METEOROLOGÍA, UN VÍNCULO MUTUAMENTE VENTAJOSO
El hecho de estar
amenazados por idénticos peligros naturales ha sido clave en el mantenimiento
de sistemáticos intercambios entre los meteorólogos de ambos países
Por Orfilio Peláez (Granma)
Foto: Cortesía del entrevistado |
Como bien refiere a
Granma el doctor José Rubiera, jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de
Meteorología, la atmósfera no reconoce fronteras y un huracán que se dirija
desde nuestro país hacia el sur de la Florida o la costa norteamericana del
golfo de México, no pide visa para entrar allí.
Igual sucede a la
inversa cuando un frente frío activo precedido de líneas de tormentas
eléctricas severas avanza desde el
continente en dirección a la región occidental de Cuba, aseveró.
“El hecho de estar
amenazados por idénticos peligros naturales ha sido clave en el mantenimiento
de sistemáticos intercambios entre los meteorólogos de ambos países, incluso en
etapas históricas bastante alejadas de
la actual”.
Rubiera mencionó al
respecto lo sucedido en septiembre de 1900, cuando un huracán cruzó de oriente
a occidente sobre nosotros, y al salir
al mar por el litoral norte, los especialistas cubanos le dijeron a los de la
entonces oficina del Weather Bureau en La Habana, que el citado organismo
tropical sería un grave peligro para la
costa americana del golfo.
Desafortunadamente,
así sucedió y aquel meteoro cobró
celebridad imperecedera, al quedar inscrito para la historia como el huracán de
Galveston, que provocó en ese lugar alrededor de 8 000 muertos y constituye
hasta hoy la mayor catástrofe natural en la historia de los Estados Unidos.
También recordó las
antológicas discusiones de corte científico entre el ingeniero José Carlos
Millás, director del Observatorio Nacional de Cuba, y los meteorólogos
estadounidenses, referidas al paso por la provincia de Pinar del Río del
polémico huracán de los Cinco Días, en octubre de 1910.
Para los norteños,
resaltó, los prolongados efectos de aquel notable evento natural obedecieron al
cruce seguido de dos ciclones tropicales sobre un mismo lugar, criterio no
compartido por Millás, quien finalmente demostró que se debieron a la
denominada por él recurva en lazo de un único ciclón tropical (algo enunciado
por primera vez), una peculiar y poco frecuente trayectoria descrita por
algunos huracanes cuando reciben la influencia de determinados sistemas
atmosféricos.
Según precisó
Rubiera, buscando en los archivos del Instituto de Meteorología encontró una
respetuosa carta del capitán de corbeta Luis Larragoiti Alonso (dirigía en ese
momento el Observatorio Nacional), en la cual le comunicaba al jefe de
Meteorología Tropical del Weather Bureau de EE.UU. todos los datos relacionados
con la afectación del ciclón Flora al oriente del país en octubre de 1963,
incluido un mapa con la presunta trayectoria descrita por el meteoro.
“Lo anterior ocurrió
apenas un año después de la Crisis de Octubre, cuando estuvimos al borde de un
ataque nuclear, y en momentos en que las tensiones con Estados Unidos se encontraban
en un punto crítico”.
Esta información
resultó de suma utilidad para ellos a la hora de investigar y calcular el
verdadero y sinuoso recorrido del fenómeno, que ocasionó en esa parte del
territorio nacional alrededor de 1 157 muertos, y destruyó casi en su totalidad
la infraestructura de comunicaciones telefónicas y viales.
“Realmente a lo
largo de las últimas cinco décadas y más allá de los conflictos entre los dos países, hemos
mantenido una relación cordial, amistosa, y de respeto con los meteorólogos
norteamericanos, dentro del marco del Comité de Huracanes de la IV Región de
la Organización Meteorológica Mundial (OMM)”, enfatizó el doctor José Rubiera.
“Frente a la amenaza
de cualquier huracán u otro evento peligroso, intercambiamos información,
hablamos por teléfono y coordinamos las alertas a emitir. Ponemos a la disposición
de ellos las observaciones de nuestras estaciones y radares meteorológicos, en
tanto el gobierno cubano siempre otorga el permiso requerido para que los
aviones cazahuracanes vuelen sobre Cuba, el cual se solicita previamente por
los canales correspondientes”. A su vez, para nosotros es sumamente beneficiosa
la información recopilada por esos aviones y la referida a los modelos de
pronósticos de huracanes que aplican los expertos estadounidenses, destacó.
“En diferentes
ocasiones sus especialistas han visitado el Instituto de Meteorología y
participado en eventos científicos celebrados aquí, mientras los nuestros
asistieron a cursos de capacitación en la sede del Centro Nacional de Huracanes
(CNH), de Miami, además de estar presentes en congresos efectuados en EE.UU.”.
Sin embargo, resaltó
Rubiera, el mantenimiento del vigente bloqueo económico, comercial y
financiero por más de 50 años ha
impedido la adquisición de piezas y equipos para nuestras estaciones
meteorológicas en el mercado norteamericano, y el acceso a tecnologías más
modernas en la recepción de imágenes satelitales.
“Algo similar
sucedió con la red nacional de radares, cuyo mantenimiento en plenas
condiciones operativas durante tantos años y posterior automatización, solo pudo lograrse gracias a
la tenacidad y al ingenio creativo de los especialistas y técnicos del Centro
Nacional de Radares, ubicado en la provincia de Camagüey”.
Para Rubiera la
voluntad expresada de ambos gobiernos de avanzar hacia una normalización de los
vínculos bilaterales, abriría la posibilidad de emprender proyectos conjuntos
de investigación en esta disciplina científica, y fortalecer nuestra
infraestructura tecnológica.
“De contar Cuba con
mejores y más seguros sistemas de comunicación meteorológica, nuestros datos
llegarían a ellos de manera más rápida, lo cual beneficiaría la eficiencia y
confiabilidad de los pronósticos de huracanes. Como expresé anteriormente,
ciclón que impacta el sur de Estados Unidos casi siempre pasa primero por Cuba.
Se trata entonces de lograr una mayor seguridad para la preservación de vidas
humanas en los dos países y mejorar el trabajo operativo”, afirmó.
Tal punto de vista
es compartido igualmente por personalidades vinculadas a la meteorología y al
enfrentamiento a desastres naturales en el país norteño. Baste señalar que en
declaraciones ofrecidas a Granma por Lixión Ávila, especialista principal del
CNH, este dijo que somos naciones vecinas expuestas al acecho de los huracanes,
por tanto el flujo mutuo de información garantiza una mayor protección de
nuestras poblaciones frente a esas contingencias.
Asimismo, el alto
oficial retirado Russel Honoré, quien comandó las acciones de ayuda militar en
Nueva Orleans cuando el azote del huracán Katrina en el 2005, ha dicho a medios
de prensa de su país que Cuba puede ofrecer lecciones a Estados Unidos en la
batalla para enfrentar los ciclones tropicales. “Podríamos aprender de ellos,
hacen un excelente trabajo en la prevención y enfrentamiento de los daños
causados por los ciclones”.
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