El resultado del match hizo pensar a muchos que el cubano era invencible: ganó al gran Lasker - que el tiempo demostró que no estaba ni mucho menos que liquidado, como algunos pretendieron afirmar - con el asombroso resultado de 4 x 0 y diez partidas tablas. Nadie ha jugado en la historia del ajedrez un match con la seguridad y exactitud de Capablanca contra Lasker.
Capablanca, ciudadano del mundo, la máquina de jugar Ajedrez
Desde temprana edad dio pruebas de estar dotado de talento para el ajedrez, afirmándose que aprendió el movimiento de las piezas mirando jugar al padre, a quién derrota en 1892, con sólo cuatro años, convirtiéndose en noticia que trasciende las fronteras y se difunde por el mundo.
Verdad o fantasía alimentada en el ceno familiar, lo cierto es que en 1900 ya Capablanca es un niño que se distingue en el escenario ajedrecístico cubano, derrotando en gran forma al Maestro Juan Corzo y Príncipe, ganando el título de Campeón de Cuba.
Por primera vez en los Estados Unidos
En 1904 el joven Capablanca se traslada a los Estados Unidos e ingresa en la Universidad de Columbia, donde cursaría la carrera de Ingeniero, guiado sobre todo por intereses familiares.
Pero New York es una plaza ajedrecística que involucra de inmediato al talentoso cubano; en 1905 comienza a visitar el Manhattan Chess Club, y un año después, en la noche del 6 de abril, participa en un fuerte torneo relámpago en el que, tras sucesivas partidas eliminatorias, tiene por primera vez la oportunidad de enfrentar al gran Lasker, Campeón Mundial, a quién derrota ante el asombro de todos, ganado el torneo. Lasker estrechó la mano de su vencedor al tiempo que le decía: "Es notable joven, usted no ha cometido errores".
Sostiene su primer match internacional con el maestro norteamericano Eugenio Delmar, a quien da ventaja de peón de salida, ganándole todas las partidas.
A fines de 1908 y comienzos de 1909 realiza una extensa jira por los Estados Unidos, jugando durante el trayecto un total de 734 partidas, ganado 703, entablando 19, con sólo 12 derrotas.
La victoria sobre Marshall
La fama lograda le facilitó medirse en 1909 con el campeón norteamericano, gran maestro Frank J. Marshall, un peligroso jugador de ataque que había logrado imponerse en Europa e los Torneos Internacionales de Nuremberg, Cambridge Spring y Dusseldorf.
La lucha duró más de dos meses, acaparando la atención de la prensa de la época, ganando Capablanca 8 partidas, entablando 14 y perdiendo solo una.
San Sebastián, su primer gran éxito internacional
Había escalado definitivamente a la fama. Esta victoria le abrió además las puertas del gran torneo de San Sebastián de 1911, competencia reservada para los grandes maestros que presentasen un buen récord en certámenes internacionales. Como era de suponer algunos participantes presentaron su desacuerdo con la inclusión de Capablanca, especialmente Berstein, pero pesó decisivamente en la decisión de los organizadores hispanos dos razones fundamentales: era Capablanca, sin dudas, el jugador más fuerte con sangre española; y su indiscutible victoria sobre Marshall.
Capablanca ocupó el primer puesto, superando nada menos que a Rubinstein, Nimzowitch, Spielmann, Marshall, Janovski, Schelechter, Vidmar, Tarrasch y ¡Berstein!, a cuenta de quien obtuvo además el Premio de Belleza del certamen.
La victoria de San Sebastián convirtió a Capablanca en el ajedrecista más famoso del momento. Su apellido, sonoro y exótico, se repitió fácilmente en todas las lenguas y ya no hubo forma de olvidarlo jamás.
Capablanca conquista Europa
Capablanca inicia entonces un recorrido por ciudades europeas, realizando una brillante actuación en simultáneas. Encontrándose en Viena lanza un reto al Dr. Lasker para disputarle el campeonato del mundo, pero este le impone condiciones inaceptables.
Regresa a Cuba en 1912 y ese mismo año visita a Buenos Aires y Montevideo, brindado partidas simultáneas.
A partir de 1913 despliega una gran actividad ajedrecística en torneos internacionales: New York y La Habana, en 1913, San Petersburgo 1914, quedando siempre entre los punteros.
Pocos días antes de partir de Europa, Capablanca sostiene un match de 10 partidas relámpago con el Campeón del Mundo Dr. E. Lasker, a quién vence fácilmente 6.5 por 3.5 puntos.
La Primera Guerra Mundial paraliza la actividad ajedrecística en Europa, período durante el cual Capablanca se limita a participar en pequeños torneos en New York, los años 1915, 1916 y 1918.
Terminada la Guerra Capablanca participa y vence en el tradicional torneo de Hastings, Inglaterra, en 1919. Es el momento oportuno, ya nada lo puede evitar...
