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jueves, febrero 17, 2011

MURCIÉLAGOS, AMIGOS NECESARIOS

Por Maylin Guerrero Ocaña (Granma)
Foto: Yander Zamora

Cuando pregunto a Gilberto Silva Taboada las horas de su vida dedicadas a la investigación, el octogenario profesor sonríe y dice: "¡Imagínate!". Su obra Los murciélagos de Cuba, es considerada el estudio más integral sobre estos mamíferos desarrollado hasta la fecha en América Latina.

Por ello fue el primer científico en recibir el premio internacional Lázaro Spallanzani, conferido por la Asociación Americana para la Investigación y Conservación de los Murciélagos.

Con sabia modestia ofrece acercarnos al mundo de estos pequeños animales que causan, desde el asombro y la atracción en las personas, hasta un rechazo promovido muchas veces por el desconocimiento de los beneficios que aportan al equilibrio ecológico.

Al indagar sobre el valor de los murciélagos, que se distinguen de los demás mamíferos por su capacidad de volar y el poder de orientarse en la oscuridad mediante el ultrasonido que emiten, afirmó que la importancia de estos radica principalmente en su diversidad dietética.

"De nuestras 26 especies vivientes, 17 se alimentan exclusivamente de insectos. Según estimados, estas consumen no menos de 100 000 toneladas cada año, convirtiéndose en excelentes controladores nocturnos de plagas que afectan la agricultura y la salud humana.

"Otro grupo se alimenta del polen y del néctar de las flores, favoreciendo el proceso de polinización de diversas plantas, al transportar el polen en el pelaje de la cabeza y el torso. Mientras, los que comen frutas son grandes dispersadores de semillas. Pero hablando de beneficios, no podemos olvidar el guano del murciélago, uno de los mejores fertilizantes naturales que existen".

La literatura referida a los murciélagos indica que la mayoría se refugia en cuevas donde puede formar numerosas colonias, aunque algunos utilizan el follaje de los árboles y otros ocupan los huecos en el tronco. Dos de estas especies, las más comunes, se han adaptado a vivir en las construcciones de uso humano, generando en ocasiones graves perjuicios.

Lo cierto es que prácticamente una de ellas ya no se encuentra en la naturaleza —asevera el especialista—, sino en viviendas de todo el país. Entonces, la combinación de su orina y excrementos contribuye a deteriorar el interior de los inmuebles donde se esconde: bajo las tejas, el falso techo y demás espacios "ocultos" de las edificaciones. La otra especie, que cuelga de techos de viviendas con puntal alto, durante la noche mancha las paredes y el piso con los residuos de las frutas silvestres de las cuales se alimenta.

Para enfrentar esta situación se encuentra ahora inmerso en la confección de un manual dirigido, como él mismo comenta, "al control inofensivo de los murciélagos caseros".

"La publicación muestra cómo afrontar el problema protegiendo al mismo tiempo a estos animales, sin aniquilarlos mediante fumigaciones que eliminan colonias enteras. El texto es una guía en este sentido."

El científico es también autor del Compendio de los mamíferos terrestres autóctonos de Cuba, vivientes y extinguidos, obra de consulta imprescindible para zoólogos y estudiantes de la disciplina.

Hombre reflexivo, Silva Taboada abriga la esperanza de que el saber y la inteligencia humana impidan que los murciélagos lleguen a integrar la lista de animales en peligro de extinción.

Esa es la razón por la cual siempre lleva consigo el anhelo de que sean más cada día quienes se empeñen en proteger a estos "extraños seres" que vuelan con las manos, ven con los oídos y duermen de cabeza colgados por los pies.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Me podría decir de qué especie es el murciélago de Bacardí?