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martes, mayo 15, 2012

PALABRAS QUE VAN Y VIENEN

Palabras... tiene lectores en Alemania
Por Celima Bernal (Juventud Rebelde)

Un lector muy amable, estudiante de español, Arthur Rafael Zimmermann, nos escribe desde Munich, Alemania; dice que nos lee, y que pronto piensa hablar correctamente nuestra lengua.

En un cuento mío, el potro estaba ronzando la hierba. Alguien creyó que me había equivocado, y le quitó la ene. Así salió publicado: «rozando la hierba». Es difícil que los caballos la rocen, generalmente la ronzan. Ronzar es comer una cosa dura, haciendo ruido al masticarla. Y rozar, pasar algo o alguien tocando ligeramente la superficie de otra cosa o persona.

En el mismo relato, dije: «la sangre emposada». La persona encargada de «arreglar» los textos escribió: «empozada».

Poso —recuerdo que de las dos palabras siguientes hablé una vez en esta sección— se llama el sedimento que queda contenido en una vasija o en una superficie: el poso del café. También es descanso y sitio para descansar. Pozo, el hoyo que se hace para encontrar una vena de agua, el hoyo profundo, aunque esté seco, y 12 acepciones más. En el caso de que trataba, la sangre del caballo no había hecho un pozo, sino había quedado sedimentada sobre las losetas. Luego, sobre quien redacta caen las culpas. ¿Qué le vamos a hacer?

Caridad Martínez González, esposa de Alberto Luberta —ninguno de los dos necesitan presentación—, me llamó alarmada; leyó en una etiqueta de hamburguesas: «Menténgace», en vez de manténgase, y para colmo, decían que estaban fabricadas en «Ataré», sin ese final.

Me llaman sexista porque no utilizo expresiones como: «Las alumnas y los alumnos de esta aula se comportan muy bien»; sino simplemente: «Los alumnos de esta aula se comportan muy bien», a no ser que se trate de unos estudiantes disciplinados y unas estudiantes muy incorrectas, cuando ya habría que establecer la diferencia. Prefiero seguir la regla gramatical; excúsenme los que se han decidido a olvidarla. Hace unos días un amigo leyó en un establecimiento: «Se vende carne de cerdo y de cerda». Creo que a quien lo escribió se le fue la mano. ¿No es verdad?


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante, realmente las primeras nunca las había escuchano o leído. Y aunque a veces uso palabras que muestre la diversidad de género, me he dado cuenta que se puede llegar a extremos. Recuerdo de alguien, que para mofarse decia nadie y nadia.

siempre se aprende algo, para mi son los Blogs que más disfruto.

Saludos,

José