A las puertas del Campeonato Mundial
Vencidas las dificultades que dilataron el esperado encuentro, Lasker y Capablanca inician la discusión del Campeonato del Mundo en abril de 1921, en La Habana.
El resultado del match hizo pensar a muchos que el cubano era invencible: ganó al gran Lasker - que el tiempo demostró que no estaba ni mucho menos que liquidado, como algunos pretendieron afirmar - con el asombroso resultado de 4 x 0 y diez partidas tablas. Nadie ha jugado en la historia del ajedrez un match con la seguridad y exactitud de Capablanca contra Lasker.
Capablanca, ciudadano del mundo, la máquina de jugar Ajedrez
Después de obtener el título Capablanca participa en el Torneo de Westminster, en Londres 1922, donde vence invicto. Su presencia se transformó en motivo de extraordinario júbilo.
Por algún tiempo no participa en eventos importantes, pero Capablanca es el ídolo del ajedrez mundial, la máquina invencible, y Cuba, asociada a su nombre, es conocida hasta en los más recónditos confines del planeta.
En 1924 interviene en el gran torneo de New York, donde pierde una memorable partida con Reti y el mundo se asombra... La «Máquina de jugar Ajedrez» comienza a ser considerada vulnerable.
Queda tercero en Moscú del 1925, superado por Bogoljubow y el Dr. Lasker. El resultado no es en manera alguna un fracaso, pero la afición, movida por la propaganda que acompaña la fama, se pregunta: ¿Es posible que Capablanca, tan joven, esté en decadencia?
Comienzan a aparecer los retos: Nimzowitch, y sobre todo Alekhine, aspiran a la corona.
En 1927, contando 38 años de edad, gana Capablanca uno de los torneos más importantes de la época. Se celebró en New York, a cuatro vueltas, figurando en la nómina del mismo los dos retadores, conjuntamente con Vidmar, Marshall y Spielmann.
Fue uno de los éxitos más grandes de Capablanca, que jugó las 20 partidas sin perder ninguna. El triunfo de New York, obtenido demasiado fácil, contribuyó a su derrota en Buenos Aires ese mismo año...
Capablanca pierde la corona contra Alekhine
Alekhine es aceptado como retador y en el mes de septiembre de 1927 la ciudad de Buenos Aires se convierte en el polo mundial del Ajedrez.
Tras su victoria en New York Capablanca realiza una "tournee" por el Brasil, en tanto su rival se entrena como solo él sabía hacer, dedicándose al estudio profundo de las partidas de Capablanca.
Los más variados pronósticos fueron vertidos sobre el encuentro. El gran maestro alemán Rudolph Spielman afirmó: "Alekhine no va a ganar ninguna partida". Vidmar dijo: "Alekhine no tiene ni la sombra de un chance".
Bogoljubow declaró: "El resultado final va a ser 6 x 3 a favor de Capablanca". Nimzowitch y Maroczy se pronunciaron también en favor de la victoria del cubano.
El propio Capablanca, estaba tan seguro de su triunfo que no realizó la menor preparación, confiando en su gran capacidad para resolver los problemas directamente sobre el tablero, algo realmente insólito, visto a la luz de nuestros días, donde sin preparación no existe la menor posibilidad de salir victorioso en un encuentro de esa naturaleza.
La primera partida fue un rudo golpe para Capablanca, que perdió con las piezas blancas ante una defensa Francesa que le opuso su adversario. Esta primera derrota del cubano fue noticia en todo el mundo.
Capablanca reacciona ganando la tercera y la séptima, manteniéndose al frente del match con 2 victorias, 1 derrota y 7 tablas, en las primeras 10 partidas.
En la oncena partida, manteniendo la ventaja de un punto, juega frente a una defensa Cambridge-Spring de Alekhine obteniendo gran superioridad, pero no logra materializarla y su fuerte contrincante logra igualarla posición.
Capablanca comete el grave error de intentar forzar la partida, en vez de contentarse con tablas, teniendo en cuenta que se encuentra arriba en el marcador. El resultado es que Alekhine llega a una posición ganada, pero también se equivoca y Capablanca vuelve a tener las tablas, más comete un nuevo error y pierde definitivamente.
Esta derrota demostró que Capablanca no se encontraba en las mejores condiciones y que Alekhine tenía posibilidades de ganar el campeonato.
En las partidas 17, 25 y 31 Capablanca deja escapar fáciles victorias, jugando con poca energía, ganando finalmente Alekhine la gran lucha, con puntuación de 6 x 3 y 25 tablas, ¡exactamente el resultado pronosticado por Bogoljubow, pero en favor de Capablanca!
Inmediatamente después de la derrota Capablanca manifestó su deseo de jugar un match revancha, pero Alekhine rehuyó el encuentro y jamás quiso enfrentarse al cubano mientras mantuvo el título mundial.
¿Campeón sin corona?
