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jueves, febrero 10, 2011

EN BUSCA DE PRIMATES FÓSILES

Por Orfilio Peláez (Granma)

Dicen los estudiosos del tema que en épocas remotas, Cuba y la región de Las Antillas en general, constituían un verdadero santuario en lo referido a la abundancia y diversidad de especies de vertebrados.

La gráfica de la izquierda (A), muestra el cráneo de una especie de mono fósil encontrado en 1987 por el Grupo Pedro Borrás, de la Sociedad Espeleológica de Cuba, en una cueva de Pinar del Río. A la derecha (B) aparece otro cráneo de primate fósil hallado en República Dominicana.

Según demuestran las investigaciones paleontológicas desarrolladas en diferentes momentos históricos, la mayor cantidad de restos fósiles encontrados en nuestro archipiélago pertenece a aves y mamíferos terrestres, casi todos extintos en el transcurso de decenas de milenios.

Por ejemplo, en cuevas de la provincia de Pinar del Río, fueron hallados los correspondientes a un ave rapaz de gran tamaño, descrita como nueva especie y género para el área, mientras también se descubrieron piezas pertenecientes a perezosos, roedores (sobre todo de las hoy denominadas jutías), quelonios, murciélagos, y hasta de un reptil volador del tipo Nesodactylus.

Uno de los tópicos más polémicos y sobre el cual la ciencia todavía no dice la última palabra es el referido a las posibles vías que propiciaron el arribo de tan rica fauna de vertebrados.

Más allá de las teorías esbozadas, existe en la actualidad una serie de evidencias que inclinan la balanza hacia el criterio de que en periodos geológicos pasados, Cuba y las islas grandes vecinas pudieron estar conectadas a tierras continentales de manera permanente o temporal, durante un número indeterminado de años.

De verificarse tal hipótesis, el origen de las especies mencionadas vendría principalmente de Sudamérica.

ARCHIVO DE HALLAZGOS

Sin provocar el encanto que ejercen las investigaciones sobre dinosaurios, el estudio de los primates ocupa un lugar cimero en la agenda de numerosas instituciones científicas del mundo, dada la estrecha relación morfofisiológica existente entre los monos y el hombre.

Incluso, hoy son considerados los mejores modelos biomédicos para numerosos proyectos investigativos, dirigidos al diseño de nuevos fármacos, la búsqueda de esquemas terapéuticos más efectivos, o simplemente verificar las posibles reacciones del organismo cuando está sometido a condiciones ambientales extremas.

Desde hace más de dos décadas, el doctor en Ciencias Geográficas Efrén Jaimez Salgado, y el Máster en Ciencias Divaldo Gutiérrez Calvache, miembros de la Sociedad Espeleológica de Cuba, dedican particular atención al estudio de los primates fósiles cubanos y de las Antillas Mayores.

Como precisan ambos especialistas, a partir de la primera evidencia encontrada en nuestro país por el sabio cubano Luis Montané en 1888, consistente en 16 dientes mandibulares, han sido contabilizados en toda la zona geográfica mencionada un total de 19 sitios con restos de primates fósiles, de los cuales ocho pertenecen a Jamaica, seis a República Dominicana y Haití, y los cinco restantes a Cuba.

En el caso específico de nuestro país el hallazgo más significativo tuvo lugar en el mes de agosto de 1987, cuando una expedición del Grupo Pedro Borrás, de la Sociedad Espeleológica de Cuba, descubrió el cráneo de una especie de mono fósil, dentro de una cueva del sistema cavernario de Río Constantino, llamada hoy Cueva del Mono Fósil, en Pinar del Río.

Posteriormente, entre 1990 y 1992, se localizaron a poca distancia del citado sitio fragmentos de tibia, fémur, falanges, húmeros, dientes y numerosos huesos cortos. Al año siguiente fue encontrado el resto de un astrágalo en el Domo de Zaza, mientras el más reciente reporte corresponde a una falange descubierta en el 2009 por el propio doctor Efrén Jaimez, en la Cueva del Oeste, en la propia geografía pinareña.

Según plantean los dos investigadores, cada uno de esos sucesos confirma que sí hubo monos nativos precolombinos en el archipiélago cubano y en las Antillas Mayores, y que toda la zona descrita devino una importante área para el desarrollo y diversificación de los primates americanos.

Pero si de incógnitas se trata es imprescindible hacer referencia a las posibles causas de la desaparición de los primates antillanos.

De acuerdo con lo expresado por Gutiérrez Calvache y Jaimez Salgado, todo parece indicar que la mayoría de las especies no convivió con los primeros grupos de humanos que llegaron a la región antes del arribo de los conquistadores españoles, pues las evidencias científicas acumuladas apuntan a su probable extinción como consecuencia de cambios climáticos ocurridos a finales del Pleistoceno y principios del Holoceno.

Es posible que algunas sí coexistieran con aquellas primitivas tribus y sufrieran el impacto negativo ocasionado por el hombre a la fauna autóctona, al utilizarla en su alimentación y destruir de forma progresiva los espacios naturales donde los monos habitaban.

La actualización del registro fósil de primates en las Antillas (1888-2011), elaborada por los dos investigadores cubanos, es una de las ponencias inscritas en el programa de la Convención Internacional de Antropología Anthroporos 2011, que se celebrará en La Habana, del 14 al 18 de marzo venidero, convocada por el Museo Antropológico Montané y la Cátedra de Antropología Luis Montané, de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, y otras instituciones.

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