Como ex campeón Capablanca siguió brillando, añadiendo importantes triunfos a su portentoso récord. Ganó los torneos "Elite" de Berlín 1928, Siesta, Budapest 1928, Ramsgate, Inglaterra en 1929, New York en 1931 y Moscú en 1936. En este último torneo se produce el primer encuentro Capablanca-Alekhine después del match de Buenos Aires, y Capablanca aprovecha para derrotar en una magistral partida a su "huidizo" adversario.
En ese gran torneo compiten además el Dr. Max Euwe, campeón mundial en ejercicio, tras vencer a Alekhine, y Lasker, Botvinnik, Flohr, Bogoljubow, Vidmar, Fine, Reshevsky, Tartakower, Alexander y otros. Capablanca está nuevamente en la cumbre...
El gran torneo de Nottingham de 1936, conocido hoy como «El Torneo de los cinco campeones», es el último triunfo magistral en la carrera de Capablanca. Allí finaliza empatado con Botvinnik en el puesto de honor, en un evento que reunió además a al campeón mundial Max Euwe, y a los ex campeones Alekhine, Lasker y el propio Capablanca, entre una notable nómina de otros grandes maestros como Fine, Reshevsky, Flohr, Bogoljubow, Vidmar, Tartakower, completando la nómina 4 fuertes jugadores ingleses: Thomas, Taylor, Winter y Alexander.
Una vez más Capablanca es el más calificado candidato a la corona mundial, pero esa oportunidad se fue dilatando, Alekhine recuperó el cetro en el match revancha contra Euwe, y los años fueron pasando...
Buenos Aires 1939
La última comparecencia oficial de Capablanca se produce en las Olimpiadas de Ajedrez de la FIDE, celebradas en Buenos Aires en 1939, ocupando el primer tablero del equipo de Cuba, integrado además por los ajedrecistas Francisco Planas, Alberto López, Rafael Blanco, Miguel Alemán y la señorita María Teresa Mora, más tarde la primera Maestra Internacional de Cuba.
Allí ganó Capablanca el premio de mejor promedio con 8.5 en once juegos, sin perder partida, conquistando la Medalla de Oro como mejor jugador de la Olimpiada. En esa competencia Capablanca aventajó a los grandes maestros Alekhine, Petrov, Eliskases, Keres, Stahlberg, Opocensky, Mikenas, Tartakower, Van Scheltinga y Czerniak.
Poca veces habrá recibido una salva de aplausos como aquella del teatro "Politeama", tan lleno que se venía abajo, en medio de la cual le entregó el premio el entonces Presidente de la nación, doctor Roberto M. Ortiz.
El final...
Capablanca tenía por costumbre visitar todas las noches el Club de Ajedrez Manhattan, situado frente al Parque Central de New York.
El 7 de marzo de 1942, alrededor de las nueve de la noche, el gran maestro se encontraba en el Club presenciando una partida entre los aficionados C. Saxon y L. Kenton. Junto a él conversaba el directivo de ese centro, Sr. J. Link.
Capablanca, de muy buen humor, hacía bromas en relación con las jugadas que se producían en el tablero. De pronto, sorprendiendo a los que le rodeaban, se puso en pie exclamando: - "Ayúdenme a quitar el abrigo..." desplomándose en brazos de los ajedrecistas citados.
Trasladado momentos después al Hospital Mount Sinaí, llegó al mismo en estado comatoso, falleciendo a las 5:30 de la mañana del día 8. La causa directa de su muerte fue hemorragia cerebral, consecuencia de los graves desarreglos de hipertensión arterial que venía padeciendo desde hacía bastante tiempo.
Justamente un año antes, en el propio Hospital Mount Sinaí, había fallecido el doctor Enmanuel Lasker, a quien arrebató el título en 1921. Tras su muerte el mundo del ajedrez sufrió una terrible consternación. Los más importantes grandes maestros de la época, incluido Alekhine, expresaron su pesar y le calificaron como el más grande jugador de ajedrez de todos los tiempos.
Capablanca caso en primeras nupcias con la señora Gloria Simoni, con quien tuvo dos hijos: José Raúl - recordado por su participación en el IV Capablanca In Memoriam, en La Habana 1965, como ejecutante ante el tablero de las jugadas del GM Bobby Fischer, cuando este participó en el evento jugando por teletipo - y Gloria, ambos fallecidos hace algunos años.
Había contraído segundas nupcias con la dama rusa Olga Chagodeaff, con quien convivió en New York los últimos días de su vida.
Veinte años después...
José Raúl Capablanca Graupera colmó de glorias el nombre amado de Cuba, recibiendo los más altos honores en todos los países del mundo que visitó.
Veinte años después de su muerte comienzan a celebrarse en Cuba, en 1962, los clásicos Torneos Internacionales Capablanca In Memoriam, en el que se han dado cita, en sus más de 30 ediciones, campeones mundiales y los principales grandes maestros del último trienio, siendo además la cuna del desarrollo del ajedrez latinoamericano, en el que han alcanzado normas internacionales ajedrecistas de todo el mundo.
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